No pudo evitar que una mueca de desagrado se posara en sus facciones una vez que notó el nombre de se progenitor sobre la pantalla de su celular, claro, en cualquier tipo de situación hubiese sido encantador tener una charla con el hombre mas en esos instantes era uno de sus últimos deseos. “Te estoy diciendo, papá. No, que no llegó. ¡Dios! ¿Cómo puedes creer que estoy mintiendo? Es cosa obvia, te dije que no tenías que confiar en el sistema de correo inglés. Además…” Interrumpió su hablar, observando con cierto recelo a la persona que, aparentemente, había presenciado aquel pequeño espectáculo en donde sus movimientos prácticamente imitaban a las de un león enjaulado producto de lo frustrada que se sentía al no ser escuchada por la voz masculina al otro lado del teléfono. “¿Se te ofrece algo?” Cuestionó tras carraspear levemente, sin importarle siquiera que un repentino y sutil color carmesí se hiciera presente en sus facciones ni mucho menos que estuviese su padre estuviese continuando su monologo. 

                           ❛ En realidad, sí. ❜ Mencionó al fin mientras se encontraba apoyada en el marco de la puerta de su habitación. Llevaba escuchando la conversación mucho antes de salir al pasillo fruto de la alzada voz de la castaña. ¿Qué si se le ofrecía algo? Por Dios. ❛ Deja de gritar o destruyo tu maldito teléfono. ❜ Enunció, colocando una leve sonrisa para nada acorde al momento.

Había sido magnífico… Las luces, los trajes, la técnica… ¡ Todo ! Realmente le había encantado. No solo por ser el Cascanueces ( que a pesar de ser un cliché, era el ballet favorito de Brittany ), sino por tener a Rhea a su lado. Sabía que ella no habría disfrutado tanto como la castaña lo había hecho, pero estar viendo una de sus actividades favoritas junto a su persona favorito, era simplemente mágico. Había tomado la mano de su novia y ahora paseaban por las preciosas calles de París, observando cada bonito detalle, cada casa que probablemente no volverían a ver, cada persona, cada baldosa… Y la americana solo podía sonreír. Era lo único que salía de su boca, una dulce sonrisa. Y es que pensar que alguien le quería tanto como para llevarla a un lugar tan bello como aquel… Pero al fin y al cabo; aquella era la ciudad de las luces, y del amor al igual.

A su suerte, ambas tuvieron que pasar por la majestuosa Torre Eiffel, la cual en la noche lucía sus mejores galas, deslumbrando París con aquellas preciosas luces. Allí fue cuando decidió decirle a la rubia lo mucho que la quería, agradecerle todo, admitir que sin ella no era nada y que llevarla a aquella ciudad era lo más significativo que alguien había hecho por ella. En realidad, era completamente cierto. Ya fuera por parte de su madre, sus abuelos, su hermano, su hermana, sus amigos… Ni siquiera sabía quien demonios era su padres. Ninguno de ellos habían o habrían hecho semejante locura por ella. Pues aparte de estar saltándose días lectivos, era consciente de que el viaje, el hotel y la obra eran realmente caros. Y puede que el amor no se mida en dinero, pero al fin y al cabo el segundo interrumpe en absolutamente todo.

Ya a su llegada al hotel, caía la mitad de la noche y ambas subieron en el ascensor hasta la habitación, donde un juego de besos había comenzado. La bailarina se había ocupado de mantener a la contraria pegada a la pared del ascensor, sin ningún tipo de miedo a que alguien las pillara, pues además de no poderles decir nada; dudaba que a aquellas horas llegara nadie al hotel. La fémina había pasado de sus labios al cuello, posando dulces besos en este para finalmente subir a su oreja, donde mordió el lóbulo ajeno para añadirle el punto que deseaba que el resto de la noche siguiera teniendo. De allí volvió a su frente, rozando sus narices, cerrando los ojos e inhalando el aroma que la mujer a quien amaba desprendía. Se quedó quieta, cerrando sus ojos fuertemente y abriéndolos al segundo. Observó a la griega, deseando que el elevador llegara ya a su debida planta. Bajó su vista hasta los labios de esta, volviendo a sus preciosos ojos verdosos de nuevo — Te quiero… —. Susurró, dando las palabras mas sinceras que en aquel momento supo pronunciar. Así, posó su tacto en el cuello ajeno, acercándose de nuevo para besarla. ( @rheaxprd )

                 La repentina llegada a París, junto a Britt había traído consigo toda la paz que había necesitado en los últimos tiempos. Era la creencia de que un mundo mejor podría existir para la griega, que todo lo que había vivido no eran más que etapas destinadas a extinguirse y que un nuevo mundo acompañada se abría paso ante sí. ¿Estaba preparada? Por supuesto que no. Cada vez que un nuevo camino favorable se abría a su paso, se encargaba de hacer lo posible por que éste tomase la peor dirección existente. Era una especie de máquina de autodestrucción a la que nunca le era suficiente, nunca le valía con lo que tenia, debía encargarse de que absolutamente todo se jodiera y marchitara. Tal y como estaba haciendo con Britt. Todo era culpa de aquella maldita burbuja efímera que se había formado en aquél viaje, la misma que se rompería con un simple toque, era tan bella que podría embaucar a cualquiera. O eso le parecía. Las horas en el ballet se habían pasado largas, lamentándose una y otra vez de no saber apreciar la belleza de semejante arte, pero embobándose el noventa por ciento del tiempo en observar el rostro de emoción de su novia. Sus ojos tenían más brillo que el propio escenario, para la rubia, conseguían eclipsar a cualquier protagonista. Y es que, la genuina belleza que la americana emanaba era suficiente razón para que no deseara apartar la mirada de ella. O por lo menos así ocurrió hasta que las luces se apagaron, indicando el final de la actuación.

No era la primera vez que viajaba a la capital francesa, pero sí era la primera que salía del país con Britt, dejando a un lado el negativo mundo que Bedford traía consigo. Por lo tanto, incluso se podía notar cierto rostro de felicidad sobre las facciones griegas y, joder, realmente hacía mucho tiempo que no se veía de aquella forma. De vuelta al hotel, es ascensor se convirtió en el sitio idóneo para convertirse en su particular lugar de impaciencia, donde los besos se abrieron paso mientras las plantas subían. Rhea dejó caer sus párpados, estremeciéndose por el contacto de los ajenos sobre su lóbulo y cuello, ambos puntos débiles universales. Claro que estaba deseando abandonar de una vez por todas aquél maldito elevador, maldiciéndose a sí misma por elegir uno de los pisos mas altos pensando en las vistas. A pesar de todo, la separación llegó justo a tiempo para perderse en sus iris pardos.  ❛ Yo también te quiero. ❜ No dudó en decírselo, chocando inmediatamente con sus labios para cuando éstos volvieron a invadirla. El ascensor marcó su planta de destino, obligándolas a separarse poco después. Rhea, por su parte, se encargó de tomarla de la muñeca para poder avanzar con mayor rapidez hacia la puerta, entreteniéndose con sus labios al tiempo que buscaba la tarjeta de acceso en el bolso. Intencional o no, tardó más de lo que debería, pero al fin se encontraban allí. No se separó de ella en ningún momento, ni si quiera esperó a acercarse a la cama para comenzar a desabrochar la cremallera del vestido ajeno. Mientras sus yemas batallaban con la tela de la prenda para desprenderse de ella, sus labios se centraron en el cuello ajeno. Y joder, le hubiera encantado seguir. Durante un primer momento, decidió ignorar el peso que sentía en los hombros y el nudo que se formaba en su garganta, señales inequívocas de la culpa con la que cargaba. Era una imbécil. Dio un paso hacia atrás con algo de brusquedad al tiempo que sus palpitaciones aumentaron.  ❛ Tengo que contarte algo, no puedo guardármelo durante más tiempo. ❜

↳INSTAGRAM @BRITT-RYCH UPLOADED A NEW PHOTO.

“sooo, my girlfriend gave me the present of going with her to paris and attend to one of the best ballets there… i love her so f****** much.“

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@lizziecox: bitch………………………. you both cute tho

@missmmeier: [ moon emojix10 ] 

@nicxsabelli: couple goals💕

“vamos, rhea, necesito de una mujer para esta broma y creo que eres la única con las agallas para hacerlo” insistió, frunciendo sus labios en busca de una oferta mejor. “podemos redondear el número de hamburguesas a 30, no más. piénsalo, mientras todos comen la pasta de misteriosos ingredientes de la cocinera, tú saborearás mc donalds feliz de disfrutar su sufrimiento”

                       “ Sabía que eras un poco estúpido, pero realmente venir a pedirme ayuda a mí lo ha confirmado.” Le habló, con un leve alzamiento de ceja, en efecto, le parecía que alguien necesitaba una buena dosis de a nadie le importa tu mierda. “Además, ¿qué te hace pensar que vaya a comer Mcdonalds como una obesa yankee? Este cuerpo no se mantiene con esa alimentación.”

                                  ❛  Si crees que voy a ayudarte con esa estupidez, estás jodidx. ❜   Mencionó, encogiéndose levemente de hombros ante la figura ajena.  ❛ O por lo menos, no lo haré hasta que me ofrezcas algo mejor que eso. ❜

 Rió ante el comentario de la griega, pues sabía que ella no resultaba ser la persona más paciente del lugar, y si la castaña ya se ponía nerviosa cuando alguien llegaba tarde donde había decidido encontrarse con alguien, imaginarse a la fémina podría ser catastrófico. Ahora sí, Brittany no acostumbraba a encontrarse en aquella situación, ya que ella solía ser quien llegaba a deshora a todas partes, principalmente al colegio, si es que finalmente acudía — Pero lo importante es que estás aquí, olvídate del taxista —. Sonrió, sintiendo la presión de la mano ajena en la suya. Le agradaba tantísimo tenerla tan cerca. Observó sus verdosos ojos, escuchando la justificación que ofrecía ante la idea de no haber sido invitada a la fiesta — Supongo que sí, Maggie seguro te hubiera invitado, pero sin saber que te encontrabas aquí… No sé, ella sabe que tú eres importante para mí —. Admitió, ofreciendo información para que ella comprendiera que no le habían dejado desplazada, pues Rhea era difícil de conocer, pero cuando lo hacías resultaba una persona de quien no te podías separar. O al menos para la castaña lo era, aunque no había podido demostrar su teoría pues no solía hablar de su relación con la fémina con otras personas, ya que quien más cercano era a la americana resultaba ser aquel que la odiaba. Y sí, se trataba de Gerhard, el hermano de esta — ¿ Un regalo ? —. Preguntó, dejando atrás aquellos pensamientos, volviendo a disfrutar de la actual compañía. Aquella cuestión había sonado curiosa, pues en la fiesta no le había recibido regalos, por eso le sorprendía que por su parte si fuera a tener uno. Sabía que en el conservatorio le regalarían cualquier bobada, pero ella la pasaba en aquel lugar como en ningún sitio, pues sus mejores amigos se encontraban allí y tenía la mayor confianza en ellos. Al escuchar aquella respuesta, la muchacha abrió la boca y adoptó una oji-plática expresión, observando con sorpresa a la mujer — ¿¡ En serio !? —. Casi gritó, dirigiendo su mano sobrante a la boca para tapar y coronar  su declaración. Al segundo, dirigió sus dedos al cuello de la contraria, para acercarse entonces a ella y chocar sus labios con los impropios, sin dejar de sonreír a la vez.

                    La sonrisa de Britt le desveló aquello que tanto anhelaba: felicidad. Había conseguido hacer feliz a alguien por primera vez en sus años de vida y podía jurar que no existía mejor sentimiento que ese. ¿Podía hacer las cosas bien de una vez por todas? No podía estar tan segura. Al fin y al cabo, sabía que en cualquier momento as cosas explotarían  todo por lo que mas temía saldría a la luz de la peor de las formas posibles. Se cobijó en el beso ajeno para apartarse de sus pensamientos en la medida de lo posible. Automáticamente le correspondió, buscando sumirse en a energía positiva que el cuerpo de Britt emanaba. Unos segundos y parecía suficiente para que su propia sonrisa buscara hacerse notar entre el beso compartido, obligándola a relajar sus fracciones y sus músculos. Había encontrado la paz con ella, un pequeño recóndito de su mundo de caos que todavía era capaz de indicarle que existía luz fuera del túnel. Y por supuesto que iba a seguirla. Al fin logró separarse, colocando la visión directa en los brillantes ojos pardos. Ella tenía ese tipo de belleza que le hacía querer mirarla durante todo el maldito día. Suspiró, apartándose un mechón de su cabello en un movimiento rápido.  ❛ Supongo que te ha gustado.❜ Habló con gracia, todavía algo nerviosa por todo el asunto.  ❛ Me apetecía estar contigo alejada de Bedford y de toda la gente aunque fuera por un fin de semana. ❜ Mencionó, colocando ambas manos en el interior de sus bolsillos fruto del frío. En efecto, estar con toda esa gente cada vez se le hacía más pesado, no había ni un día que todo el drama la estallara en la cara y se viera salpicada de una forma u otra. Sí, quería estar alejada de Gerhard, de Brandon y absolutamente de todo aquél que le recordase que gran parte de ella no se merecía a la persona que quería.  ❛ ¿ Por qué no pasamos ? Se me están congelando los pies.... además quiero que me cuentes todo sobre esa fiesta. ❜

                    ❛ ¿entonces te gustaría ayudarme con los niños? por favor, por favor, por favor. tal vez te ensucies un poco de pintura pero, vamos, ¿a quién no le gusta mancharse con acuarelas de vez en cuando? ❜

                      ❛ Creo que no. ❜ Respondió con naturalidad. Los niños estaban consiguiendo acabar con ella en todos los sentidos y no sabía si sería capaz de aguantar a una camada entera.  ❛ Lo máximo que te puedo ofrecer es a mi niño, hace cualquier cosa que le pidas. ❜

                      “Decime la verdad, ¿los demonios me pegaron algo en la espalda?” pregunto pues mientras tomaba sol había escuchado las risas de los menores a sus espaldas y aunque las había estado desestimando presentía que algo se traían entre manos e iba más alla de mirarle el trasero. “Miras abajo de la cadera y te mato” sentencio amenazante a la persona que se encontraba frente a ella y al tiempo se dio media vuelta para permitirle a el/la contraria revisar si efectivamente el grupo de niños le había hecho algo.

                               ❛ Ya te dije que no eras mi tipo.❜ Le recordó, alzando una ceja que compañó a sus palabras. Claro que iba a mirar, sería una auténtica estúpida si no lo hiciera. De todos modos, cumplió su función al quitarle un par de post-it que los niños le habían colocado. Los miró y colocó una amplia sonrisa, mostrándoselas después.  ❛ Big Booty y Sexy Mama, un poco exagerado, pero no te queda mal.❜ Comentó con gracia ante lo que decían mencionados papeles. 

El chico rodó un poco los ojos, sin la intención de ser grosero y sonrió la rubia enseñando su perfecta dentadura. “Tengo mis contactos…” respondió con sorna, intentando hacerse el gracioso, mas eso no le pegaba. El chico no solía ser el gracioso de la escuela, ni el que se llevaba a todos a la cama, ni el más popular, ni el- en fin. “En realidad, puedes conectarte a internet usando los datos de tu móvil. Eso he hecho.” aclaró sonriendo amablemente. Al ver que la chica seguía de pie decidió invitarla a hacerle compañía: “¿Te gustaría sentarte?” preguntó señalando un hueco a su lado debajo del árbol con la cabeza. Quizás no era el sitio más cómodo del mundo, pero no podía ofrecerle nada más. 

              ❛ Yo no tengo cobertura y por ende, tampoco datos. ❜ Comentó, rondando los ojos como si hubiera dicho lo más obvio del planeta con sus anteriores palabras. Suspiró, decidiéndose a sentarse a su lado para después sacar su teléfono móvil del bolsillo.  ❛ Me tienes que decir cómo conectarme a esa cosa. ❜ Anotó, desbloqueando la pantalla para mostrarle la página de los ajustes de red. Aprovechó para dirigirle la mirada al muchacho, por supuesto que no lo había visto desde que se encontraba en Bedfrod.  ❛ ¿ Eres nuevo o algo así ? ❜

La castaña hubo reído tras el comentario de la fémina, que daba a entender que además de no saber nada de la fiesta que le habían organizado, había estado en aquel lugar por un largo periodo de tiempo. A la par que ella se levantaba de donde se hallaba, Brittany se acercaba a la muchacha para rodearla con los brazos, se sentía tan bien estar con ella de nuevo. Puede que hubiera sido cuatro días, pero realmente la extrañaba, y más con todo el tiempo libre que ganaba escapándose de los críos. Le correspondió el beso, separándose de ella después lentamente, bajando su mano derecha por el brazo impropio para entrelazar finalmente sus dedos con los ajenos — Gracias —. Sonrió, mirando directamente al rostro de la griega — No pasa nada, realmente no esperaba ni tu visita… Pero me alegro tanto de que estés aquí —. Confesó, acariciando el dorso de la rubia con su tacto. En verdad, la joven lo había pasado realmente bien en la fiesta, ignorando el hecho de que ella no solía celebrar su cumpleaños pues odiaba ser el centro de atención dentro de una fiesta. La americana había pasado por un par de días en los que solo se había dedicado a huir y pasarlo mal a causa de los niños y diferentes factores que habían hecho de su tranquilidad el máximo estrés. Por no mencionar que ella intentaba rehuir a Brandon y a Gerhard, con quien había mantenido una conversación sobre la actual presente y su relación consigo misma. Por ello, la fiesta le había gustado en su totalidad, ya que pudo descansar de tanto nerviosismo finalmente. Pero encontrarse a Rhea ahora era sin duda la mejor sorpresa y el mejor regalo que podrían haberle dado — ¿ No te dijeron nada de la fiesta sorpresa ? —. Obviamente ya conocía la respuesta, ya que la griega se encontraba allí y no en la celebración, donde se habría encontrado si alguien le hubiera avisado, cosa que no hicieron pues ella parecía estar fuera todo el campamento.

                          Apretó inconscientemente la mano ajena, deseando dejar a un lado todos los problemas que había causado con intención de no estropearle el cumpleaños. O por lo menos sólo ese día, pues estaba segura de que tarde o temprano todo se jodería. ❛ Yo también me alegro, el taxista se perdió dos veces de camino aquí y estuve a punto de matarlo como cien veces. ❜ Explicó, encogiéndose de hombros, pues realmente su camino desde el aeropuerto había tardado más de lo normal precisamente por culpa de tal sujeto. ¿Nadie iba a hacer las cosas bien? En efecto, todas las señales le conducían a una respuesta negativa. Cuando mencionó lo de la fiesta, alzó levemente una ceja, pues era obvio que a ella no le habían dicho nada.  ❛ No, pero supongo que es normal. Al fin y al cabo nadie sabía cuándo iba a volver, ni si quiera yo. ❜ Mencionó, aunque tampoco era como si la tuvieran demasiado en cuenta de todos modos, sabía que podía haber aportado algo de información para la fiesta. Jugó con el agarre de sus manos, algo nerviosa por encontrarse de lleno en el día especial de alguien a quien consideraba importante. Además, como apenas había red en el campamento, no pudo hablar con ella tanto como le hubiera gustado.  ❛ Tengo un regalo. ❜ Reveló, apretando los labios en una genuina sonrisa. Realmente se sentía en deuda contante con Britt.  ❛ Nunca le suelo hacer regalos ni detalles a nadie, pero si es una mierda podemos gastar el dinero en comida basura para estar todo el día tiradas en la cama. ❜ Era real, por lo que no podía evitar sentir una explosión de mariposas nacer en las paredes de su estómago. ¿Y si no le gustaba? Mejor se tranquilizó, decidiéndose a colocar la mirada en los orbes pardos.  ❛  Nunca estuve en uno y... como tú lo practicas pensé que te gustaría. Así que conseguí dos entradas para el mejor ballet de París y nos quedaremos allí un par de noches. ❜

El italiano suspiró e inició su caminata hasta un gran árbol que se encontraba a la orilla del bosque. Por fin había conseguido librarse de los niños por un rato. Aunque los adorara, echaba de menos tener su tiempo libre para escribir o simplemente para no hacer nada. Al llegar a su destino, se sentó en el suelo y apoyó la espalda en el tronco. Estaba realmente extasiado, por la multitud de cosas que habían sucedido durante su llegada a aquel internado. Solo esperaba que todo siguiera así y no cambiara nada, porque le estaba encantando la compañía que había recibido hasta ahora. Después de acomodarse tal y como a él le gustaba, sacó su ordenador portátil de su mochila y se dispuso a encenderlo. Hacía bastantes días que no publicaba nada nuevo en su blog y les debía un poema a sus lectores.Las palabras comenzaron a fluir dentro de su cabeza y lo único que se oía en el ambiente era el repiqueteo de sus dedos contra las teclas del ordenador. Era su sonido favorito. Todo estaba en calma hasta que sintió a alguien sentarse en frente de él. No le gustaba demasiado la compañía mientras estaba metido en su mundo. “¿Puedo ayudarte en algo?” preguntó mientras levantaba la cabeza poco a poco, sin saber realmente de quién se trataba la otra persona.

            No tardó en fruncir el ceño ante la escena que sus orbes verdes filmaban. No era al joven en sí al que estaba mirando, sino al aparato electrónico que sustentaba en su regazo. Por supuesto, no se pensó demasiado lo de acercarse a él y así lo hizo, sin tener ningún decoro en mirar su pantalla para darse cuenta de que, efectivamente, tenía conexión a internet.  ❛ ¿ Cómo mierda te has conectado ? ❜ Cuestionó, alzando ambas cejas en búsqueda de una respuesta.  ❛ Desde que he llegado aquí no he tenido cobertura, ni si quiera para whatsapp. ❜ Anotó, cruzándose de brazos ante el ajeno.  ❛ Deberías ser el router oficial de todos. ❜

“¿Vienes para quitarme lo poco qué me queda?” Una de sus cejas se arqueó, dándose cuenta que su hermana estaba frente a él. No poseía las fuerzas suficientes para luchar contra ella, y lo que menos deseaba, era charlar de la persona que ambos habían decidido amar. Desde la partida de su prometida, todo en su vida se había vuelto más oscuro, dando lugar a emociones que jamás creyó volver a sentir. En las noches, se embriagaba, recordando los besos que su amada le daba antes de dormir. Pero ahora, nada parecía tener sentido. Se entregó al dolor, volviéndose esclavo de las pesadillas, y del infierno que lo perseguía día a día.  @rheaxprd

                          ❛ No se de qué mierda hablas ❜ Respondió inmediatamente, pues su razón de aparecer por allí no tenía nada que ver con los problemas internos que pusiera tener aquél hombre. En absoluto. Se colocó frente a él, llenando sus fosas nasales con el olor a destilería que el mayor portaba en todo momento. Tampoco le sorprendía.  ❛ ¿Qué era ese mensaje que me mandaste? ❜ Cuestionó, con las cejas alzadas en un claro síntoma de incredulidad.  ❛ Han pasado semanas desde la última vez que causé algún problema en Bedford, hasta vine al campamento y estoy colaborando con las actividades. ❜ Se defendió, pues en los últimos tiempos había estado tan concentrada en Britt que había intentado comportarse en la medida de lo posible para no cagarla más con ella. Joder, incluso estaba cumpliendo con su medicación.  ❛ No me merezco esta mierda. ❜

Gerhard: ¿sabes algo? Puedes hacer lo que se te dé la gana, pero yo mañana iré a hablar con los doctores. Te vas a regresar, Rhea.

Rhea:  ✓✓ (Leído: 28 de Marzo, 19:19)

La muchacha regresaba de la fiesta que sus amigos le habían planeado por su cumpleaños. A decir verdad, no se esperaba nada de eso. No lo hacía por el simple hecho de que la americana había dicho una simple vez que su aniversario era aquel día. Por eso, y porque no acostumbraba a celebrar su cumpleaños, no creía a sus amigos capaz de aquello. Sobretodo porque no se consideraba muy cercana a los presentes, pero realmente ver a todos allí le había reconfortado. Bueno, a todos menos a Rhea… Ella era quien más había extrañado y, por supuesto, quien más deseaba ver en aquellos momentos. No sabía como había llegado al punto de quererla presente en todos los aspectos de su vida. No tenía idea de como le había dejado acercarse tanto, pero realmente le gustaba aquello. Continuó con su camino hacia la habitación que compartiría con Brandon hasta que regresaran a Bedford del campamento. Había preferido no esperar al moreno y comenzar su marcha hasta la cabaña por su cuenta. Ahora, se encontraba a menos de tres metros de la puerta de su cuarto compartido. Andaba cabizbaja, pues la fiesta le había dejado agotada. Finalmente, cuando llegó allí, diferenció una silueta femenina delante de la entrada al paraje donde dormiría. Al segundo, comprendió de quien se trataba. Se acercó a ella lentamente, sonriendo nada más llegar a su frente — Rhea… —. Susurró, dedicándole una suave sonrisa que solo ella podía sonsacarle. ( @rheaxprd )

                      Aquél inesperado viaje de vuelta a Grecia había llegado en el momento menos oportuno para la rubia. Y es que, no era únicamente que todo Bedford se había marchado de campamento, sino que el cumpleaños de Britt estaba entre medias de todo el asunto. Estaba claro que no iba a dejarlo pasar así como así, por lo que se vio en la obligación de adelantar su regreso, aunque tuviera que viajar en algún avión nocturno. Así lo hizo, con la suerte de haber alertad con suerte al campamento para que alguien la recibiera en su llegada. Con suerte pudo dejar sus maletas en la cabaña correspondiente y preguntar la posición exacta en la que se encontraba el lugar de hospedaje de aquella a la que buscaba. Una vez allí, comprobó que nadie se encontraba dentro. ¿Dónde demonios estarían? Además, la cobertura de la zona no era la mejor del mundo, por lo que su diversión se redujo a aquellos juegos demo que venían con el teléfono. Media hora habñia transcurrido cuando se dio por vencida con uno de los juegos, lanzando un suspiro que la llevó a bloquear su teléfono. Mas el problema se redujo notablemente cuando al alzar la mirada se encontró con la castaña.  ❛ Ya creía que me había equivocado de cabaña. ❜ Mencionó, decidiéndose a ponerse en pie para darle un abrazo lo suficientemente fuerte como para mostrar toda la alegría que conllevaba estar con ella al fin.  ❛ Feliz cumpleaños, Britt. ❜ Habló al fin, soltándola para deporsitar un leve beso sobre sus labios. Realmente le resultaba increíble esa capacidad que tenía para lograr sacar lo mejor de sí, aún después de todo.  ❛ No pude venir antes. ❜

@rheaxprd

Parecía poco creíble como había acabado aquella noche, pero al posar sus obres en la rubia una vez más volvía a confirmarle lo que había sucedido y no podía evitar sonreír con cierto sentimiento de triunfo, algo patético en él y que claramente lo reconocía en su interior. “Supongo que te veré por ahí entonces…” Habló moviendo uno de sus hombros con desdén al cerrar la puerta del baño en cuanto estuvieron fuera de él. “¿No quieres que te acompañe a tu edificio?” Señaló al pasillo con una apenas visible picaresca sonrisa, no quería actuar como un imbécil pues realmente prefería llevársela a su habitación y continuar con lo que había empezado hacía unos cuantos minutos.

                         Una vez fuera del baño, se encontró con dos bifurcaciones importantes: terminar o continuar. Por un lado, la primera resultaba más asequible para cualquier ser humano que gozase de remordimientos. La segunda, resultaba igualmente atractiva para aquellos que carecían de ellos. Y por lo menos siempre había creído que se encontraba con los del segundo grupo ( pero no ).   ❛ ¿ No quieres que te acompañe a tu habitación ? ❜ Reformuló, modificando la frase ajena para dar un par de pasos hacia atrás sin perderlo de vista. Se desabrochó los botones de la blusa, dejando su busto visible y se giró sin esperar respuesta, aventurándose dirección a la zona de habitaciones masculinas.

La castaña alcanzó a ver que la rubia no se encontraba a menos de un metro de ella, al lado del lugar donde había posado toda su compra, ya que ambos se encontraban sobre la cama. Miró como la contraria tomaba uno de los regalices que había adquirido minutos atrás, así movió de sitio y lo apartó de la griega, sentándose en la cama justo al lado de ella. Agarró las palomitas y miró la pantalla, observando lo que la fémina le enseñaba. No sabía si aquel era su estilo de películas, en su mayoría porque no solía ver cine normalmente, pero asintió y sonrió — Genial —. Abriendo la bolsa de comestibles y cogiendo entonces una, acercándosela a la boca y comiendo de esta. Al segundo de eso, miró directamente a los índigos ojos que ella lucía. Bajó su mirada, posándola en los labios y limpiando los propios de sal con la lengua. Se movió hacia ella, cerrando los ojos y posando un simple pico en la boca impropia. Separándose lentamente, echó un vistazo al rostro de la muchacha: Era verdaderamente preciosa. No sabía si era por eso o por como comenzaba a sentirse por ella de nuevo, pero solo sabía que quería estar con ella y que lo último que deseaba hacer era ver esa película, pues disfrutaría más de tres horas mirándole a la cara que viendo aquella cinta. 

                         No quería mirarla, en ningún momento pensó que enfrentarse a ella tendría esa sensación, que casi le hacía creer que poseía conciencia. O que por lo menos una parte de ésta despertaba con Britt.  ❛ Ah, ya hablé para que nos recojan el viernes y vayamos a Londres. ❜ Soltó, mirando la pantalla tras haber dado play, observando los movimientos de la ajena por el rabillo del ojo. Sólo quería descentrar la atención de sí misma lo antes posible, para evitar cuestiones fuera de lugar. Pero no, la castaña eligió todo lo contrario para ambas. El roce de sus labios fue suficiente para que sus orbes se enfrentaran directamente a los ajenos por primera vez. Se paralizó durante unos segundos, analizando mentalmente la búsqueda del camino correcto. Y tan pronto como supo que lo mejor sería apartarse de la americana, hizo exactamente lo contrario. Como solía, se dejó llevar por la atracción que su amiga ejercía sobre ella, provocándole que sus labios se dirigieran de nuevo a los otros con el único fin de darle el beso que aquél pequeño toque anterior parecía haberle pedido. Sus párpados cayeron al instante y las yemas reptaron con dificultad hacia el portátil, cerrando la tapa al fin para apartarlo de su regazo. La misma mano encontró su lugar de asiento en el cuello femenino, perfecto para equilibrar el beso del que parecía no querer despegarse.

Ya había comprado todo lo prometido: Regalices, Coca Cola y palomitas, lo prometido para una sesión de cine junto a Rhea. Justo había terminado su hora de clase particular junto a Kim, quien se había ofrecido a ayudarla con el examen que tenía en dos días. Mientras su profesora no le miraba, ella aprovechaba para planificar su tarde junto a la rubia por whatsapp, quien quiso negarse a aquella planificación en el momento en que Brittany se encontraba pagando la comida necesaria. Así le convenció de nuevo para nno aplazarlo, y minutos después se encontraba frente a la puerta de la habitación que ambas ( por suerte ) compartían. Abrió la puerta como pudo, colocando su mochila en la espalda y sujetando lo comprado con ambos brazos. Así, colocó su cadera en el pomo el cual había abierto con su codo y entró en el aula, cerrando a su paso con el pie y emprendiendo ahora su camino hacia su cama — ¡ Hola ! ya compré todo lo que dijimos ¿ qué película quieres ver ? —. Preguntó entonces, dejando los alimentos sobre la cama y girando sobre si misma para observar la figura femenino que se alzaba frente a sus ojos.

                        Al día siguiente de la fiesta, su nivel de arrepentimiento había alcanzado unas cuotas tan elevadas que conseguían encontrar el remordimiento que en muchas ocasiones creía haber perdido. Tal vez este último sentimiento estaba ocasionado por la nueva medicación, o porque Britt le importaba de veras. Quería creer ambas. En un primer momento, le mandó un mensaje con intenciones de verse para hablar del asunto, pero las cosas entre ambas habían tomado un rumbo mejor del esperado de la noche a la mañana. ¿Cómo iba a saberlo? Además, no terminaba de sentirse bien del todo después de aquella venganza, por lo que sólo deseaba ser tragada por la tierra. Allí se encontraba, con el portátil sobre su regazo y una manta que la cubría como si de una capa se tratase, cuando la puerta al fin se abrió.  ❛ Gracias, eres la mejor. ❜ Anotó, buscando colocar una sonrisa que evitase mostrar todos los problemas internos que entonces rondaban su cabeza. Pero, estaba segura de que si se encontrara al 100% bien con la castaña, se hubiera levantado a besarla o incluso se hubiera olvidado de la película, pero no era el caso. Se incorporó exactamente para alcanzar un regaliz y después volver a su cama.   ❛ Vamos a ver Love, Rosie. ❜ Anunció, girando levemente la pantalla para que viera que ya estaba cargada.  ❛ Noe me recomendó que viéramos Blue is the warmest color, pero no necesito tirarte más indirectas. ❜ Se permitió bromear, dándole un bocado a la golosina.