Um... nope. Pero parecer una nenita de cinco —alzó una ceja—. Vamos... ¿es enserio? no soy egocéntrico y tengo buenos modales, claro que soy un buen chico —frunció el ceño, ofendido—. No estoy bromeando.

Solo quiero una cosa.

¿Llorando? ¿Yo? —rió exageradamente—. Por favor... ¿Quién es la nenita aquí? —alzó una ceja—. No tengo ni una pizca de egocentrismo si eso es lo que tratas de insinuar. Soy un buen chico.

Solo quiero una cosa.

Pero no es Edward Cullen, así que no es lo mismo por lo que tu argumento es inválido —asintió—. No bromees con eso... todo lo que ha estado sucediendo es serio, Ness. Oh por dios, que miedo me das—ironizó—. No lo sé, supuestamente soy adorable así que puede que tengas razón.

Robert Pattinson sí existe. —replicó en tono burlón— Hm, tienes un punto. Quizás el asesino psicópata venga a nosotros si hablamos mucho de la muerte. —fingió ofenderse— ¡Pero doy mucho miedo! Mira, rawr. —hizo una mueca supuestamente aterrorizante y prosiguió— Al menos mi fantasma dará más miedo que el tuyo, tómalo por sentado.

Está bien... entre mujeres se entienden, están todas igual de locas —bromeó—. ¡Oye! yo tengo excelente gusto, además es obvio que mi madre te va a decir cosas así, no sé por que razón te ama tanto —rodó los ojos, cruzándose de brazos—. Al parecer te quiere más a ti que a mi. Eres mala, Beaumont —entrecerró los ojos, mirándola—. Y tienes el ego por los cielos pero está bien... está bien, ya me tocará a mi —hizo una mueca—. ¿Cuando parará esta humillación? espero que tu próximo novio tenga tanta paciencia como yo —asintió un par de veces—. Ouch... —se quejó falsamente del empujón—.¿L-lo siento? —preguntó inseguro—. Está bien me retracto, me diste miedo.

No me molestaría estar un día entero hablando con tu madre, es una mujer amigable y siempre que me ve me dice cosas lindas. Por ejemplo hoy me ha dicho que estoy muy guapa, al parecer alguien en la familia Sinclair tiene buen gusto y sabe de lo que habla. —Le guiñó un ojo divertida— Eso será lo mejor de todo, esa podría ser mi venganza ante el apretón que me diste minutos atrás. Es que tu mamá me adora, siempre lo ha hecho porque soy la cosa más adorable que puede conocer. Y sé que te fascina que te haya ahorrado la invitación, así te ahorraste el nerviosismo ante un posible rechazo, pobre Nathan. Yo que tú le agradezco a tu santa madre —Se cruzó de brazos y asintió como si comprendiera a esta última— No creo que tengas una imagen de macho como tal, pero si tú lo dices. Prefiero no llevarte la contraria ya que no quiero tener a un bebé llorón por aquí tan pronto. Siempre serás tú el dramático de la relación, eres mi amigo porque me amas. Y aprende a imitarme, idiota. —Le dio un pequeño empujón en uno de sus hombros mientras reía divertida— ¿Estás seguro que has dicho lo que acabas de decir? Yo que tú me retracto antes de que me convenza de que te has atrevido a decirlo.

¿Tienes miedo de perder? ¿Uh, uh? —se acercó para hacerle cosquillas en el estómago entre risas—. Uhm... no —bromeó—. En realidad lo decía por mi, señorita ego —arrugó la frente, mirándola—.

Solo quiero una cosa.

Disculpa ¿Qué? —se hizo el ofendido—. Él no existe y yo sí ¿Qué tal con eso, uh? Deberíamos dejar de hablar de muerte... me trae malos recuerdos, sobretodo en este lugar —hizo una mueca—. No le tengo miedo a tu fantasma, Nessie. 

Ah, Nate, la muerte es inminente, a no ser que seas Edward Cullen—que no eres, porque él es más atractivo. Moriré hoy, o mañana. o en cuarenta años, pero moriré de todas maneras. Y si no vas mi fantasma te aterrorizará para siempre.

Claro que si ¿Cuanto quieres apostar? —alzó ambas cejas—. Uh, en realidad no —bromeó para molestarla—. Está bien, es mejor ser el bonito que el genio —volvió a bromear—.

Solo quiero una cosa.

Quizás si... pero si vas conmigo seguro te toman cariño —asintió—. Uh... me diste miedo —se aleja un poco de ella, bromeando—. En ese caso yo sería el genio... —alzó las cejas—. Joder, te gusta quitarme el crédito de las ideas ¿Uh?

Solo quiero una cosa.

Oh dios... tendrías que aguantar estar un día entero en casa porque mi madre habla hasta por los codos y le fascina dejarme en vergüenza frente a todos.... sobretodo cuando me aprieta las mejillas como a un bebé —rodó los ojos— esa señora es un caso. ¿Ya ves? hasta te invita sin mi consentimiento  —negó varias veces en señal de desaprobación—. Gracias Kate, eso es tan lindo de tu parte —ironizó—. No te preocupes, me defenderé solo, así quedará clara mi imagen de macho en este campamento —asintió decidido—. ¿Quién es la dramática ahora, uh? Por los cielos... no sé como puedo ser tu amigo —la imitó, haciendo el mismo gesto que ella—. Puedo vivir con ello, ya me había acostumbrado a esa bruja, aunque aprovecharé a esta nueva Kate lo más que pueda.

Así es, incluso estoy pensando en hablar con tu madre para que me permita ver tus fotografías de bebé. Por cierto, la vi pasar cuando llegué al campamento y me ha saludo súper amigablemente me preguntó que cuando me dejaría caer por su casa, así que ya sabes, Kate vacaciones 2014 se viene en camino —Rió divertida— Eres peor que crepúsculo, pero no te preocupes, no dejaré que nadie te trate como mujercita. —Le asintió segura de sí misma— Mentira, lo haces porque te gusta dramatizar cada una de las cosas que te digo. Eres lo peor, Sinclair. No sé cómo soy tu amiga —Entrecerró los ojos e hizo un gesto de despreció mirando en otra dirección, evidentemente bromeando— Claro, estas cosas no se repiten todos los años y no te preocupes, durará hasta que el reloj marque las doce del 25 de diciembre, ya luego volverá la bruja que te dará sólo un cuadrado de chocolate.   

¿Fuiste a visitar a tu amigo especial estas vacaciones? Según supe la respuesta es afirmativa ¿Qué pasa? ¿Te carcomía la culpa? Aun así no le dijiste nada, y yo que pensaba que estabas volviéndote valiente. Una terrible decepción –A.

No te metas con él, imbécil. Para con tus jugueteos y estúpidos mensajes, ya fue demasiado.

Si lo son, me quieren mucho, incluso me dan una rebanada extra de pastel pero shh, es secreto —dijo esto último más bajito y se llevó un dedo a la boca—. Ya te pones dramática ¿Uh? —rió—. Mmm... creo que si, de hecho me imagino que les debe gustar más el invierno, no sé.

Solo quiero una cosa.

No Nessie, aún puedes salvarte... solo un sorbo de ese maravilloso chocolate caliente evitará tu muerte —le siguió el juego—. Vamos, uno y te salvarás. Y si, por supuesto que iría... pero aún eres muy joven, no pienses tonterías.

¿Para qué? Ambos sabemos que es inminente, Nate. Moriré, y no hay nada que hacer sobre ello. Sólo te pido que me prometas que irás a mi funeral. —Dramatizó—

Las señoras de la cafetería tienen, yo lo sé, confío en ellas —dijo esperanzado—. Ahora es nuestro tiempo mi querida Ellie, estás vacaciones iremos por esos vampiros, no te preocupes.

Solo quiero una cosa.

¿En serio? ¿Te estás dando por vencida? Uh... esto requiere de una seria conversación Nessie... —bromeó, tratando de parecer serio—.

Hay cosas, mi querido Sinclair, que no se pueden evitar. Como mi muerte por hipotermia, por ejemplo.

¡Comamos entonces! —exclamó emocionado—. Ush... te extrañe mucho tontuela —se separó de ella para apretarle la nariz despacio—.

Solo quiero una cosa.

Así es, eres mi fan número uno, eso todos lo saben —rió—. ¿Más dramático? ¿Tan dramático como Crepúsculo? vamos, no me digas eso, luego dirán que soy como una mujercita —entrecerró los ojos, mirándola—. Estoy haciéndolo porque quiero probar mis dotes de actor ¿No ves? —alza las cejas reiteradamente—. Ya veo que no sirvo para eso —se sobó el brazo son protestar—. Vaya, que afortunado soy, justo me encontré hoy con la Kate bondadosa. —se echó dos trozos a la boca—. Espero que te dure hasta noche buena ¿eh? —bromeó—.

No lo iba a negar tampoco, después de todo por algo soy tu fan número uno ¿No es así? —Sonrió— Eso es imposible, eres mucho más dramático que libros juveniles de amor. Y eso si es ser demasiado dramático, dudo que algún día alguien te supere. —Se encogió de hombros entre un par de risas— ¡Ves que eres dramático! Estas castañeando de forma falsa —Le dio un suave golpe en el brazo— Chocolate para Nathan entonces —Abrió la barra de chocolate y le dio dos de los cuatro cuadrados del pequeño chocolate— Agradece que te doy la mitad, en otras condiciones te daría sólo uno pero como la navidad me pone de buenas andaré más bondadosa.

¡Galletas navideñas! —exclamó y se lanzó sobre ella para darle un abrazo—.

Solo quiero una cosa.

¡Galletas navideñas!