Tumgik
smfanfics-blog · 11 years
Note
Changmin x Jessica. ¿Sexo se puede? Hola, soy adicta al sexo gráfico. (?)
Hola, adicta al sexo gráfico. (?) Haha. ¡Traté, lo juro!
No cabía duda alguna de que era hermosa. Partiendo por sus ojos de gato y sus labios finos, hasta llegar a la prominencia de su pecho y a la estrechez de su cintura. Jessica parecía en otro mundo, desde la cama y mirando a través de la ventana, o por ella. Se le veía bastante concentrada en los trazos absurdos que formaba la lluvia sobre el cristal.
― Deja de fruncir el ceño. ― Y ella lo hizo una vez más, dedicándole de paso una prolongada mirada. Solo llevaba unos pantalones de chándal, la camiseta la traía puesta ella. Parecía que la estaba escaneando desde el umbral de la puerta, con los brazos cruzados sobre el pecho, que no era precisamente donde a ella le gustaba mirar, así que no se quejaba demasiado del bloqueo. Una boba risita escapó de su boca y acabó estirando los brazos, abriendo y cerrando las manos en un evidente gesto de invitación. Changmin aceptó y se acercó al colchón lentamente, molestándola de esa forma, le gustaba ver como abultaba los labios, como su ánimo parecía crisparse cuando no se hacía lo que ella deseaba de forma inmediata.
― ¿Ya comiste, glotón? ― Paseó un dedo distraídamente por las marcas que se hacían cuadrados en su estómago, la piel oscura, tersa. Él sonrió, porque aunque apenas habían terminado, ya parecían preparados para ponerse a ello nuevamente. ― Depende. ― Jessica bufó y alzó una ceja, sus falanges yacían sobre el costado masculino. ― ¿Sabes?, solo necesitas decir sí o no. ―
― Gruñona. ― ¿Gruñona? ¿Ella, gruñona? Su pequeña mano azotó en el hombro de Changmin, creando un sonido que rebotó de pronto en las paredes de la habitación. ― Insisto. ― Él se frotó la zona afectada y ella pensó que quizá tenía razón.
― Hasta donde sé tú también lo eres. ―
La breve conversación acabó cuando unos gruesos labios se estrellaron contra otros mucho más finos. Changmin la despojó de su propia camiseta como si fuera el esquema en orden de un menú, saboreándola con la nariz, con los ojos, con el tacto, mimando la última prenda más que a la única anterior. La empujó suavemente sobre la cama, boca arriba, le sujetó las manos a los costados y empezó a descender lentamente por su cuerpo, devorándola con los ojos. Su mirada se detuvo en los pezones de Jessica, apreciando el atractivo color claro, y el suave tono cremoso de su vientre.
Una vez estudiado el menú, Changmin decidió cuál iba a ser su plato principal. Se inclinó hacia adelante para probar el interior de los muslos de la rubia. Soslayando los ruegos de la espalda arqueada y las caderas levantadas de su amante. Saboreó su piel con la lengua y con los labios, y solo cuando se sintió saciado con eso subió la cabeza para situarse a un centímetro de su sexo. La respiración de él le parecía una caliente caricia. Más de lo que podía tolerar.
Jessica trató de bajar para destruir la diminuta distancia, pero Changmin fue mucho más rápido y se separó otro tanto, sin soltarle las muñecas en ningún momento. Resopló con frustración, y justo cuando echó la cabeza hacia atrás, él le separó sus carnosidades íntimas y se dedicó de lleno a su centro, estimulando, hurgando, chupando y acariciando mientras ella se agitaba jadeando sin parar. La cubrió por completo con la boca y la penetró profundamente con la lengua. La anatomía de Jessica danzaba y se estremecía. Por fin sacó el húmedo músculo y arremetió contra su clítoris, succionando con los labios y tirando con los dientes.
Un lametón más y ella gimió, cayendo sin fuerzas sobre la almohada mientras el orgasmo le recorría. A continuación, el moreno se quitó los pantalones y la ropa interior, pateando ambas cosas por sus largas piernas, dejando que cayeran a un lado del catre. Trepó por sobre ella y unió sus rostros, provocando que sus frentes se juntasen. Changmin sonrió antes de acomodarse entre las piernas femeninas, su pene erecto, duro y caliente en contacto con su vagina. Empujó ligeramente, separándola, abriéndola mientras se introducía lentamente en su cavidad. El colchón se movió al hundir él los pies, su cuerpo se estaba preparando. No dejó de mirarla ni por asomo, incluso le clavó los ojos cuando la embistió la primera vez, enterrándose hasta el fondo y sin cuidado, olvidando la inicial delicadeza. Ella volvió a estremecerse, prendida a la cama por el agarre, el peso de Changmin y su erección sostenida, él empujó con fuerza, acariciándole las paredes internas de su sexo.
Una fina capa de sudor se apoderó de ambos cuerpos, cubriéndolos de tal forma que el brillo destacaba. Jessica soltaba gemidos entrecortados que en ocasiones eran acallados por besos y gruñidos, luego eran mordiscos y succiones. El par de caderas concentradas en un imparable y desenfrenado vaivén, las respiraciones se cortaban cada vez más, deshaciéndose entre jadeos e intentos de acaparar oxígeno dentro de los pulmones. Ella se dejó ir, parecía un ser ondulante, vibrante, estaba al borde del orgasmo, esperando a por éste. Él se agitó más, con impaciencia, parecía perder la cabeza, los instintos primitivos a flor de piel, solo ordenaba el deseo e imperaba en la razón.
Jessica explotó, presa de un orgasmo desgarrador que comenzó con extáticos espasmos que la transformaron en pura convulsión. Se descompuso completamente, contrayéndose alrededor de aquel miembro por cada embate de placer. Y probablemente eso había sido demasiado para él, porque un par de acometidas más le bastaron para derramarse dentro de ella, y con una estruendosa maldición.
Changmin enterró la cara en la hendidura del cuello de Jessica, aspirando el aroma dulzón natural de su piel entremezclarse con el salado del sudor y el sexo. Permanecieron varios minutos así hasta que el moreno decidió retirarse, quedando boca arriba sobre la cama en cuanto terminaba de controlar su respiración.
― ¿Vas a comer? ― Jessica ladeó el su rostro para mirarlo, para absorber la imagen de su perfil en la retina de sus ojos.
― Ya te comí, Jessica. ― Y nuevamente la palma contra el hombro. ― Gruñona. ―
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smfanfics-blog · 11 years
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¿Por qué no escribimos Slash (relaciones homosexuales entre hombres/yaoi)?
Porque las personas detrás del blog no estamos muy relacionadas con ese tipo de shipping. Sí escribimos FemSlash (entre mujeres/yuri), pero sería un poco injusto por ahora. Estamos en espera de una persona que por tiempo ahora no es capaz escribir, la buena noticia es que en cuanto se encuentre libre acudirá y de esta forma abriremos pedidos para el yaoi y el yuri.
¡Gracias!
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smfanfics-blog · 11 years
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¿Changmin x Heechul?
Lo sentimos. Por el momento, sólo aceptamos pedidos de parejas heterosexuales. Se hará un aviso cuando aceptemos peticiones de fanfics homosexuales. 
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smfanfics-blog · 11 years
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¿Puede ser KangYeon? (KangIn x TaeYeon)
Listo, espero que lo disfrutes
No podía describir la largura del día. Ah, claro que podía. Interminable. Para su suerte, había llegado a la hora de la jornada que más le gustaba, la hora exacta de la tarde en la que se sentaba en una de las mesas de aquél local con un humeante café en las manos. Tras un suspiro que parecía no terminar, Taeyeon cerró los ojos con más fuerza de la que quería y se concentró en la tranquilidad y en la quietud del lugar, aspirando las combinaciones de vainilla, avellana y granos de café orgánico que flotaban desde el mostrador, donde los atraídos clientes esperaban por la promesa de aquél caliente líquido para alivianar un día abrumador, al menos así era en su caso. ¡La universidad realmente podía ser un grano en el culo!
Un suspiro más y sus pequeños ojos viajaron a la taza que reposaba entre sus manos. Vanilla Latte. Descremado. Simple. Fácil de recordar.  No estaba segura de cuándo había sido la última vez que pidió algo distinto, y tampoco sabía si eso la convertía en una mujer fiel o, por otro lado, en una realmente aburrida. Mirando hacia el lado, captó una fugaz visión de sí misma en el cristal que le mostraba la acera fuera de la cafetería y, presa de una honesta reacción, dio un respingo. A veces lo olvidaba, a veces olvidaba que ya no era una adolescente y que ahora estaba en sus veintitantos. Una divertida curvatura se asomó por sus labios, no es que hubiese cambiado mucho, a decir verdad, pero tenía que reconocer que las facciones infantiles de su rostro ya estaban desapareciendo por completo. Además de eso, otro destacable cambio era que el color marrón oscuro natural de su cabello había sido reemplazado por un bonito ámbar.
Se llevó la pulcra loza a la boca y dio un abundante sorbo a su latte, mismo que salió mínimamente disparado hacia la mesa y que quedó regado por sus labios.
― ¿Y tú quién eres? ― Tuvo que llevarse una mano al pecho para ayudar a que su ritmo cardíaco volviera a ser el mismo, porque honestamente, no era demasiado corriente que un tipo se acercara a su mesa y se plantara frente a ella de la nada para… ¿escanearla cuidadosamente? Bueno, eso era lo que decían sus orbes.
― Youngwoon, pero puedes llamarme KangIn. ― La chica parpadeó durante varios segundos, lucía completamente descolocada. ¡Y vaya que lo estaba! Quizá por eso ahora KangIn sonreía de aquella forma tan atractiva. ¿Atractiva? Dios, Taeyeon.
― ¿Qué clase de persona decide ponerse un apodo que ni rastro tiene de su verdadero nombre? ― ¿Era mayor? Le parecía mayor, pero no pudo evitar soltar la pregunta, así que las formalidades no eran del todo obligatorias en esa situación. En realidad lo eran, pero su mente quería pensar lo opuesto.
― Mmh. Tu segunda cita. ― Venga, ya. ¿Su segunda cita? No estaba jugando si decía que sintió con todo detalle el momento en el que su ceja izquierda se alzó con sutil incredulidad.
― No, no eres mi segunda cita. Ni siquiera hemos tenido una primera cita. Además, ¡no te conozco! ¿Qué tal si eres un viejo pervertido? ― Se cubrió la boca de inmediato. Sí, se le caracterizaba por decir todo sin filtro y ya sabía por qué.
― No soy un viejo pervertido. ―Él aún sonreía, parecía genuinamente divertido. ― Muy bien, dime tu nombre y así podremos empezar con nuestra primera cita. ― No podía estar hablando en serio. Se revolvió el cabello con frustración, no tenía idea de qué se suponía que debía pensar de una persona que le abordaba repentinamente en una cafetería porque sí y le invitaba a una cita en el mismo instante, tomando como nada el hecho de que estaba invadiendo su espacio personal. Pero… Ya, sí, existía un pero tan cliché como todos. Parecía increíblemente decidido a tener una cita con ella. Cruzó los brazos sobre su pecho y entrecerró los ojos, mirándole con detenimiento. ― Mi nombre es Taeyeon. ― KangIn rió, una grave y agradable risa que invadió sus oídos y le hizo relajar el gesto hasta modificarlo a sonrisa divertida que terminó transformándose en una carcajada. ― ¡Yah! No me hagas reír. ― Desvió la mirada hasta el suelo y negó con la cabeza.
― Eres graciosa. Y muy bonita. ―
Y sucedió, de alguna manera acabó convenciéndola de que esa era una primera cita, y que debía prepararse para la segunda, y la tercera. Era muy raro, verdaderamente atípico, aunque, ¿qué demonios? Le había caído en gracia y no solo eso, las vistas eran más que buenas, tenía pinta de oso, y estaba segura de que sus abrazos debían ser bastante cálidos y cómodos.
Cuando la joven volvió a la realidad, los colores en el cielo iban mezclándose entre naranjos y violetas, evidente signo de que anochecía.
― ¿Taeyeon? ―
Volteó el rostro en un brusco movimiento y le echó un vistazo lleno de curiosidad. ― ¿KangIn oppa? ― Él volvió a sonreír, creía que había sonreído mucho en esa tarde, pero valían todas y cada una de las muecas. No cesaba de picarla o de hacerla reír como una idiota.
― Te veo mañana. ― Y sonrió. Otra vez.
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