—Una aquí, la siguiente en el otro... no estaría mal así. —Los ojos automáticamente fueron directo a la tetera, siempre le llamaba la atención tomar té. Asintió con la cabeza, otorgándole el momento de que sirviera el té, y cuando así fue, tomó su taza, dando un sorbo. Apenas sonrió a centímetros del borde de la taza, nunca decepcionaba aquel té de Mundus—. Desde aquel incidente, todo ha estado tranquilo. He estado vigilando también intensamente al nuevo dios solar. Y lo mismo de siempre, a veces Vatten y Marc no pueden entenderse bien.

Ladeó el rostro, curioso con algo que recordó de Vatten —Tú, en cambio, ¿Cómo has estado? ¿Te entretiene mucho apreciar a su invocador?

--- Podria ser cualquiera que lo importante es mantener contacto --- Con un movimiento de su mano hizo aparecer todo lo necesario para dicha sesion de te, esto incluia el juego de tetera y tazas que siempre era el mismo diseño y una torre con pasteles y otros dulces.

Con un gesto Mundos dio a entender que iba ser el quien serviria la bebida y eso hizo. --- ¿Como han estado las cosas por aqui Ally? ---

Nabeela apenas le miró por encima del hombro, un destello ligero rojizo sobre la mejilla visible, en silencio le apreció un par de segundos antes de emprender nuevamente su caminata hacia el baño. Dejó que hiciera lo que quisiera, a finde cuentas lo que ella mismo dijo acerca del rango entre ambas era verdad, no podía ni ir contra los propios decretos... y si era el deseo de Aruna, estaba bien.

La Sig'loth abrió la llave de la gran bañera de porcelana transparente, algo tan adecuado debido a donde vivían, parecía hielo, sin embargo era algo tan sólido, con toques inferiores dorados en las patas. El agua estaba tibia, percibiéndola cuando Nabeela insertó un dedo índice, dando pequeños círculos en la agua cristalina.

—Sé que es muy pronto, pero... —recordó las palabras de Fotia, de ese encuentro hace 5 días, quien no apreciaba en lo más mínimo al tesoro que era su hija—, ¿quisiera dormir hoy conmigo acá?

---O-Oh no, me encuentro bien---aseguro a pesar de su propio sonrojo, no queriendo que la otra se incomode ante una actitud que era de costumbre y que Aruna no estaba muy acostumbrada, al ser muy conservadora con su cuerpo.

Luego le escucho respecto a su pedido---Estoy segura, a-ademas... esto es algo personal, somos de la misma posicion como ya has dicho---la observo caminar y timida dio unos pasos como si no quisiera perderla de vista---Y como soy tu prometida, lo menos que puedo hacer es ayudar a mi pareja en cuidar de si misma---

El ruido de ropajes le llamó la atención, desviando justo el rostro cuando el contrario ya se iba sentando a su lado.

—Incluso tu cabello parecen las estrellas. Por alguna razón siento una gran calma ahora mismo.

--- Es verdad, es una de esas noches hermosas --- Ophell se movio de su lugar para sentarse al lado de Idy.

Tragó saliva. No podíaaaaaaaaaaa ser tan adorable, ¡Dios! Podía pensar que cara estaba haciendo el otro y eso le emocionaba.

[text to Elliot] No puedes luego decir que no vendrás.

[text to Elliot] Sorpréndeme con ese repertorio de películas.

[text] I would gladly watch Netflix and eat Thai with you any day. @ de Nathan (?)

[text to Nathan]: ¿De verás?

[text to Nathan]: ¿Y puedo yo elegir la película? Porque tengo una buena lista de películas interesantes que podemos ver.

[text to Nathan]: ¿Ponemos fecha?

¡Era un tonto adorable! Tendría que decirle cosas así más seguido para ver ese tipo de reacciones.

[text to Elliot] ¡Mañana!

[text] I would gladly watch Netflix and eat Thai with you any day. @ de Nathan (?)

[text to Nathan]: ¿De verás?

[text to Nathan]: ¿Y puedo yo elegir la película? Porque tengo una buena lista de películas interesantes que podemos ver.

[text to Nathan]: ¿Ponemos fecha?

—Sí, tiene un aire curioso y relajante ver las rosas durante la noche tan estrellada. La luna es una belleza hoy —sentadito en el pasto verde, sonrió.

@murhaprinsessa ll @madnessinthishouse ll @interstellarflower

--- ¿Despejando la mente? Hm, es curioso, estoy aqui en el jardin de rosas por lo mismo ---

Olvidaba que las costumbres y cultura ajenas eran el polo opuesto, aún no estaba acostumbrada al todo, sí que decidió tomar una prenda fina que parecía un velo para ocultar su propio cuerpo al verle bajar la mirada. Había entendido. —Lo siento por incomodarte. N-no estoy acostumbrada a tus costumbres, si hay algo que te incomode de lo que haga, por favor, dímelo. —Desvió la mirada por igual, al ser tan fuera de tacto con la hada.

Iba a rechazarle, pero percibía ese tono de sinceridad. Las mejillas pálidas se tintaron de un leve rosáceo, mirándole —¿Segura? Acá no tienes que servirme, puedes hacer lo que desees. Al final del día, eres mi prometida. Nos casaremos algún día si aún desearías. Tienes un poder parecido al mío en cada parte de esta tierra, que por tener un rango parecido eres libre de lo que desees. —Comentó con voz suave, comprensiva, a medida que caminaba cubierta con el velo alrededor de su cuerpo, hacia el baño imperial. No deseaba que se incomodara demasiado.

Aruna tomo su tiempo escuchando las palabras de la señora del lugar, sus palabras sonaron a un cumplido pero aun asi la joven hada se sintio avergozada de su comportamiento, observo la figura desnuda con algo de verguenza pero despues bajo su rostro.

---Mas... mas me alegra ver que volvio sin mas peligros despues de muchos dias---Dio un suspiro al ver la cortada que estaba obviamente aun en tratamiento---O-Oh, por supuesto---respondio algo sorprendida pero jugo con su ropa---P-Pero, si no le importa... me gustaria asistirla, con su herida y el vestuario---su verguenza fue mas evidente al pedir un favor tan atrevido, pero era sincera.

—¿Oh? No, está bien, realmente lo que deseaba era salir de la mansión, y mi madre siempre me obliga a estar acompañada de alguien por seguridad. —Comentó con voz suave, negando suavemente con la cabeza—. Realmente sí me gustaría ver a dónde va, para mi ir a cualquier lugar sería entretenido. Y la tienda de antigüedades suena una excelente idea. —Sonrió tenue, agradecida, y luego dio otro sorbito minúsculo.

---Los he visto, lo que busco ver esta vez es una tienda de antiguedades. Hay algo que llamo mi atencion y me han llamado para que vaya a ver, como conocen de mi condicion no me es problema asistir cuando el sol no esta tan alto en el cielo---respondio para luego dar un trago a su vino, era ligeramente dulce y desde luego la jovencita hacia lo correcto al beber sorbos pequeños, asi no se dejaria llevar por el alcohol.

---Aun asi, si necesitas visitar algun lugar, con gusto te llevare y te explicare al respecto si hay algo que te de curiosidad---le expreso amable.

Había notado el leve estremecimiento ajeno, cómo no darse cuenta cuando había compartido tanto con el contrario que hasta creía conocer muy bien los pensamientos ajenos... y por eso lo molestaba como ahora. Quizá disfrutaba demasiado hacer todo eso.

—¿Oh? Entonces, ¿me detengo? —detuvo su pierna, a medida que una mano descendió por el brazo ajeno, los dedos tostados enmarañando roces dulces contra los ajenos; eran toques, las yemas de los dígitos de ambos mezclándose en caricias amables, jugueteando, coqueteando.

El vampiro se encontraba estático, no por medio, sino por expectativa, porque siempre había algo en esa imposición que lo estremecía, que le quitaba la voz por un momento, incluso aunque pudiera defenderse, en ese momento no lo hacía.

El ligero toque en sus labios podía ser suficiente para mantenerlo quieto.

Se notó el estremecimiento nuevo que provocaba la presión en su entrepierna, en como buscó de la manera posible suprimir un suspiro.

─N-No lo soy.─ Soltó como un lloriqueó, si bien eso podía ser una ofensa, para Patya no lo era, no, porque no era secreto para nadie que esa humillación le despertaba sus más bajos instintos, podía quejarse, pero era más que una queja, era una suplica de más.

Con la mano libre movió las ajenas que le acariciaban la espalda, para permitirle mejor que explorar el torso tostado. Aunque adoraba las caricias por la espalda, prefería que su torso le diesen cariño. Apenas separándose más, sintiendo la mundana presión de los ropajes, todavía no podía sucumbir a sus instintos más primitivos, sino que le quitó los ropajes inferiores exponiéndole, mientras invadía con otro dígito su interior. Un vaivén no tan agresivo inició, rozando constante las cálidas entrañas ajenas.

Suavemente tomó el cuello ajeno, no le apretó siquiera, era una garre tan suave que seguía en su faena de insertar un tercero dedo para prepararlo debidamente. Su propia respiración se escuchaba ligeramente agitada, admirando la piel ajena erizada en placer.

Marc sintio el beso sobre su labio, dando un jadeo por la mordida en este. Con sus dedos moviendose sobre la espalda ajena en una caricia, con un gemido escapandose cuando sus caderas chocaron sintiendo las entrepiernas tambien rozandose sobre la ropa.

---Mm---Sus dedos apretaron mas la espalda ajena, sintiendo que la ropa ya le parecia un estorbo y al sentir el digito invadiendole solo pudo alzar sus caderas en otro gemido ahogado, no de dolor sino de deseo.

Quería que se lo tragara la tierra, en los nervios también había confesado algo demasiado personal e íntimo, que hasta sintió vergüenza de sí mismo. Iba a decir algo para defenderse, para no parecer tan idiota y alguien vergonzoso, pero... quedó en shock. ¿¡A Mercury no le daba pena eso que dijo!? ¿¡Andar con alguien sin experiencia!?

Se quedó tieso un momento, hasta que reaccionó.

—Solo si eres amable.

--- Eso solo significa una cosa

¿¡SOY EL PRIMERO HOMBRE EN TU VIDA!? --- No solo su amorcito era solo suyo si no que seria el primero, SERIA EL PRIMER Y UNICO AMOR DEL INVOCADOR. --- ¡T-tranquilo! Tampoco se mucho de amor pero con gusto te acompañare en este viaje tan bonito, solos tu y yo futuro esposo mio --- Apretó su puñito ya que la determinacion de hacerlo feliz le salia hasta por los poros. --- TE LLENARE DE TANTO AMOR QUE VAS A EXPLOTAR AMORCITO ---

Suelta una risilla inesperada, se divirtió con ese comentario —Eres el más ruidoso, curioso que busques refugio acá. —Lo acurrucó contra sí mismo, cómodo con su compañía, mientras hablaba con él y leía aquel libro de letras doradas, podía tener la atención en ambos lado—. Sabes que adoro la soledad. Tengo infinidad de libros por leer o escribir. —Luego alzó una ceja, mirándole de nuevo—. ¿Ir al mundo terrenal? No me apetece mucho, cuando puedo tener todo lo que deseo con un chasquido, sería casi perder el tiempo; y mis zodíacos siempre están cerca o Mundus, o ustedes dos siempre vienen a visitarme. ¿Qué te parece interesante de visitar otros planetas? —Parecía genuinamente curioso, mientras se inclinó hacia él, mirándole. Era una especie de "defecto", esa cercanía que acortaba con personas de confianza cuando ellos llamaban su atención.

--- Es uno de los pocos sitios donde no me vuela la cabeza con tanto ruido, es por eso que estoy así --- Movio un poco sus piernas despues de todo Allertse al igual que Ikki y Jord eran unos rascacielos. --- Y... ¿Te quedas aqui todo el dia? ¿No te aburres? --- Seguramente para el elemental era el paraiso, era su realm a fin de cuentas, tenia que ser su paraiso. --- Digo, a veces los muchachos bajamos a otros planetas a ver que hay y eso ---

—Gracias. —probó un sorbito de la copa de vino, sabía que beber lento era mejor, además porque no solía beber tanto, no era al que le apetecía siempre, sin embargo, cuando le provocaba era igual de cuidadosa. Vayan sonrió, los ojos se le iluminaron mientras le miraba cuando accedió al tipo de regalo, un intenso azul—. ¡Perfecto, entonces será eso! ¿Y qué quiere visitar en la capital? Igual imagino que ya ha visto mil veces los edificios históricos, seguro conoce todo y no hay nada nuevo que ver... creo. —Dijo pensativa, pensando en algo.

---Una copa entonces---respondio a su vez, despues de servirle una copa del liquido y se la ofrecio. No era su intencion incomodar a la jovencita, si no mas bien que se despreocupara.

Rollan no era un bruto como cuando solia ser mas joven, asi que trataba bien a las damas, escucho su comentario despues de servir su propia copa, beber en el camino no era un problema.

---Un chocolate...---comento pensativo, pero no desprecio la opcion---Bien, entonces aceptare eso y confiare en tu juicio---esbozo una sonrisa tambien de vuelta.

Toda la ira que pudo sentir en ese momento se esfumó al ver el rostro ajeno, ira acumulada por las palabras de Fotia: "¡¡No me interesa cómo éste ella!!" resonaban una y otra vez desde el terminó de ese segundo encuentro hasta el brillo de su espada que decidió perdonarle la vida, a escasos centímetros del cuello de ser feérico. No se merecía ni el poder que poseía, y mucho menos el amor de Aruna, con ese corazón negro y ambicioso. ¿En realidad quién era el ser más frívolo sino él? Insultar incluso a su propia raza dragónica sería una alta ofensa con aquellos pensamientos avariciosos.

—No pasa nada, al contrario. Eres realmente valiente, es un cumplido —comentó, a medida que se quitaba los vendajes, no le importaba que la viera desnuda. La desnudez para ellos no implica vergüenza y mucho menos intimidad explícitamente al menos que algo más íntimo estuviese involucrado—. Lamento mas bien yo que me veas así, sucia. —Tenía una cortada diagonal en la parte del vientre que evidentemente se encontraba en tratamiento, todo por el cobarde de aquel ser a quien le perdonó la vida y traicionó el trato—. Tendré que bañarme, espérame un momento.

Aruna se habia pasado esos dias en la ausencia de la Sig'loth dando vueltas por los jardines despues de comer alimento, con una escolta siguiendola de lejos, era una vigilancia de rutina que probablemente fue una orden de la mujer para protegerla, mas porque la ultima vez que hablaron, la Sig'loth le explico que la veia como alguien importante que deseaba proteger.

Las sirvientas que la atendian dandole prendas que Nabeela preparo para su llegada desde mucho antes, se acostumbraron a su presencia que ya podian responderle cuando preguntaba cuando llegaria la dueña de la residencia de su largo viaje.

Cinco largos dias y al fin, la sirvienta que trajo una merienda para ella, le comento que Nabeela finalmente habia llegado, mientras la escuchaba dejar todo, Aruna ignoro la bandeja y espero un rato, antes de salir de sus aposentos.

Dando pasos rapidos por el pasillo, sabiendo donde estaban los aposentos de la Sig'loth debido a que se habia memorizado el lugar. Abrio la puerta con lentitud al estar frente a esta, cuando estaba por anunciarse porque la otra mujer parecio confundirla, esta se giro para verla sorprendida por su presencia.

---Me dijeron que habias regresado, queria verte... lo lamento---Se disculpo, solamente por sus modales. Solia ser una princesa, entrar sin tocar no era correcto pero la emocion la nublo---¿Te encuentras bien?---expreso con preocupacion al ver las partes del cuerpo ajeno envueltas en vendajes, mas que por la armadura manchada de lo que debia ser sangre.

Después de tan larga espera, quizá habían pasado como cinco días, finalmente Nabeela estaba de vuelta; Fotia aparentemente no deseaba respetar su decisión de paz a través de haber regalado a Aruna como trueque sin valor. El gobernante de la tierra cálida buscaba a toda costa hacerse de algo que no le pertenecía, y de Aruna que abandonó. No había avisado a Aruna de este conflicto extendido, ni siquiera de su retorno, sin embargo, parece que las sirvientas que acudían día y noche a Aruna le dijeron que la Sig'loth había vuelto.

En sus aposentos, dejó caer la pesada armadura, bajo ella solo existía un cuerpo envuelto en vendajes, y escuchó el crepitar de la puerta abrirse —Dezia, en estos momentos no requiero de tu ayuda —pero había algo extraño, esos pasos eran diferentes y su esencia igual. Nabeela volvió los ojos cuyo brillo parecían entumecidos como el hielo para percatarse de quién era—. Aruna. —Dijo impresionada, fuera de su trance ahora—. Qué valiente. Entrar en la habitación imperial de la Sig'loth sin su permiso, mientras su armadura está llena de sangre —no era una amenaza, más bien hasta sonaba un halago. ╱ ✦✧ ˖ @murhaprinsessa

La calidez de aquellos dedos contra su espalda era suave, bienvenida, y agradable. Con los dedos palpó la silueta de los costados ajenos, alzando apenas las caderas de Marc, para internar sus manos entre los glúteos ajenos, apretándolos profusamente estos.

Inclinado contra él, se atrevió a besar el labios superior del elemental, mordiendo suavemente entre la dulce danza este. Poco le atraía poder inundarse en ese acto íntimo con alguien más, de hecho eran tan contados los seres que apenas se contaba con una mano, y cuando lograba estar con alguno de ellos se encendía una especie de flama en su interior. Al separase un poco de Marc, comenzó a menear las caderas, rozando las entrepiernas aún ambos en vestimentas, pero no se detuvo —Ah... —suspiró suave, internando un dedo en el interior cálido ajeno en pro de estimularlo para no herirle.

---Mm---Marc sintio las caricias en sus mejillas donde solo quedaban los rastros de sus lagrimas, sintiendo los digitos sobre su nuca y despues los besos sobre dichos rastros brillantes de sus lagrimas.

Luego se dejo cargar y sintio la cama sobre su espalda, dejandole estar entre sus piernas y jadeo por las manos bajo su ropa tocando su piel, su cuerpo naturalmente se mantenia calido y el rastro frio casi impalpable lograba estremecerlo.

Movio sus brazos solo para corresponder, abrazandolo contra su cuerpo buscando solo acariciar la espalda ajena.

─¿Ah, sí? ¿Todo esto? Significa, al final del día... ─deslizó el dedo libre índice sobre el labio inferior, un toque seductor y lento, mientras le escuchaba en sus falsedades bien vestidas solo para engañarse en aquel juego del lobo y el conejo. Ni siquiera se inmutó cuando sintió la debilidad clásica, llena de mentiras, de aquellas manos sobre sí mismo.

─Si lo estás permitiendo, entonces, al final de día, Patya... sí lo eres. Porque no huyes ─ríe entre una ligera sonrisa, ladeando el rostro, atreviéndose a presionar más esa entrepierna, haciendo un leve vaivén─. Es un hermoso coro de mentiras, cobarde.

Se mordió el labio por inercia, es que cada una de las palabras que expresaba Ciril lo iban poniendo peor, porque si que podía verlo como un ataque, pero era uno que lo estremecía y lo emocionaba.

Porque sí, realmente en su ser estaba ese deseo de que lo hiciera de lo peor, que lo humillara y llevarlo a las lágrimas, esa dinámica le encantaba.

Tragó saliva al verse totalmente acorralado, no tenía a donde huir y tampoco huiría, al contrario, entre más atrapado estuviera, mejor.

─S-Solo está pasando porque lo permito.─ Dijo como un acto de rebeldía, que aunque sus palabras podían ser de ello, su tono de voz no sonaba igual. Había puesto sus manos sobre los hombros ajenos, pero no podía presión ni parecía tener intención de empujarlo.

La manera en como decía su nombre, en como se rozaba, en como buscaba provocarlo, y es que se provocaban mutuamente al final.

─No soy tu presa.─ Sí que lo era, pero no lo diría en voz alta.