Soy, quizás, humana

¿Quién soy? ¿Cómo me llaman? Wen, gusana, gomita, mami, mi amor, miau.

¿Qué me gusta? Cocinar y hacer feliz a otros, buscar un halo de felicidad en la felicidad de otros, bailar, a ritmo y a descompas, mientras canto a todo pulmón si es que la letra me mueve el alma, jugar yugiog y sentir que caigo en el mundo de monstruos, dragones y animales fantásticos, caer y delusionar un mundo, cualquier mundo diferente al mío, igual me sucede con el genshin, atravesar a otro lugar donde puedo creer que decido quién soy, sin aún saber qué es eso, jugar con el gato y ver cómo me habla con el alma; recordar amigxs en el diario vivir, convivir.

¿Mi lugar en el mundo? Soy persona, hija, madre gatuna, novia, esposa y madre humana. Soy sobrina, nieta, prima, tía, hermana, amiga, en femenino, porque, en cuestión de sexualidad me he identificado (pero no sé si ser) como una mujer cis, privilegiada, femenina pero con expresión de género fluida, pansexual, o más bien amante del humano, del ser que coincide con mi ser e intenta, también en este viaje, descubrir quién es.

¿Qué hago en la vida? Estudio ingeniería física, luego de 4 años frustrada en una carrera a la que no pertenecía, medicina, me gusta, pero el enfoque fue equivocado, y sueño que desde la ingeniería pueda llegar a esa aspiración de ayuda que había visto como no era.

Yo, Wendy, colombiana, sanandresana, crespa y tal vez algo resiliente, soy, tal vez, los ojos cafés con los que observo el mundo, la vida, la tierra, y, de alguna forma, el universo, soy la nariz gruesa y respingada con la que percibo mi entorno, soy los oídos con los que escucho a mis allegados, a los otros, soy los labios con los que callo, y con los que estallo cuando hablo, con los que beso y a veces, cuando lo siento, digo te amo. Soy la piel con la que toco, con la que abrazo, con la que siento mi ser, la que me hirieron desde antes de tener memoria, y la que intento sanar, soy las uñas que me pinto y con las que rasguño, soy los pies con los que camino, soy las manos con las que escribo, el corazón, o tal vez el alma, con el que siento. Soy, quizás, humana.

Angie

Si creyeron que yendo al colegio las cosas mejorarían, se equivocan. Ahora la niña, con 5 añitos, está siendo tocada por sus profesores y compañeros...

En el baño, un profesor simplemente decide hacerle "una revisión" porque su uniforme es "muy corto", aún cuando su madre revisó que llegara a sus rodillas, tal como decía el código de vestimenta. Le baja los shorts, y los pantys y comienza a pasar sus bruscos dedos por sus partes íntimas. La amenaza con decir que su uniforme estaba mal, lo cual representaba un gran castigo, por lo tanto, entre lágrimas, ella se deja tocar, deja que el hombre frote su pene contra ella. Fueron dos años soportando a ese calvo, depravado de ojos claros y rostro de que no matara una puta mosca.

Y para rematar, sus compañeros en el recreo no resultaban de mucha ayuda. Los de cursos mayores le gritaban gorda, la tumbaban y le quitaban su lonchera, y otros chicos buscaban dónde estuviera escondida y comenzaban a escupirle, a patearle, a tirarle arañas, a decirle que era una gorda basura, incluso obligarla a entrar al lodo cada vez que se inundaba el colegio, ensuciandose por completo... y, como cosa rara, los adultos no ayudaban.

Cómo es posible que ataquen a una pequeña y nadie le ayude?

Sofia

Tan sólo imagínense por un momento a una pequeña de 4 años, gruesa, cabello largo y crespo, de color azabache, ojos grandes, penetrantes y cafés. Está acostada en una cama, en la casa de su abuela, quién está ya muy anciana para darse cuenta de las cosas.

Usualmente, los padres de la pequeña pasan todo el día trabajando, puesto que ambos son médicos, así que, mientras el sol está afuera, sus tíos y primos son quienes cuidan de ella.

A muy temprana edad, ella descubrió la sensibilidad de sus partes íntimas, y de manera inocente, más por la curiosidad propia de cualquier infante, ella se tocaba, y al ser vista fue fuertemente reprendida... así que a muy temprana edad empezaron a tratar de cultivarle el miedo al placer, a conocerse.

Pero había alguien, alguien cercano, con no tan buenas intenciones, a quién no le interesaba reprimirlas, más bien "las alantaba" pero a la niña no le gustaba. Era su cuerpo, nadie debía tocarlo además de ella, al menos eso pensaba...

Él le decía que era para limpiarla, que le iba a gustar, y sacaba su miembro en frente de ella y comenzaba a masturbarse, mientras tocaba de forma brusca a la niña para que no se moviera, la amenazaba con delatarla, con decir que estuvo tocándose... entonces calló, simplemente se dejó hacer, con los ojos llorosos y la ropa jalada.

Y así fue por mucho tiempo hasta que decidieron enviarla al colegio... entonces díganme, cómo es posible que una pequeña sea tocada de esas forma y que nadie se de cuenta?

Cómo es siquiera posible que una niña sea golpeada, abusada, ultrajada, sin que nadie lo note...

Llegaste a mi vida, a la vuelta de una esquina, y sin imaginarlo, estás aquí, queriéndome, abrazándome, y mostrándome que mis ojos, viéndose reflejados en los de otra persona, podían volver a brillar. Tal vez no eres mi primer amor, porque he querido mucho a alguien antes de que llegaras tú; puede que tampoco seas el amor de mi vida, porque no llevo una vida de conocerte, aunque se sienta como tal; pero eres a quién quiero a mi lado en este momento, a todo momento, tomándome de la mano, y recordandome que sólo de mi depende ser feliz, y que, el que tu estés aquí, es solo una razón más para sonreir; porque estar contigo se siente tan bien como una taza de café por la mañana. Te quiero.

Mendieta

Hablando casualmente con un hombre de 36 años me di cuenta que realmente quería tener sexo con él, a la hora de conversar era todo un caballero, pero cuando entrabamos en aquel tema era el sujeto sucio y dominante que yo buscaba, y su verga… uffff, si que la tiene grande. La historia es la siguiente…

Son las 5 de la tarde, estoy con mis amigas fumando marihuana, comiendo dulce y escuchando música, ando muy caliente así que le escribo y le digo que quiero verlo, que tengo ganas de tenerle encima mío y que me haga gemir hasta que me venga. Rápido me responde, y me dice que también le encantaría verme, que pasará por mi a las 7. En medio de esa arrechera dejo a mis amigos que están en el cuarto, entro al baño a masturbarme y le mando fotos en ropa interior. Llega la hora, me despido de la gente, bajo y entro a su carro, dispuesta a hacer todo lo que me pida. En el fondo suena rock pesado, comienzo a tocarlo, muy suavemente, noto que se pone tenso y no logra concentrarse para conducir, así que me detengo. Así que llegamos al motel, y es cuestión de cerrar la puerta para que comencemos a besarnos apasionadamente, comienzo a desabotonar su camisa lentamente, dandole besos por todo el cuerpo y diciéndole lo bello que se ve, regreso a sus labios, buscando que me bese, pero sólo me lanza una mirada lasciva que me dice que siga con lo mío. Joder! Me siento como su puta personal, y eso me excita, mucho. Trato de soltarle el cinturón pero me cuesta trabajo, así que lo hace él y me cachetea por no ser más ágil. Me levanta y me besa como si quisiera arrancarme los labios, me aprisiona contra la pared y me toma del cuello con una mano, y con la otra, va lentamente a mi pezón derecho y lo pellizca muy fuerte, tanto que logra hacer que me moje. Me libera y lo tiro en la cama. Como niña buena me desnudo en frente suyo al ritmo de la música, y me hinco ante él para hacerle una mamada, le miro fijamente a los ojos y comienzo a besar su entrepierna, subo lentamente y amago para meterme su falo a mi boca pero opto por bajar a los testículos y chuparlos con mucha suavidad. Me mira con ganas de matarme, como si no pudiera esperar ni un segundo más, así que hago que mi lengua pase suavemente hasta llegar a la punta de su miembro, dejo que juegue por un rato allí, y luego, casi de golpe, introduzco todo dentro en mi garganta, comienzo a succionar, haciendo contacto directo con sus ojos, retandolo a venirse. Y eso lo vuelve loco. Me toma con toda su fuerza y me coloca encima suyo, penetrandome hasta el fondo y haciendo que pegue un gemido de auténtico placer, me cachetea y me ordena que me mueva, a lo que comienzo a mecerme sobre él, de adelante hacia atrás, de arriba a abajo y en círculos. Teniendo sus dos manos libres comienza a masajear mis senos, y al ver que lo disfruto mucho, libera una mano para tomarme del cuello y dejarme sin respiración mientras cabalgo. Siento como su verga se pone muy dura en mi interior, y yo empiezo a mojarme toda a pesar de aquella intempestiva entrada. Aún conserva algo de su caballerosidad, me tumba y procede a bajar lentamente hasta mi vulva. Trato de tomar su cabeza pero eso le molesta, por lo que me da otra cachetada, y me toma muy fuerte de las muñecas, haciendo que abra un poco más mis piernas y comienza a jugar allá abajo con su lengua. Fue inevitable retorcerme debajo suyo. Se detiene, y me hace una clara advertencia de que si me llego a mover, no va a tener compasión de mi y me va a dar por el culo. Continúa en lo que hace, y yo procuro quedarme quieta, pero me fue imposible cuando introdujo dos dedos adentro de mi vagina mientras me revolvia el clítoris con la lengua y me daba pequeños mordiscos. Me mira de forma burlona, y ya me tenía preparandome para aquel ataque. Pero el ver mi total entrega y disposicion hace que me perdone. Se pone encima mío, y me deja con las piernas abiertas al máximo, siendo envueltas por mis propios brazos, los cuales él estaba sosteniendo. Esto me deja toda dispuesta para que accediera a mí cómo quisiera. Comienza a amagar para introducir su pene en mí, y mi cara sólo denota placer y desesperación. Si pasa un segundo más sin tenerle adentro mío me voy a desmayar. Me clava ferozmente. Realmente no esperaba que aquel acto se diera con tanta rapidez, pero aumenta más y más de frecuencia y mis piernas comienzan a temblar, haciéndome revelar aquel espíritu cuasi incestuoso que hay dentro de mi y me provoca decirle “Come on daddy, fuck me harder, i’m your baby, I’m all and only yours”. Trato de alcanzar su boca y por fin me concede aquel deseo, consumo sus labios como tanto había querido, mientras se mueve frenéticamente dentro de mi. Le digo que me trate como su perra, y con eso comienza a pegarme en la cara, en los senos y a tomarme del cuello como tanto me gusta. Estoy totalmente entregada y a punto de venirme, se que lo puede notar por como mi interior lo envuelve, como si no quisiera soltarlo. Y de repente, se detiene. Eso me enoja mucho, estaba casi a punto, y nisiquiera puedo golpearle porque me tiene totalmente aprisionada. Se burla de mí, en mi cara, mira lo abierta que me tiene, aún no se corre tampoco. Me deja unos segundos ahí, luchando contra su fuerza, que supera la mía por mucho. Me siento indefensa y me rindo, puede hacer lo que se le venga en gana conmigo. Al ver que no resulte nada infranqueable vuelve a entrar, esta vez sin nada que lo detenga, a un ritmo tan veloz que siento que voy a orinarme ahí donde estoy, dejándome sin respiración mientras me toma. Y lo disfruta mucho. Y yo también. No esperaba estar tan mojada, entra y sale con tanta facilidad que hasta yo me impresiono, la manera en qué golpea con su miembro tan cerca de la entrada, ese punto tan sensible hace que me corra con él aún adentro. Y con eso, da unas 4 o 5 embestidas finales y se sale de mi para correrse en mis senos. Me hace caminar por el pasillo de aquel cuarto hasta la ducha, con sus fluidos aun corriendo por mi cuerpo. Permite que fluya el agua y me abraza con sus fuertes brazos, me besa gentilmente en la frente y me agradece por dejarle jugar conmigo. Nos enjabonamos mutuamente, me agacho y le doy una chupada hasta que se corre en mi boca, tragandome toda su leche, me levanta del suelo y termina de lavarme, dandome las gracias de nuevo por permitirle dar rienda suelta a sus deseos. Me ayuda a vestirme, y yo a el, realmente estoy muy cansada, así que me ayuda con mis cosas para salir de aquel cuarto que me escuchó gritarle una que otra grosería.

Por si lees esto, quédate.

Pero, qué no son ellos mismos quiénes me han dicho que no importa el qué dirán, que es mi vida, y puedo yo tomar decisiones sobre ella? Decisiones como tratar de explorar, de buscar otro portal, o de experimentar con mi cuerpo sin medirme sobre las consecuencias, ya que, al fin y al cabo de algo nos tenemos que morir. De pequeño empiezas a cuestionarte porque cada camino que tomas lleva a miles de posibilidades entre las cuales tienes que seguir una cadena de elecciones conocida como cotidianidad. Pero qué sucede cuando tus acciones no pueden responder tus preguntas? Que pasa cuando comienzas a moverte por inercia y todo aquello que te genera intriga pasa a un segundo plano y todo se vuelve monotonía, todo es cotidiano? O qué sucede cuando todo lo que debe ser cotidiano pasa a un segundo plano, y aquello que se considera como placentero, como banal, aquellas pequeñas cosas, lo que te hace sentir cada día un poco más vivo remanece como lo principal? Que no se puede llegar a un equilibrio? O se trata la vida de saltar de un lado a otro buscando no caerse en un vacío? Como sabemos a quién tenderle la mano, o la ayuda de quién recibirlo? Qué hacer? Que seguir? Que camino tomar? Como vivir? Al parecer nadie lo sabe, y así está bien, y así ha sido desde la existencia del hombre, así que, por algo será. Tal vez es necesario construir tu propio camino, manejar sin instrucciones, estrellarse, rasparse, caerse, pero siempre levantarse, y siempre llevando algo en el interior, algo que te mueve, una esperanza o una pasión, con la compañía correcta, en el camino correcto.

Mendieta

Nadie quiere escuchar tus problemas, hasta que colocas el arma en tu sien, hasta que tienes la cuchilla clavada en tus venas

Mendieta

Y es que, si ella le explicara a alguien lo que siente, su mente empezaría a distorsionar todos sus pensamientos desesperadamente, como si de borrarlos se tratara, aun cuando se trata de hablar con la mujer del papel. Se sienta en frente de la mujer del papel, que le pregunta sobre sus emociones, y ese revuelto en su mente sale, como un aviso en medio de una pantalla, y le prohíbe expresar el auténtico sufrimiento y ni siquiera le permite encontrarle una solución. Luego habla con la mujer de papel, de alguna forma logra expresarle algo que le pasa, la deja con gente linda, tomando perlas blancas y escapando del mundo que tanto la agobiado. Al pasar un mes, la mujer del papel les dice a su madre y a ella que ya podría salir, que tendría que seguir tomando las perlas blancas y que con el tiempo se sentiría mejor. Se ha descargado una aplicación para tomarse las perlas juiciosa y le escribió a la mujer del papel para decirle que lo que ha hecho por ella ha sido muy importante y que espera que todo empiece a estar bien. Regresa a casa con su madre, su padre y su hermano, y todo está bien, aparentemente, ya que ni ellos, ni la mujer del papel saben que hay algo, una pequeña parte en ella, que no la dejar estar completamente bien, y ella no sabe que. Ella lucha contra eso, esperando que la mujer del papel tenga la razón.

Mendieta

A veces en nuestra vida llegan personas sin avisar, alguien que conoces por cosas del destino, que simplemente un día un amigo te dice “Hola te presento a xx” y saludas y sientes que todo sigue cursando normal. Luego empiezan a coincidir, y sientes como si flotaras, sientes que cada vez que tu y esa persona concuerdan es una señal del universo para hacer el día un poco más feliz. Hasta que llega el día, el día en que son sólo tu y esa persona, que se sientan en un parque, una casa, en la calle, en un bus, y comienzan a hablar, y no quieres que esa conversación termine jamás. Y de esa conversación surge una amistad, una gran relación un tanto revoltosa, y empiezas a sentir la lujuria correr por sus venas… sabes que es correspondido, y llega el día en que bajo alguna excusa llegas a su casa y… Simplemente sucede, ambos cuerpos se fusionan al ritmo de una canción, los latidos de los corazón se sincronizan y en cada penetración tu interior se desbarata, es como si tu calor se entregara por completo. Es un pecado, se le puede considerar así, pero por tentaciones como tú, cualquiera estaría dispuesto a pagar una eternidad en el infierno.

Ahora estoy sentada, con la mente nublada y las piernas sobre el pecho, pero sobre todo con el corazón arrugado, el desasosiego que me causa saber que no te veré por ahora es grande. Yo sólo quisiera llegar donde estás, follarte, abrazar ese delgado cuerpo y besarte, besarte hasta que me canse, besarte hasta dejar de estar enamorada de ti, besarte, sólo besarte, hasta que se me acabe el aliento.

Mendieta

Siempre me recordarás como la chica de la sonrisa amplia, dientes blancos y perfectamente alineados, la de los labios gruesos, labios hermosos y bien delineados, pero oscurecidos por el cigarrillo. Siempre me recordarás como la chica de los besos profundos, aquella que se aferra a ti como si fuera lo único que existiera en el momento, la que trata de sincronizar sus labios con los tuyos, e intenta hacerlos bailar hasta que se acaba su aliento. Siempre me recordarás como la chica de la boca sucia, aquella boca de la cuál podrían salir mil palabrotas, pero así también una palabra de consuelo desde lo más profundo, una boca que nunca se calla, una voz de dos facetas, a veces frágil, a veces potente, pero que sólo habla cuando se le da la gana. Siempre me recordarás como la chica de los ojos negros, no negros sino cafés, café oscuro como el chocolate amargo, la chica de grandes ojos alfombrados con ojeras y la mirada penentrante, aquella mirada que con sólo un segundo puede leer unas cuantas líneas de un texto, y así mismo puede leer lo que refleja tu cuerpo. Siempre me recordarás como la chica de un sólo arete, a la que le da pereza abandonar su piercing de corazón, la chica que más allá de las orejas siempre tendrá un par de oídos para sentarse y escucharte. Siempre me recordarás como la chica de los audífonos, la que a todos lados va escuchando un poco de música, la que se permite tener las sensaciones que sólo un par de acordes podrían lograr, la que vibra al ritmo de un sonar, hasta que de forma un tanto kinestesika se hace una sola con su canción. Siempre me recordarás como la chica de los dedos largos, aquellos dedos que pasan horas tecleando en la pantalla de un celular, pero que también saben escribir en un cuaderno un manojo de versos, y sentarse frente a un piano a dejar fluir sus sentimientos. Siempre me recordarás como la chica de las mil caras, que no son caras sino emociones, aquella chica que puede ser tu chico y tratar de protegerte, o aquella chica delicada que se entrega por completo a ti en cuerpo y alma. Siempre me recordarás como la chica del drama, aquella que es capaz de subirse a un escenario y plasmar tus más profundos pensamientos, la que puede ser tu ilusión, o puede ser tu espejo. Siempre me recordarás como la chica fuerte, esa amiga que casi no llora, la que te abraza y te da un aliento, la que dice ser fuerte pero por dentro también se desploma, la que ni su sonrisa, ni sus ojos, ni sus dedos, la llenan por completo cuando se siente mal, la chica que a veces tiene que tomar pastillas para sobrellevar sus revoltijos emocionales, la que a pesar de no saber que hacer consigo misma, puede sentarse seriamente y darte un consejo para la vida. Siempre me recordarás como la chica sin religión, aquella chica que pelea contra la Iglesia, la que cree que los valores de las congregaciones se han perdido, la que, aunque muchos no saben, ni creen, cree en un algo, un algo que prefiere no darle nombre, porque es algo fruto de la mente, algo anexo al mismo ser, algo que ni la física, ni la química pueden explicar. Siempre me recordarás como la chica de la risa pesada, a la que a veces se le sale una carcajada en momentos un tanto serios, pero eso no le importa, la que trata se hacer que su risa llene todo el espacio, y que, así sea por los 5 segundos que dure, que esta sea contagiosa y que alegre un poco el corazón de alguien. Siempre me recordarás como la chica ambigua, aquella que se maquilla y se pone un vestido, o a la le valga verga el mundo y enciende el porro que lleva en la mano. Siempre me recordarás como la chica un tanto imprudente, aquella que puede hacer comentarios fuera de lugar, pero que tus secretos los guarda mejor que los suyos. Siempre me recordarás como la chica a la que le gusta el sexo, la que le encanta masturbarse, hacer orales y dar mamadas, la que es feliz cabalgando encima de un hombre que le encanta o dominando a la chica de sus sueños, la que no se calla para decir que cojamos, la que si le gustas para follar te lo dirá y querrá hacerlo contigo. Siempre me recordarás como la chica torpe, la que aunque pueda ser elocuente con sus palabras, probablemente la veas derramando su jugo en la mesa o tropezandose con sus propios pies. Siempre me recordarás como la chica inocente, la que aunque su boca diga palabrotas, y su cuerpo esté encendido en llamas, muchas veces no ve la maldad en el mundo, la que a veces no es perspicaz para discernir buenas personas de las malas, y que por eso a veces logra darlo todo. Siempre me recordarás como la chica a la que nombraron Wendy.

Mendieta

Anoche, tu y yo, hicimos de todo menos el amor… Porque mientras eras tú quién me poseía, otra persona te tomaba a ti, aunque fuese yo quién estuvo contigo… Saber eso, duele.

Mendieta

Ay, si supieras pequeña lo mucho que duele escribirte sin que me leas…

Mendieta

Me gustaría desaparecer. Esfumarme como la niebla. Ya que para morirme no he servido. Sobrepaso el límite de la ilusión con aquel deseo? O es sólo un reflejo más de mis pocos deseos de vivir?

Mendieta

Joder, joder, joder, hay tantas cosas que podría decir, tantas verdades sobre lo que quiero de la vida, pero creo que también debo tener mis secretos, sabes, por el bien de todos. Así ha funcionado siempre, yo callo, todos felices, y así tiene que ser.

Mendieta