NDRV3 ~The Liar Prince(ss) AU~: ‘The Cast’ 

‘ The protagonists of a tragicomedy ’.

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Theory: Shuichi represents the deadly sin of Pride.

Reasons:

The seven deadly sins are made appropriate on the door to the casino and Love Hotel, ‘Luxuria’ and ‘Avaritia’ (Lust and Greed) while the academy has a religion themed floor where Shuichi’s lab is, a lab which bears 52 killing game files for an unexplored reason. The survivors also bear hallmarks of the sins, Maki being Wrath (with her revenge attempt against Kokichi), and Himiko being Sloth (with her chronic laziness). It should also be noted that Monokuma refers to himself as a god at the start of the game.

In the original Japanese, Kaede refers to Shuichi offhandedly as a ‘shinigami detective’ in his FTE (localised as 'a male version of Jessica Fletcher’). A shinigami or grim reaper is basically a god of death. Pride is known as the deadliest sin and the root of all evil, and nothing could be more deadly than a god of death.

Shuichi is noted to be both confident by Ryoma and lacking in confidence by Tenko, while the sin of pride is characterised by arrogance and insecurity (when Shuichi gets an answer wrong in trial, he is made particularly nervous by the others’ stares). He is noted to avoid looking at things in detail, but especially the suspicious items in his lab, most likely because they are disturbing, connecting to him and his past. He also lacks enough introspection that he neglects to ever bring up what he remembered of the Ultimate Hunt (when he suggested he would ‘die with everyone else’). What’s more, by the end of the game, Shuichi seems to forget the relevance of his lab’s content entirely, forgetting the information that is contradictory to Tsumugi’s narrative.

The relationship with Kaito is marred by Kaito’s resentment borne of envy, and the two sins Envy and Pride have a very strong correlation with one another. It would appear that Kaito and Shuichi’s relationship has characteristics of codependency, one that allows Shuichi’s root insecurities to never be challenged and thus to stagnate. Example: when he brings up his doubt regarding his actions leading to Kaede’s death, Kaito immediately shoots him down and tries to put the matter to one side so that he can train him. Shuichi notably says to Kaito that he will ‘always depend on him’, while Kaito is aggressive about his support of Shuichi, suggesting to ‘kick someone’s ass’ if they even bear a grudge.

When you lie ingame, there is a strong resemblance to the eyes of Pride in Fullmetal Alchemist: Brotherhood. Additionally, there are two other major FMA references- Tsumugi mentions the price for her power as being 'equivalent exchange’, while Rantaro’s birthday is October 3rd. Both of these characters have labs on the floor that Shuichi is on, also. A side note to the effect that when Shuichi lies, he does so seemingly without any reservations compared to Kaede and Kiibo, who are shown sweating in their Perjury portraits, thus the eyes would be more fitting for Shuichi.

Shuichi’s most determined pose has the shadowed appearance of a villain, while Ouma appears to be contorting a similar pose to his, even with a similarly shadowed appearance. Just as he mimics Tsumugi in his pre-trial portrait, his villainous ‘fingers up’ portrait could also be mocking Shuichi. When he notes that Shuichi ‘uses underhanded tactics too’, he uses this exact portrait to challenge him. (A side note: the emblem Shuichi has bears the appearance of a villain mask).

Shuichi is extremely selfish in the final trial, shooting down Kiibo with the suggestion that ‘hope is the real villain’, rejecting even the idea of hope entirely, a gesture reminiscent of the Ultimate Hunt recollection suggesting he wished to die with the others. The final trial follows Shuichi as he convinces Kiibo, Himiko and Maki to lay down their hope and die with him, even saying that survival means their decision ‘didn’t mean anything’. This suggests that during the sealing at the facility, Shuichi sabotaged the cast who wanted to run away to live, leading them there knowing that they would die.

☆ Ouma + Saihara: First betas . ☆        

○ More betas? ~HERE~. 

Con las primeras palabras no tardó ni un segundo en reclinarse cerca de su amante y plantarle un beso en la mejilla por desobedecer la regla. El primero de muchos, porque estaba seguro que no dejaría de llevarle la contraria como siempre lo hacía y, también, porque ese hombre pasional era de esos que sacan beneficios de toda situación que se puede. Esos berrinches que vinieron ya se los esperaba, recibiendo cada uno con la sonrisa felina de arrogancia y amor que tenía preparada cada vez que una discusión de ese tipo aparecía entre ellos.

Claro que Soma había parecido más un ladrón que un respetable caballero de Athena, principalmente porque de estar en los zapatos de Koga lo último que habría pensado era encontrarse primero (¡vaya casualidad!) con otro servidor de la diosa entre las millones de posibilidades en el mundo. Por eso nadie podía culparlos de suponer que lo suyo era un tipo de destinación cósmica, más cuando se tenía en cuenta la protección estelar que los bañaba gracias a la unión con sus respectivas constelaciones,

“¡Lo siento, lo siento!” dijo con una parte de actuación.  “Pero no podía ignorarte cuando te veías tan confundido. La oportunidad hace al ladrón, dicen en mi país, y tú te hiciste la mía” una risa más moderada cobró vida en aquella casa. ¿Qué si había tenido ideas de Koga? Muchas. Lo primero que se elaboraba eran juicios después de todo. “Perdóname por el golpe. Crecí en México y no me puedes culpar” como en todo país de Latinoamérica, mínimo tenías que estar preparado para dar un zurdazo.

Una ojeada a las páginas y la sonrisa regresó, más amable. “Pero había mucho que no sabía. Jamás me esperé que tuvieras un espíritu tan fuerte y una voluntad como la tuya. Al principio, realmente no me pude creer del todo tu historia de Athena y Mars, pero quería darte el don de la duda. Y me sorprendiste...” un chico tope, gritón, con una impaciencia que era muy diferente a la despreocupación del león menor. “Primero te miraba por curiosidad y caridad, pero pronto comencé a mirarte por otros motivos” lo que Koga lo acusaba de haber robado, el corazón, era injusto cuando el pelirrojo se lo había robado mucho antes. “Cuando pienso es estas cosas y veo este cuaderno me siento muy agradecido porque incluso ahora estás conmigo”.

⊰♦⊱— AU: ‘Y así, nosotros...’

pegasus-koga:

burning-soma:

“¿Ehhh? ¡Pero era de lo más normal!” se apresuró a responder, inflando los mofletes como un crío ofendido. Podía crecer y llegar a la vida adulta pero a su entender ninguna de esas “salidas” fue infantil de su parte dado que realmente se interesó por encontrar respuestas a sus dudas del momento. Aun así (y con esa expresión graciosa en el rostro) la molestia no dejaba de ser falsa, fingida,  como esos juegos que normalmente hacían entre ellos a modo de quién lograba sacarle canas verdes al segundo antes de medianoche. “¡Callado! O me obligarás a silenciarte con un beso otra vez” advirtió, rodeándolo con un brazo apenas lo tuvo junto. La postura le recordó por un segundo a esas tardes en el anterior hogar donde por el frío de invierno solían sentarse delante de la chimenea y abrazarse bajo el calor de una manta generosa por horas. “Mira, aquí…creo haber anotado mis primeras impresiones de ti. Ah, sí, ¡me acuerdo! En ese día me pareciste un chico de provincia por lo descuidado que eras. ¡Quitarte la cloth stone fue tan fácil!” rió al evocar la reacción desconcertada que Koga había mostrado, esa mezcla suya tan peculiar entre un muchachito de campo que ve la gran ciudad por primera vez y un marciano estrellado en mitad de rosswell. ¡Fue para morirse! “Ese día lamenté COMO NUNCA no haber llevado una cámara conmigo para sacarte una foto. Podía sentir que eras un buen chico, pero te me mostraste tan renuente a tener contacto con otros que por un instante me pareciste igual a un pequeño gato abandonado que desconfía de los humanos…¡Quería adoptarte!” y las risas regresaron con el doble de intensidad. Fue un pensamiento rápido como estrella, mas ahora que leía las líneas evocaba el sentimiento de vuelta como si lo viviera por segunda ocasión. “Sabía que ibas a atrasarme, pero, ¿cómo dejarte a tu suerte? No era de buen samaritano…” reveló la otra mitad, porque más allá de la monada que se cargaba su pareja el león no era ningún desgraciado para pasar de largo habiendo necesitados. 

“¡Si me amenazas con eso sabes que no pienso dejar de hablar!” —En cualquier caso guardo silencio tras reír después de molestarlo sin quitar ni un ápice de verdad a sus palabras,ardía en ganas por saber que había cuchicheado de él en aquel cuaderno y siempre podía robarle un beso si lo que descubría le gustaba— “¿Te refieres al día que nos vimos por primera vez?”  —Preguntó un tanto apresurado.Con casi 7 años de relación y felicidad a sus espaldas ambos podían afirmar que muchas eran las cosas que automáticamente disparaban sus recuerdos,la postura en la que se hallaban en efecto era una de ellas no solo por retrotraerlos a su anterior hogar si no también por ser utilizada frecuentemente por Koga para echarse alguna que otra siesta bajo el resguardo del mexicano—  “No te emociones tanto” —Le reprocho con los mofletes hinchados mientras recordaba aquella escena en las inmediaciones de su mente— “Si me la quitaste fue porque tú no sabes lo que es el espacio personal además no esperaba encontrarme con otro caballero y mucho menos con uno tan infantil como para hacer de mi un toro al que torear con mi propia armadura.Por aquel entonces era un novato y no sabía casi nada  así que tampoco es que tuviese mucho merito lo que hicistes oh gran Soma” —Terminó por confesar en su defensa apelando con burla al ego del león y al de todos los de su casta zodiacal aunque a ojos del italiano el mexicano ostentaba grandeza,una proveniente de su corazón— “Eres un idiota,mi actitud fue la más normal del mundo con un desconocido”  —Se pronuncio con cierto incomodo y desacuerdo gracioso mientras ligeramente se sonrojaba .Él no vomitaba bolas de pelo,se lamia por todos lados o tenía un cajón de arena,Soma sí por otro lado fue el santo de pegaso quien acabo adoptando a un gato en sus brazos y en los de su familia— “Si no me hubieses dicho que eras un caballero habría pensado que eras un ratero o algo así por que pinta tenias”  —Contuvo su risa entrecortada por aguantarse las carcajadas pese a no estar del todo equivocado ¿Tenía que sacar el temita de su grupo de amigos con malas pintas de su pueblo?—  “Luego me di cuenta que solo eras lo más parecido un gato callejero,revoltoso y travieso aunque también me gustaba imaginarte como un gato con botas pero al final te saliste con la tuya,si hubo algo que robaste y muy bien” —Alzo una de sus manos para acariciar su nuez con cariño mediante uno de sus dedos y hacerlo ronronear,era culpable de haber robado su corazón— “¿Retrasarte? Te recuerdo que fuiste tú al que se le fue la mano y me dejo inconsciente de un puñetazo en el estómago”  —Volvió a reprocharle con la razón por delante— “Y luego cuando desperté…”  —Hizo una pausa de varios segundos que acabo en una baja risita coqueta para si mismo— “¿Sabes? Es muy divertido pensar en todo esto ahora”

OKEY THIS IS TOTALLY WHAT LOOKS LIKE KOGA GET PREGNANT 

That rogue lion is very satisfied with what he has done

He feels so happy because he will have an idiot jr with the idiot he loves

A year passed and then this little shit showed up looking for his mother the godslayer

After a hectic encounter they went to daddy’s workplace in order to let Suby meet him

Daddy and mommy discussed about what to do in this blessed day with his little pony

They decided to have a special day in a cozy forest the three together and begin to show their love to his son

An invaluable memory was created that day

THEY ARE JUST A PRECIOUS GAY FAMILY LIKE MANY OTHERS

“¿Ehhh? ¡Pero era de lo más normal!” se apresuró a responder, inflando los mofletes como un crío ofendido. Podía crecer y llegar a la vida adulta pero a su entender ninguna de esas “salidas” fue infantil de su parte dado que realmente se interesó por encontrar respuestas a sus dudas del momento. Aun así (y con esa expresión graciosa en el rostro) la molestia no dejaba de ser falsa, fingida,  como esos juegos que normalmente hacían entre ellos a modo de quién lograba sacarle canas verdes al segundo antes de medianoche. “¡Callado! O me obligarás a silenciarte con un beso otra vez” advirtió, rodeándolo con un brazo apenas lo tuvo junto. La postura le recordó por un segundo a esas tardes en el anterior hogar donde por el frío de invierno solían sentarse delante de la chimenea y abrazarse bajo el calor de una manta generosa por horas. “Mira, aquí...creo haber anotado mis primeras impresiones de ti. Ah, sí, ¡me acuerdo! En ese día me pareciste un chico de provincia por lo descuidado que eras. ¡Quitarte la cloth stone fue tan fácil!” rió al evocar la reacción desconcertada que Koga había mostrado, esa mezcla suya tan peculiar entre un muchachito de campo que ve la gran ciudad por primera vez y un marciano estrellado en mitad de rosswell. ¡Fue para morirse! “Ese día lamenté COMO NUNCA no haber llevado una cámara conmigo para sacarte una foto. Podía sentir que eras un buen chico, pero te me mostraste tan renuente a tener contacto con otros que por un instante me pareciste igual a un pequeño gato abandonado que desconfía de los humanos...¡Quería adoptarte!” y las risas regresaron con el doble de intensidad. Fue un pensamiento rápido como estrella, mas ahora que leía las líneas evocaba el sentimiento de vuelta como si lo viviera por segunda ocasión. “Sabía que ibas a atrasarme, pero, ¿cómo dejarte a tu suerte? No era de buen samaritano...” reveló la otra mitad, porque más allá de la monada que se cargaba su pareja el león no era ningún desgraciado para pasar de largo habiendo necesitados.

⊰♦⊱— AU: ‘Y así, nosotros...’

pegasus-koga:

burning-soma:

Una alegre risa tomó protagonismo frente al comentario astuto del Santo de Pegaso. “No es nada de eso esta vez” admitía ser un hombre de excusas en los quehaceres de la casa como lo había sido en la academia pero la costumbre de dejar todo para mañana no se iba fácil. Por lo menos Koga tenía que agradecer que ya no aventara todo por el suelo como en el pasado.  “Mira lo que encontré~” repitió de otra forma, palpando el espacio junto a sí para indicarle al pelirrojo que tomara asiento a su lado o no iba mostrarle el hallazgo de cerca.

Con cuidado separó las páginas amarillentas y sonrió calidamente mientras sus ojos revisaban las líneas. La caligrafía tenía mucho de una mano con buen pulso. Cada letra seguía una forma, un ritmo y ninguna estaba corrida al trazarse ni nada parecido. “Hace muchos años usé esto para llevar un registro diario de cada cosa interesante que iba teniendo participación en mi vida” se sintió en la necesidad de explicar. Nunca se la había mostrado a nadie por ser cuestión personal.  “Creí que la había perdido en algún sitio pero aquí estaba entre todos estos libros viejos. ¿Quieres ojearla conmigo? Escribí mucho sobre ti por esa época si te interesa, nyahaha~”.

—Si ese cuadernillo provocaba en Soma tanta ilusión e interés por compartir las palabras ahí escritas con su pareja que sentía al sostenerlo entre sus manos seguro que sería algo importante para él,así lo pensaba sin dificultad el italiano.Mirar a su león en estos instantes era como mirar a un niño muy lindo y feliz por haber encontrado aquello que llamaba su tesoro— “¿Por que no me sorprende?”  —No pudo evitar soltar alguna que otra carcajada con la suavidad que traía su tono de voz pero cosas “cursis” como estás sacaban uno de los muchos lados bonitos del caballero de león menor que enternecían la mirada del pegaso rojo— “Tener un diario es cosa de chicas Soma,es como cuando le preguntabas a Yuna por tu constelación”  —Le fue imposible guardarse aquel comentario que prolongo su coqueta risa un poco más.Estaba claro que solo quería chincharlo como de costumbre pero Soma había conseguido despertar en el caballero de pegaso un interés latente,entendía por que lo había mantenido en secreto pero ahora que se había decidido a compartirlo con él ¿Qué habría escrito sobre Koga? Las dudas e ideas propias comenzaron a carcomerle por dentro— “Claro que quiero verlo contigo tonto” —Corto su broma y contesto como si su casi susurro de amor al contestarle abrazase sus oídos al expresar su deseo por saber más de él y de aquel objeto de tan alto valor sentimental— “En el fondo eres un romántico Somy…” —Los años habían pasado para dar lugar a dicho apelativo cariñoso.Tal como el mexicano le indico se sentó a su lado para después acurrucarse junto a él con la ternura de arroparse el uno al otro y dejar que de sus manos viniera el deleite de leer con el pasar de hoja tras hoja lo que avistaba a ser un mar de versos dedicados a  alguien con alas y de roja crin— 

Una alegre risa tomó protagonismo frente al comentario astuto del Santo de Pegaso. “No es nada de eso esta vez” admitía ser un hombre de excusas en los quehaceres de la casa como lo había sido en la academia pero la costumbre de dejar todo para mañana no se iba fácil. Por lo menos Koga tenía que agradecer que ya no aventara todo por el suelo como en el pasado.  “Mira lo que encontré~” repitió de otra forma, palpando el espacio junto a sí para indicarle al pelirrojo que tomara asiento a su lado o no iba mostrarle el hallazgo de cerca.

Con cuidado separó las páginas amarillentas y sonrió calidamente mientras sus ojos revisaban las líneas. La caligrafía tenía mucho de una mano con buen pulso. Cada letra seguía una forma, un ritmo y ninguna estaba corrida al trazarse ni nada parecido. “Hace muchos años usé esto para llevar un registro diario de cada cosa interesante que iba teniendo participación en mi vida” se sintió en la necesidad de explicar. Nunca se la había mostrado a nadie por ser cuestión personal.  “Creí que la había perdido en algún sitio pero aquí estaba entre todos estos libros viejos. ¿Quieres ojearla conmigo? Escribí mucho sobre ti por esa época si te interesa, nyahaha~”.

⊰♦⊱— AU: ‘Y así, nosotros...’

pegasus-koga:

burning-soma:

@pegasus-koga

El tiempo había pasado y el cuerpo cambiado. Estando sentado en el suelo frente a una pila de cajas desparramadas empezaba a desempacar el último envío desde su anterior hogar. Ahora que la mudanza se había consumado y su nueva vida recién empezaba luego de varios años cambiando pisos, podía darse el tiempo de tomar las cosas con calma y mirar hacia atrás con una sonrisa de satisfacción.

Amaba esa casa costera, con sus habitaciones espaciosas y sus tardes libres para mirar el mar con la persona que adoraba. Los días transcurrían pacíficamente tal cual una vez lo soñó y eso era más que suficiente para darle una tranquilidad completamente honesta.

Libros y más libros, algunos de segunda mano, otros que nunca terminó por vago. Estaban llenos de polvo. “Ah, este estuvo de moda hace tres veranos…” comentó, ojeando uno y luego otro. “¿Hm? ¿Y este…? Eh, que sorpresa. ¿Podrá ser…?” era un cuadernillo con anotaciones, viejo y desgastado.

“¡Ey, Koga! ¡Ven un minuto!” llamó a su eterno compañero, feliz por la intención de mostrarle su hallazgo de la tarde.  “¡Mira esto!~”

—Parecía ayer mismo cuando ambos santos solo eran un par de adolescentes experimentando juntos por primera vez los efectos más sentimentales y hormonales de la pubertad forjando así año tras año el vínculo que daba lugar a la escena hogareña que acontecía en estos momentos.El tiempo que había pasado con Soma después de haberse enamorado de él hasta el día de hoy se encargaba de recordárselo,oteando al pasado con cariño en sus recuerdos,deteniendo su presente por la magia del amor y apresurando el futuro que tanto deseaba formar a su lado— “¿Qué pasa Soma?”  —Preguntó con cierta curiosidad desde el salón de la casa encaminándose hacía su nuevo dormitorio en donde el caballero de león menor estaba desempaquetando en mayor medida los efectos personales así como la ropa de ambos ¿Había encontrado algo dentro de tanta caja?—

“¿Ya tienes escusa para escaquearte de desembalar las cosas?”  —En menos de un minuto se había plantado bajo el marco de la puerta del dormitorio con las manos en su cintura mirando con su sonrisa habitual a su pareja y buscando que era aquello que se traía el felino naranja entre sus zarpas esta vez.Los años podían haber pasado pero el comportamiento de Koga seguía intacto.Había alzado una de sus cejas al percatarse,ese cuadernillo polvoriento le sonaba de algo.Estaba seguro de que alguna vez en su convivencia con Soma lo había visto al menos una vez aunque desconocía su finalidad—

Gimió por el combate, ardiendo desde la cadera hasta la punta de los pies mientras las gotitas de sudor se escurrían por su frente. Tenía una urgencia sobrenatural para despedirse de toda la lógica del mundo y dejarse ser dentro de la intimidad  del pelirrojo. Quería volcar todo lo que lo atravesaba en esos momentos: su amor descomunal que se rebalsó hasta convertirse en una locura que ni el mismísimo Shakespeare encarnado sería capaz de plasmar con tanta pasión y entrega; sus delirios nocturnos por poseerlo en todas las instancias del día; su dolor por las apariencias que muchas veces se vieron obligados a simular por la inexperiencia; su tristeza, su calor, su ira, tantas y tan variadas emociones, todas juntas y en un caos precioso que lo extasiaba de sobremanera.  Pero más, más, necesitaba más. Estaba hambriento y ningún león puede olvidar el sabor de la sangre una vez que la ha probado. Tomó con las manos las caderas del amante y lo acomodó boca abajo como pudo, tratando de no romper la unión lasciva que los juntaba como un puente. Golpe a golpe, iba contando las embestidas que levaba a las caderas a chocan sin detenerse, imitando en el frenesí a un martillo tratando de hundir a fondo la punta del clavo.  Sentía la grandeza de estar vivo y ser hombre, lo dominaba el sentimiento de sobrecogimiento y se arrojó al placer de hacer el amor como ningún otro fiel a una religión. Todo había comenzado con un preámbulo cursi que pronto se transformó en una novela erótica  escrita a mano y en cooperativa, circunstancia que la hizo así de exquisita y adictiva.

La piel se erizaba, los dedos le temblaban, sentía agonizar y volver a vivir. Era demasiado para un mortal, pero no quería detenerse hasta que su propósito inicial no se viera cumplido en su totalidad. Cuando la última luz de aquellos ojos electrizantes se apagara entonces se daría por satisfecho.

Siguió con la faena, sin dejar ni por un segundo la retaguardia contraria en paz. La posesión no iba a terminar de una forma sencilla, estaba que rebalsaba de estamina y el contar con el mando de la situación alimentaba a su lívido hasta lo impensable.

“¡Ah!” Liberó un gemido, después otro y levantó el tono con la velocidad. ”¡Ahh, Koga...! ¡Koga! ¡Ah, Koga...!” Solo una vez se mordió los labios en señal de placer, tratando de recobrar el sentido por un minuto, intención que no pudo concretar porque el instinto terminó por consumirlo desde la raíz.  El casi nulo autocontrol que logró únicamente lo llevó a abrazarse a la espalda descubierta y tratar de frenar sin éxito el aliento embravecido que salía y volvía de su boca hasta los pulmones infectados con feromonas. Tenerlo contra sí, contra el pecho, al menos le aseguraría mantenerse firme en esa postura hasta el clímax final que no tardaría en manifestarse.

⊰♦⊱— ‘Tiempo compartido’

pegasus-koga:

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@pegasus-anarchy about what always happens each time I go to a candy shop but trust me is not me it is my subconscious that betrays me I’M LYIIIIIING I AM THE HARDEST SHIPPER OF THESE TWO IDIOTS

I LOVE THEM SO MUCH AAAAAYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY 💕

⊰♦⊱— AU: ‘Y así, nosotros...’

@pegasus-koga

El tiempo había pasado y el cuerpo cambiado. Estando sentado en el suelo frente a una pila de cajas desparramadas empezaba a desempacar el último envío desde su anterior hogar. Ahora que la mudanza se había consumado y su nueva vida recién empezaba luego de varios años cambiando pisos, podía darse el tiempo de tomar las cosas con calma y mirar hacia atrás con una sonrisa de satisfacción.

Amaba esa casa costera, con sus habitaciones espaciosas y sus tardes libres para mirar el mar con la persona que adoraba. Los días transcurrían pacíficamente tal cual una vez lo soñó y eso era más que suficiente para darle una tranquilidad completamente honesta.

Libros y más libros, algunos de segunda mano, otros que nunca terminó por vago. Estaban llenos de polvo. “Ah, este estuvo de moda hace tres veranos...” comentó, ojeando uno y luego otro. “¿Hm? ¿Y este...? Eh, que sorpresa. ¿Podrá ser...?” era un cuadernillo con anotaciones, viejo y desgastado.

“¡Ey, Koga! ¡Ven un minuto!” llamó a su eterno compañero, feliz por la intención de mostrarle su hallazgo de la tarde.  “¡Mira esto!~”

Outfit swap? 

Saint Seiya Aesthetic - Lionet Souma x Hornet Sonia. Alternative Universe For the Spin-Off weekend by @sts-shippingfest

Fue como si el día soleado se nublara de pronto y cada rayo de luz sucumbiera a las tinieblas de ese depresivo gris que aparecía cada vez que el fenómeno se repetía. Siendo una fecha especial para las parejas y los amigos este tipo de escenario triste donde el amante se rompía en mil pedazos con el impacto de un vaso de cristal al darse con el suelo lo deprimía. Desde un comienzo los había visto tanto a él como a Koga en una relación llena de felicidad que no tendría que afrontar estas dificultades, pero esa no dejaba de ser una idealización ingenua y estúpida de parte de un niño. Todos los caminos tenían obstáculos y el sendero del amar no iba a ser distinto una vez que se decidía tomárselo enserio como el león menor se había prometido. Si, sufría y mucho. Sufría tanto que existían días donde tenía el deseo de romper con todo y salir a llenar el vacío con un ronda de copas como si la edad no importara a la hora de sentirse rechazado. Mantener un noviazgo con el Santo de Pegaso era todo un tema, y sin embargo no tenía la suficiente fuerza y mucho menos el deseo de alejarse. Lo amaba demasiado.

Con lentitud acercó sus brazos al cuerpo que temblaba y lo rodeó con suavidad, colocando el peso de su propia cabeza a un costado de la contraria. Necesitaba calmar al adolorido de la mejor forma que había aprendido: con ternura y un corazón abierto que se expresa sin mentiras.

“Tonto....¿alguna vez te di a entender que iba a dejarte?” le susurró al oído, moviendo las palmas en el contorno de la pequeña espalda del pelirrojo. Cuando él estaba triste Kazuma hacía lo mismo y funcionaba, entonces tal vez repetir aquel consuelo podría aliviar el malestar repentino de Koga.  “No puedo hacerlo. Yo también quiero estar contigo para siempre, grandísimo idiota...” añadió de súbito, mientras frotaba su mejilla derecha con la izquierda del amado. Si uno de los dos sufría el otro lo sentiría, así como se sentía la risa, el dolor o el enojo. Hasta ese grado llegaba el cariño del muchacho por el otro.  “Pero limpia esas lágrimas. Nunca me gustaron los bebés llorones, ¿de acuerdo? Prefiero que me grites y hagas berrinches antes que verte llorando, Koga...”.

⊰♥⊱— ‘San Valentín’

pegasus-koga:

burning-soma:

“Porque cierto “señorito” se pasa las 24 horas del día incordiándome con sus idioteces”, tanta verdad en solo una afirmación que ni se iba a molestar en contradecir. Soma tenía el don de ser un verdadero dandy con todos en todos los lugares que podía, pero su victima favorita era siempre el desafortunado pegaso. Culpa de Koga por ser tan leche hervida y exaltarse hasta con lo más pequeño. Obvio que vestir de mariachi y organizar una orquesta era demasiado exagerado, además aunque el negro le quedara sensacional se necesitaba mucho trabajo y horas de ensayo para llevar el proyecto adelante.

“Pero si lo sabes y no has cambiado es porque te gusta que te moleste, adicto” dijo a modo de broma, levantando una nueva risa que añadir al récord sin final que valía por un premio Guinness. Estaba completamente excluido de los pensamientos ajenos que cambiaban de colores e intensidades a medida iba envejeciendo el día, que no tuvo ni una señal de alerta como la escarcha de las tormentas. Justo cuando su mente había dado por sentado que la tarde estaría rebosante de felicidad y una alegría compartida su compañero rojizo cambió radicalmente la expresión que hasta hacía unos minutos atrás estaba ofreciendo. Koga soltó la mano del león y comenzó a llorar, lamentándose por la insensibilidad que durante mucho tiempo estuvo predicando contra los sentimientos del caballero de León Menor  con un conocimiento al cual hacía la vista gorda siempre que podía. Tanto fue así que Soma dio por hecho que jamás en la vida iba a tener palabras románticas que resultaran genuinas a sus oídos porque llanamente era una posibilidad tan lejana que sus sentidos no iban a permitir recibir de la forma que le hubiera gustado.

Tal y como ahora. Pegaso lloraba como un niño pequeño que no puede lidiar con las culpas y se abraza a él mismo para no morir por los temblores. En silencio, el pelinaranja miró la mano abandonada en un profundo silencio, mostrando claramente la mueca de decepción que lo cubría con un fuerte desasosiego que otra vez se veía obligado a soportar para no aumentar el dolor en el otro. Koga sabía que lo hería, acababa de admitirlo pero aun así seguía haciéndolo, una y otra vez. ¿Hasta cuándo? como amigos y camaradas funcionaban a la perfección, pero ¿eran los suficientemente buenos como amantes? se querían, compartían habitación, risas, gemidos, de todo, pero las mentiras seguían allí. ¿Funcionaban entonces? Soma por primera vez pensó en profundidad los pro y los contra de estar con alguien, lo cual hacía padecer horrores tanto a la cabeza como al corazón. Todo eran dudas, preguntas sin respuesta, un torbellino de fuego que no entendía ni aun siendo este elemento la fuente de su poder.

“Hey…Por favor, no llores ahora. No quiero una confesión con esas lágrimas resbalando por tus mejillas” lo reprendió con suavidad, acercando a las gotas de sufrimiento que fue a limpiar una por una con pequeños toques de consuelo. momento después, abrazo el cuerpo de su amado y lo cobijo entre sus brazos como en el pasado Kazuma hizo con él cada vez que lloraba por una lastimadura. Soma pudo conocer a muchas chicas,  pero nunca supo lo que era tener una relación real hasta la llegada del italiano. Habían muchas preguntas, demasiadas, muy dolorosas, llenas de angustia, pero lo único que entendía con claridad era que no quería dejarlo ir, y si por eso las llamas del infierno los habría de consumir hasta  no dejar más que cenizas dispersas por los vientos…que así fuera.

 —Nunca sus acciones negarían tal afirmación salida de sus labios y tachada como secreto a voces entre ambos.Disfrutaba con sus incordios,Soma siempre se veía tan lindo a la par que idiota de aquella manera pueril que era inevitable no reír y en cualquier caso el caballero de pegaso entendía bien el precio que tenía que pagar para saborear cada una de sus venganzas personales para con su novio.Si el león lo buscaba lo encontraría conjurando un alivio para su inquina lejos del atractivo cómico de su mejor amigo pues de los muchos encantos del mexicano que atraían al italiano que fuese tan gracioso era uno de ellos después de todo esto era solo una de las chispas ígneas que formaban la llama conocida como su pareja—

“¿Que tonterías dices?”  —Cuestionó casi murmurando ¿Por que iba a cambiar su ira por una actitud más serena? No era algo controlado y mucho menos algo que Koga pudiera controlar pues era tan natural en él enervarse con Soma como su tsuderismo— “Es así como te gusto idiota…”  —Su voz encogió para afirmar dicha confesión con timidez mientras sus mejillas se sonrojaban por unos instantes— “No te equivoques,me gusta ver tu retraso en acción,es muy divertido”  —Descaro en sus puyas ante todo para acallar sus incordiosas carcajadas y dedicarle una pérfida sonrisa a su acompañante.Todo sería más fácil si Soma tuviese un rabo como tal que poder pisar para cerrarle el pico— “Te odio…”  —Adicto al mexicano en efecto,si había algo que Koga tenia para bien y para mal era que siempre se tomaba todo al pie de la letra.Corto su actitud para sonreirle y mirarlo con ternura como el amor de su vida dejando ver su estima y afecto por él nuevamente reflejado en sus pupilas brillantes a través de la luz que despedía su bella expresión de aprecio puro,sincero e invaluable como el alba de la mañana.Después fue fácil saciar su mono con un suave y largo beso que unía sus labios con la intención de corroborar con un hecho el adjetivo con el que Soma lo había denominado pues desde hace mucho tiempo el caballero de león menor había robado su corazón para devorarlo y había atado su alma a la suya con las mismas cadenas ardientes como obras expresas del dios Hefesto para mantener confinados a los titanes en el Tártaro por toda la eternidad.Era de gran júbilo ver como el santo de león menor había aportado su propio fuego en las forjas del herrero del Olimpo para crear su propia atadura de amor como el hilo rojo que uniría siempre su destino al de su amado,en esta vida y en la otra hasta yacer finalmente en los benditos campos Elíseos plagados de la tan prometida felicidad paradisíaca—

"Pero….” —Su rostro no tardo en alzarse devastado frente al de su compañero tras oír sus palabras durante unos instantes.Soma no podía pedirle aquello,era un dolor que desesperadamente necesitaba soltar y que escapaba enteramente a su control aún cuando el mexicano con delicadeza limpiaba sus ojos llenos de lágrimas y posteriormente lo arropaba entre sus cálidos brazos no podía poner fin al calvario que había creado,aún no— “Te he hecho mucho daño y no te merezco…”  —Con el drama propio de la situación y aprovechando su abrazo piadoso oculto su rostro tras uno de los hombros del pelinaranja,abatido y dolido escuchando como Soma pese a mantener una compostura intencionada de consuelo lloraba por dentro tanto como él.¡¿Qué había hecho?! Odio,odio profundo hacía si mismo era otra de las fuertes emociones que brotaban de él dando ventaja a la oscuridad de su interior— “¡Y aún así no quiero dejarte ir Soma!” —El pelirrojo se sentía egoísta en aquel momento pero su corazón siempre había sido de tal dependiente y vulnerable manera con el santo de león menor.Tenia intuiciones y tenía certezas,las suficientes para llevar su mano de nuevo a estrechar la de su pareja con mucha fuerza para hacer entender al mexicano que si tenía preguntas y necesitaba respuestas las encontrarían juntos como siempre habían hecho desde el día en que se conocieron.Jamás lo abandonaría sucediera lo que sucediera.Ambos lo afrontaría y lo superarían sin lugar a dudas— “Por favor perdóname… te necesito más que nunca…”

“Souma knew that his relationship with Sonia would last when he found out that she ate raw Habaneros as afternoon snacks.”

Aka “It’s Spin-off Week and I decided to try my hand at Omega characters”. For this spin-off, my OTP would actually be Titan/Pallas, but these two gave me a nice idea first. Also, I’m surprised how relatively easy it was to draw them, I wouldn’t have imagined.

Souma with a bit of stubble >>>>> any other Souma ever.

Also I have this image of Sonia becoming a sort of ‘alternative punk’ where she dresses in pitch black/blood red combinations, throwing scorpions and hornets everywhere, with a permanent ‘smoky eye’ makeup… but also has a pink gold smartphone cover and goes around with marshmallow-coloured hair. Just because. And she can eat super-spicy foods without  batting an eye.

So much for Souma trying to give her ‘the chilli prank’ that burned Kouga’s throat in season one.

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Rana dice...

//A mis amigos y compañeros de estas pampas, pude recuperar mi computadora (bah, me tuve que comprar una nueva al final) y voy a estar más presente (o por lo menos tratar de). Lo que sí les voy a pedir a los que se preocupan por mí que si a veces no tengo mucho espíritu no crean que me pasa por ortiva sino porque a raíz de un tratamiento medico que estoy haciendo me puedo llegar a sentir decaída y sin ganas de mucho, por lo que sean pacientes conmigo como yo lo he sido con ustedes en el pasado.

“Porque cierto “señorito” se pasa las 24 horas del día incordiándome con sus idioteces”, tanta verdad en solo una afirmación que ni se iba a molestar en contradecir. Soma tenía el don de ser un verdadero dandy con todos en todos los lugares que podía, pero su victima favorita era siempre el desafortunado pegaso. Culpa de Koga por ser tan leche hervida y exaltarse hasta con lo más pequeño. Obvio que vestir de mariachi y organizar una orquesta era demasiado exagerado, además aunque el negro le quedara sensacional se necesitaba mucho trabajo y horas de ensayo para llevar el proyecto adelante.

"Pero si lo sabes y no has cambiado es porque te gusta que te moleste, adicto” dijo a modo de broma, levantando una nueva risa que añadir al récord sin final que valía por un premio Guinness. Estaba completamente excluido de los pensamientos ajenos que cambiaban de colores e intensidades a medida iba envejeciendo el día, que no tuvo ni una señal de alerta como la escarcha de las tormentas. Justo cuando su mente había dado por sentado que la tarde estaría rebosante de felicidad y una alegría compartida su compañero rojizo cambió radicalmente la expresión que hasta hacía unos minutos atrás estaba ofreciendo. Koga soltó la mano del león y comenzó a llorar, lamentándose por la insensibilidad que durante mucho tiempo estuvo predicando contra los sentimientos del caballero de León Menor  con un conocimiento al cual hacía la vista gorda siempre que podía. Tanto fue así que Soma dio por hecho que jamás en la vida iba a tener palabras románticas que resultaran genuinas a sus oídos porque llanamente era una posibilidad tan lejana que sus sentidos no iban a permitir recibir de la forma que le hubiera gustado.

Tal y como ahora. Pegaso lloraba como un niño pequeño que no puede lidiar con las culpas y se abraza a él mismo para no morir por los temblores. En silencio, el pelinaranja miró la mano abandonada en un profundo silencio, mostrando claramente la mueca de decepción que lo cubría con un fuerte desasosiego que otra vez se veía obligado a soportar para no aumentar el dolor en el otro. Koga sabía que lo hería, acababa de admitirlo pero aun así seguía haciéndolo, una y otra vez. ¿Hasta cuándo? como amigos y camaradas funcionaban a la perfección, pero ¿eran los suficientemente buenos como amantes? se querían, compartían habitación, risas, gemidos, de todo, pero las mentiras seguían allí. ¿Funcionaban entonces? Soma por primera vez pensó en profundidad los pro y los contra de estar con alguien, lo cual hacía padecer horrores tanto a la cabeza como al corazón. Todo eran dudas, preguntas sin respuesta, un torbellino de fuego que no entendía ni aun siendo este elemento la fuente de su poder.

“Hey...Por favor, no llores ahora. No quiero una confesión con esas lágrimas resbalando por tus mejillas” lo reprendió con suavidad, acercando a las gotas de sufrimiento que fue a limpiar una por una con pequeños toques de consuelo. momento después, abrazo el cuerpo de su amado y lo cobijo entre sus brazos como en el pasado Kazuma hizo con él cada vez que lloraba por una lastimadura. Soma pudo conocer a muchas chicas,  pero nunca supo lo que era tener una relación real hasta la llegada del italiano. Habían muchas preguntas, demasiadas, muy dolorosas, llenas de angustia, pero lo único que entendía con claridad era que no quería dejarlo ir, y si por eso las llamas del infierno los habría de consumir hasta  no dejar más que cenizas dispersas por los vientos...que así fuera.

⊰♥⊱— ‘San Valentín’

pegasus-koga:

burning-soma:

Tantas cosas no dichas que se quedarían en la nada que implica el silencio mientras ambos cabezaduras continuaran empeñados en vivir esa relación del modo que lo hacían. No podían cambiarlo porque para comenzar se habían conformado con la realidad tal como estaba: Koga se negaba a hablar y Soma, por más pasional que fuera, respetaría la decisión del pelirrojo, evitando meter las narices de más e insistir sin delicadeza en un tema que tal vez al otro lo importunaba. Pegaso era su amante pero también era su mejor amigo y por ese lazo de amistad que los unía no quería hacerlo sufrir. Incluso la señal más pequeña de dolor era un parate que lo obligaba a poner conclusión a la fuente de ese sufrimiento porque la sola idea de ver ese rostro amado con un gesto triste le rompía el corazón. ¿Estaba bien querer aceptar la ausencia de una confesión para evitarle molestias a Koga incluso si la misma lo llenaba a él con ese sentimiento de orfandad? no lo sabía, pero así era y a eso se acostumbro. Mientras esos momentos alegres continuaran existiendo…podría soportarlo. claro que sí. 

Estalló en risas con la propuesta alocada que el Santo de Pegaso propuso. “¡Como un mariachi!” expresó, realmente divertido con eso. “¿Tanto quieres verme con sombrero de zoyate y huaraches?” aunque nadie lo creyera nunca se había vestido con un traje como ese, pero el pensamiento de mirarse en el espejo usando uno no le desagradaba. El negro adelgaza y a él le sentaría de maravilla. Después de todo pensaba que los  charros eran personas muy elegantes dentro de su hogar mexicano.

“Sí, sí” asintió a la pregunta de Koga. “Tienes una voz muy rítmica, creo. Es suave y aterciopelada cuando estás de buen humor. Solo se vuelve un poco fea cuando te enojas y gritas~” soltó a modo de broma, haciendo una simbiosis entre lo que era verdad y lo que no lo era. Por nada del mundo iba a desaprovechar una oportunidad para molestarlo con inocencia. Sin embargo, la tomada de pelos terminó ahí…de un instante para el otro Koga dijo algo que lo desconcertó y al minuto lo vio abriendo la boca para dejar salir un canto inesperado.

“….A-ah….”¿de verdad lo estaba haciendo? ¿para él? desde el principio trató el tema como si fuera una de esas muchas cosas que la gente habla pero terminan en la nada, tanto como decir que el año que viene estudiaran más que nunca y acabar en julio sin haber hecho más que dibujos en el margen de la hoja. Koga de verdad lo había tomado enserio dejando llevar (como lo suponía Soma) por unos cuantos halagos…de verdad que era inocente, tan inocente que provocaba unas ganas inmensas de abrazarlo. “Koga…”

“…..” se dedicó a escucharlo en silencio, respetando tanto a la canción como al cantante, mientras se zambullía en la letra que se entonaba en el aire. Pudo notar un poco de nerviosismo en las cuerdas vocales del amante y por eso procuró darle confianza apretando con más firmeza su mano como diciéndole que lo hacía bien y no había nada de que preocuparse. Koga era tan torpe para hablar con palabras y mirarlo a los ojos, pero era un chico sincero que a falta de ese coraje tomó la iniciativa de cantar un mensaje para trasmitir lo qué sentía, algo tan cursi como solamente él podía considerar. “Koga…” un murmuro afectuoso, la forma de expresar que a sus ojos el pelirrojo lo hacía sentir de la misma manera.

—La mal recibida pero respetada complicidad de su pareja para con su falta de admisión respecto a su estrecha relación sentimental lo honraba y al mismo tiempo malhería el propio dolor que Koga había provocado en ambos.Pese haber decidido poner fin de una vez por todas a la mentira en la que vivían a menudo el italiano en el fondo jamás llegaría a perdonarse por lo que reacio hizo perdido en el mar de dudas por el que naufragaba.No por mentir con futilidad,no por su falta de palabras y no por sus reacciones ariscas si no por inmiscuir a Soma y hacerlo partícipe de la falacia que siempre predicaba debido al profundo amor que sentía el caballero de león menor hacía él.Que su novio respetase incluso su estúpido comportamiento era algo que realmente agradecía pero al mismo tiempo le partía el alma ver como el mexicano conformista anhelaba mucho más de él y no le brindaba todo lo que Soma merecía y más.Maldecía su ineptitud amorosa todos los días.¿Cómo se supone que en su condición novata tenía que dejar salir un te amo de sus labios? La situación no era para nada sencilla,era fuerte e intensa si se pensaba fríamente en ella.¿Cómo se supone que alguien como él podía decirle a prácticamente la primera persona que conoció en años después de abandonar la isla donde vivía que lo quería?¿Cómo podía decir a su mejor amigo que se había enamorado de él? Pese a lo que acontecía siempre había un consuelo evocador para los dos jóvenes quienes como uña y carne eran inseparables en su compañía afectiva y diaria bien fuese como bros,amantes o novios negados.¿Eso formaba parte de querer pasar toda una vida con él verdad? Aún si su cabeza lo empujaba al rechazo su corazón jamás negaría arroparlo entre sus tersos y dulces brazos hasta hacerle sentir que nunca más volvería a estar solo,una tragedia semejante a la de su padre jamás volvería a repetirse.Koga se aseguraría de ello y estaría siempre a su lado para demostrárselo.Le haría sonreír gozoso de felicidad sin dejar que arqueara sus labios por poner buena cara y no preocuparlo.Eso no funcionaría con el italiano y tampoco lo harían las sonrisas que su pareja empleaba para disimular y sobrellevar una carga callada.Si estaban juntos esa también era su carga y llevaría el propio peso de Soma gustosamente sobre sus hombros sin titubear.Era por la intimidad que había disfrutado con él que Koga podía ver perfectamente detrás de esa fachada de león bravo y orgulloso que vivaracho escondía un lado vulnerable y sensible,un lado que el caballero de pegaso alimentaría y protegería con sus sentimientos en la mano mediante su arco y su carcaj de saetas,certero y sin fallar nunca su estela de meteoros cubrirían por siempre a su amado con un resguardo contra todo lo que pudiera amenazarlo.Tal sentimiento protector era algo que brotaba en el italiano de forma natural e inevitable,admiraba a su león por ser el alma de todas las fiestas y ostentar una fortaleza sentimental tan dura como los diamantes de la armadura de pegaso pero nunca aprobaría el terrible precio que Soma tuvo que pagar por ello ¿Sería Kazuma igual que él? Ojala Koga hubiera podido conocer a su suegro de la misma manera que el mexicano pudo hacer con sus padres lejos de sus condiciones de caballero dorado y diosa de la Tierra—

“NO,no quiero verte vestido así.Se de lo que serías capaz” —Como odiaba sus carcajadas,eran tan graciosas y estridentes al mismo tiempo.Fue tajante en su primera negación.Aunque romántico y divertido tal detalle afectivo era de una gran magnitud vergonzosa viendo a Soma cantarle alguna que otra canción de amor con acompañamiento instrumental en seguramente compañía de su grupo de amigos callejeros de malas pintas para ayudarlo.Si quería cantar que cantase algo que ambos pudieran cantar solos o sencillamente mientras dormían que le susurrase una canción al oído de forma cariñosa aprovechando que todas las noches se recostaban en su cama haciendo la cuchara.Lo empujaba a enervarse haciendo lo más parecido a un puchero—  “Ya haces bastante el ridículo Soma,no tienes por que humillarte más por mi” —Añadió con su faceta más sarcástica y una expresión facial ligeramente pérfida reteniendo sus ganas de reír con una sutileza cómica y descarada—

—En momentos como estos Koga sabía que tratar con su mejor amigo era tratar con el fuego en si mismo en su estado más pícaro pasando desdé la agradable calidez de una vela a el ardor semejante que hizo que su sangre se convirtiera en llamas de ira que luego expulsaría como si fuera un dragón por su boca todas las veces que Soma se la había jugado con sus dichosas salsas picantes.Piropearlo para después burlarse de él en un instante era como si hubiera robado sus ilusiones por oír algo que lo empujara a empezar a abrirse sentimentalmente solo para ser forzado a dar un paso atrás de nuevo.¡¿Rítmica?!…  —Durante unos instantes su rostro no se diferenciaba del color de una cereza o un tomate puesto que mal pensado extrapolo aquella cualidad a sus éxtasis sexuales en donde Soma dictaba con sus embestidas el ritmo de sus gemidos,en cualquier caso pensar de tal manera las palabras del león no era para nada descabellado menos aún para Koga que lo conocía de cabo a rabo— “¿Nunca te has planteado la posibilidad de que quizás casi nunca puedo estar de buen humor porque cierto “señorito” se pasa las 24 horas del día incordiandome con sus idioteces?”  —Refunfuño,no había mentira en lo que afirmaba pero si en sus palabras.¿Acaso le molestaba que lo incordiase? Por su puesto que si pero en el fondo estaba claro que no,eran solos sus tonterías de enamorados traviesos y divertidos para con el otro.Al fin y al cabo eran novios pero también eran bros con rivalidad al mismo tiempo dado a que siempre se picaban entre ellos y provocarse formaba parte de su química—

—¿Por que negarle lo que había pedido la persona para la que sus deseos eran ordenes? En efecto,era inocente y su amor por Soma ciego y lo hacía pecar como tal,de eso no había duda alguna.Como siempre el italiano sencillamente se había dejado llevar por sus impulsos unos que en el día de hoy se ensañaban con sus intenciones por confesarse al mexicano no habiendo vuelta atrás.La mano del santo de león menor calmo sus nervios.Él que con su canto amansaba a la bestia de su pareja trayendo belleza a su rostro en un cálido y halagador silencio de atmósfera armoniosa susurrando su nombre con anhelo—  “Siempre lo he pensado Soma…”  —Confeso de voz suave chocando su mirada con la suya sin querer desviarla nunca más— “No puedo ni quiero negar más lo que siento por ti,no soporto verte sufrir en silencio por mi culpa como si no sucedierá nada…”  —Algo en su pecho comenzaba a sentirse asfixiado— “He sido un verdadero idiota y uno muy grande y pese a todo lo que he hecho tú…”  —Estalló apartando su mano de la su compañero de piel monera con brusquedad sintiendo que no la merecía— “¡No! ¿Qué he hecho? ¡¿Qué he hecho?!”  —Todo se había desplomado sobre él—

“¡PERDÓNAME SOMA!”  —No pudo aguantar más la compostura.Se lanzo a los brazos de Soma con su cuerpo tembloroso a abrazarlo lastimero con fuerza mientras su rostro se tornaba en un mar de lágrimas que derramaban todo el dolor acumulado al que sus palabras hacían referencia con miedo a perderlo— “¡POR FAVOR SOMA PERDÓNAME! ¡JAMÁS PODRÍA VIVIR SIN TI! ¡TE QUIERO!”

Golpeaba y volvía a golpear con fuerza de martillo en mano de un fanático obsesivo como si la vida fuera a acabarseles esa misma noche y no contaran con un mañana esperándolos a la vuelta de la esquina. La vida de un caballero era así, impredecible. Una batalla podía estallar en la cara y dar un vuelco a cualquier plan que tuvieran. Los sueños de jóvenes comunes que gastan sus horas pensando en pasar de año, estudiar una carrera en la universidad, casarse y formar una familia no contaban para ellos porque habían jurado amar a Athena por sobre todas las cosas aun si eso significara no velar por la propia felicidad como individuos. Soma lo acepto así, tratando de formar una escapatoria de eso en los ratos libres con la compañía de las señoritas de la cuadra como si una velada mágica hiciera el papel de elipsis entre tarea y tarea. La guerra era un asunto serio, podrían morir en la siguiente o sobrevivir para ganar unos pocos años más, pero decir que llegaría a viejo le parecía demasiado. Koga vino a dar un poco de esperanza a esa monotonía que esperaba por una venganza vacía y como tal deseaba amarlo con fuerza, con tanta fuerza que pudiera hacerse dueño de cada respiración violenta producida por la locura del sexo. Golpearía hasta lo último, sin parar, con más virilidad y premura hasta que el alado pudiera regalarle a su vista el hermoso lienzo de un clímax ensordecedor.

“Koga...” lo zarandeó sin poder controlar el instinto de apareamiento animal que lo cegó aun si el placer viniera de la mano con el dolor para producir lo que se podía definir como una copulación en todo el sentido de la palabra. Quería escarbar en el pelirrojo, hacerse con todos los secretos del elegido de la diosa eternamente secuestrada, y una vez los tuviera iba a atesorarlos por siempre, aun si ese “para siempre” implicaría que el tiempo se congelara en un futuro.

Lujuria que no dejaría de morder. La manzana que Dios prohibió se reencarnó en la carne del amante que compartía las sabanas al anochecer, pidiendo por ser mordido con labios insaciables por los años de los años. ¿Cómo decir que no? perdía la razón con facilidad cuando se trataba de amar sin restricciones, volviéndose totalmente incontrolable por dejar ir en libertad a su costado juguetón que ansiaba tener mimos sin fin.  Respondió con una sonrisa de malicia a los deseos evidentes del más pequeño, acercando con la lentitud de cazador  los brillantes caninos al pecho descubierto.

“Koga...”  extendió la punta de la lengua, colocando el extremo húmedo en el pezón rosado para comenzar a rodear en pequeños círculos de salida el pequeño punto sensible, aplicando la lascivia que iba acumulando con cada golpe de caderas. Su amante podía fingir toda la inocencia que quisiera, pero el calor no se escaparía de la percepción felina.  El caballero de pegaso pedía a gritos por aquello, lo gritaba en cada sonrojo, en cada gesto de ultraje como tentando el nervio palpitante que estallaría en un vesubio.  Deseaban sentirse sucios y rebeldes, diciendo con cada perversión que existían cosas en las cuales los seres vivos no tenía ningún control, aun siendo los santísimos caballeros de la diosa virgen por antonomasia.

⊰♦⊱— ‘Tiempo compartido’

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