Siguió los movimientos del contrario hasta que este estuvo arrodillado frente a ella y Sooah tuvo que tomar un momento para tomar aire porque no había estado en una situación similar probablemente nunca y no sabía bien cómo debía reaccionar. Pero claro, las palabras reconfortantes del contrario eran mucho para calmar su respiración, para al fin entrelazar su mirada con la ajena y ser incapaz de esconder su sorpresa ante aquella afirmación “¿Una colaboración?” preguntó de inmediato, profesionalmente no había trabajado con nadie más que con Nyx y claro que sería algo muy grande, era Haesoul, rapper, miembro de su grupo favorito y uno de los grupos más importantes de corea “¿Estás seguro?” no podía evitar sentirse insegura, ella solo era una cantante más “O sea… no lo hagas por lástima o algo así, entiendo que esto es muy diferente a lo que se escucha en la radio y–” se detuvo, sonrió un poco y suspiró “Es que no me gustaría arruinar la buena imagen que tienes…”

La confusión invadió sus facciones, hablaba con la verdad y ella demeritaba su propio trabajo, ¿que clase de broma era esa? “Realmente no tienes idea de lo bueno que ha sido, ¿cierto?” Tomó asiento ahí mismo, en el piso, frente a ella, no se iría de hasta hacerle entender que sus creaciones eran mucho mejor que el contenido que circulaba en la actualidad por cualquier emisora. “No siento lástima por ti, siento lástima por todo el talento que ha perdido Nebula.” no podía dejar que continuara haciendo eso, el mal concepto que tenía de su trabajo realmente lo estaba frustrando. “Escucha, no estás hablando de mi imagen, estás hablando de la imagen de W.INE, yo aún no tengo una ‘imagen’ propia.” pauso su discurso, intentando encontrar las palabras adecuadas. “Quiero decir que lo que tú haces es genial y está a nivel de cualquier grupo mundialmente famoso. Tengo que reconocerlo, me has dado otra perspectiva de la música y me ha encantado, realmente me gustaría incursionar en ella junto contigo. ¿Por qué es tan difícil creerme?”

Le fue inevitable reír al escucharlo, NaRae cuidaba su peso, más nunca fue de seguir dietas (o reglas). “La vida solo es una ¿no? hay que vivirla al máximo” comenta con un tono de voz mucho más ameno y acorde a la situación. Ser idol no era sencillo, y eran esos pequeños lapsos los que solían alegrarles la vida, aun cuando a personas como a ella no les iba tan bien. Ahora no podía ser egoísta, no por ella, sino por la nueva compañía que tiene; la ilusión se le puede ver en la mirada. “Sirens…” soltó un suspiro al decir el nombre de su agrupación. “cada una esta ocupada en sus proyectos personales, pero espero que este año consigamos volver. Nos fue bien en Estados Unidos el año pasado y el antepasado, pero por ahora queremos centrarnos en casa, en nuestros fans más leales” le aseguro con una amplia sonrisa al terminar de hablar. Los ojos se van hacía la pantalla que indica los pisos e inevitable fue no preguntar “¿Cómo llegaremos al Río exactamente?” esta vez su vista busca la de menor. “¿No pensarás secuestrarme o algo así, verdad? Porque no caeré con esa frase” bromeó fingiendo seriedad, misma que se desvanece casi en cuanto llega.

“Ese es un gran lema de vida.” Estaba completamente de acuerdo, eso de pasar siguiendo reglas por la vida no era lo suyo, jamás lo sería. A pesar de que estaba bajo el escrutinio constante de los directivos, Haesol siempre se las arreglaba para escaparse de la vista de los managers y si podía llevar a alguien consigo ¡muchísimo mejor! Amaba tener un poco de compañía la mayor parte del tiempo, ese día no era la excepción, realmente estaba disfrutando el tiempo con Lena. “Es agradable saber que lo están haciendo bien en otros países y que están cumpliendo sus metas individuales. Tantos años juntos en éste lugar… Me niego a no estar feliz por ustedes.” Sus palabras eran sinceras, le gustaba saber que lo estaban haciendo bien. “Respecto a tu pregunta, iremos en mi auto. Lamento decirte que aun no aprendo a volar.” Respondió con un son de burla. Al abrirse las puertas se apresuró a salir de la caja metálica para dirigirse al auto que los esperaba a tan solo un par de pasos. “Si te secuestro es probable que tenga que ver tu rostro todos los días y creo que no estoy preparado psicológicamente para ese trauma, noona.” Bromeó en voz alta para que pudiera escucharlo ya que iba un par de pasos más adelante. Al llegar al coche abrió la puerta para ella, la esperó ahí, estoico y con una sonrisa angelical después de lo que se había atrevido a decir.

         Adorable. ¿En serio lo había dicho o lo estaba imaginando? La música inundó el pequeño estudio y ella pudo escuchar su voz una vez más, notar un poco de errores y titubeos y la voz de su mejor amigo ayudándole con los coros– los cuales debieron ser grabados por su compañera, pero, de nuevo, por algo esa canción no salió a la luz. No importaba, no fueron ni cuatro minutos cuando volvió a escuchar la voz de su acompañante, girando la silla hacía su dirección, atenta a lo que sea que iba a decir, pero no viéndose demasiado emocionada por aquellas palabras “¿Tan malo es?” preguntó algo nerviosa, jugueteando con un mechón de su cabello, bajando la mirada un poco, en serio, en serio nerviosa “Yo creo que si agregamos otra voz y uhm… ya sabes, pulirme un poco, no sé” explicó aún sin mirarle “También el beat puede cambiar, esto es solo un demo, de hecho no se lo he mostrado a nadie de Black, creo que… no tiene mucha coherencia con sus conceptos anteriores pero es algo que a mi me sale como muy natural…” ¿y por qué no podía dejar de hablar?

Estaba verdaderamente fascinado con lo que acababa de escuchar. ¿Pero que estaba diciendo? No necesitaba cambiar nada, incluso la voz del chico iba a la perfección con la voz de Ecco. Tardó un par de segundos en reaccionar y se preguntó si Ecco era su verdadero nombre, pasaron otro par de segundos mientras escuchaba esa vocecilla que no paraba de llegar hasta sus oídos, fue hasta entonces que disipo sus pensamientos. Una vez volvió su atención hacia ella, sonrió al ver lo nerviosa que estaba, definitivamente se le veía adorable, completamente. Se incorporó de su asiento y se dirigió hacía dónde se encontraba sentada. En un intento de calmarla y captar su atención se arrodilló frente a ella y colocó una de sus manos sobre su brazo. “Basta, basta con todo lo que acabas de decir.” musitó e intentó toparse con su mirada. “Eso ha estado realmente asombroso, tanto que me dejaste sin palabras.” asintió con entusiasmo, simplemente recalcando sus palabras. “Me gustaría que hiciéramos una colaboración.” soltó sin más, no necesitaba pensarlo más para pedirlo,estaba completamente seguro. No era una rabieta o un acto impulsivo, realmente quería componer algo con su ayuda y hacer que sus voces encajaran cómo en la canción que acababa de escuchar.

comparte una sonrisa amable y agradable ante palabras del varón. no entendía como es que había personas que gozaban de ser desagradables cuando una actitud como la propia obtenía reacciones como aquellas que simplemente eran de cierto modo, satisfactorias. “¿de verdad? ¿un adelanto exclusivo?” alza ambas cejas y une sus manos ilusionada. “me sentiría más que horada” admite inclinando un poco su cabeza. “así que si no lo haces le diré a todos que me engañaste y jugaste con mis sentimientos y ya sabes como es la gente y malinterpreta todo” deja saber alzándose de hombros con inocencia. “¿hace cuanto? ni siquiera recuerdo” admite asintiendo y frunciendo los labios. “bueno–– esa promesa de no arrepentirme suena muy prometedora así que acepto, vayamos a por ese pollo frito y ¿cerveza dijiste?” cuestiona para salir del ascensor.

Tenues risas brotaron de sus labios al escuchar sobre su amenaza. “Jamás en la vida, simplemente no sería capaz de engañarte. No me convendría, tienes una apariencia amenazadora que me hace pensar que puedes oler mis mentiras a kilómetros de distancia.” Respondió en tono socarrón y a su vez se apresuró a salir del elevador. Sacó las llaves de su auto que se encontraba a tan solo un par de pasos y no tardó demasiado en sacarle ventaja para poder abrir la puerta para ella e invitarla a ingresar. “Pollo frito, cerveza y canciones adelantadas, yo siempre cumplo mis promesas, noona. Ahora solo preocúpate de ponerte cómoda.” Propuso con una amable sonrisa, de esas que brotaban con facilidad cuando se encontraba cerca de una persona de su completo agrado.

bostezo abandonaba sus labios, ya cansado por la jornada repleta de prácticas, cuando la repentina pregunta llega a sus oídos ¿de dónde venía eso? el solo quería tomar el elevador para marcharse a los dormitorios, cosa que podría haber hecho hace rato ya si no tuviera que tomar esas clases de actuación extras. el muchacho arquea una ceja y ladea la cabeza a un lado, mirando al contrario para descubrir que se trataba de unos de los integrantes de w.ine. “no como pollo, menos frito. y hace frío para ir al río han” se niega así a cada uno de los ofrecimientos ajenos sin tomarse siquiera un segundo extra para pensarlo dos veces. cualquier mención de pasar el rato en el exterior, con las temperaturas que el invierno traía consigo, era una negativa instantánea para dabin. “eh, pero gracias igual, sunbae” suelta al final, recordándose el intentar suavizar sus palabras aunque sea un poco.

“Nunca en la vida me habían rechazado tan rápido.” la diversión era evidente en su rostro al saberse en esa situación. Rascó su nuca con cierta incomodidad y observó el espacio libre que había a un lado de él. “¿Vas a ingresar o te quedarás ahí parado?” se movió un poco pues sabía estaba obstruyendo la vía de ingreso. “Ah-- vamos.” soltó con frustración, ¿que tan difícil era encontrar alguien para festejar? “¿Estás seguro de tú decisión? ¿qué hay de malo contigo? A cualquiera le gustaría poder salir de éste edificio.”

En busca de un bolso olvidado es que regresa a la empresa. Sólo notó el despiste una vez ingresó a su propio dormitorio, realización tardía que la llevó a tener que volverse hasta la sala de prácticas. Con el elemento colgando de un hombro al atravesar el pasillo, escucha una voz que detiene sus pasos. Duda: “¿A mí? Creo que es un poco tarde…” o quizás el miedo a pasar tiempo con alguien que realmente no conoce, la frena de aceptar (porque teme que los silencios predominen y no sepa cómo llenarlos). “Pero, ah, felicitaciones por el comeback. He visto mucha gente entusiasmada por el regreso.”

“Si por supuesto, a ti.” Respondió con decisión, eran los únicos en ese espacio. Al ver la reacción de la fémina se le pasó por la mente hablar seriamente con el CEO, le parecía imposible que resultara extraño salir entre colegas. Lo que no esperaba en absoluto era una felicitación, una tímida sonrisa surcó sus labios y como agradecimiento inclinó ligeramente su torso. “Agradezco tus palabras y… En realidad eso es lo que estoy tratando de festejar. ¿Estás segura que no te quieres unir a mí?” cuestionó, esperanzado por obtener una respuesta positiva. “Está comprobado científicamente que pasar tanto tiempo en la oficina destruye neuronas.” Finalizó con un toque de diversión, un vago intento para convencerla.

  Tan fresco como una lechuga. La verdad es que desconocía de donde había salido esa ridícula comparación. Pero quedaba perfectamente para ejemplificar su estado actual: Fresco, ligeramente menos muerto de los que a todos los muertos de hambre que rondaban la agencia, le gustarían verlo. Sin embargo era una total lastima que su condición física, no concordara con lo hastiado que se sentía por dentro: ensayos, ensayos, y más ensayos. Si, el realmente no extrañaba esa clase de vida, a lo mucho podía decir que  estaba bien con volver  a ver a sus compañeros pero nada más. Era claro que los zapatos que dejo su ex líder eran difíciles de llenar y la verdad, el no sabia si en realidad quería portarlos. Un suspiro cansino escapa de sus labios, al encontrarse de frente a Haesol más vivo de lo que los otros parecían estar. ❛ ¿Rio Han, fanáticas persiguiéndonos, frió y posiblemente grillos?  ❜  inquiere, trazando una mueca de desagrado en sus labios. ❛ Si, yo creo que no  ❜ agrega, dando un paso afuera del ascensor. ❛ ¿Y tu porque estas tan activo? — Si te estas metiendo algo aprende a disimularlo un poco más o  nos van a joder a todos  ❜ ‘todos’ traducido en idioma end, significaba a el. Principalmente a el.

“¿Le temes a los grillos o algo? Vaaaamos hyung, es tarde estoy seguro que habrá poca gente, te compraré una bebida caliente y te daré cigarrillos, cigarrillos especiales.” Pidió, casi suplicó mientras detenía las puertas, no lo dejaría ir tan fácilmente. “¿Cómo crees que podrías estarme metiendo algo? Sabes que esas cosas no son lo mío, a menos que sean naturales.” Señaló el interior del ascensor, necesitaba obligarlo a entrar de una u otra forma. “Entonces vayamos a un club, a un bar, lo que tú quieras.” Tenía demasiado sin pasar tiempo con Taeho, era el nuevo líder era obvio que quería saber en que andaba involucrado y sobretodo pasar tiempo de calidad con él pues sabía que se encontraba frente a su mejor opción si lo que deseaba era festejar hasta el cansancio.

       La fémina sabía que su petición de comeback solista había sido aceptada, sin embargo, aún no había recibido la información concreta para comenzar a trabajar y ensayar como se debía. Por lo que había cierto misterio en el aire, hacía tiempo que se agotaba por practicar para algo en especial y honestamente, lo extrañaba. Estaba emocionada. Quería saber inmediatamente la reacción de los fans y los demás artistas. Había terminado su entrenamiento diario, el cual había sentido más ligero de lo normal y está casi segura que es debido a su emoción. Decidió quedarse un rato más para realmente deshacerse de esa energía. Salió del salón y fue en camino al elevador, las puertas se abrieron y las palabras sobresaltaron a la chica un poco. ‘ Me asustaste..  ’ dijo bajo para sí misma. ‘ Me encantaría.  ’ sonrió entrando y colocándose a su lado. ‘ ¿Como estás? Felicidades por su comeback..  ’

“¡Pequeña!” Sonrió al reconocer la estilizada figura de la joven, siempre le resultaba agradable encontrarse con ella, era una de las personas más amables en Black así que no era para menos su reacción. Dio suaves palmaditas sobre la cabeza de la chica como un acto de cariño, una de las tantas formas extrañas que tenía de mostrar afecto hacia otras personas. “Muchas gracias, que amable.” Hizo una pequeña reverencia por el respeto que tenía hacia su contraria. “Estoy feliz no voy a negarlo, no sabes lo mucho que extraño las presentaciones en vivo, el escenario, los gritos de los seguidores.” Le había costado un tiempo pero se había enamorado de su profesión y nadie podía contradecir ese hecho. “¿Y tú? ¿En qué andas estos días?” cuestionó con sumo interés mientras sentía el descender del elevador.

       ¿Cuántas horas llevaba ya? No tenía idea, las estúpidas juntas con el CEO le tenían vuelta loca, hablando siempre de las mismas cosas, el abogado ahí y los papeles que tenía que firmar… vaya estupidez, cuando simplemente podría decirle a su madre que se largara y le dejara en paz, pero obviamente el equipo legal tenía otras ideas. No importaba, salió de la oficina cansada, con los papeles dentro de su bolso y su atención en su celular, buscando por alguien que le sirviera de distracción… hasta que mágicamente su distracción apareció frente a ella “¿Es una propuesta indecorosa, Haesoul?” preguntó con una sonrisa pícara, recargando su cuerpo contra las puertas del elevador, fingiendo que no diría que si tan rápido, aunque ya había bajado su celular y su atención estaba puesta completamente en el contrario “Porque suena a que puedes hacerlo divertido” añadió, empujando al contrario con su índice, un jugueteo coqueto, totalmente normal en la morena.

“¿Ah? No, solo te he preguntado si quieres pollo frito y cerveza, no le veo lo indecoroso por ningún lugar.” Al sentir el empujoncito una pequeña sonrisa apareció sobre sus labios, ¿debía seguirle el juego o actuar como el adulto responsable de la situación? Se hizo completamente hacia atrás, hasta que su espalda topó contra el otro extremo del ascensor pero sin abandonar su postura relajada. “¿Una cena casual no te basta? Mejor dime, ¿qué es lo que tienes en mente?” Cuestionó una vez tuvo todo ese espacio entre ellos, era más seguro así, después de todo no quería que las cámaras captaran cosas que no debían.

su día iba en picada. primero, había sido regañado un par de veces, y segundo, su mente se puso en blanco en el momento de mostrar la presentación que estuvo preparando por más de una semana. sus esfuerzos no estaban dando frutos últimamente. por lo tanto, la invitación le había llegado como un milagro, distraerse le haría bien. pero hasta ahí llegaba su felicidad, pues la sorpresa e intriga le ganaron a las ganas de aceptar. “ ¿qué? ” atinó a decir y miró hacia atrás, pensando en que tal vez se dirigía a otra persona, mas detrás suyo sólo se encontraba el personal, lejos de ambos ” ¿conmigo? ¿en serio? ¿un trainee? “ preguntó sin poder creérselo, no todos los días un integrante de W.INE le hablaba. esto solo podía ser un error.

“¿Eh?” se vio sorprendido por la reacción del muchacho. ¿Tan raro era que lo invitara a salir con él? Rascó su nuca con suavidad y observó a las personas que yacían limpiado a sus espaldas, rápidamente elevó su mano y saludó con gran ímpetu a las personas que tantas veces se había cruzado por los pasillos. Posteriormente volvió su completa atención al chico que se encontraba frente a él. “Pues claro que te digo a ti, los invitaría a ellos también pero sé que me rechazaran inmediatamente.” Colocó su pie contra las puertas del ascensor para evitar que se cerraran mientras se decidía si acompañarlo o no. “¿Entonces? ¿Vienes o han decretado que los trainees tienen que sobrevivir a base de oxigeno?”

una energía solo equiparable con la demostrada antes de su primer lanzamiento le embargaba aquel día, extinguiendo agotamiento y guiando músculos ensayo tras ensayo, la revelación de un horario oficial para su entrenamiento combustible suficiente para reanimar su entusiasmo. se había quedado en el salón de baile incluso tras finalizar el ensayo, practicando, armando melodías en su cabeza, y para cuando el cansancio resultó demasiado, el silencio ya gobernaba los pasillos de la agencia. el cuerpo le grita con cada paso dado, exigiendo un descanso, horas de sueño, o al menos un sillón en donde recostarse, mas su humor continua siendo agradable. hay buenas ideas rondando su cabeza, y cree que la próxima reunión con su manager puede resultar fructífera. es cuando se detiene a comprar una botella de agua de la máquina expendedora más cercana que otra voz le interrumpe, rompiendo la ilusión de absoluta soledad. “¡oh, sunbaenim!” escapa de su boca al reconocer presencia, y dorso ejerce corta reverencia por fuerza de costumbre. “uh, bueno…” sus ojos pasan por cada esquina, buscando otras personas, cámaras, lo que fuese que pudiera notar el encuentro. estaría loco de rechazar una ofrenda como aquella de alguien a quien tanto admira, pero su condición de nuevo aun pesa sobre sus hombros. “sí, claro que sí.” exclama con un asentimiento, mas su voz baja para continuar hablando. “pero, ¿no se meterá en problemas? con el comeback y todo eso… las reglas de black parecen ser estrictas.” cierta aprehensión toma sus palabras; ya le han advertido sobre perder peso, en lugar de ganarlo.

“Basta, basta.” Una risa suave brotó de sus labios como evidencia de su buen humor. Sin duda en esas instancias haber encontrado un poco de compañía no era un suceso para menospreciar. “No hay necesidad de honoríficos, no hay ningún adulto responsable que pueda llamarte la atención por no respetarlos.” Claramente él no lo iba a hacer, no le interesaba hacer más grande la franja que parecía separar a los trainees o a los grupos más pequeños de aquellos que tenían más tiempo en la industria. La emoción del contrario le parecía adorable, sin embargo no quería que le diera un trato diferente o de lo contrario jamás podrían convertirse en amigos. Detuvo las puertas del ascensor que amenazaban con cerrarse e hizo un ademán con su cabeza para que se apresurara a ingresar. “¿Sabes? Tú pregunta ha sido muy acertada, pero la realidad es que las reglas de Black siempre han sido duras. ¿Puedes imaginar si nos limitamos a obedecerlas? Seriamos como robots.” Más de una vez había charlado con el CEO respecto a eso, Haesol pensaba que si algo se prohibía con vehemencia mayor necesidad tendrían todos de llevarlo a cabo. “Sin embargo debes saber cuándo aplicar éste tipo de filosofía, tampoco debes de meterte en problemas por pequeñeces. ¿De acuerdo? Esta es una ocasión especial así que es tolerable.”

Su vista se entrecerró pensativa, balanceando los pro y las contras de poder aceptar la invitación del castaño. No sabía que tan fuerte serían las consecuencias, o si las habría en caso de que los descubran. “Ah…¿por qué me suenta a que lo estás inventando?” lo acusó con su rostro ligeramente ladeado. Honestamente no sospechaba de eso, él era parte de un grupo popular y seguramente tenía mucho más beneficios que ella. No podía quejarse, podía salir pero siempre con aviso y horarios marcados. “¿y los demás miembros? ¿por qué estás festejando sin ellos?” recordó ese pequeño detalle casi por sorpresa. Quizás no llevaban una buena relación o simplemente ellos querían ir a dormir pero era extraño que estuviera solo. La nueva propuesta era mucho más amena, menos peligrosa y el próposito de festejar seguiría vigente, por lo que asintió rápidamente con emoción. “me gusta…” opinó casi por bajo porque las palabras del joven interrumpieron su veredicto. Soltó un fuerte suspiro, desviando su mirada hacía su propio reflejo en el espejo del ancensor. Llevaba un buzo con capucha, podría esconder su rostro de los fotografós. “Vale, me has terminado de manipular, digo, convencer” bromeó para luego deslizarse en el pequeño espacio entre la puerta del ancensor y el joven. Rápidamente volvió a observarse frente al espejo pero esta vez se colocó la capucha para ver si su rostro se escondía completamente. “¿crees que podría pasar como uno de tus compañeros?” cuestionó socarrona mientras cruzaba sus brazos con la intensión de imitarlos.  

Elevó rápidamente sus manos despojándose de toda culpa, no estaba mintiendo, no le mentiría con algo así cuando por un error podía meterla en problemas y evidentemente esa no era su intención. Haesol podía no respetar las reglas e ir generando problemas entre el sinfín de managers que lo habían acompañado desde su debut, poco le importaba, sabía como lidiar con ellos pero, ¿meter en problemas a alguien más? Jamás, antes tomaría toda la culpa, sobretodo si el había influido en las decisiones de la persona. “Lamento decirte que los chicos se encuentran transitando por la etapa de la senectud, sus movimientos se volvieron más toscos y torpes y su metabolismo cada día es más lento, no pueden permitirse comer pollo frito.” respondió, claramente burlándose de todos los integrantes de W.INE. Ser el maknae del grupo tenía sus ventajas. Sonrió satisfecho al escuchar la respuesta positiva y sin esperar más presionó el botón que los llevaría al subterráneo dónde esperaba su coche. Se limitó a observar los movimientos de la chica y sin poder evitarlo un par de risas brotaron desde su garganta. “Vale, vale chica ruda.” tiró con suavidad de su capucha para cubrir aún más su rostro. “¿Es posible que pierdas todas tus neuronas funcionales en un segundo? Si la respuesta es si, entonces claro, podrías pasar por alguno de ellos con facilidad.” las puertas del ascensor se abrieron y enseguida salió para dirigirse a su auto. “Vamos compañera, que una buena cena nos espera.” sacó las llaves de su bolsillo y quitó los seguros al audi completamente negro que yacía a tan solo un par de pasos. Se apresuró a abrir la puerta para ella y espero hasta tenerla cerca para hacer un ademán. “Adelante señorita.”

¿Quién fue el estúpido que dijo que sí al comeback? ¡Minwoo iba a matarlo! Pero sería después de que recogiera uno de sus pulmones de piso, porque estaba seguro de que se le había salido después de la última práctica del día. Estaba más que exhausto. No sentía las piernas, le dolía la garganta y le habían dado la grandiosa noticia de que debía bajar de peso… Y solo era el primer día. Iba a quemar la compañía, pero eso sería después de darse una ducha, porque apestaba a calcetines usados de gimnasio. Una hora, eso duró su baño reparador y pronto sus pensamientos psicópatas fueron desplazados. En realidad estaba feliz. No iba a negar que extrañaba como un loco los escenarios (tenía la teoría de que su actitud de intolerancia hacia el resto se debía a eso, pero luego recordaba que siempre había sido así y terminaba por descartarla). Tenía la urgencia de dormir. Quería dormir 2 meses de ser posible. Por eso casi patea a la persona que lo abordó cuando las puertas del ascensor se abrieron. “¿Cómo puedes seguir teniendo energía?” Fue la primera protesta al reconocer a su compañero. “Por favor, no me digas que también te estás metiendo de esas cosas que usa Taehan hyung.” Ver a Haesol tan fresco volvió a drenarle la poca energía que le quedaba. Ahora se quería desplomar y dormir justo ahí. ¡Al diablo su departamento y su cómoda cama! Sin embargo, la mención de la comida fue como una trampa. Su cuerpo, siempre traicionero, tembló con ansias y su estomago hizo ruidos en previa aceptación. “Bien… pero también tienes que cargarme.” Fue la sentencia final, extendiendo sus brazos hacia el menor. Incluso estaba dispuesto a pagar. Después de todo, todavía le debía una comida a Haesol.

Al ver que se trataba de MinMin su rostro se iluminó, no como en las películas, no, pero cualquiera podría jurar que sus ojos se llenaron de brillo al ver a su pequeño compinche. El saber que no estaría completamente solo esa noche le producía un gran alivio, pero saber que sería Minwoo la persona que lo acompañaría en su travesía terminaba por llenarlo de alegría. “Ah, pequeño gnomo.” Tomó sus brazos y lo pegó a su cuerpo antes de darle un abrazo aplastante. Lo había visto un par de veces durante el día, en los ensayos y en la hora de comida, pero al parecer no le había bastado tener a todos los integrantes de W.INE en una misma sala, en especial cuando sus débiles sentimientos lo habían transportado a la época del debut, produciendo en él sentimientos nostálgicos. No esperó más y lo liberó, de lo contrario terminaría asfixiándolo. “Eres un perezoso, por eso te han pedido que hagas dieta.” Añadió con sorna mientras se volteaba para darle la espalda. Claro que lo cargaría, de todos modos el mayor no pesaba ni tres kilogramos. Se las arregló para presionar el botón del estacionamiento mientras esperaba que el gremlin subiera a su espalda y de nuevo retomó la palabra. “A Taeho hyung solo le falta probar kokodril, yo solo he fumado marihuana y hace tiempo que no lo hago.” Estaba mintiendo, aún mantenía su hookah en algún lugar de su habitación y fumaba cada vez que se sentía a punto de desbordar por el estrés, pero no se confesaría, lo último que faltaba es que lo apodaran junkie.

dryhos:

una vez más, el ser un innato en molestar a sus superiores daba fruto. había convencido a uno de los productores para que le permitiese usar su estudio a deshoras de trabajo aquel día. nada mejor que algo de privacidad, no tendría que soportar los gritos de sus compañeros de piso y mucho menos las distracciones que tenía en casa. el día había terminado entonces y salía del edificio para ocuparse de descansar un poco y dejar atrás un sucio estudio con cajas de pizza vacías y botellas de agua a medio terminar. verificaba así que todo se encontrara en orden en la nube de almacenamiento de su teléfono; distraído no pensó encontrar con algún alma aparte de los empleados de limpieza, a los que si veía pediría el favor de arreglar su desastre pisos arriba, pero quien se le cruzó, era alguien más. tuvo que entrecerrar sus ojos para recordar el nombre del moreno aquel.   “haneul, has-haseul—”   soltó en voz alta.   “¡haesol!”   con una victoria piadosa al final se echó a reír.   “¿qué hora es?, creí que ya todos se habían ido y… ¿tú pagarás?”

“Ese es mi nombre.” respondió con orgullo mientras asentía y hacía un ademán invitándolo a ingresar al elevador antes de que las puertas decidieran cerrarse. “Siempre llevo encima mi tarjeta de crédito.” comento, haciéndole saber que evidentemente sería él quién correría con todos los gastos de esa noche. No era algo que le importara, tampoco era un derrochador sin control pero sin duda sabía como divertirse y cuando se trataba de iniciar con un festejo el rapero no se limitaba en absoluto. “Por cierto, son las once.” respondió con seguridad, habían transcurrido tan solo un par de segundos desde que había revisado la hora. “Tan solo tendrías como consigna no dejarme beber demasiado, de lo contrario y si me lo pides de buena manera podría terminar comprándote un caballo de carreras. ¿Para qué? No lo sé, pero suelo ponerme demasiado bondadoso. ¿Que dices?”

dcnaiw:

“sabes que tenemos practica mañana temprano, ¿cierto?” respondió, pero su tono de voz estaba lejos de implicar una negativa a su pregunta. por el contrario, algo de distracción le vendría bastante bien. el anuncio de su regreso como grupo, además de haberlo alegrado en demasía, también lo tenía nervioso. no era un nerviosismo de temor a las críticas, sabía que muchos habían estado esperando por ello y que todos quedarían satisfechos, sino era la típica cosquillosa sensación en su estómago, la anticipación de pisar de nuevo los escenarios. “sólo porque tú invitas” aceptó, ingresando al elevador. “y porque honestamente te ves desesperado” por supuesto, la burla no podía escapársele. “¿los otros no quisieron jugar contigo?”

“Oh no Nai, no te vale hacerte el inocente conmigo” presionó el botón que los llevaría hasta el estacionamiento y continuo con un tono burlesco. “¿Desde cuándo eso es un impedimento para ti?” inquirió recordando ciertas ocasiones dónde después de algunos premios o eventos importantes continuaban eran los primeros en ofrecer el antiguo departamento para el after party. “Sabes que son unos aburridos, si tuvieran la opción de quedarse en casa todo el tiempo puedo apostar que lo harían con gusto.” De pronto, una gran idea cruzó por su mente o tal vez no tanto porque era algo que los podía meter en un montón de problemas. “Un segundo, hyung.” Las puertas del elevador se abriendo dejando a la vista de ambos los pocos autos que aún quedaban en la empresa. “¿Qué tal si nos olvidamos del pollo frito y mejor visitamos algún club de Gangnam? A menos que quieras algo tranquilo y acogedor, ancianito.” Añadió antes de salir del ascensor con una sonrisa maliciosa curvando sus labios.

bobhwan cutie pies 💙

eccomist:

       “¿Estoy siendo muy rara?” mordió su labio por unos segundos, dejando que sus ojos reflejaran la culpa que tenía dentro. Debía recordar no decir esa clase de cosas frente a los miembros reales del grupo o pensarán que no es mas que una de esas fans locas… lo cual lo era, pero ellos no tenían que darse cuenta. Aunque de nuevo, seguro ya lo sabían, del montón de cosas que decía sin pensar y– “Oh, cierto, cierto, la música” agradeció tener algo más que hacer, dejándose sentar en aquella silla frente al portátil y abrió una carpeta llena de archivos nombrados con letras al azar y “final” “este” “este si” al final “Tengo… uh… esta es una que hice el año pasado, pero gracias a todo lo del contrato no pudo ser lanzada, ya sabes, Nebula no tenía mucho dinero para esto��� sonrió de lado, dando click en el archivo para comenzar a sonar por las bocinas. Su voz, fina y suave, yendo de la mano con las notas escapadas de un piano, que más parecía estar en la habitación de a un lado que en el mismo estudio.

“Un poquito, pero algo me dice que nada fuera de lo común, además... Es adorable.” su tono de voz fue descendiendo hasta liberar las últimas dos palabras en apenas un susurro, sintiendo pena de expresarlo en voz alta, algo extremadamente raro en él. Dejó los pancakes en la mesita de centro y buscó una posición más cómoda en el sofá, después simplemente se dedicó a observar cada movimiento que la joven realizaba. Estaba entusiasmado y feliz por tener la oportunidad de escuchar algo que aún no había salido a la luz, era grandioso porque sabía lo personales que podían llegar a ser las pistas que cómodamente residían en las carpetas de un ordenador mientras esperaban a ver la luz del éxito. Simplemente se dejó embriagar por la calidez de su voz y a su vez por la melodía perfectamente lograda, decir que estaba impresionado era poco, muy poco. Amaba ese tipo de voces tan dulces y a la vez con la capacidad de dejar huella en cualquier persona que tuviera la oportunidad de escucharlas. “Es... no lo sé, ni siquiera sé cómo describirlo.” realmente lo habían dejado sin palabras.