THE QUIET LIFE MELTS LIKE WAX MY DESTINY IS THE LIGHT OF ONE CANDLE.  I LIVE UNTIL MY CANDLE BURNS OUT

Aoi Ogata [Artstation]

Te amo

🖤

Hazlo, y si te da miedo, hazlo con miedo.

(via quizasnuncafuisteparami)

Debería terminar todos mis borradores..

Lo primero que hizo al llegar a su apartamento fue ir a la cocina para preparar algo así que me senté en un sillón a chusmear en el celular.

- Oye, Anto, ¿En serio que no quieres que te ayude? - Le pregunté apoyando mi cara en mis manos. Odio sentirme inútil.

- ¡No! - Me miró como si me iba a asesinar.

Me acomodé un poco.

-No.. ya te dije que no mil veces, Sofía. - Respondió mientras batía algo en un bowl. - Aparte ya está todo casi listo. - Me enseñó su mezcla. - Vamos a comer panqueques.

-Bueno.. está bien.. - Dije casi muda. Tomé mi celular, no sabía que hacer, estaba muy ansiosa de estar ahí con ella.

Se escuchó cuando Antonia puso la mezcla en el sartén.

- ¿Y qué estás haciendo ahora, terminaste tu proyecto fotográfico? - Dijo mientras se arreglaba el pelo y revisaba con un tenedor si estaba dorado el panqueque por debajo.

- Eh... si. - Me agarré del pelo cuando tiré mi celular en el sofá. - Estuvo bueno - <igual que tú>, pensé - Fui a muchas partes, Méeexico, Argentinaaa, Chiiiilee.. tú sabes, el proyecto fue fotografiar momentos únicos, los más felices de cada persona si es que era posible. Tipo, el concepto era “La felicidad es la misma, sin barreras”.

- ¡Que genial! ¿Y qué pasó? ¿Lo exponiste? - Preguntó, haciendo otro panqueque.

Me paré y me afirmé en el mesón frente a ella.

- Sí... - Sonreí. Fue lindo ver cuanta gente fue a verla, pensé. - Gracias a Dios tuvo bastante éxito. Se vendieron todas las fotos. - Dije con orgullo.

- ¡Las exponiste y no me invitaste! ¡¿A dónde fué!? - Preguntó algo ofendida.

-Jajajajaj ¡sii! Fue en la galería de Ptto. Celeste. - Hice una pausa. - Lo mejor de todo es que el 50% de los fondos que se recaudaron iban a una fundación sin fines de lucro. Y.. - No sabía que más decirle, estaba muy nerviosa, y cundo lo estaba yo hablaba muchas idioteces. - Y.. nada.

- ¡Ya está! - Sonríe mientras me enseña la comida. - ¡A  comer! Qué bien eso de los fondos.. se nota que te preocupas de las cuestiones sociales..

- ¡Rico! - le devolví la sonrisa.

- Dale, gánate cómoda en el sofá. Pone una película si quieres. Yo preparo un té ahora. ¿Tú quieres un café, no?

- Eh.. sí. - la miré cuando colocaba el plato con los panqueques en la mesa de centro.

-Como siempre.. - rió.

- Jajaja.. sí.. hábitos. - Contesté.

- Me pregunto cuantas cosas siguen igual que antes... - Se atrevió a decir mientras volvía al lado mío con las tazas.

- Jajajaja, ni idea. - Me encogí de hombros.

Apagué las luces y puse una película romántica, de esas que ella tanto ama. Y para ser honesta, yo no estaba ahí por los panqueques o la película, era para estar con ella y ella lo sabía. Se acorrucó a mí y vio la película entre mis brazos, la sentí llorar cuando la película terminó.

Se veía tan linda así, era un ángel cuando no estaba enojada.

Se volvió a acomodar en mi pecho y me hice la dormida, pude sentir que me miraba.

- ¿Sofi..? - Preguntó.

- ¿Mm...? - contesté aún con los ojos cerrados.

- ¿Quieres pasar la noche conmigo? - dijo con la voz más dulce. - Es que, Michelle esta noche no va a estar, y.. voy a estar sola. - Pude notar que estaba sonrojada mientras la luz del televisor le daba en su cara.

- Te extrañaba.. - Le contesté con sinceridad, y me asustó un poco ser tan abierta con ella. - Me pasaría todo el tiempo contigo. - Dije, mirándola en sus ojitos que expresaban nada más que amor, le tomé su mejilla con mi mano y la besé. 

El beso fue lento, y suave. Me alejé un poco de ella para poder verla. Anto miraba hacía abajo, como si fuera a llorar.

- ¿Qué pasa? - Me preocupó un poco y me acomodé a su lado. ¿Me tenía que quedar a cuidarla? - ¿Qué pasa, Anto? - Volví a insistir.

Miró hacía un lado y corrió la cara.

-Nada.. - Se corrió la lágrima con su mano derecha. - Es que todo el tiempo me dices esas cosas y.. y no es así. - Respondió y volvió a mirar hacía abajo.

........................................

continuará -.- 

The thing all writers do best is find ways to avoid writing.

Alan Dean Foster (via createandnarrate)

People talk about the pain of writing, but very few people talk about the pleasure and satisfaction.

Paul Theroux

No (Quiero).

No quiero ser la persona que aprecias y le guardas un gran cariño y nada más porque yo por ti lo entrego todo, doy la vida.

No quiero que te sientas mal si dejas de quererme con el tiempo, es normal y aunque duela es algo que hay que aceptar. Y es que los “te amo”s empezaron a sonar forzados. Siento que no quieres decirlos porque tus labios expulsan sonidos insípidos cada vez que lo intentas. Luego, los “te quiero”s ocuparon el lugar del amor,¿Me querías demasiado, no..? logró darme una esperanza, de que me querías..  Ahora no los escucho. Cuando te digo lo mucho que te amo sólo me miras, sonríes y miras al piso o a tus manos manchadas con pintura cuando te expresas en canvas. Lo sentí, lo vi venir, no voy a mentir si te digo que no se me rompió el corazón cuando lo comencé a notar. Se me rompió, sólo un poquito.

No quiero dejar de ser esa persona que piensas antes de dormir, o que me mires y no logres ver lo que te solía maravillar todas las mañanas cuando despertabas y te acorrucabas a mi lado. Porque cada mañana me despierto, y entre las sábanas; no estás junto a mí, ni el desayuno llega a la cama. No estás, y no te veo hasta que quieras aparecer. Me siento como un fantasma, porque no es igual, nada lo era desde que empezaste a salir de casa sin despedirte ni decir cuando ibas a volver. Te esperé muchas oportunidades con tu plato favorito servido en la mesa y no llegaste. 

Las duchas son más frías y largas, el reflejo del espejo me muestra cambio, el café está más amargo y las canciones más tristes. Sólo espero un día de sol entre los días de lluvia.

No me quiero convertir en alguien quién no soy. El espejo me enseña realidad ¿Es mi cuerpo, no? Porque ya no me tocas tan seguido, si no doy el primer paso no sucede y ni contar las veces en que me pides que pare cuando intento hacer algo. No soy sexy, menos aún hermosa. No me lo dices, no lo siento que sea así. Ya no lo soy para ti.

No deseo tu consuelo si alargas el final sin cortar. ¡Perdón, perdón! Lo siento... No quiero ser así. Y está bien, fui dueña de tú corazón mientras pude. Nunca fui tan linda, menos interesante. Ahora no tengo de que hablar cuando te tengo cerca, la inseguridad me carcome, lo juro. Cada palabra sale temblorosa cuando estás a mí alrededor, qué estúpida que soy. Me descuidé, me avergüenza lo que soy y en lo que sea que hice mal.

Me cuestioné hasta el infinito buscando respuestas, ¿Estás con otra, no? ¿En qué fallé? ¿Te doy pena? No quiero ser un juguete o un adorno ‘oficial’ para ti.

Por favor abrázame en invierno, llévame a la sombra en verano. Quiero ver las hojas caer en las plazas y las flores deslumbrar en los jardines a tu lado. Pero no quiero ver como se evapora y se apaga tu amor cada día.

Pelea conmigo, mi amor, que no quiero ser la única que cree. No quiero ser una pasajera en tu mente, quiero vivir en ella porque tú en la mía tienes tú mundo, nuestro universo y no quiero que desaparezcas.

Sin Título.

A ver, no sé si es una buena idea escribir como me va yendo en los últimos días pero es un consejo que me dió Chris y no lo voy a dejar pasar. El estrés me está matando.

Ya no estoy más triste. Puedo decir que he mejorado un montón. Y ese es el motivo porque no he estado componiendo mucho... No sé que escribir si no estoy triste.

Mis amigos dicen que la inspiración volverá sola, pero a mí sólo me estresa cuando lo intento y sólo salen palabras clichés de mi cabeza.

Cuando pienso en el pasado, no siento ni un poco de dolor, sino más bien rabia por no haber estado en el momento y lugar exacto. Las cicatrices sanaron, pero aún así no podría decir lo mismo para los amigos y familiares de Amanda.

Cada vez que me ven o tienen la oportunidad de tirarme mierda, lo hacen. Ya acepté, (y creo que también superé) que su muerte no fue mi culpa. Si.. es una mierda sentir eso sobre tus hombros, el mundo se me vino abajo, las paredes colapsaron, pero ya no. Estoy más loco que la mierda, lo sé, pero esto me ayudó a crecer y a retomar un poco más la cordura.

Ahora, despierto en la mañana mirando al techo, con la resaca más puta que puede existir, prendo un puto cigarrillo y espero a que ese día acabe. No pasa. Se demora exactamente igual que el día anterior. Un día es un siglo para mi cuerpo y mente. Ya estoy cansado. Aveces cuando estoy en la ducha, me pregunto si voy a terminar igual que esas celebridades en donde sus vicios y excesos terminan por consumirlas.- 

Aquí estoy. Parado en la nada. En donde mi pasado ya está tan desgastado que se ve borroso y mi futuro no tiene nada seguro.

Siento que algo le hace falta a mi vida, no puedo seguir así.

Agh, mierda. Chris me llama. Parece que este estúpido decidió que este domingo era buen día para ir a visitar a su familia.

No sé si volveré a tomar el lápiz para hacer esta mierda de nuevo. Siento que es una perdida de tiempo.

10 de Noviembre.

Inicio.

El momento más esperado paradójicamente no lo vi llegar. Lo que me hacía sentir más viva me mataba por dentro pero no fue eso lo que provocó la inundación. Apreté el gatillo: mis labios soltaban balbuceos ebrios, mis manos tomaban el control de la situación acabando con todo en un error óptico. Las galaxias explotaron, las estrellas se alinearon en la oscuridad, los desiertos estaban llenos de verde y en el hielo brotaba lava ardiente. Un dolor que sedaba me hundió en el mar por el cual se me escapaba la vida. El universo encapsulado era liberado y con él, mi libertad en el espacio. Entré en desesperación, ¿Este es el fin? No. No lo era, la vida seguía pero no más para mí. Después de todas mis desgracias esta era mi favorita. ¡Es que nunca me resultaba hacer nada bien y por primera vez, en mucho tiempo, me resultaba esto en mera casualidad! A pesar de volver a vivir otro déjà vu yo ya no estaba en las nubes, sino, en un abismo, un océano de sensaciones vacías. El blanco ya no era blanco, el negro; ya no más negro. El tiempo se paralizaba, mi cuerpo perdía su esencia. Estaban en degradé las olas del mar y entre nubes y lluvias, la espuma de la costa era lo único que se parecía a mí piel. Con cada oleaje recuerdos infinitos eran arrojados a la orilla. La marea subía y no tenía cara de volver. Las gaviotas no eran gaviotas eran buitres listos esperando el momento indicado. Memorias superficiales, memorias hundidas como cofres de piratas; ninguna de ellas me hacían regresar. El viento me levantó y me llevó a ver las estrellas en una nube de gas, la vida es corta, es corta si la sabes disfrutar, me dijo. ¿Pero qué era peor: estar cansado y sentir que todo va mal y lento o quedar con ganas de más sin poder tener una segunda oportunidad? Al escuchar mi pregunta las estrellas me cegaron, dejándome caer al infinito. Entonces estaba ahí, con mi view-master proyectando el pasado bajo una sombrilla en la playa desierta. No lo podía creer y es que el tiempo no mentía. Cada instante, cada segundo se transformaron en días y los días en meses. La lluvia torrencial de mis ojos mojaba mi inocencia. Me dejé llevar, uno de los mejores trances de mi corta vida bipolar. Respirando en un campo en invierno, el oxígeno era tan pesado como estar en un cuarto repleto de humo. Vidrios que quemaban como brazas me recorrían todo el pecho. La marea alta nunca bajó. Por la angustia del momento cero en donde volví a nacer, los faros y los barcos comenzaron a buscar por mí. Él último aliento, mis demonios festejaban, los que me querían se culpaban y yo sólo me dejaba ir escuchando los ecos de los demás, ya no podía hacer nada, ni siquiera llorar. La ironía de la utopía en la realidad de este mundo tan frío y hostil. En ningún momento lo sentí como mi hogar, me tenía que marchar, como arrebato adolescente, como capricho de un niño. Me he ido, me fui. ¡Hey! ¡Amigos! ¡¿Amigos?! No se molesten, no lloren, estaré mejor… ¿No? Me ahogué, admito que pude ver y encontrar la luz en la oscuridad. La seguí hipnotizada, me acerqué tanto que quemó mis ojos. Aún estando en el mar moría de sed, estaba seca y sin embargo ese fue el dolor más placentero que podía llegar a sentir. El sol logró por extinguirse en las profundidades y así mi corazón.

En enero y febrero nos íbamos al campo. Odiaba siempre ir hacia allá en esos meses porque era mi cumpleaños y nunca lo celebrábamos. Sin embargo, esos detalles dejaron de ser importantes para mí.

En los días soleados nos ganábamos en la terraza, y ahí, en la sombra con vista hacía la carretera con mi padre veíamos los autos pasar.

Jugábamos a decir los colores de los autos que pasaban por la pista. Yo me paraba en una silla porque no alcanzaba a ver muy bien entre las matas y enredaderas que había en el especie de balcón que había en esa parte de la casa. Me resultaba gracioso que mi padre siempre hacia que se equivocaba para darme la razón. Una vez, una vez pasó un auto de color rojo. - ¡Azul! - dijo mi padre y yo dije rojo. -Nooo, papá es rojo como los copihues, como las manzanas del manzano, como las cerezas y el corazón. - Le intentaba de explicar. Él me miraba y sólo se reía. Al azar o viendo el color del auto, decíamos lo que venía.

"Verde como los pinos, rojo como los copihues y amarillo como el sol." Así pasábamos la tarde, jugando a adivinar el color, mientras comíamos sandía a la sombra o tomábamos sol.

South Tyrolean Alps

Lukas Furlan

Todavía puedo ver todo el dolor de ese niño en sus ojos. “Me pone triste pensar en algunas cosas que he pasado en esta vida.” Comprendo con toda mi alma el sufrimiento que pasó y lo difícil que fue todo eso para él. A ella no le importaba estar sin zapatos si su hijo estaba en un buen colegio. Todo para que no miraran en menos a su hijo único, crío de un segundo matrimonio de Don Santiago, este, quién falleció cuando el pequeño tan sólo tenía 5 años. Todo para demostrar que él no iba a ser un Don Nadie, que iba a ser alguien con la educación que ella nunca pudo tener. Entonces el pequeño aún con el corazón roto por no poder tener a su padre a su lado, lleno de preguntas sin respuestas, fue empujado a una realidad totalmente diferente a la de su reducida familia. Una realidad en donde todos tenían para comer cada día, en donde tenían sus zapatos limpios y lustrados, una casa gigante repleta de dulces de membrillos y paletas por montón. Para él fue difícil, incluso doloroso estar en un colegio de ricos, de hijos de dueños de fundos: discriminadores y egoístas. Todas sus amistades eran chicos hijos de colones alemanes, franceses, italianos, extranjeros por montón, no se sentía superior por esto, lo veía con humildad, pues fue lo que le estaba tocando vivir. Me contó que a él no le gustaba ir a sus casas “Para mí ir a sus casas era como ir al paraíso” , evitaba hacer visitas y cuando iba, iba obligado. Sentía que no les podía responder de la misma manera, a ninguno de ellos les parecía interesar ese galpón que él mismo construyó con su madre con pisos de tierra y un fogón.

Me contó que tenía un compañero que era internado de ese colegio quien tenía una caja fuerte detrás de su camarote en donde guardaba mantequilla, dulce de membrillo, chocolates y que nunca compartía. “Me decía que estábamos flacos, era verdad pero ambos lo estábamos por dos motivos totalmente distintos. Él estaba así porque practicaba deportes, yo, en cambio… era algo totalmente diferente.” Habían días en donde no comía nada y sólo cuando tenía la suerte de recibir un poco de pan de sus amigos, con eso hacía la comida del día.

Me duele pensar en todo eso que tuvo que pasar. Incluso a él lo querían muerto antes de que naciera, cuando su madre estaba embarazada a ella la empujaron desde una escalera, aun así no perdió su preciado hijo quien le dio fuerzas para seguir adelante. ¿Quién la tiró? Los hijos de él primer matrimonio, ellos no querían que el “huacho” naciera. Y cuando él nació le hicieron la vida imposible.

Podría seguir, pero tengo el corazón roto. Odio ver a mi padre llorae por esto. Quizás continúe otro día.

La paradoja de la vida y el mundo interior.

Quizás yo busqué la estabilidad en una nube. El cristal bien molido me perforó, me regaló la pasión y el placer que tuve. Resultando vidrios ensuciados con sangre, “Es tu culpa” Me repetía una vez más mi madre. El vacío de la soledad absoluta como una profunda oscuridad aparece cuando estoy rodeado de realismo. Mis pensamientos se abultan no chocan entre sí, sino, se hacen uno como las ondas del sonido y las mareas de un mar. A veces creo que la altura hace la fantasía por eso es que trato de subir lo que más puedo cada día. Entre más alto, más profundo caígo. En mi caída libre encuentro el trance a la realidad.