Tumgik
diario366 · 4 years
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Julio 8. Día de escribir(le)
¡Hey! Hace días había pensado en escribirle, meses en verdad. De esas veces que repasó mentalmente lo que escribiré para no olvidarlo y hasta se lo dije, le dije que le iba a dar algo por esos días. 
Aún no lo escribo. Aún no se lo doy. Aún no me siento en el escritorio, corazón en mano, a declarar todos mis amores o pensamientos más profundos, escritos a mano. 
Pero hoy lo haré por acá. Quizá me diga como hace algunos días, “leí tu primero de junio” con cerveza en mano, en un andén. En un día de esos que parecen lejanos a la cuarentena, a la pandemia. Siempre me dice aquello... de disfrutar la cerveza en el andén, con una buena conversación. Si supiera que a mi me encanta hacer eso con él, que hoy fue otro de esos días, con mucho lluvia, donde conversamos de conocernos un poco más, los amigos, los pasados, el momento y la persona. Él es ambos. Yo soy ambos. Somos el momento y somos la persona. (Aquí aquella parte de mi me dice: por ahora) ¿Lo ves? Está un poco siempre ese miedo. Esa parte que piensa que no siempre sale bien, que el corazón se rompe, que alguno lo estropea, que nos cansamos del tiempo que compartimos, entre otros. 
Va un tiempo... y no me canso. No me canso de como me miras, de tu sonrisa, de tu mano en mi espalda o con la mía, de dormir contigo, de pensar en ti en las noches frías -como esta-. ¿Qué pasa después? ¿Qué pasa la noche en que ya no seamos y te extrañe y lea esto y recuerde lo que sentía y te extrañe más? ¿POR QUÉ LO PIENSO ASÍ?
Por otra parte, ¿cómo serán las noches en las que no tenga que extrañar y solo estés ahí? Y sepa que las mañanas son contigo, los desayunos son contigo.  ¿Sería normal? ¿También nos acostumbramos a eso con el tiempo? ¿También nos cansamos de eso con el tiempo? ¿Y si dejamos de disfrutarlo?. 
Si de algo estoy segura es que ni en los pensamiento nunca había llegado tan lejos con alguien, como en el párrafo anterior. Hoy recordé mis temores de llevar 12 años con alguien, son demasiados ¿no?. Pero... de repente.... es extraño. Recordé que hace un año estaba saliendo con alguien, que siempre supe que no era, y al poco tiempo yo ya no podía más. Siempre, en ocasiones anteriores tuve la certeza de que aquel con quien salía no era. 
Ahora, aquí, hoy, con vos, no tengo esa certeza. La certeza que tengo es que es diferente. Que en los días de sentir más, siento más.  Y vuelvo a lo que decía hace algunos meses, yo solo quiero que vos podés ser vos mismo, de la misma manera que yo me sienta comoda de ser yo misma. Y estar. Y ser cada uno, y compartir... si compartimos los 12 cumpleaños más. O sea solo este. Yo agradezco mis días contigo.
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diario366 · 4 years
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Junio 1
Vacío en el pecho. Lo he sentido todo el día, que no hago lo realmente importante, que no digo lo que quiero decir y tampoco sé qué quiero decir.
Que quiero, que extraño. ¿Está mal querer y extrañar?
Quiero salir a un sitio que no sea otra casa. Estar en ningún lugar. Extraño los lugares, lugares constituidos por un momento especifico, por la compañía, la conversación, las risas, el viento, unas copas de vino. No pensar en más, ni en salir, ni ir, ni regresar a casa, ni en el tapabocas, ni en el frío, solo ahí con una copa de vina en la mano y riendo, contando algo divertido o solo sonriendo frente aquella mirada bonita.
Extraño la vida. Los días. 
Una amiga me hace sentir que eso está mal. Que extrañar está mal. Que no estar en paz con el hecho de estar en casa está mal. Que ni siquiera estoy en casa porque me muevo y trabajo. Pase una mala noche, ¿por eso será un día de ansiedad? ¿si es ansiedad? Ahora ya tengo un poco de ganas de llorar. Hoy... la energía la tengo extraña. Mi mente se está moviendo de forma extraña.  
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diario366 · 4 years
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Un jueves cualquiera, como ayer, como el jueves pasado.
Querido diario. Hoy se me rompió el corazón. Otra vez. Siempre he dicho que lo he sentido romperse me una vez, en sentido figurado y casi literal. Hoy, pasó otra vez. Lo sentí. Me dolió. Fue como si con una aguja hubieran explotado un globo. Y ese globo... yo, mi mundo, mi casa, mi lugar seguro. Hace días que se venia sintiendo que algo pasaba, que se rozaba solo la superficie y hoy se llegó al fondo. Fondo oscuro. Demasiado oscuro tanto que duele, pesa, pensé que podría liberar, llegar allí y volver a subir, pero pesa, pesa en el pecho, pesa en las ganas de llorar, pesa en los ojos, pesa en la cabeza, en los pensamientos. Pesa. Pesa. Sentir esto me pesa. Y al mismo tiempo no sé cómo liberarme de que me pese, de las ganas de acostarme a llorar en mi habitación a oscuras; no sabría contárselo a alguien, no tiene sentido contárselo a mi hermana, mi mamá probablemente lo sienta más pesado que yo, y yo... solo trato de escucharla cuando sé que algo pasa. Por ahora... me iré a dormir. Llorar me deja exhausta.
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diario366 · 4 years
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Abril 28.
Después de lo dicho ayer... he pensado más cosas. Se han desatado más cosas.
La empatía, una de ellas. Si alguien entiende cómo te sientes porque se sintió así en un momento, ¿por qué juzgo de inmediato tu decisión para no sentirte así? Si ella lo sintió y tomó ciertas decisiones en algún momento, ¿por qué no entender los motivos para mi decisión? 
¿Por qué vemos la vida desde el deber ser?
Que facil es juzgarnos desde lejos, hablar desde lejos. Hablar sobre lo importancia de estar cuando ya te fuiste.
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diario366 · 4 years
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He leído el post anterior dos veces y lo corregí. Eso nunca lo hago. 
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diario366 · 4 years
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El libro que solo yo puedo escribir.
¡Hola!  Llevaba escrito un post largo, algo deprimente sobre mis partes oscuras. La oscuridad que me acompaña a veces, y se me descargó el computador, se apagó y cuando encendió nuevamente decidió no funcionar, así que siguió apagarlo y perder lo que llevaba escrito, lo que considero una señal que noe stoy en el punto ni en el momento de concentrarme a escribir y describir mis partes oscuras, seguirme fijando en las inseguridades, diciendo que me cuesta quererme en determinadas ocasiones (iba escribiendo en la de cuando estoy un poco más gorda o de cuando me siento más tímida y que no me salen las palabras). Así que... entenderán, y entiendo yo, que sí era un post bonito, pero algo triste. Lo lindo era que reconocía que mi misión era reconocer mi luz e iluminarme a mi misma, a mi camino, a creerlo y a crearlo. Así que aquí va, mi camino. Lo que es de mi camino, de mis días, lo que quiero, será y es para mi vida. 
Me llamo Sara. Me gusta mi nombre. Tengo 25 años. Me gusta la música, bailar, cantar. Le temo a dibujar porque siento que no lo hago bien (aún sabiendo que en ello no hay un bien o un mal), dejemos más bien en que no me parece bonito los resultados y hace tiempo deje de hacerlo. Le temo a engordar (los conceptos de belleza, lo sé), hago deporte: voy cambiando, de funcional a boxeo y ya corro, este último lo disfruto mucho. Me gusta montar en bicicleta, me gusta por el viento, quisiera cerrar los ojos pero me asusta que me caiga, nunca aprendí a soltarme de ambas manos, incluso pierdo el equilibrio si suelto una. He tocado la guitarra y la viola, he estado en un coro. Los tres lo dejé. He entrenado patinaje, natación y múltiples deportes en los que no me considero buena. Los balones y yo... como que no vamos. Así que por ese lado ¡Bye! Me quedo con correr. Quiero seguir corriendo, quiero seguir haciendo deporte, no por como me veo, sino por como se siente mi cuerpo. Quiero practicar mi disciplina y ser disciplinada con el yoga. Aprender a pararme de manos y en la cabeza, confiar, confiar en que tengo la fuerza y la capacidad de hacerlo, confiar en mi y en mi cuerpo. Meditar. Respirar. Saber pausar en el día, saber hacer que mi mente pause, ganarle a la voz interna que me espanta y me hace renunciar antes de intentarlo.
Quiero no decir tanto pero. Quiero hacer las cosas sin preguntar opiniones, decidir y estar segura de lo que decido. Por mi. 
Quiero decir sin miedo lo que quiero hacer. Mis ideas. Creerme que son buenas. Creer en las ideas de otros. Respetar lo que sienten y piensan, lo que son. Hablar en voz alta con seguridad. 
Soy arquitecta. Quiero creermelo, adueñarme de eso. Volver a decir que lo que me gusta es lo social en la arquitectura, la forma de ayudar a otras personas a través de la arquitectura, de lo que creamos, de la idea que tenemos. Abandonar la idea del arquitecto salvador. Creer en la capacidad de las personas de crear sus espacios, e ideas, lo que necesitan. Quiero seguir estudiando el urbanismo participativo y llevarlo a cabado. Ciudades pensadas para las mujeres, seguras. Quiero trabajar en el sector público porque siento que allí es donde puedo hacer un cambio en la forma de planear y pensar las ciudad y sembrar estas ideas. Más que quedarme en la academía de estudiar.. y estudiar... eso es lo que quiero hacer: hacer. Mejorar. Ayudar a las comunidades a que crean en sus ideas. Me doy cuenta que mi idea de ejecución de mi carrera es mi mismo camino: creer en mis ideas. 
Además, quiero tener mi propio proyecto. Crear algo mío. Inspirado y con base en aquello que mis papás han construido para mi, para mi hermana, pero poner mi rama, que crezca mi brazo, casi que como un árbol. Con mi interés urbano, investigativo y de planeación como arquitecta; yo pensaba que debía no pensar en diseñar o sentir que no disfrutaba el diseño. Últimamente me he dado cuenta que sí lo disfruto, que hasta lo extraño. Extraño crear. Extraño mirar algo y decir ¡juemadre, está brutal! no extraño la duda, claro. Pero sí lo extraño. Extraño sentirme orgullosa de lo que cree con mis manos, con mis ideas. Así que eso quiero, seguir creando. Seguir teniendo ideas. Seguir poniendo puntos de colores que resalten. Quiero tener una silla amarilla en mi sala cuando tenga mi propia casa junto a una lámpara bonita de esas que ves y solo sabes que las personas que viven allí, viven del arte y con arte en su vida, eso tiene el amarillo. Continuando entonces, esta idea ya tiene nombre o al menos su concepto: El patio. Entre patios. Patio es quizá mi palabra favorita en el lenguaje arquitectónico, uno de los profesores lo definia como un espacio exterior contenido. Así que... patios es el tema central. Agua, tierra, aire.  Por mucho que haya dicho que disfrute el diseño, lo mío no está en diseñar casa tras casa, menos en construirlas. (True.) Entonces es pensar sitios exteriores, patios de lujo, con los elementos de la naturaleza, con la vida dentro de la casa, dentro de la célula, del espacio cercano, nuestro, donde somos. ¡Que bien haría un espacio así por estos días, ¿no?! Quizá es cierto, no es algo muy común. Por lo mismo, es una experiencia singular. No sería el mismo volumen de cliente que hacer casa tras casa, pero si un volumen excepcional. Donde el que sea... ese es. Y es un cliente especial. Un sitio especial. Bueno, bueno, quizá sí diseñar la casa, quizá si construirlas, pues el negocio crece. ¡O qué! Y crece el árbol completo. No me quiero desconectar, sobre todo en esta parte de lo que tenemos de legado de mis papás, de lo que ellos construyeron, así que también tener mi participación allí. ¡Extensión de marca! Creo que sería la expresión de mercadeo para mi misión.   
Siempre he pensado que mi vida cuando sea adulta (cosa que me doy cuenta cada vez más que ya soy) será y es próspera. Y también social. Estoy entendiendo que las dos cosas pueden ir de la mano... que el que tiene dinero no necesariamente es porque lo ha guardado y ahorrado para sí y el que no porque lo ha regalado todo. Creo que puede haber el equilibrio, cuando se comparte desde el alma, desde y con amor. Creo que también me gustaría tener un proyecto con este enfoque, además de la planeación participativa para grupos marginales, enseñar sobre planificación, empoderar a los grupo a construir la ciudad y hacer parte de ella... proponer espacios para crecer y aprender desde adentro. Desde el camino. Espacios. Espacios de aprendizaje, como ese de las Musas, desde lo femenino, desde nuestro poder creador, desde la sexualidad, desde el arte, la cultura... desde la vida. Desde las cosas que nos hace sentir vivos, salir de la rutina.
Otro proyecto que había pensando hace año con una amiga y ya quiere volver a activar, luego de que se lo dije hace unos años, era relacionado con diseñar la ciudad, pensar en el patrimonio. Ya no me mueve diseñar y dibujar yo en la ciudad. Me gusta el espacio público, la opción de escribirlo. Sin embargo, ya pienso más en el trasfondo. En el libro de Jan Gehl de Ciudades para la Gente. Y en el que trabajo ahora que es ciudades de la gente. Pero me sigue gustando el patrimonio. Rehabilitar y volver a los orígenes, aprender y conocer de la historia de la ciudad. Encontrar ese punto donde mis ideas se conecten es lo que quiero buscar. O quizá puedo ser los proyectos aislados. Eso también lo he estado aprendiendo ultimamente, que y pensaba que uno tenía que ser o crear una sola cosa y resulta que tenemos matices, oportunidades, momentos, somos la combinación de todo. Y mi camino es encontrar el mío. Mi combinación. Mi creación. Mi oficina con muebles que disfrute, como el escritorio y su silla en mi habitación. Que seguro, será mi primer (y único) mueble cuando me vaya a un lugar fuera de la casa de los papás.  Creo que puedo volver al punto donde me encuentro con Luisa, donde el gusto por el patrimonio y la historia se torna con mi gusto personal por la planeación de la ciudad, por la gente, por el exterior, por la naturaleza, por el viento, por compartir. 
Entonces, sabemos que cuando me independicé de mis papás tengo: mi escritorio, la silla del escritorio, una silla amarilla en la sala y una lámpara linda, probablemente dorada o bronce. Mi libro de Pocket Wisdom de Coco Channel, el libro de Pensar como un Artista, como decoración y lecturas frecuentes en la mesa lateral de la sala. ¡Ah! Y cuentos de buenas noches para niñas rebeldes, para cuando necesite inspiración en otras mujeres. Ya entiendo y he aprendido más del feminismo. Lo aplico en mi vida. No soy del concepto más actual de casa que desiste del comedor: No. Disfruto del ritual de comer, de sentarme y el espacio de alimentación, así que va también un comedor. Si bien no es prioridad uno, y puede tardar un tiempo. El baño principal tiene dos lavamanos (es un gusto particular, pero cierto). Una pared de ladrillo desnudo. ¡Me encanta! O pintado en blanco, me encanta más. Puede ser un apartamento de una construcción más viejita, los disfruto. Una librería linda con plantas. Con mis libros de mujeres, de diseño, el de Mujeres, Casas y Ciudades. Las cosas favoritas. De Meditación. Una cocina linda, con una isla, obvio. Porque cocinaré mejor y más segura. Pasaré de hacer brownies y galletas a cosas ultra saludables. Porque esos son los matices y la vida fat con la fit, y soy yo básicamente. Y así no cocine, una cocina linda está más que bien para todos. Un closet lindo ara zapatos y mi ropa, un tocador para maquillarme. Y un espejo redondo para decoración.
Quiero conocer y aceptar mis matices. Poder hacerlo yo. Reconocerme. Y aceptar la luz, el resplandor y las sombras que éste provoca. Algo que me ha extrañado de cuando me veo en mi vida en algunos años, es que me veo con alguien, aún cuando he tenido sembrada en mí la idea de que me quiere asustar o sea inestable (idea que me acosaba y no lo hace más). Me gusta la idea de tener una familia, con una o dos pequeñas. jajaja. Me encanta el nombre de Helena. Me encanta Amelia, obvio por la película del diario de la princesa. Me gusta Olivia, aunque ya es demasiado parecido al sobrino. Más extraño aún es que nombres de niños no he pensado o no sé cuáles me gustan, hay un cliente que se llama Juan Emilio y me encanta como suena. 
Quiero dejar de tenerle miedo a dibujar, dejar de tener la mano rígida. No comparar. No pensar de más, no esperar siempre ser la mejor o resaltar o minimizar en mi mente el trabajo de los demás para que el mío resalte. Eso ha sido parte de mis lecciones con correr: no hay que ser le mejor, ni el primero... solo ser y llegar. Y por eso me gusta. Seguir bailando en casa. Tomar las copas de vino por la noche cuando llegue cansada a casa. Tener los jueves o noches con las amigas, de conversar y tomar un poco. Y la vida tranquila. De que la vivo bien, como quiero, sin sentirme asfixiada. Quiero ir más al planetario, volver a conciertos de música clásica, volver a un concierto de La Sinfonía del Nuevo Mundo. Ver las estrellas.
¡Y entonces! La pregunta sería al final de todo esto es: ¿Qué estoy haciendo hoy a mis 25 años para construir todo esto?  Estoy creyendo más en mi. Ya le estoy dando valor a mis ideas y a mi inteligencia.  Me gradué hace ya 2 años de arquitectura, he tenido o desarrollado pocas ideas desde entonces, en lo que trabajaba era en mejorar la empresa y oficina de mis papás, allí siempre la respuesta a una idea es No. o hay que ir a preguntar y a pedir permiso. Llevo esos dos años trabajando allá de tiempo completo, diciendome que tengo el beneficio de los permisos para la maestría o cuando lo necesite: pero en verdad con los permisos vienen regaños, vienen culpabilidades, vienen sermones de ser conchuda o mala empleada y vienen en la casa, a la hora del almuerzo un fin de semana, o un viernes en la noche, no en horarios de trabajo. Los regaños de trabajo se vuelven regaños personales, de que no me concentro, de que en dónde vivo, qué hago, dónde mantengo la cabeza si no cumplo con mi trabajo, etc, etc. 
Sé que debo encontrarme otro lugar. Antes de la pandemia, aplique a un trabajo y lo conseguí: medio tiempo, con la universidad donde estudio, y el mismo pago que recibo por mi trabajo de tiempo completo, en su empresa. Así que, este es un primer paso. Me voy de allí. Gracias a la pandemia está detenido, obvio, pero me sigo yendo... de a pocos. El 4 de mayo inicia mi semestre 3 de maestría, luego de que pensé que no podría con el anterior, soy de las pocas que tomara esté y aceptará el reto de que sea virtual: allí es donde estudio la planeación desde la gente y para la gente. Le dedicaré más tiempo, mientras este con mis papás, a partir del 1 de mayo (el viernes) será solo medio tiempo. Afecta mis ingresos, pero... ¡mi vida primero! ¡mi gusto primero! Al final, el universo siempre provee y todo está allí, en su infinita abundancia y prosperidad para mi. Quizá sea tiempo también de pensar en mis otros proyectos, en buscar ingresos adicionales por allí, empezar a ahorrar (en serio) y no solo para comprar otro iPhone u alguna otra cosa material.
Estoy aprendiendo y entendiendo, profundizando y ejecutando... que mi tiempo empieza. Y ya es hora de ser yo. De hacer, trabajar y construir aquello que he soñado y que en el universo está para mi. Porque yo lo decido y porque yo lo quiero. Así le rompa el corazón a papá... necesito irme, necesito respirar, necesito no sentirme juzgada todo el tiempo o cortada. O quizá quien se auto juzga o se limita soy yo: con más razón lo necesito. Necesito no vivir así más. Necesito no cortarme, no limitarme. Repetir más SOY SUFICIENTE. Profundizarlo, porque lo soy. En verdad que lo soy. Soy todo lo que necesito y más. Mi vida es la que necesito, mi inteligencia, mi entrega, mi capacidad de expresarme, mis palabras, mis colores, mis matices, las lloradas, las sonrisas, las carcajadas, el cariño, el amor, los cuidados a otras personas, la empatía. ¡La vida! Mi vida. Mi libro. 
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diario366 · 4 years
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Abril 22 / 2020.
La verdad… tengo la ventana abierta para ver el capitulo final de How I Met your mother, que es el que me gusta ver, cuando Robin y Ted al fin están juntos. Estaba escuchando Red Hot Chili Peppers y supe, que para escribir debía poner Wish you were here de Pink Floyd.  -Y seguramente siga haciendo eso de las canciones, y probablemente algunos días sea reggaeton-.
Hasta ahora no tiene título el día. Siento que sigo posponiendo las cosas que realmente me importan o quisiera hacer. Mis ideas. Tomando pasos pequeños, claro. Empezando a tomar algunas decisiones pensando en mi misma y sobretodo yo sola. Así que… ¡vamos! Siempre. Vamos. 
Same old fears. Wish you were here. 
Luego de mi compromiso con migo misma de volver a escribir, y contando a algunos cercanos, evidentemente… me he saltado algunos días. Algunos de esos días han sido lindos. Al final de cuentas, todos. Disfrutando los días en casa, los días fuera, los días de trabajo se me dificulta un poco más, porque llega la vocecita aquella… pero me ayuda a retomar el ejercicio y hacerlo más fácil, a retomar las actividades de la vida “normal”. Aunque no puedo negar que estaba disfrutando de las actividades anormales en semana, de las citas los martes por la tarde, recorrer la ciudad un jueves y pasar días enteros en cama, los silencios, las ganas… y obvio, la compañía para esos días. Días raros y días bonitos. 
Mis días de cuarentena han tenido una magia. La magia de respirar, de pausar. De la compañía, de cambiar las rutinas. También de abrirme. He dejado que alguien, una persona en escala planetaria, me conozca más. (Quizá sea mejor reducir la escala a el área metropolitana del Valle de Aburra).. Me hace darme cuenta que no soy tan “libro abierto” como pensaba, que muchas de las personas que hay a mi alrededor no conocen lo que hay más allá, la escencia, lo que hay detrás de lo de la superficie, la historia.  No digo que me cuesta mostrarlo. Me refresca. Me refresca la existencia que haya alguien más que sepa que escribo aquí de vez en cuando, que conozca Sarihuelli, que es quizá mi proyecto más largo, lo que más tiempo llevo haciendo.. la Antología de lo que he sido, pensado y sentido en los 10 (?) años que llevo haciéndolo. Quizá no sepa que Antologia es de mis palabras favoritas. O que la ropa nueva del emperador es un cuento real y de mis favoritos de cuando era pequeña. Sabe que me gusta el reggaeton, de hecho, yo sé que pone reggaeton cuando está conmigo.
Me resuena. Es tan difícil de explicarlo… que hace tiempo que deje de tratar de hacerlo. Pero esa es la palabra: resuena, multiplica. Me encuentra. 
Hoy me ha costado escribir. Creo que hay más cosas que quisiera decir… pensar y escribir sobre aquellos proyectos. ¿Por qué le temo a enfrentarlo? Hoy conversando con una amiga, me di cuenta que me da miedo decirlo en voz alta, aquello que me gustaría hacer. (alguna de tantas cosas). Y por allí debo de empezar ¿no? por definirme. por creerme. por entenderme. por aceptarme. Quizá ella sea de las que no me conoce tanto….
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diario366 · 4 years
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Marzo 16, 2020: ARTE.
¡Hey! 
Primera canción de hoy: Los días raros de Vetusta Morla. Versión en vivo, claro. Frase favorita (y cosa que me dan ganas de hacer): Bailar como un lazo en un ventilador. Parte de la canción favorita (que me da ganas de bailar con los ojos cerrados): Nos destaparemos en la intimidad... CON LA PUNTA DEL ZAPATO. 
Estos días han sido raros. A veces veo tantas cosas... veo... siento...  Otra vez, me he visto mucho, he visto lo que me ata, lo que me aquieta, he visto los motivos, las mismas ataduras como tal. He sentido cada no. He sido consciente de cada vez que hay un “pero” o una forma de que me quede quieta... esperando... solo esperando. Y luego los reproches por solo esperar. Por quedarme más quieta de lo que se pretendía.
“Hace tiempo que lo ví” le dije a mi mamá ayer. Hace algunos meses que sabía que mi camino ya iba por otro lado... que estaba solo allí... en esa comodidad aplastadora, sintiendome igual de aplastada cada día. Sintiéndome quieta, perdida. Con el cerebro apagado, en automático y ni siquiera sintiendo que hacía las cosas bien... y cada vez más... cada día más. ¿Y mis ganas de volar? ¿Mis alas? ¿Mis ganas de bailar? ¿Mi gusto por escribir con lapices de colores?
Si bien antier escribía sobre aquel ente aplastador... que desde el amor lo hace, claro. Más que cuando me aplastó yo misma, que aún así también es por amor. Hoy pienso... en lo que cambia. En lo que hace meses viene cambiando, en lo que llevo meses sintiendo que crece. YO. Me asusto, claro. Pero siento los colores. Siento los colores que pinto, a veces siento la forma en que me muevo, me veo las manos, las caderas, el cabello con el viento a las 5 de la tarde, la hora que me gusta ver y cerrar los ojos, lo delgadita cuando cae el viento en la cara con el ruido de los arboles atrás.
Hay días que me vuelvo a sentir arte. Más que sentir... sé que lo soy. Los días que me visto como me gusta, más que pensar en cómo debería vestirme. Los días que sonrío con las miradas. Las mañanas que me quedo en cama, en medio de las sabanas blancas. Los días que agradezco, que estiro en las mañanas al mirar al sol y respiro, que agradezco... Los días que bailo reggaeton en la cocina. Los días que bailo en el carro y no pienso en qué dirá el de al lado en el semáforo. Que muevo el cabello. Los días que hago las cosas que llevaba meses aplazando. Los días que hago algo por mi, o por otros, que me mueve, me mueve desde adentro. Los días que sé que tengo proyectos, que no siempre pienso, que no siempre llevo a cabo... sé que me falta hacer. Pero sé que el hacerlo es ser arte. Es crear. Es sentir en mi esa energía creativa, sentirme arquitecta, sentir los colores que me gustan, las ganas de bailar y bailar. No pensar. No pensar cómo me muevo, que me siento tiesa, que no coordino o que ni siquiera es sexy. Solo yo sentirlo. Y ser. Y respirar. Y ser otra vez... como ese lazo en el ventilador, pero sin ventilador. 
Con el aire fresco.
Me siento arte cuando escribo. Siento que vuelvo a esa parte de mi, al centro. A lo que he ocultado y pocos conocen. A lo que yo misma desconozco, quizá al talento que no acepto, a lo que no me da miedo pensar qué piensa el que lee. Y aún así, los que me conocen no leen, no conocen. ¿Entonces, es a mi a quién desconocen? 
Hay alguien. Alguien a quien le conté del diario.
Del diario que llevo los mismos meses (de arriba) pensando en volver a hacer, mis 366 días.  Este año es bisiesto. Y eso nunca, en mi situación, es casual. 
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diario366 · 4 years
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Diario de cuarentena - en otro año bisiesto / 2020.
No es el primer día de la cuarentena.  No es el primer día que pienso en que debería escribir por los días de cuarentena, aprovechar los tiempos, las horas, los sentimientos y los pensamientos que llegan estos días. Sí. Es el primer día que, de hecho, lo hago. Organizo un poco mi escritorio, traigo mi silla, pongo aquella música... abro tumblr, y aquí estoy.
Empiezo escuchando “Ya no me acuerdo” la versión con Ana Belen. Hace días no la escuchaba. La semana pasada me dieron ganas de escucharlo y lo de siempre, se me queda. “Que vas echando de más lo que un día echaste de menos....” ¡Ya no me acuerdo! 
La cuarentena, por su parte, estar en casa, trae otras cosas. Canciones que no escuchaba hace años. En un sentido más profundo, me ha hecho encontrarme con otras cosas, otros momentos y en verdad... no necesariamente con otras personas (de ese pasado, digo). O bueno, sí. Una amiga de esas que dejaron de serlo, y... me afectó un poco, mientras pintaba (sí, los mandalas de colores) una noche de estas. Solo duró ese momento. Luego recordé y entendí -otra vez- por qué dejamos de serlo. Yo cambio. Yo decido tantas veces. Sí o no. A veces entiendo y soy más consciente de que debo de ser yo, por mi, y no por nadie más.
A veces, claro. No siempre.
Esa ha sido, más que cualquier otra, mi reflexión de cuarentena. Me he visto muchas veces, me he enfrentado a mi misma estos días, me he vuelto a encontrar con los temores de que me rechacen y no quiera ser yo otra vez. Me he encontrado con que muchas veces soy para agradar. Que me cuesta tomar mis decisiones. Que necesito opiniones externas, para saber qué está bien o está mal. Saber no, porque ya lo sé. Afirmar. Reafirmar. A través de los demás, casi siempre mamá y papá.  Los he visto mucho también. He visto que a todos nos pasa lo mismo. Que buscamos aprobación y que el otro esté de acuerdo. He visto que le tememos a aceptar las ideas de otros. Y aún más a las propias, por decisión propia.  Son las propias, con aceptación de los otros las que valen. Y eso me cuesta.
Me ha costado darme cuenta que necesito la aprobación constante de si están de acuerdo o no con lo que digo, porque mirando en retrospectiva he visto que siempre ha pasado. Que lo que digo no está bien por sí mismo. Que mis opiniones no están bien o lo que decido, le falta coherencia, sensatez o el simple (no tan simple) hecho de consciencia.  A mis ideas les falta algo. Mis propuestas tienen un no como respuesta. Una duda. ¿si no me van a escuchar, para qué me preguntan? Pienso muchas veces, más de las que quisiera admitir.  Me frusta y me entristece mucho. A veces me gana. A veces yo quiero ganarle a esa voz que le da fuerza a esos pensamientos. “No es suficiente” “Lo hiciste una vez pero te quedaste ahí, no hiciste más” Nunca hago más. Nunca hago lo suficiente. Si hago algo bien... siempre se quiere más y nunca se alcanza el punto de lo que debería ser.  Me siento que con eso vivo, que con eso es lo que cargo. A lo mejor, con eso cargamos todos.
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Marzo 16. Esto lo escribí hace dos días. (el 14) Y “no lo termine”... me puse a hacer otras cosas, hoy tengo la mente en otro sitio.
Publico para no borrar. 
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diario366 · 4 years
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La ropa nueva del emperador...
¡Hola!  La verdad es que había escrito un texto, con algo de dudas y el computador decidió fallar. Y yo solo sé que hoy si quiero escribir, que lo quiero desde ayer que vi aquella película de las cartas de amor que empiezan con Querido, Jhon… y recordé las veces que yo escribí esas cartas, con lagrimas en los ojos, aquí en mi Tumblr, queriendo (y en el fondo no) que la persona a la que le escribía las leyera. Aveces pienso demasiado en las veces que lo que escribí pudo hacer daño o fue demasiado de algo…. 
Pienso también en que escribía cuando estaba más triste, más aburrida, o con un pensamiento de esos que no te sacas de la cabeza… y tal vez queriás o no que el mundo los oyera, pero si tal vez que lo entendiera. 
No es un día raro. No es un día malo. No me siento triste, no me siento herida… y mis pensamientos también están bien. ¿Qué hago aquí? ¿Escribiendo? Creo que volviendo a mi. Volviendo a mi, otra vez. Me cuesta encontrarme… estos días he sentido que no hago lo suficiente por mi, que hay tantas cosas que quiero y pienso en hacer pero me dejo acorralar por cualquier miedo que me llega de aquella voz, por las excusas del tiempo, del trabajo, de las otras obligaciones que me digo tener… las busco y no las encuentro. Aveces no encuentro los motivos para no ser yo, para no hacer estas cosas. Hoy si es uno de esos días:  no encontré motivos para no escribir, no encontré motivos para no leer aquel libro, ni encontré motivos para no comerme mi hamburguesa favorita. Si he encontrado motivos para no hacer mis trabajos de la universidad, para no ir a hacer ejercicio…
No estoy encontrando motivos para avergonzarme con lo que siento. Hay te quieros que son difíciles de decir, después de tanto. 
Finalmente, leo algunas de mis publicaciones anteriores donde escribía… últimamente he aprendido que llevo mucho huyendo de mi, de lo que soy… también me ha dado mucho miedo admitir o aceptar que he visto la oscuridad, que he estado en los malos días, que eso pasaba cuando tenía mi diario de 366 días, que me ha pasado más de lo que quisiera, que el querer cambiar de vida o ser diferente era no aceptar lo que he sido, lo que he sentido. ¿Ahora? He mejorado un poco, saben. He empezado a aceptar ciertas cosas que antes no podía, que antes dolía. Aceptar esa oscuridad interna que quería borrar, ese querer ser de otra manera, buscar a las personas más … (no sé la palabra). ¿retadoras? 
Le tengo algo de miedo a hablar de las personas que me han gustado, o con las que he compartido pero sé que algo tienen relacionado con mi camino… con mis pensamientos y lo que me ha dicho mi cuerpo por tantos meses y sobretodo lo que necesitaba escribir. El tipo de personas que he atraido en los últimos años de mi vida, el ciclo que pareciera ser el mismo… mi cuerpo sabiendo perfectamente la respuesta, frío. Como aquel que había enfrente. Duro, pesado, aplastante. Absorbente. Me perdía de a pocos y ya se estaba volviendo una costumbre. Temer decir lo que sentía o pensaba, porque hiriera o incomodara de más a ese ahí parado, como estatua. ¡Te falta la vida! quería gritar a veces. ¡Brillá, hay luz allí! ¿¡hay luz allí!? 
Aquí sí. 
Qué paso conmigo… Por qué ha pasado tiempo sin esuchar mi cuerpo… por qué deje que pasara tanto tiempo sin siquiera querer estar con alguien… Me costará admitirlo, pero he sentido que siempre tengo algo en el fondo de mi cabeza, que no me deja darlo todo, no me deja sentirlo todo… El miedo que me da una relación profunda… el miedo que me da perderme (que ya lo he hecho) o el miedo que ese algo sea alguien. 
Sé que he soñado de más. Sé que he dicho de más. 
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diario366 · 6 years
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A veces no me gusta leerme, me da miedo de lo que dije. 
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diario366 · 8 years
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Soy agua y son apegos.
Se que este titulo es difícil de entender para quienes no saben a lo que me refiero, posiblemente todos. En verdad no tiene sentido explicarlo completo solo que me dijeron, con solo mirarme los pies: “estás muy agua, te ocupas más de los otros que de ti misma. Hay algunos apegos, no son buenos ni malos pero si hay que tener cuidado”, en el mismo encuentro me dijeron “eras más segura antes, ahora no, eres mas insegura” y “hay que dejar de pensar tanto y hacerlo, controlar un poco los pensamientos. Pensas mucho”
Y en verdad, de todo eso solo me sorprende el “te ocupas más de los otros”. Nunca me considere de ese tipo de personas. Siempre me ha gustado ser agua, y quizá viento tambien, aunque no sepa lo que significa. Esa sensación de aire y fluir como tanto me gusta. Pensé con ser agua se referían a esa cosa mía de ser difícil de tener en las manos, atada, al solo hecho de no mantenerse. Pero no. Me ocupo más de los otros que de mi misma ... apegos. Apegos si. Dificultad de soltar a las personas también, pero a veces se me hace más difícil volver que soltarlas asi que solo me quedo ahí, haciendolo de lado. Como si nada. Hoy he tenido varias personas en mente, después de mucho tiempo me ha atacado, me pongo a pensarlo y no le encuentro explicación. Que charro, primero de diciembre y yo me pongo a pensar en que esta año no están personas que el pasado daba por sentadas, de esas que uno pensaba que siempre, literalmente, siempre, a pesar de tantas cosas iban a estar -como han estado siempre- y simplemente no. Ya no. Eso tan lejano paso... dejar de hablar, simplemente ya no funcionar y tantos pensamientos adicionales y especificos en cada caso. Cada año se lleva sus personas ¿y las que trae?
Se me acaba de ocurrir que esos apegos se ven reflejados en cuando escribo, siempre tan pensando en alguien (hoy varios). Apego incluso por el mi misma de antes, por el mi misma que quisiera ser. Apego a la vida que idealizo y no tengo. Creí tener. 
Hubo un día. Un fin de semana, de esos que todo se junta, todo. Y todo exploto. No se lo he dicho a nadie, pero yo creo que desde ese dia todo cambio otra vez. Para mejor en unos aspectos, para mal en unos otros. Quizá paso que deje de buscar eso que yo queria ser por ser el otro que alguien queria que fuera o quizá viceversa. O deje de ser la que otros creían que era y yo misma queria ser para caer nuevamente en lo que he sido desde antes. Con lagrimas en los ojos e inseguridades a flor de piel. La mente que no para. 
Mi año ha sido tan diferente. ¿saben? Me ha pasado literalmente DE TODO. ¡Año bisiesto! una broma con mis amigas cuando esto empezó, en el año bisiesto cambia todo. Y si, El año bisiesto lo cambio todo y aún no ha acabado. Nuestra se basaba simplemente en que lo que empezábamos el año solteros, lo terminábamos con novio y al contrario, también. Todo en una oleada de esas en las que todos terminan con los novios. Y en las que los muchos otros consiguen y las publicaciones en las redes son basicamente los otros con sus parejas -mi caso-. A mi eso no me paso. Hasta ahora: igual. Salir con algunos, pero nunca nada ¿la verdad? que me mueva. Lo que me paso a mi es que todo lo demás cambio. Mi vida en general. De la primera mitad a esta segunda, muy diferente. Se vuelve casi irónico. Lo que me atormentaba en la primera se volvio facil en la segunda y una vez más: también viceversa. Acabo de leer mi ultima publicación del diario, mis pensamientos no han cambiado mucho desde aquella vez que volvi de Brasil, viaje que me marcó pero que como muchas otras cosas cierro de mi vida. Yo y mis tendencias extrañas. Eso y abrir de vez en cuando. 
Mi mamá como todas las mamás, a veces me pregunta si yo me deprimo y yo respondo que no, casi automaticamente, pero la verdad lo he considerado. Y a veces si me preocupa. Y nadie lo sabe. Los más cercanos saben de mis crisis y algunas relaciones han sido victimas de eso, de mis cambios extraños, de mis “estoy cansada de la gente, de la vida como la llevo”, algo parecido a lo que me pasa ahora, que el gusto que le tenia a salir ya no lo encuentro, el gusto a unas personas, tampoco. ¿Será que en verdad la que no me gusta soy yo misma?  Dos de las relaciones de las que hablo hoy que cambiaron este año y ya no estan eran dos de mis mejores amigas, todo cambió. Mis crisis afectaron y quizá ellas no lo entendieron. “No sabiamos que era tan grave” Claro, no lo entienden, nunca lo han hecho. O quizá siempre en verdad sea solo yo exagerando y pensando demasiado. 
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diario366 · 8 years
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Medellín, como me gustás.
Increíble el gusto que siento por esta ciudad, mi ciudad. Me gusta el mundo, conocer, recorrer y me gusta aquí, me gusta mucho aquí. Me gusta volver, me gusta mi casa, mis papás, el poder senador de mi cama a la que le tengo hasta nombre. ¡Me encanta! 
El sábado regrese. En la noche, a eso de las 11. Culminó mi viaje, esa pequeña fase de la que aspiraba tanto y vaya sorpresa, fue diferente a como esperaba pero vaya que lo disfrute. Recordando la primera nota, no me dieron las crisis, no entre en ninguna fase oscura... la ultima semana ya si tenia ganas de mi casa y mis cosas pero eso es normal, las saudades. Una de mis palabras favoritas en portugués. 
Mi vida volvió a la normalidad demasiado rápido, desde el momento inmediato en que llegue. Papá y mamá cerca, unas amistades, un domingo de descanso con ellos, salir un poco mas en la tarde por unos cocteles y luego unos tragos, y al lunes universidad, saludar a todos mis amigos y como todo buen primer día una pola después de la jornada. Y luego una jornada de chismes y desatrasarse con la que ha sido amiga desde el día uno, hace 4 años. 
Después de un mes y mas días lejos, donde mi vida fue tan diferente, en otra familia, en otro idioma, tan independiente... Noté que la independencia no me asusto esta vez. Entendí que quizá ya si soy capaz de manejarlo, entendí que ya si tengo razones para creer en mi, que puedo cumplir con lo que me propongo lograr y que no tengo que seguirme engañando pensando en lo que haré, sino que hacerlo y mi vida es más sencilla. Sí, me ayudo hasta para crecer más confianza en mi misma. Creo que a partir de ahora y este semestre algunas cosas serán diferentes y quiero que así sea. Sé que el perder taller es una lección más que todo para mi, ver que si puedo hacer las cosas por mi, sola, que mis compañeros no son fundamentales. Este tipo de cosas pueden sonar obvias, pero no siempre lo son, muchas veces una no lo ve y muchas otras cosas y pensamientos, como miedos e inseguridades, se apoderan de una y nada de esto se ve tan obvio, tan claro, lo que piensan los demás se te mete adentro y lo empiezas a pensar tu misma. Los miedos se vuelves grandes, muy grandes. Pero una también. Una es grande. 
Quizá en este tiempo cambien también las personas, las relaciones, los lazos. Si bien están los amigos, están los compañeros de fiesta, están los compañeros de clase, están los parches, están muchos cercanos. Pero quizá ahora cambien los tipos, quizá ahora la gente sea mas interesante, con quienes compartas mas cosas en común, gente de la cual aprender. Y quizá no, será así. Porque es hora, porque así lo quiero y porque así lo necesito. Tengo claro que mi vida necesita unas cosas y si algo se es que las personas que son tus amigos y que creías indispensables no lo son siempre después de tanto y eso me ha pasado bastante estos días, unos con mas influencias que otros, unos con un toque de decepción y frustración mas que otros, otros con menos explicaciones que los unos, pero al fin y al cabo amigos que no están tanto como quisieras a veces, conversaciones diarias que extrañas un poco pero que eres solo tu. *Respira profundo* y aceptarlo, como todo. 
Y para estos nuevos dìas, hacer más que planear y planear: acción.  
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diario366 · 8 years
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Personas.
Desde hace dos días tenía pensado escribir esta nota sobre las personas con las que hablo estando aquí, los que están pendientes y se toman el tiempo de preguntar cómo estás y por su puesto, los que no. Me sorprendió, entonces, la notificación de un snap ayer, de una de las personas que menos imagine que me escribiría, que estaba segura pasarían las seis semanas, regresaría a casa y aún así, no hablaríamos. La idea surgió por una de mis mejores amigas, o que lo era, que le hablo para ver cómo iba, después de que nuestra última conversación fue la semana antes de viajar en Colombia. Qué extraño. Su conversación normal, buscando la caída siempre en mis cosas ¿por qué Brasil? Eso tan maluco. Fue lo que me dijo cuando le conté el proyecto y desde ahí, decidí no volver a hacerlo. Entonces bueno, mis días aquí por supuesto sirven para pensar muchas cosas. De las dos personas que hable arriba, las dos me dijeron algo parecido a que estar aquí me sirva para cambiar aspectos de mi vida y mi forma de pensar. Soy terca, lo sé, llevada de mi parecer, lo sé también. Y de alguna manera entiendo que digan eso. Entre mis pensamientos están las personas que se alejaron un poco, y por cosas de la vida al momento de viajar son las que siempre están, las que siempre que estás lejos te preguntan siempre como estas, como vas y demás. Cuando supuestamente se habían alejado de tu vida y está ese sentimiento de preocupación que les puede más. Y estoy agradecida por ello. Están los amigos que sabes que aunque te desean lo mejor del mundo, lo hacen a su manera (así sería yo). Y están los chicos, por supuesto. Demasiado ocupados ya en otras cosas para si quiera hablarte, vacacionales, trabajo, otras chicas. Y el que se quejaba de mi falta de interés y mi forma relajada de ser... Demasiado ocupado. Y están los que siempre sabes que están: lejos, cerca, como sea siempre son y siempre están. No me mal interpreten, no es que espere que estén pendientes de mi, claro que no, pienso más bien en las actitudes que la gente toma. Y es divertido. También pienso en mí misma, a la gente que le hablo, la gente que le respondo así sepa que me van a dejar en visto y a la gente que no le respondo también. Actitudes.
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diario366 · 8 years
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Una parte de mi piensa que ese es el tipo de cosas que uno pública para que alguien vea. Para que el mundo vea que estás en el lugar, o uno de los lugares, más top de la ciudad, en la cima. Donde alguna vez dijimos ir… Y ¿sabes qué? No me dan celos para nada, no me da envidia para nada estar allí, aunque tantas veces he querido ir; hoy prefiero la sencilla casa en la que estuve, la cocina casi al aire libre, entendiendo la mitad de la conversación e imaginándome la otra mitad pero con gente con sonrisas verdaderas, que se llamaba a sí misma pobre y yo pensaba que por qué si tenían tanto. Prefiero eso, a estar allí, de pura farándula, tomando un cóctel que mañana le vas a deber a quien sabe quién, o a costas de qué. No quiero esas pantallas, que con tanto cuidado construís. ¿Qué sentido tiene tomar hoy en lo más elegante y mañana no tener ni para un bus? Para mí, ninguno. Para alguien que la vida sean solo apariencias y un snap costoso, todo el del mundo.
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diario366 · 8 years
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En verdad tengo la sensación de que lo que quiero escribir es una tontería, pero me ha estado rondando y tenía ganas de escribir, así que... Aprovecharlo. Volver a mi vida amorosa. Un día mi abuela dijo "La vida amorosa de Sarita es muy clara, ella no quiere ningún bobo que la este amarrando" y tiene toda la razón en sus observaciones desde su tímido punto de vista, Sarita no quiere eso. Sarita, en este punto, pide muchas cosas y esa es una de ellas. Sarita, yo, en su punto de vista, a veces, desde acá, se siente... Perdido. Una vida amorosa que -bromeo con mis amigas- no existe y al mismo tiempo tan agitada. "Están esos días que aparecen todos los que alguna vez algo tuvieron que ver" siempre lo he dicho por si, me pasa que se alborotan todos y estos días ha sido de esos, aunque no sé si es eso o que yo los desentierro: confusión número 1. Aunque en verdad eso ha sido solo esta semana, un saludo casual aquí, otro saludito allá; porque de resto no saludo a nadie. Confusión número 2: ¿por qué? He estado pensándolo y no se, muchas cosas. Pensé en la casualidad de que siempre que me voy de Medellín tengo o encuentro algún amor a distancia que me mantenga con la mente más allá que en donde estoy y esta vez... No. Esta vez no hay nadie esperándome de esa calaña. Casualidad número 1. Confusión 2.1: ¿será que lo necesito? No. No necesito a nadie y en verdad, no quiero a nadie de mi pasado. No. Simplemente no. Y entonces, ¿por qué hay veces los fantasmas siguen y aparecen ? Yo supongo que están tan candados de mí como yo de ellos. Pensamiento número 1: ¿será que no he soltado del todo?' En serio, Sara y a qué te aferras??? Tened algo de que aferrarte, claro que no. No entiendo porque se me hace difícil admitirlo, y esto pensaba cuando dwcia que quería escribir una tontería, pero he dicho mucho de mi tiempo sola, de aprovechar u aprender y etcétera etcétera... Pero en verdad, a este camino le sería bonito una compañía. Una buena compañía, para variar un poco. Y en eso ha estado mi mente algunos días, se me hace difícil aceptarlo, me causa un poco de vergüenza, pero en dejar de ser tan egoísta y querer compartir también hay algo nuevo, no? Un aprendizaje, como todo. Jajaja. Porque así tenga espejos a mí al rededor, tantas historias en mi entorno, así me digan no se enamore... ¿De qué sirve la experiencia de otros? ¿Dejó de vivir lo mío porque muchos tuvieron experiencias malas? Uno siempre sabe, lo uno conlleva a lo otro. Intentar trae muchas cosas y miles de posibilidades.
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diario366 · 8 years
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Yo no quiero ser guapa, yo quiero ser fuerte. Que a pesar de que todo mi mundo se desmorone, sepa encontrar en mí la fortaleza de seguir adelante. Quiero llamar la atención por ser extrovertida. Quiero que me sigan por ser buena líder. Que se acuerden de mí por ser ocurrente, por ser independiente. Que cuando me vaya, se acuerden de lo que dije, de lo que hice bien, de mi manera de moverme. No sólo por ser guapa, sino por ser yo misma. Que piensen en mí porque nunca me guardé las cosas, siempre defendí mis ideas, mis valores, mi integridad. Que a pesar de las veces que me caí, siempre encontré la manera de volver a tomar vuelo. Porque yo tampoco busqué sólo la belleza, sabiendo que ésta eventualmente marchitaría, y aunque me atrajo siempre, aprendí que la belleza de las personas no radica en tener la mejor sonrisa, el mejor cuerpo. Radica en el todo que nos compone, en cada parte de la que estamos orgullosos de nosotros mismos, en el esfuerzo, e incluso en las imperfecciones.
(via desdudandonos)
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