"El silencio es la conversación de las personas que se quieren. Lo que cuenta no es lo que se dice, sino lo que no es necesario decir".

Albert Camus

You are my princess

You are my Queen

You are my whole kingdom

Lemme be your King

And our castle will never be empty

Lemme be your love

And our nights will never be blue

You are my sword

You are my shield

You make my heart reeled

Lemme be your arrow

And I will always hit the target

Lemme be the your cannon ball

And our enemies will never dare

Darling lemme put this crown in your kingdom

And be the lion of your savanna

I wanna be the sun in your sky

And warm you so sweet all day

Lemme be the moon in your night

And I'll sing you the blues in clouds

Lemme sun you, let me moon you

Lemme king you, let me 🖤 you

And so the battlefield will never see a tear again

And it will turn itself into a field of flowers

-Juan R

Tree

𝘚𝘶𝘱𝘦𝘳𝘮𝘰𝘥𝘦𝘭, Dmitry Kochanovich, 2018

Toothpaste Kisses by The Maccabees

‘Invierno en Santiago’

“Era tan bonita, tan, digamos, tan tierna, que daba gusto quererla. Daban ganas de quererla.”

— Juan Rulfo. Pedro Páramo.

SUEÑOS

Delicadeza coqueta.

Y siempre que estoy a punto de "olvidarte" -me refiero a olvidar la idea de seguir insistiendo, porque de olvidarte no he estado cerca- entonces algo pasa: viene a mi una suerte de sueño que pareciera ser algo más que un simple sueño: escenas tan dicientes que me levanto con la sensación de que algo o alguien me ha dado un mensaje: de que persista. Mensajes tales que me levanto con una certeza increíble de que rendirme sería un error. Sé que suena como si estuviera enloqueciendo, pero no creas, para mí también es de lo más extraño que me ha pasado: ¿por qué crees que me tomo el tiempo de abrir la app y confesar todo esto? Si no fuera algo muy intenso, muy sorprendente y desde luego muy extraño, no me desnudaría así en redes: no me expondría a parecer un tonto, un payaso. Igual tonto sí soy 😋. Lo que quiero es que no te quedes únicamente con la idea de que es muy raro, aunque coincidamos en eso, sino que más allá de eso te des cuenta de que no te estoy diciendo mentiras. Y entonces pasan un par de días y el ciclo se repite: me convenzo de que son bobadas, supersticiones, tan sólo ideas mías... y entonces, cuando estoy por olvidarme de ti -o más bien, de nosotros- viene a mí este sueño donde no simplemente te beso los labios con una ternura extraña en mí y nos miramos con una sonrisa juguetona que a mí mismo me toma por sorpresa una vez despierto, sino que es la sensación de confianza y tranquilidad, mezclada con una suerte de delicadeza coqueta que hay entre los dos, la que me deja pensando todo el día. Es como si nos entendieramos muy bien y supiéramos que podemos ser nosotros mismos con el otro, así tal cual, sin temer ni tener que esconder nada, sin miedo. Es como si pudiéramos jugar y amarnos a nuestra manera. Lo raro es que esa sensación llega a mí a través de sueños en los cuales no intercambiamos ni media palabra, pero no es necesario, pues entre besos, risas y miradas nos compartimos todo, nos entendemos todo, o bueno, casi todo. El de anoche fue especialmente extraño, y el que me motivó a escribir estas palabras: estábamos en una especie de restaurante sentados en unas sillas, y aunque normalmente yo no actuaría como actué en el sueño -pues había mucha gente y además de eso no suelo ser tan, no sé, "meloso"- lo cierto es que me sentí más que bien. Y entiendo que contigo, tal vez sólo contigo, actuaría así en la vida real. La cosa es que estaba haciendote pucheros, sé que suena mal, pero de alguna manera sabía que iba a conseguir lo que quería, así que no me importaba. Estabas a quince centímetros de mí y yo te ponía mis labios en bandeja para que te los comieras sin dejar nada. Sólo una ligera sonrisa se deslizaba sobre tu rostro, y volteabas a otro lado. Yo insistía, sin seriedad, con mis pucheros. Era muy coqueto al insistirte, entre risas, que cedieras. Tú te reías como contemplando la posibilidad, pero sabía que no iba a ser tan fácil. Había gente y parecías tímida. De momento, los quince centímetros se redujeron a diez, esos diez a cinco y luego esos cinco a tres. Estando tan cerca pero tan lejos, ya no quería que te alejaras. Sabía que era posible. Sabía que esos tres centímetros que nos dividían podían ampliarse otra vez a veinte, esos veinte a metros y los metros a kilómetros. En todo caso, después de los quince centímetros cualquier distancia parecería años luz. Una sonrisa pícara se dibujaba en nuestras mejillas Tú lo pensabas entre risas y depronto vino a mí el beso más dulce, sin vacilar y sin mentirte, cuando por fin los centímetros restantes se desvanecieron con tus dudas y decidiste juntar tus labios con los míos: fue un roce tan suave y tan blandito que incluso podría afirmar que lo extraño. Es curioso extrañar lo que nunca has tenido, y el hecho de que en los sueños parecieran materializarse sensaciones físicas. Yo despierto, antes de eso, no te hubiera besado así. Ni a ti ni a nadie. Pero ahora, te aseguro que si te besara, sería con la misma lentitud y delicadeza coqueta. En fin, aquí estoy de nuevo, pensando que vale la pena persistir y algún día conseguir ese dulce beso. Veremos qué pasa.

Juan R P. 🇨🇴

Bliss is in the air. 🌸

Cerro Torre in Patagonia, Argentina [OC][1080x1350] IG @holysh0t - Author: holy-shot on reddit

Photo: Marek Piwnicki

#niunamenos