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¡Hola, mundo!
Hoy, 2 de febrero de 2032 a las 4:15 am, ha nacido Arthur Wyatt Hackett Weasley, que ha pesado 3,100 kg y ha medido 54 cm.
Ha nacido en Godric’s Hollow y de parto natural en la casa de sus abuelos, Percy y Audrey Weasley. Tras cumplir las 40 semanas de embarazo, Archie y yo decidimos que lo mejor era trasladarnos con ellos, para así estar rodeado de nuestros seres queridos cuando llegara el momento. Decidimos ponerle el nombre de uno de los pilares fundamentales de nuestra familia y sabemos que hará que ese nombre sea aún más grande.
|| Por motivos personales, no hemos podido rolear el parto, pero tanto @archiehackett como yo queríamos presentároslo en el día de su nacimiento. Espero que os guste nuestro pequeño homenaje a Arthur Weasley y nos leemos pronto 💜
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Y de todos los amores que se pueden tener y descubrir en el mundo me he dado cuenta que no hay amor como el mío. he tardado sí, he tardado mucho en darme cuenta que podía amar, no de una forma común porque no lo soy pero puedo amar eso sí a mi manera es decir de una forma única.
Me pasé la vida intentando obviar lo que un chico me hizo ver y yo quise negar tantas veces es cierto que podía amar y que por mucho que le amaba incluso quería negarlo, no era yo quien lo negaba era el miedo a lo desconocido lo que hacía que lo hiciese, temía por mi preciada libertad, esa pequeña alegría con la que naces y tan preciado tesoro que la vida te la va quitando hasta dejarte desbastado, por ello me negaba aunque era imposible negar lo que se siente.
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"Lennie te ha dejado sin palabras"
Sí, era mejor que antes, mi chico me había cambiado aunque a lo mejor te das más cuenta por lo que te dicen los demás que te dicen que eres diferente que por ti mismo, y me alegro de ser mejor de lo que era y más si es por él, eché a reír y me dijo que había cosas que en cambio nadie me podía robar como esa preciosa risa, me quedé callada y al rato humedeciendo mis labios mirando el deterioro de su mirada azul, respondí:
No sé qué decir.
-Me encogí de hombros y me respondió.-
"Ya no hay más que hablar, pequeña chica azul."
Y sin mas me abrazó. me quedé callada y en ese abrazo más de dos horas, cuando me separé de él me besó en la frente y me dijo que no quería perder el contacto conmigo
Adryen y Faith
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MOVE OVER
You say that it's over baby
You say that it's over now
But still you hang around me, come on
Won't you move over?
You know that I need a man
You know that I need a man
But when I ask you to you just tell me
That maybe you can
Please don't you do it to me babe, no!
Please don't you do it to me baby
Either take this love I offer
Or let me be
I ain't quite a ready for walking
No, no, no, no
I ain't quite a ready for walking
And what are you going to do with your life?
Life all just dangling
Oh yeah, make up your mind, honey
You're playing with me, hey, hey, hey
Make up your mind, darling
You're playing with me, come on now
Now either be my loving man
I said, let me honey, let me be, yeah!
You say that it's over, baby, no
You say that it's over now
But still you hang around me, come on
Won't you move over?
You know that I need a man, honey
I told you so
You know that I need a man
But when I ask you to you just tell me
That maybe you can
Hey! Please don't you do it to me, babe, no!
Please don't you do it to me baby
Either take this love I offer
Honey let me be
I said won't you, won't you let me be?
Honey, you're teasing me
Yeah, you're playing with my heart, dear
I believe you're toying with my affections
Honey
Dices que se ha terminado, cielo.
Dices que ahora se ha terminado.
Pero aún merodéas por aquí, vamos,
¿no te vas a hacer a un lado? (move over).
Sabes que necesito a un hombre.
Sabes que necesito a un hombre.
Pero cuando te pido que simplemente me digas
que tal vez puedas (serlo):
(Tú dices) por favor, no me hagas esto, cielo, no.
Por favor, no me hagas esto, cariño.
Toma este amor que te ofrezco,
o déjame en paz.
No estoy preparada del todo para caminar.
No, no, no, no.
No estoy preparada del todo para caminar.
Y ¿qué vas a hacer con tu vida?
Una vida que está ahí colgando.
Oh, sí, cambia de opinión, cariño.
Estás jugando conmigo, hey, hey, hey.
Decídete, cariño.
Estás jugando conmigo, ¡venga, vamos!
Ahora, sé mi hombre querido,
he dicho, o déjame en paz, cielo, déjame en paz, ¡sí!
Dices que se ha terminado, cielo, no.
Dices que ahora se ha terminado.
Pero aún merodéas por aquí, vamos,
¿no te vas a hacer a un lado?
Sabes que necesito a un hombre, cielo.
Te lo dije.
Sabes que necesito a un hombre.
Pero cuando te pido que simplemente me digas
que tal vez puedas:
(Tú dices) por favor, no me hagas esto, cielo, no.
Por favor, no me hagas esto, cariño.
Toma este amor que te ofrezco,
o déjame en paz.
He dicho, ¿no me vas, no me vas a dejar en paz?
Cielo, me estás incitando.
Sí, estás jugando con mi corazón, querido,
creo que estás jugueteando con mis sentimientos.
Cielo.
Ya no puedo aguantarlo más, cielo,
y es más, no pretendo hacerlo.
Estoy cansada de estar colgando
del final de una cuerda, cielo.
Esperas que yo luche como una maldita mula,
cielo.
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Según avanza el coche, parece que todos esos edificios quedan atrás y yo los sigo con la mirada girando el cuello hasta que la vista no me da más. Entonces me percato de algo que no dudo en preguntar a mi amigo:
—¿Qué ha pasado con los peajes?
—Los he evitado todos. —Ghâlib me habla de nuevo, tajante, sin dejar responder a Hamza. Al mirarle le veo sereno y centrado en la carretera, pues no me mira, por eso yo busco sus ojos en el retrovisor dándome cuenta de que parece no llevar ya gafas de sol. En efecto, el espejo me devuelve una mirada ruda bajo unas pobladas cejas oscuras que parecen fruncidas. La luz del día incide en sus ojos resaltando un marrón claro en su piel morena. Tiene ojeras.
Desde que le he conocido me ha parecido que parecía enfadado, pero es que debe ser su modo de estar en la vida.
No pregunto cómo ha evitado los peajes pero al menos me alivia saber que no nos hemos saltado ninguno y no habrá tanto peligro, por eso puedo sonreír mirando a Hamza antes de volver a mirar por la ventanilla viendo tantos automóviles pasar de largo. ¿A dónde irán? ¿De dónde vendrán? ¿Cuántas cosas guardarán en sus maleteros? ¿Por qué se van? ¿Por qué vienen…? Sea como sea, todos pasan y yo con ellos… llevo mi historia en mi memoria y parte de mi vida en una mochila.
Los puentes pasan sobre mi cabeza mientras una canción suena en el coche tapando las voces de Santiago, Ghâlib, Oussama y Hamza. Parece que alguien sube el volumen. El aire se cuela en el coche mientras miro a mi alrededor tratando de no perderme nada de lo que veo.
—Estamos más alto que los demás, mira… —le digo con asombro a mi amigo señalando al otro lado de la carretera, desde donde se pueden ver calles, casas, edificios y coches que salen de algún camino bajo el nuestro.
—Eso es porque estamos por encima del mundo. ¡Volamos en el paraíso, Anoona! No todos los días se cumplen sueños.
Esa emoción y todas esas palabras que destilan algarabía me hacen reír, pero más río cuando es él quien señala por la ventanilla de mi lado.
—¡Ikea! No me lo puedo creer tíos. Ahí tenemos que ir para comprarnos todos los muebles para nuestra casa. —Santiago ríe con Oussama, pero el comentario rancio tenía que salir de Ghâlib. —Tú piensa que tu mejor casa puede ser la celda de cualquier cárcel, capullo.
Yo no tengo ni idea de qué es Ikea, pero con la barbilla apoyada en mi mano gracias a que mi codo descansa en el borde de la ventanilla, veo un edificio azul con letras amarillas y me basta para volverme a mirar a Hamza, que parece haberse quedado sin habla. Yo no quiero que tenga miedo… le he sacado del centro parroquial para darle la esperanza de la vida y no se quite la vida como hicieron sus amigos. Entonces recuerdo “mi esperanza de vida” y vuelvo a apartar la vista mirando el mundo desde mi mundo.
Si Alan murió en aquel ataque al hospital al-Shifa, ¿cuál es mi esperanza de vida?
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