Tumgik
siempre-estoy · 2 years
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Quiero
Quiero sentir lo que es querer. Quiero enloquecer por un alguien que me brinde la seguridad y el amor que me son escasos. Quiero sentir la firmeza de una mano sujetando la mía mientras andamos el camino de las enseñanzas. Quiero sentir el calor de unos labios conocidos y favoritos entre miles. Quiero temer perder a alguien; sentir erizar mi piel cuando sus caricias asomen por mi cuerpo. Deseo encontrar paz sobre su pecho mientras de fondo suenan los diálogos de alguna película que evado porque a mi mente la invade un letrero gigante que dice “amo estar aquí”. Quiero sentir sin cohibirme; llenar de besos, caricias, mensajes. Entender, al menos lo más mínimo, lo que es sentir el acelerar del corazón por una sonrisa. Desvivir por miradas y gestos. Aprender rincones, expresiones y amores. 
Quiero, y espero, el momento en el que sentir no sea un miedo; que entregarme emocionalmente no me represente un conflicto o una inseguridad...
Y aquí estoy, con la imaginación en mil escenarios que han perdido su idealización...
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siempre-estoy · 3 years
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16 de Junio
El sentimiento que me invade luego de tanto tiempo es completamente inefable; claramente es de nostalgia y dolor, pero no es suficiente. Las palabras se quedan cortas y las que ahora estoy plasmando aquí, y ustedes leyendo, no hacen honor ni a 1/4 de lo que pudiese sentir. Sin embargo, muchos sabemos a qué es a lo que hago referencia, porque tristemente en algún momento la muerte ha hecho presencia en nuestro entorno y aceptar la ausencia de un ser querido es algo que ni la costumbre te lo permite. Realmente, ni el más mentalizado en que a eso hemos de llegar todos, te sabe afrontar la situación. 
Decir que no me pasa nada o que no sé qué me sucede, es mentir. Sé perfectamente la razón, me pasas tú. Me pasa tu recuerdo y tu ausencia. Me pasa que aún no puedo asimilar que ya no estás. Me pasa que sigo esperándote, que no soporto el no tenerte al lado mío...
Otro 16 de junio. Otro año en el que tu ausencia hizo peso en el día a día. ¡Son cuatro ya! Cuatro años y no me recupero del golpe que fue recibir la noticia de tu partida. 1.461 días en los que tu recuerdo hizo de las suyas: me dio fuerza, valentía, felicidad y, a la vez, también me volvió vulnerable, frustrada y temerosa. A pesar de todo, aquí sigo. Sigo porque dentro de mí se mantiene esa fuerza que tú sembraste y yo no quiero dejar marchitar, aunque a veces el desasosiego se adueñe de mí. Sigo porque ese siempre fue tu ejemplo, tu voluntad, y yo me mantengo siempre firme a él.
Otro año y esta foto sigue teniendo el mismo valor del primer día, sigue dándome ese mensaje de “esta es la mano que te acompaña siempre” porque no importa cuánto pase, el lugar en que estemos, de ella me mantengo sujetada. La historia detrás de la foto no es la gran cosa, por eso es que el protagonismo es todo lo que se vea en ella; así, con lo dicho recién, es perfecta.
Somos ignorantes a la muerte por el temor que nos da lo que significaría seguir después de ella; sin embargo, nunca está de más recordar que “no es el final del libro, es el comienzo de otro capítulo”. 
Cuatro años no son nada para la eternidad que requiere tu ausencia, pero, hasta el final de los tiempos, Te amaré eternamente, Padre. 
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siempre-estoy · 3 years
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No intentes perdonarme, que yo no me perdoné
Hoy he decidido acompañar mis letras con una copa de vino, mientras al fondo una melodía, muy acorde a ti, me motiva a redactar. Hoy te escribo sin pensar y sin ort... ¡momento! ¡Claro que hay ortografía!... 
¿Sabes qué es lo que no decido y, sin embargo, muchas veces pasa? Tenerte presente. A ti. A tu sonrisa bonita que alguna que otra vez ha acompañado mis sueños y sucumbe a mis recuerdos generando la mejor de las sensaciones, una imagen clara de tranquilidad, nostalgia y felicidad. A tu voz, sin omitir el acento deli que siempre, desde el momento 0, yo he resaltado; la voz que, al otro lado de la línea, era de mis mejores refugios; la misma que, a consideradas horas de la noche, me servía de arrullo porque, al igual que la sonrisa, me brindaba tranquilidad, como todo tu ser, no sé si te lo he dicho antes, pero siempre que te miro, yo nunca sé muy bien qué decir. 
Aquí estoy, buscando palabras que no suenen repetitivas, clichés, aburridas, perdón si no he sabido cómo hablarte de lo que siento por ti y no porque no tenga claridad en cuanto a mis sentimientos, es todo deuda a mi increíble sentimiento de insuficiencia. Siempre has sido conocedor de mis cambiantes estados de ánimo, ojo aquí, CONOCEDOR no CULPABLE, eso he procurado dejarlo claro en cada uno de esos ataques que me dan. Yo nunca ocultaré que fue mi error porque yo me hice el sordo con tu voz y cuando me hizo falta, ya no estaba. ¿Y yo qué puedo reprocharte? Si cuando lo pienso, siempre tuve más de lo que podía merecer y tú, claro, dando todo de ti, aún recibiendo mis peores respuestas, momentos, palabras. No puedo reprocharte el optar por tu tranquilidad. ¿Pero sabes qué? Aún con esa decisión tuya, no puedes pedirme a mí no usar tu nombre de base en mis escritos ni tu recuerdo como inspiración y el impulso de buscarte, llamarte, tenerte, es muchas veces más fuerte que la aceptación, el impulso de “quédate otra vez, quédate toda la noche”, al menos una para yo poder volver a sentirme en el mejor de mis refugios, ha estado más que presente. 
Creo que esa alusión de “te escribo sin pensar” ha quedado clara en el transcurso del texto, no sé si hay algún sentido y no creo que pedirte opinión al respecto sea lo mejor, dado a que ni siquiera sé si conocerás la existencia de esto. Aún así, no me extenderé más. Después de todo esto, que suena tan maravilloso aunque los dos sabemos que cualquier color, menos el rosa, nos describe, prefiero culminar aquí. Sigo rompiendo mi palabra de dejar de reflejarte en mis letras, pero ha resultado ser un gusto culposo, sobre todo si hay cosas que tanto te traen a mí, pero no te preocupes, si me preguntan por ti, diré que es no es cierto, que duele por dentro que no estés conmigo. 
Pdta: Las frases resaltadas, obvio sabrás a qué corresponden. Te mencioné que había música acorde a ti, a medida que escribía, ellas sonaban, yo solo les busqué un espacio. 
No intentes perdonarme, que yo no me perdoné.
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siempre-estoy · 3 years
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Algo le pasa a mi héroe
A mi héroe, con el que viví 15 años de mi vida y de quien puedo jurar que siempre vi fuerte, con un brillo brutal en sus ojos, contando las mejores historias de su infancia y adolescencia. Al menos así era, hasta que una batalla le hacía perder las fuerzas... 
Algo le pasa a mi héroe, y yo lo noto día a día. Noto cómo se marchitan sus ojos, cómo se encoge su cuerpo ante dolores; he notado cómo, de esos brillantes ojos ya marchitos, brotan lágrimas que yo nunca antes había visto, juro que jamás las había visto, mientras él calla sus quejidos frente a mí; yo estoy ahí, sin saber qué hacer. Algo le pasa a mi héroe y yo no tengo reacción, porque en ningún momento me preparé o me senté a pensar en un escenario como este, nunca me imaginé verlo así, siquiera en la eternidad que esperaba tenerlo a mi lado. 
Algo le pasa a mi héroe y sigo sin asimilarlo. Me cuesta asimilarlo.  Me carcome la mente el pensar en el momento en que aquel roble fuerte se desplome porque es inevitable hacerlo, por más que quiera sobreponer buenos pensamientos, es sencillamente imposible considerarlo. 
Algo le pasa a mi héroe, y no estoy con él. Sus manos se tornan completamente frías y sus ojos se han cerrado en medio de un descanso absoluto. Su respiración se funde en un suspiro y sin querer, PORQUE SÉ Y ESTOY SEGURA DE QUE NO QUERÍA, entra en un mundo donde no hay penas ni glorias, aunque su llegada implique la mejor de las fortunas para dicho lugar.
Algo le pasa a mi héroe, y yo siento una extraña sensación de alivio cuando lo veo acostado en un cajoncito a su medida, esbozando una sonrisa que no sé si soy la única que la detalla. Él está ahí, con su precioso traje, tan hermoso como siempre. Aquí sí estoy, hablándole, diciéndole lo fundamental que me es su ser, su existir. Recordándole cosas obvias, que lo amo, que mi vida siempre será un souvenir a él, porque es por él que soy yo, y claro, no olvidar “que me ha dado 12 hermanos, que le vivo agradecida porque ha sido el mejor padre que pueda tener una hija... y él me escucha, pero no me habla”.
Algo me pasa a mí y es esa enorme ausencia que cargo desde ya hace cuatro años. 
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siempre-estoy · 3 years
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Abismo
No sé en qué limbo estoy o qué abismo presencia mi caída y aleja los muros de los que, posiblemente, podría sujetarme. Yo lo intento. Una parte de mí quiere tomar una roca que sobresalga de aquel muro y apoyarse en ella, buscar la salida y empezar de nuevo, pero no parece ser suficiente. La voluntad no parece ser suficiente. 
Soplan vientos que, en lugar de refrescarme, me ahogan. ¿Acaso tiene esto sentido? Soy un barco perdido en las aguas, a la espera de la luz del faro, lleno de miedo e inseguridades. No puedo. No soy capaz. No soy suficiente. Me ahogo en llantos incontenibles, incontrolables e inevitables y temo sentirme a gusto en medio de las lágrimas, porque a veces quiero una sonrisa, espero alguna expresión diferente, una que en verdad llene y sienta. 
Aún estoy en el abismo de aguas saladas causadas por lágrimas, mis lágrimas. Y necesito una pausa. 
Estoy en un abismo que parece no tener un fin, aunque pensándolo bien, siempre lo he estado. Siempre estoy en un abismo (emocional, sobre todo) que nula mis razonamientos y nubla mi vista de aquello que pudiese impulsarme. Herida tras herida. Golpe tras golpe. No empiezo a levantarme cuando estoy cada vez más hundida. Me pregunto ¿cuál es el problema? Esperando una respuesta diferente al “yo. Yo misma soy el problema, siempre lo he sabido” porque no quiero temer de lo que podría interpretarse con eso. 
Aquí estoy, cayendo por un abismo oscuro y silencioso, de aguas saladas y cristalinas. Lágrimas de lamentos, tristezas e insuficiencias.
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siempre-estoy · 4 years
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Algo falta
Justo entré y leí una imagen que llevaba en su encabezado la frase “algo falta”. Como de rutina, seguí el cursor leyendo las mil publicaciones de gente completamente desconocida, sin embargo, esa primera frase leída retumbaba en mi cabeza y me llevó a un análisis de lo que soy, lo que tengo y lo que, según yo, me falta.
El problema empezó con el “¿qué soy?”; una solución fácil era “soy inefabilidad” y no precisamente porque sea un ser tan estupendo que es imposible de creer, al menos no me siento como tal. Me baso en insuficiencias, dudas, confusiones. Soy una esponja que absorbe todas las lágrimas que ha querido botar en muchos momentos de su vida, pero se mantiene orgullosa y no deja caer una sola gota. ¿Soy lo que quiero ser? No. La verdad es que ni siquiera sé qué quiero o qué espero de mí. Algo falta en la definición que tengo de mí misma, y sí, ese es realmente el conflicto porque ¿qué hay de una persona que hasta definirse le resulta difícil, casi imposible?
¿Qué tengo? Al menos la respuesta a ésta pregunta. Tengo mucha gente a mi alrededor, la gran mayoría es mi familia. Tengo su fortaleza, su unión, su apoyo. Tengo cerca de 60 brazos para cuando necesite algunos que me rodeen. Tengo a la madre más hermosa, la que aún después de un golpe tan duro como lo fue el día en que falleció mi padre, se levanta todos los días, se maquilla y sale a decirle al mundo “AQUÍ ESTOY YO, ME MANTENGO EN PIE”. Quizá sea lo más normal, pero creo que pasar cuarenta años de tu vida junto a alguien y de repente recibir la noticia de que no estarás un amanecer más con esa persona, eso seguramente es una puñalada al corazón.  Tengo el mejor recuerdo de un padre. Tengo la mejor enseñanza del hombre que siempre me llevaba de la mano.  Tengo una cantidad considerable de hermanos, tan diferentes uno del otro. Cada uno con sus ideas, pensamientos, gustos... en medio de todo ésto tienes dos opciones: o te enloqueces, o te unes. Realmente me considero afortunada de convivir con todos ellos.  Tengo siete mini personas que lo son todo en mi vida. Siete hermosas sonrisas. Mis hermanos se han encargado de darme los mejores regalos y definitivamente soy la más feliz con solo pensarlos. La curiosidad, la alegría, la imaginación, las risas, todo lo que conlleve ver el crecimiento de cada uno de ellos y, en algunos casos, hasta ser parte del proceso me sacan un espíritu hermoso de madre que, realmente, no espero sentir con uno propio (éstas mismas siete personitas me han dado para considerarlo mucho) pero que sencillamente me encanta. Tengo a Tony, el negrito de cuatro patas que se alegra enormemente cuando me ve y que me protege gruñéndole a mis propios hermanos cada que ve que me están molestando.  Tengo a la mejor amiga más hermosa que pude haber querido. Tengo su comprensión, su cariño, su respeto. Tengo cada cosa que hace de ella la mejor de todas. Tengo su hermosa compañía en cada momento. Tengo sus palabras cuando sencillamente quiero darle STOP al mundo. Tengo sus consejos y sus “te lo dije” para cuando estoy por hacer una estupidez. Tengo a quien me da la oportunidad de cagarla completamente sólo porque sí, porque me dio el capricho de hacerlo, pero se mantiene ahí, para ser mi bastón. Tengo con quien he pasado muchos de los mejores momentos de mi vida. Tengo mucho, demasiado, con solo tenerla a ella.  Tengo algunas personas, literal que cuento con los dedos de una mano, que se han encargado de llegar a mi vida y hacerla más llevadera. Tengo con quien sentarme un día cualquiera a echar chisme. Tengo a la compañía adecuada para ir por un café. Tengo a quien su confianza en mí me reconforta; también a aquel que, pese a la distancia, me apoya en todo... ¿Algo falta? En éste aspecto, al menos no. 
¿Qué me falta? Me falta seguridad. Me falta confianza. En mí misma, en el entorno. No quiero tampoco ser una regalada al mundo, pero qué bueno sería andar con la valentía y seguridad para hacer mil cosas que me he dejado inconclusas.  Aunque, como mencionaba anteriormente, de alguna u otra manera lo tengo, me falta mi papá. Me falta su sonrisa, sus abrazos. Sus ojitos oscuros. Su risa contagiosa. Sus abrazos protectores. Su mano enorme que cubría perfectamente la mía, generándome la mayor tranquilidad. Me falta verlo en el sofá frente al tv viendo algún partido de fútbol. Me falta escucharlo gritar los goles del rival de mi equipo favorito, por simple burla. Me faltan sus juegos, sus adivinanzas, sus chistes. Me falta sentir su aroma. Escuchar sus respuestas tan irónicas a preguntas sencillamente tontas. Me falta escucharlo llamarme con el diminutivo más común de mi segundo nombre, porque se le escuchaba hermoso y yo me sentía la niña más consentida del mundo. Me falta mi papá. En tiempos de pandemia... Me falta todo lo que ya he dicho. 
Algo falta. Ese ‘algo’ es ‘todo’; todo lo que le da alguna estabilidad, así sea mínima, a mi vida. Me faltaba escribir. No sé si es lo que esperaba, pero descubro mucho de mí por este medio y me encanta. 
Algo falta, también mi paciencia. La misma que se agota y me hace sentir abatida, quedada. La misma que cada aspecto solicita. 
Algo falta, pero... ¿y si, después de todo, soy yo?
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siempre-estoy · 4 years
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Amo.
Amo el momento en el que corazón y mente coinciden y se cansan de sentir insuficiencia y dolor. Amo no tener que fingir estar bien, porque en realidad, estoy de maravilla. 
No sé qué grado de madurez maneje o si, por el contrario, simplemente juego a actuar como un individuo que lo es; pero la verdad es que analizar ciertas situaciones y sentir como mi yo interno se mantiene en calma, sin desilusión, decepción o sin siquiera sentirse traicionado, esa sensación no te la cambio por nada. Qué reconfortante es poder mirar a alguien y decirle "ya no me dueles", aunque, ¿lo hizo en algún momento?
 Amo enormemente la valentía y el orgullo que me invaden para aceptar el cómo pasaron las cosas, al fin y al cabo, y pensándolo bien, nunca tuve en mis manos la opción de evitar que sucedieran porque hay cosas frente a las que sencillamente no se puede hacer nada. Tal cual. Nunca se me dio la oportunidad, eso quizá me haya generado la intriga de si de pronto no la hubiese merecido, pero tampoco la mendigué y eso fue lo que siempre destaqué, el mantenerme de pie y con la dignidad intacta. 
Amo la manera en que demostraba que era más que lo que pidiese algún momento, aquel en el que mi mente me decía "usted vale y merece más que eso" porque sí, aunque con poco, siempre merecí más y es increíble que lo diga teniendo en cuenta que muchas veces soy una persona conformista y acomodada, qué error horrible... pero aquí estoy, más consciente de que en realidad merezco más. Amo cómo, sin esforzarme mucho, logré ciertas cosas que me habían dicho no podría obtener porque las consideraban como un simple deseo de la juventud. Amo saber que la balanza se inclinó a mi favor y ese "simple deseo" hubiese ido tomando forma. El fin es lo de menos porque hasta el fin lo disfruté. Digamos que salimos ganando todos. 
Amo poder escribir ésto. Notar que en serio me hago fuerte con cada pensamiento y recuerdo. Amo recordar lo que fui ante una situación que hace parte de aquellos momentos que te marcan la vida. Amo saber que las deducciones que he podido sacar han estado a favor de lo que estoy haciendo de mí. 
Y aquí estoy, con una mejor convicción de lo que soy y lo que valgo.
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siempre-estoy · 4 years
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Me quemé.
Nunca hubiera contado con el hecho de que adentrarme en un ambiente tan diferente al que acostumbraba implicaría un inmenso cambio en mi vida, en mi manera de ver diversos aspectos de la cotidianidad e, incluso, pudiese afectarme tanto en mil sentidos personales. 
El que juega con fuego, se quema. ¿Cuántas veces hemos escuchado ésta frase a medida que estamos realizando alguna bobada que simplemente nos atrae, volviéndonos vulnerables? Bueno, yo quise jugar y me quemé. Lo curioso es que aquella quemadura no me generó dolor, por el contrario, la satisfacción que le brindaría a cierta temporada de mi vida no la hubiera cambiado por nada. Me parece haber dicho antes que mi vida maneja una paradoja que ni yo entiendo, y realmente la vida se encarga de patentar la frase de “la lengua es el azote del culo”. Me ha salido de maravilla el realizar cosas que siempre habría dicho me parecían completamente absurdas, cosas que realmente no mencionaré simplemente porque no tendrán mucha relevancia... al menos por ahora. 
Volviendo... Me quemé en un juego que no tendría mucho sentido seguir, pero siempre, de manera curiosa, consciente de todo lo que conllevaría, lo que me costaría y me plasmaba en la mente la idea de que era juego, en eso se quedaba. De allí no pasaría. No contaba los días. No hacía un registro de los momentos buenos o malos, simplemente estaba ahí, viendo crecer la llama. 
El deseo humano por aquello que puede resultar descabellado, o al menos con poco sentido, es increíble. Ahora me pregunto si no se debía a algún tipo de necesidad que me requiriera el mismo, aunque también me mantengo en que la idea es absurda, porque me sentía en disposición de afrontar lo que fuese necesario, al fin y al cabo, era mi momento. Eso creía. 
Me quemé con algo de lo que no me arrepiento y, por el contrario, desearía repetir... y aquí estoy, con el recuerdo intacto del inicio de un revuelco de emociones y sentimientos. 
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siempre-estoy · 4 years
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Llegué acá buscando no sé qué realmente y me hallé con el espacio perfecto para expresar mis ideas, las mismas que me han llevado hasta estados deplorables o,incluso, hasta los más inefables. 
“Siempre Estoy”, ¡vaya que no puede ser un nombre peor de absurdo!, pero sé que puedo darle forma, fortalecerlo y descubrir su curioso sentido, al fin y al cabo si fue lo primero que pasó por mi mente, algún motivo ha de haber.
Y aquí estoy, quizá con las expectativas altas de ser un anónimo más que sólo quiere un espacio donde distraerse, consolarse y motivarse. Que paradójico que odie la idea de que alguien sepa tanto de mí y sin embargo pretenda venir a contarlo todo, mi vida se basa en paradojas. Estudio una carrera que me pide la interacción con todo el mundo, prácticamente, y me considero de las personas más selectas para relacionarse. No sé porqué, pero ahí estoy, amando el progreso. La relación con mi familia es bastante buena, aunque siempre puede ser mejor, y ahí estoy, siendo fan número uno de todas esas personas. 
Me distraigo con facilidad de los enfoques, iróóónico, pero sigo ahí, analizando. Realmente soy fan de mantenerme como espectador de lo que acontece a mi alrededor. Intercedo muy poco, las personas que me conocen se quejan mucho de que, cuando lo hago, actúo con una severidad increíble. Y me disculpo. Me disculpo porque sé y entiendo que muchas personas manejan una susceptibilidad mucho mayor a la mía, pero nunca puedo prevenirlo y ahorrarme las disculpas que, algunas veces, simplemente hacen parte del protocolo. 
Y aquí estoy, iniciando algo que no sé qué tan factible me resulte, temiendo hacer parte de las lecturas de alguien. Sí, otra ironía, pero aquí estoy. Siempre Estoy. 
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