“Siempre nos llevamos un pedazo de las cosas, de los lugares, de la gente. Son fragmentos, jirones de seres que se nos quedan incrustados dentro, como esquirlas. Y a veces duele, a veces duele mucho.”

— Eduardo Lago

No hay pedo.

“Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría…”

— Estefanía Mitre

De amor y otras mentiras.

Te conocí una noche de Junio, al calor de unas cervezas en compañía de la familia que uno elige, pasé desapercibida para ti aquella noche, pero para mis sueños fuiste el estelar. Muchas cosas sucedieron hasta que se te permitió acercarte a mi, a ser amigos por todo lo que había en común, miles de noches, conciertos, risas y uno que otro mensaje para acelerar lo que sucedía.

Nos vimos envueltos en un espiral de risas, bromas, cerveza y rock ‘n’ roll hasta que sucedió lo inevitable, nos gustábamos de  más. Nos permitimos refugiarnos en lugares diferentes regando por las mañanas lo que se convirtió en amor, un amor bonito. Llegó  Abril y la pregunta obligada: ¿quieres ser mi novia? Llenaste mi vida de colores, de fuegos artificiales y de amor, mucho pinche amor.

Con todo y un miedo enorme a chocar e irme de hocico, diría mi familia;  me permití los primeros meses andar con cautela mostrándote todo de mí, cada día pasaba acelerado, alocado y lleno de amor, y me dejé llevar al compás de tu vida, a lo acelerado de las decisiones que tomabas y al infinito entre tus brazos. Pudo ser simple y lo hiciste perfecto, viajaste a mi lado, me dejaste volar, caminábamos juntos sin pensar en escapar, me hablabas de infinitos y de otras vidas donde seguro nos íbamos a encontrar, y me vi viviendo todas ellas con contigo... Hasta que ya no fue, un cúmulo de inseguridades, de problemas, de yo pero tú o quizás tú pero yo, que  te alejó y con ello me arrastraste hasta una orilla donde ya no te supe alcanzar.

Hoy en plena oscuridad, con mi amor intacto y mis ilusiones hechas trizas, puedo agradecerte por enseñarme la aguja en el pajar, la excepción a la regla y a ciencia cierta, el amor de mi vida.

Y luego lo besé.

- “ Me voy a ir al infierno por esto, por ti... pero esta bien”

-” Hasta al infierno te iría a buscar...”

Me pareció la forma mas sutil, esa manera tan suya de explicar que ni aún entonces, lejos ya de este lugar... me dejaría en paz. Y ¡Qué bueno! si algo le pido a la vida, es la oportunidad de mirar sus ojos aún después del supuesto final... y luego, lo besé.

De amor y otras adicciones.

Quiere mis buenos ratos, mis sonrisas, mis días soleados, mi cabello largo y mis ganas de viajar. Quiere el orden de mi vida y el desorden de mi cama, los abrazos que terminan en orgasmo y los besos que despiertan las ansías a mitad de la noche, quiere mis manos en las suyas, sus piernas sobre mí, mi cuerpo y su cuerpo hecho nudo y mis pies apuntando el camino que anda... pero no quiere que caminemos juntos, no quiere lágrimas ni celos nublados, no le gusta el oscuro de mi vida ni la pesadez que a veces me obliga a quedarme en casa... no busca salvar tormentas ni abrazarme cuando soy huracán, sólo quiere que le escriba de amor pero no se aventura a amarme.

Quería ser marinero pero estaba cómodo con su miedo a la marea así que no quiso intentarlo, se guardó su corazón entre sus propios brazos y dejo el mío volando por ahí. Y aunque lo que yo sentía por el me llenaba, me hacía florecer creo que siempre lo supe... jamás me iba a querer. 

Ahí en “eso” que llama vida..

De sobra estaba comentar que la pasión me había ganado y que ahora seríamos extraños los dos. La vida sigue igual no hemos hecho nada fuera de sí, o al menos eso creíamos. Creíamos que esta bien, que era cosa de saciar el calor piel a piel, palmo a palmo; jamás pensamos que la necesidad de ti  o de mí sería tan fuerte que ni otras caricias ni otros amores la vendrían a sofocar. 

Años inútiles de la mano de alguien más que no lograba saciar la sed en mi interior, años inútiles ignorando los fuegos artificiales que se desataban presos todos de tu mirar, años inútiles ignorando lo que a gritos la piel pedía, lo que a gritos ignoraba aquel corazón... 6 meses nos dimos para intentarlo, alumbrabas mis oscuros y yo le sonreía a tu tristeza y sobrevivimos, lo que jamás vimos fue que creció, aquello que era superficial se encarnó y arrinconó hasta en el alma y después no pudimos escapar. Una mujer que se conoce a sí misma y la magnitud de su lealtad a sus “personas favoritas” aquellas, las que me llevaron a ti, sabe que aquel era el momento de la retirada, te esperaba ya lo sé y no encontraste manera de quedarte porque no existía.

Alejarse no es difícil cuando  no se le ve otra solución, mi vida siguió como siguen las cosa sin sentido diría Sabina. Ya sabía yo que el momento de reencontrarnos se acercaba. A sonrisas, a miradas a comentarios y noches de farra el momento apareció. A cervezas, a risas, a historias y recuerdos de alguna manera, floreció. 

La inquietud crecía y el sentimiento flotaba en el interior, hasta que por fin le dimos rienda suelta a los recuerdos y nos dejamos ser... -Hasta pronto- te dije a sabiendas que sería antes de lo esperado; ansioso por una llama que le devolviese la fe a “eso que llamas vida” me besaste y ahí lo supimos, ya no lo podíamos evitar.

De la cama a su vida.

Los años pasaron y evitábamos la cercanía que nuestros cuerpos deseaban tener.  Noche a noche evitábamos nuestro mirar y por años les dejamos engañarse.  Una noche después de tantas copas ambos sabíamos lo que iba a pasar, y lo sabíamos muy bien desde el primer momento en que nos quedamos solos en aquella habitación, tu departamento un Sábado por la noche. Las copas, la buena música y el ambiente solo eran una muestra del infierno que íbamos a desatar... - Bien sólo queda esperar- comenté restándole importancia a los latidos de aquel loco corazón, -Mjumm, Mjumm- murmuró mientras encendía un cigarrillo... En un abrir y cerrar de ojos, todo era un infierno porque sus besos sabían a fuego, sus caricias dejaban rastro de veneno que mataba cada milímetro de mi piel... no sabían a esa estúpida miel que derraman todos los que dicen estar enamorados, me deseaba, deseaba comerme toda esa noche, y así fue.

De mis sueños a mi cama...

Desde pequeña soñaba con el cliché Hollywodense, chico atractivo, guapo, sexy conoce chica soñadora y enamorada... viven un romance tortuoso un felices para siempre. Vivía enamorada del amor y de las fantasías que traían una noche de borrachera al  lado de mis personas favoritas.  Cuando le conocí...  fondo musical: Like a stone... escenario: el bar favorito de la sociedad en una ciudad de cantera rosa, tremendos ojos azules y una voz que hacía doblar la moral de cualquiera. 

Mis pocos 16 y tantos sabían que no había manera, que pertenecías a mis fantansías y nada más. El tiempo pasó volando y los años junto con él, jamás nos alejamos lo suficiente como para evitar el vernos crecer. Un día cualquiera lo notó, y algo despertó. Descubrí que a pesar de los años, mi mente lo idealizaba, presa de aquel encanto que provocaba al parecer en todas las mujeres... dejaba mi mente divagar. 

Aquella noche, éramos: mis amigos, tus amigos, tu y yo... la noche fluyó hasta que fuimos sólo los dos. No pudiste detenerte lo sé, me besaste y creí correr... mi mente sabia que jugaba con fuego y por un momento se dejo llevar. Miente, olvídalo y sigue... evitarnos fue lo mejor. 

Año tras año ignorábamos lo que se desató, ignorábamos el recuerdo y cómo se sintió, mentíamos a palabras y gritábamos a miradas que éramos presos de algo que no entendíamos. 

Aún recuerdo aquel día que te dije que "te amaba con locura", locura que nunca quisiste... y que crees? ya llegó quien hiciera suya aunque estemos destinados a no ser

El laberinto de tu piel

No esta de más comenzar esta historia con el capítulo final:  “A ti que no te lo mereces, no mereces que aún bendiga tu vida en mi vida y mucho menos que siga por la vida esperando a que ahora si vuelvas y que esta vez sea por mí…”

Así concluí bastos escritos sobre ti, el caso estaba cerrado, mi corazón el gran culpable. Le puse un gran punto a la  temporada,  seguir se leía en letras pequeñas al leer el guión final. Viví mi vida y mil cosas más, me llené de otros amores y sacié mi sed en otras pieles, pero todo y nada tenía a la vez. Beso tras beso regresaba a tus labios, a tu sonrisa y al laberinto de tu piel.

Los meses pasaron y se convirtieron en años, tus mensajes no cesaron pero ya no llegaban a mi esperanza, comfortably numb… Uno a uno ignoré los sollozos de mi pobre corazón, lo callé con valiosas canciones que llegaban todas a ti, lo ahogué en cervezas, mezcal y tequila pero nada conseguí suprimir.  Enero llegó y con el mil propósitos más, los cuales uno a uno deseché o me tragué al volver a sentir tu piel. 4hrs de “amigos” llenas de recuerdos y tu olor bastaron para volverlo hacer. Tu propuesta casi tan sutil como una bala, que atravesó por supuesto mi corazón. 

-Nos vamos! Dijimos...- ante la mirada atónita de todos los que nos acompañaban, salimos casi disparados ante 24hrs llenas de posibilidades o quizá solo de recuerdos. Medio atontados y casi ingenuos como dos personas que se acaban de conocer le dimos rienda suelta a lo que sentimos y sólo nos dejamos ser. 

Febrero llegó lleno de frío y recuerdos, seguía a flote con tan solo una herida en mi costado...izquierdo. Marzo apareció y los recuerdos se arremolinaron todos en la puerta principal...directos al corazón. Hace un año me ahogaba en sentimiento por tu partida, y hace días entre mis brazos te tenía. Jodido el tiempo, si, el que pase junto a ti. Los días se movían con singular alegría, la vida tenía sentido aunque el sentido fueras tú, mi mismo infierno. Mismo lugar, misma gente, nos volvimos a encontrar. 

-Hola...- dijiste, supongo que no había más que decir, cómplices los dos. La noche siguió y nos alumbró con su luz, nos atontó y lo volvimos a hacer. Sólo que esta vez cruzamos la noche con nuestro tan característico cinismo, esquina tras esquina, testigos de la pasión que vinimos sintiendo tu y yo, beso a beso palmo a palmo me dejé llevar ya vez, le di gusto al corazón y lo deje llenarse de tu piel y ahogarse en tus besos. Un habitación, un hotel, una ciudad pura pasión sabrá Dios si fue amor.... Hoy en el mismo lugar de siempre intento incansablemente salvar mi corazón, porque ya no estás porque como siempre eres el gran ausente en esta comedia romántica, porque como siempre soy yo, la gran expectante, la increíblemente enamorada del amor y la misma que pese a todo y tanto, se muere por ti. 

Los años pasan el balde ya vez, por aquí todo siga igual, aunque te diga que no.

Cinismo.

Y si, te mentí. 

Siempre ha sido él, todo ha sido por él. Poco sirvió alejarle de mi vida por años si terminamos envueltos en cariños y calor. Poco sirvió todo aquello que nos dijimos si acabamos siendo piel en una misma habitación. Si ya vez, te mentí. Mi libertad y mis errores corren todos hacia su piel, mis besos piden a gritos su boca de hiel, mi piel pide a gritos el roce con su piel... Te mentí ya vez, por que sí, las miradas siempre han sido de complicidad con algo que siempre debimos ocultar, porque sí, le he besé hasta la sombra y quisiera jamas parar. Te mentí porque sí le deseo a morir y poco puedo hacer si su mirar a gritos me pide más. Te mentí ya vez al hablarte de el, le mentí al fingir que no le quiero. Y peor aún, me mentí a mí por fingir que no me importa más que a ti. 

Como vez, no siempre fue así...pero esta vez ya no quiero fingir, si este va a ser el error que mas satisfacción me ha proporcionado, querida amiga lo pago. El hacerte sufrir jamás fue la intención, pero en las cosas del amor eres tu o soy yo. 

Y hoy, me elijo a mí. 

Me faltó valor para decirte que tu nombre es una herida que escuece al susurrarla, que eres el dueño de todos los reproches que tengo guardados bajo el colchón, que los días contigo eran los únicos que no arrancaba de mi calendario, que tu sonrisa me provoca lo mismo que la poesía hiriente que desgarra el alma pero es tan bella que todo se lo perdono. Que las flores que me diste me espinaban más que la alegría que me daba al verlas en el florero que terminó roto como todo lo que tú me diste. Que el verano se nos hizo invierno y tu actitud, un iceberg, que tu barco me ahogaba más que estando fuera de él. Me faltó valor para decirte que lo nuestro dolió más de lo que sanó.

Cobarde, María Celeste R. (via maricel-enamoradadeloslibros)

A poco crees que nunca me interesaste tanto como a yo a ti? Si es así, hay te va... la realidad de las cosas. 

Hace un año, justo hoy 29 de Agosto, mismo evento diferente lugar. Ahí fue el primer día que te vi, todo me gusto de ti,  la contrastante inseguridad de tu mirada con tu increíble seguridad con la batería. Tú seguridad en el escenario, qué cosa, nunca había visto a nadie así.  Al minuto que tus ojos me miraron, pregunte tu nombre. No lo podía creer! Que diferente te veías, tantos años después. 

Después de esa noche, nada fue igual... los días siguientes te apareciste en todos lados y la inquietud creció, hasta que lo decidí: 

-Preséntamelo! 

- neta?

-Si, por que no? no es feo, pensé.

Te presentaste y en tu mesa estaba la noviecita en turno, que hueva de mujer todavía la recuerdo!! No te diste cuenta, pero desde ahí llamaste mi atención, te portabas como todo un mamón pero sabía que eras eso y mucho más.

Lo ves? A mi me atraes de años atrás, pero siempre estuviste lo suficientemente ciego para no verme ahí disponible para ti. 

Hoy sufro un Deja Vú, al estar en el mismo lugar, con la misma gente, hoy después de todo lo sucedido entre tu y yo, hoy que volvimos a ser nada, miro tus ojos y comprendo la vida que representan para mí, hoy que a mi lado no estás, hoy que comprendí lo increíble que fue amarte...

Brindo por tu recuerdo y sonrío ante tu existencia, fuiste mi todo por mucho tiempo y lo seguirás siendo por mucho tiempo más; siempre te quise un poco más que el mundo pero simplemente no lo pudiste ver.

Pide si te vas a ir...

No pudiste colocarte un mejor adjetivo aquel día, “Sonará egoísta, pero es lo que siento” que manera tan fácil la tuya de poner todo de tu lado y a mí, a mí que me lleve el diablo...

 Al final te fuiste, pero te las arreglaste para quedarte de alguna otra manera, sin estar a mi lado en cuerpo y alma. ¿Estás o no estás? Aquí no hay grises, es blanco o negro pero no hay, ni se requieren medias tintas...Hoy mientras voy dejando a un lado nuestra historia me animo a responder a tu pedido y aquí está mi respuesta.

Si así lo quieres llévate todo, tu recuerdo, tu olor, tus caricias, te ruego, si es que te vas... llévatelo todo, hasta tus caricias, para que me dejes vacía y libre, libre de ti.

Mi corazón lo dejas aquí, no me importa que a ratos lo quieras con todas tus ganas, lo abraces y hagas que regrese a la vida, te exijo que a ese bastardo que se quiere quedar contigo toda la vida lo dejes a mi lado, la lección no es nada más para mí si no también para ese cabrón corazón.

Cuando tengas todos los pedazos que llenen de felicidad tu infinito egoísmo, déjame. No regreses, no llames, no mensajees... no le hables a nadie de mí. Te voy a decir por qué... porque simplemente no puedes venir y remover todo en mi ser para después volverte a ir y rehacer tu vida sin mí.; así nada más, como si todos los recuerdos fueran producto de mi mente  y nada más. Quiero que te vayas y me hagas pensar que ya no miras atrás, que no me recuerdas. Vete, sal de mi vida, por ti, por mi.... por los dos. 

Vete... termina esta historia con un gran final, me lo debes a mí, se lo debes a tus miles de Te quieros repartidos, vete y termina con lo que sea que “aún sientes por mí”, claro está que así se me vaya la vida en ello, te voy a olvidar, juro jamás mirar atrás. No te lo mereces, no mereces que aún bendiga tu vida en mi vida y mucho menos que siga por la vida esperando a que ahora si vuelvas y que sea por mí. No me interesa, si me voy, me voy. Yo no vuelvo y espero lo mismo de ti. No te deseo mal, que te vaya bien y bonito, para que nunca regreses. 

Ya está, tómalo o déjalo. A ti...grandísimo egoísta, te lo dejo a ti. Todo esto ya fue, aquí está tu adiós.

Fui su primavera fugaz, él sigue habitando mis cuatro estaciones.

COOS (via fruta-y-menta)

Cien sesenta y nueve: Me encanta. Veo sus fotos y no puedo evitar sentir que lo quiero, que me encanta. Veo sus fotos y quiero llamarle, quiero tenerlo frente y besarlo mucho. Besarlo con el alma. Quiero creer tantas cosas. Buscarlo, leerlo, besarlo, quererlo, saberlo. Pero hoy elijo ser fuerte. No solo aceptar que se fue, sino ser fuerte para irme yo también, para no buscarlo, no leerlo, para ya no quererlo.

Diario, Eliana Bernal. (via eloobernal)