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brankoperez-blog · 9 years
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5 años después, no olvidamos.
5 años después, siguen resonando las detonaciones en mis oídos.
5 años después, permanece la imagen del piso teñido de rojo deslavado a la mañana siguiente.
5 años después, aún recuerdo los impactos de balas a las afueras de mi universidad.
5 años después, todavía puedo ver las miradas perdidas -buscando respuestas sin encontrarlas- de profesores, alumnos, jardineros, vigilantes, administrativos.
5 años después, me sigue doliendo esa imagen de Rafael Rangel Sostmann con la corbata aflojada y el paso lento, visiblemente demacrado.
5 años después, #balaceratec me sigue provocando un hueco en el estómago.
5 años después, nada ha cambiado.
5 años después, siguen siendo los militares.
5 años después, aún esperamos justicia. 5 años después, el 19 de Marzo sigue calando hondo.
5 años después, Jorge Antonio y Javier Francisco nos siguen haciendo falta.
5 años después, no olvidamos.
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brankoperez-blog · 9 years
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Carmen, se nos perdió la democracia.
Los que me conocen bien saben que soy un tipo de pocas rutinas pero bien definidas. Probablemente mi rutina más constante sucede cada mañana: despierto, me baño, saco a pasear a mi perro y desayuno café con un pan dulce, siempre. Todo esto mientras escucho a Carmen Aristegui. Es una de las pocas rutinas que he seguido durante años, en diferentes ciudades y bajo diferentes circunstancias. Llevo muchos años escuchando a Carmen Aristegui. Recuerdo incluso que cuando era pequeño lo que más me emocionaba de que mi padre me llevara y me recogiera de la escuela (generalmente lo hacía mi madre, pues laboraba en la misma institución académica) era escuchar las Imagen Informativa en la radio del Tsurito blanco.
Carmen y su equipo han ventilado los abusos de poder y la trata de personas de "El Gober Precioso" y Kamel Nacif; la pederastia de Marcial Maciel y la protección de la Iglesia Católica; dieron seguimiento al caso Ernestina Ascencio en Zongolica cuando todos lo habían dejado pasar; exigió que se aclarara el supuesto alcoholismo de Felipe Calderón; cuestionó como nadie lo había hecho a Peña Nieto cuando aún era candidato (el mismo día de su visita a la Ibero); evidenció "La Casa Blanca" de Peña y Rivera, la otra casa de las Lomas propiedad de ambos, la casa de Videgaray en Malinalco; revelaron la red de prostitución que sostenía Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre en las instalaciones del PRIDF; mantienen una investigación abierta sobre el caso Tlatlaya. La lista sigue y sigue.
Hace varios años, cuando Carmen fue a presentar su libro "Transición" a la FILMTY recuerdo haber estado muy nervioso en la fila para que firmara mi libro mientras pensaba en algo inteligente para decirle y poder platicar aunque fuesen unos minutos. Finalmente llegué a la mesa, me preguntó mi nombre y la conversación giró en torno al origen de mi nombre y cómo había llegado mi familia a México -conversación que si bien es cierto tengo bien dominada, justo no esperaba tenerla con ella- pero el amigo que iba después de mí, que tenía un nombre mucho más común que el mío, le preguntó "¿realmente crees que vamos camino a una verdadera democracia?" a lo que Carmen contestó "creo que vamos en proceso de transición, al menos eso espero, si no...¿entonces para qué hacemos lo que hacemos?".
Días como hoy deben hacerle pensar a Carmen ¿para qué carajos hemos hecho todo lo que hemos hecho?
Para mí Carmen es un referente, ha sido una voz fundamental para entender el México en el que vivo, siempre ha representado un espacio en donde se habla de frente, se cuestiona sin tapujos, se ventila información sin medias tintas, le toque a quien le toque. Carmen representa a un periodismo diferente, un periodismo crítico y a fondo en un país en el que indispensable ser críticos e indagar hasta el fondo del agujero. La admiro profundamente, a ella y a todo su equipo. Representan un aire fresco en un país que cada vez huele más a mierda.
Y sí...Carmen cuestiona, Carmen critica, Carmen arrincona, Carmen investiga, Carmen evidencia, Carmen debate, Carmen habla sin línea, Carmen es una periodista en toda la extensión de la palabra (y es una palabra que pesa y debe pesar mucho). Pero sobretodo, Carmen incomoda, porque es una voz tajante que exige precisamente que al menos estemos dando los pasos para esa transición hacia la vida en democracia. Y eso, a los que por más de 70 años han mantenido el poder en este país, les duele, les da comezón, mucha comezón.
He leído por ahí que con lo que ha sucedido hoy "perdemos todos" y no, no estoy de acuerdo. Carajo, creo que incluso ganamos, quiere decir que alguien está haciendo las cosas bien. Carmen da lecciones de ética profesional en el país del compadrazgo y los conflictos de interés. Carmen da lecciones de valentía en un país donde la norma es ser agachón. Carmen da lecciones de congruencia en un país que cada vez tiene menos sentido. Carmen lleva años dando lecciones de entereza a un país que se cae a pedazos...
Estoy seguro que Carmen y su equipo encontrarán otros medios, otros espacios, otras formas...no son de los que se quedan de brazos cruzados. Nos toca a nosotros aprender, abrir bien los ojos, exigir que estemos dando los pasos hacia esa transición a la democracia porque, si no ¿entonces para qué estamos?
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brankoperez-blog · 10 years
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No, yo no quiero que renuncie EPN.
Tampoco quiero que se vaya.  ¿Para qué? ¿De qué nos sirve? ¿Qué ganamos con su partida?
Al contrario, yo quiero que se quede, que haga su trabajo, que rinda y haga rendir cuentas.
¿Realmente creemos, al voltear a ver a nuestra paupérrima clase política, que hay alguno que podría hacerlo mejor?  Más aún, ¿realmente creemos que la descomposición social que vive este país se le puede adjudicar a una sola persona? De ser así, nuestro cinismo es incluso mayor al de nuestra clase política.
No sé si estoy completamente de acuerdo con aquella frase de que "cada pueblo tiene al gobierno que se merece", lo que sí sé es que hemos permitido que esos gobiernos existan. Hemos permitido que existan los Abarcas, los Aguirre, los Peña Nieto, los Montiel, los Gobers Preciosos, los Gutiérrez de la Torre... 
Lo peor del asunto es que no sólo hemos permitido que existan, sino que una vez que suceden los Ayotzinapa, los San Fernando, los Tlatlaya, volteamos a verlos con asombro, como quien deja la leche afuera del refrigerador y se sorprende de que se eche a perder.
Vivimos en un país en donde la corrupción es justificada como algo cultural. 
En donde nos indigna Oceanografía pero no dudamos en dar una mordida, en donde Gutiérrez de la Torre y el Gober Precioso nos dan asco una semana y a la siguiente ya nos ha pasado el trago amargo, donde nos irrita que existan las ladies y los gentlemen en turno pero usamos "chacha" e "indio" sin problema alguno, donde despotricamos en contra de nuestra democracia pero no tenemos idea de cómo se llama el senador o diputado que nos representa.
Nos estremece la trata de personas pero nos divierte ir "al table" y no dejamos de chiflarle a las mujeres en la calle, le exigimos al gobierno que combata al crimen organizado mientras nos fumamos "un churrito" y vemos la película pirata.
Nos desgarra la desaparición y muerte de los normalistas pero no exigimos saber quiénes eran los 28 que encontraron en las fosas de Cocula a mediados del mes pasado y por qué los mataron y quiénes los mataron...o los 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas...o los 13 de Ocotitilán...o por qué no se han consignado a los militares que asesinaron a Jorge Antonio Mercado Alonso y a Javier Francisco Arredondo Verdugo a las puertas del Tec de Monterrey en Marzo del 2010...Al fin que "la violencia es entre los cárteles, nada más se matan entre ellos"...
No, yo no quiero que renuncie EPN, es más, no le acepto la renuncia. No tengo cara para hacerlo. 
Le exijo, sí, pero no más de lo que me exigiré a mí mismo, de lo que le exigiré a mis amigos, de lo que le exigiré al vecino, de lo que le exigiré a la policía, al senador, al diputado, al delegado, al jefe de gobierno, a mi jefe, a mi empleado, a mi alumna, a mi alumno...
Vivimos un momento decisivo en la historia moderna de este país, si no aprovechamos el momento histórico y no nos obligamos a replantearlo todo, las generaciones futuras tendrán -ellas sí- todo el derecho de exigir nuestra renuncia. 
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brankoperez-blog · 10 years
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Yo también estoy cansado, Lionel.
Estoy ligeramente cansado de las constantes críticas a Lionel Messi.  Más allá de que lo admire como futbolista, juegue en el equipo al que apoyo y tenga la misma nacionalidad de mi abuela, me parece que el nivel de reproche y vitupero que he visto últimamente -en especial a raíz de esta Copa del Mundo- se sale totalmente de proporción. Imagino que toda esta gente que despotrica en su contra son los mejores del mundo en lo que hacen.  Imagino también que están acostumbrados a manejar la presión de tener los ojos de todo el mundo encima constantemente, juzgando cada cosa que hacen.  Imagino que se tienen a si mismos el mismos nivel de exigencia que le exigen a un tipo de 27 años que ya lo ha ganado prácticamente todo, y nunca parece ser suficiente.  Imagino que esos que lo critican no se permiten tener un mal día en lo que hacen, sin importar cómo se sientan físicamente, emocionalmente o lo que sea que esté pasando en sus vidas personales.  Imagino que a pesar de depender de un equipo de trabajo se echan el trabajo de todos al hombro y lo resuelven de forma siempre exitosa. No importa que no tengan el apoyo del resto del equipo, ellos lo hacen todo solos y de manera perfecta.  Lionel Messi ha ganado: 6 Ligas Españolas 2 Copas del Rey  6 Supercopas de España  3 Champions League  2 Supercopas de la UEFA 2 Mundiales de Clubes 1 Medalla de Oro Olímpica en 2008 1 Campeonato del Mundo Sub-20 4 Balones de Oro 91 goles anotados en un solo año (2012) mayor número en la historia. 33 goles en 21 partidos: mayor cantidad de goles anotados de forma consecutiva en la historia. Primer futbolista en anotar consecutivamente frente a todos los equipos de una liga profesional. Mayor cantidad de goles anotados con su selección en 1 año (12). Y la lista sigue...convirtiéndose en una cantidad ridícula de récords y galardones, y sí, sólo tiene 27 años.  Ojalá todos nos tengamos, a nosotros mismos, el mismo nivel de exigencia que se le tiene a un tipo que juega al fútbol y no tiene nada más que demostrar. Seríamos mucho mejores personas, tal vez el tipo de personas que no emiten juicios tan a la ligera...
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brankoperez-blog · 10 years
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¡Qué injusto eres, fútbol!
Qué injusto eres porque nos permites con soñar con cosas que, si bien es cierto no son imposibles, sí son altamente improbables.
Qué injusto eres porque, en tu lógica primaria, eres tan sencillo de entender que le permites soñar a todos, tanto a los que te estudian por años como a los que recién te conocen, tanto a las grandes potencias como a los pequeños equipos que saben que al final de cuentas se trata de un juego de once contra once que dura 90 minutos.
Qué injusto eres porque esos sueños se propagan como un virus hasta el punto que se ven tan asequibles que casi los podemos tocar, pero en realidad eres tan complejo que sólo tú y unos cuantos comprenden que se trata de mucho más que once contra once durante 90 minutos.
Qué injusto eres porque al final del día no permites que gane el que más lo merece sino el que mete más veces la pelotita en el arco rival, sin importar cómo ni en qué momento.
 Qué injusto eres porque si a merecimientos vamos México no merecía estar en este mundial. Porque el seleccionado mexicano hizo una eliminatoria lamentable, rayando en lo patética, y muchos (me incluyo) despotricamos a diestra y siniestra contra ellos precisamente porque estábamos convencidos de que no lo merecían.
 Qué injusto eres porque unos meses después permitiste que ese mismo seleccionado nacional no sólo nos callara la boca sino que nos hizo soñar a todos los que no creíamos, haciéndonos ver como unos hipócritas. 
 Qué injusto eres porque ya no podremos disfrutar de ese gigante llamado Ochoa, de esa leyenda Rafa Márquez, de ese tronco convertido en guerrero al que llaman “El Maza”, de ese futuro mandamás Héctor Moreno, de ese todo terreno Paul Aguilar, de esa lección de entereza que es Miguel Layún, de esa sobriedad de Carlos Salcido, de ese eterno niño Andrés Guardado, de ese genio –ese brillante y sorprendente genio- que es Héctor Miguel Herrera, de ese mezquino tipo que se propone a jugar 5 minutos y hace maravillas que es Gio, de esa fiera que es Oribe Peralta, de ese revulsivo que jamás deja de correr que es ‘el Chícharo’, de esa gratísima sorpresa que fue Diego Reyes, de esas ganas con las que pelea cada balón Aquino, de aquél que me quedé con la ganas de ver qué podía hacer que le llaman “el Gullit”, de esos que jamás sabremos qué podían aportar porque no les alcanzó el torneo para entrar.
 Qué injusto eres porque ya no veremos más a “El Piojo”, ese tipo que fue puesto por las televisoras, sí, pero que se dedicó a hacer su trabajo, que se emocionó con sus 23 hasta rodar por los suelos, que entendió cómo hacer equipo y que les hizo creer que sin importar el nombre del de enfrente, el nombre de nosotros es México, y eso es lo que único que importa.
 Qué injusto eres porque en el fútbol mexicano se hacen las cosas de mal a pésimo, porque los de pantalón largo te han ultrajado, te han prostituido, te han escupido en la cara, te han convertido en uno más de sus negocios, y aún así hoy todos le aplauden a ese fútbol mexicano que a pesar de hacer las cosas tan mal se sale siempre con la suya.
 Qué injusto eres porque la FIFA, ese monstruo de mil cabezas, me ha hecho odiarte y maldecirte más de una vez, pero en tu esencia sigues siendo tan bello y a través de ti seguimos contando historias míticas tan fascinantes que regreso a ti, inevitablemente, en un mar de sentimientos encontrados.
Qué injusto eres porque te rehusas a modernizarte y sigues permitiendo que se premie al más astuto y no necesariamente al que se esfuerza noblemente y, tal vez  por esa misma nobleza, cae en los engaños del más experimentado, siempre y cuando no lo cachen.
Qué injusto eres, fútbol, porque las camisetas siguen pesando y quienes han saboreado las glorias máximas de este deporte se siguen contando con los dedos de las manos.
Qué injusto eres porque eres ese divertimento que une a este pueblo cada 4 años (¡carajo, hay que esperar otros 4 años!) y de ti dependen en buena medida nuestras alegrías y tristezas durante unas pocas semanas. Porque cuando de por sí no hay mucho que celebrar en este país siempre, siempre, SIEMPRE nos llenas de ilusiones.
Qué injusto eres, fútbol, porque, al final del día, eres como la vida misma…
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brankoperez-blog · 11 years
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El 18 de marzo de 2010 era jueves.
El 18 de marzo de 2010 era jueves, yo estudiaba la maestría en Campus Monterrey y acababa de terminar exámenes parciales, como prácticamente todo alumno foráneo vivía muy cerca del Campus. Decidí ir al cine con un par de amigos. No recuerdo la película, no recuerdo si me gustó o no, sólo recuerdo que era la última función y cuando salimos era tarde, cerca de las 12 de la noche. Para regresar a casa teníamos dos opciones, ir por Garza Sada, pasando por su cruce con Luis Elizondo, o ir por las callecitas de atrás del cine, decidimos ir por atrás del cine, eran los primeros minutos del viernes 19 de marzo.
Al llegar a casa, entré a mi cuarto, cansado, listo para ir a dormir, cuando mi roomie tocó a la puerta. Su cara desencajada, me dijo “ven a mi cuarto, necesito que escuches algo”. Lo acompañé, nos pusimos cerca de su ventana y me dijo “¿escuchas? son balas”. Traté de tranquilizarlo y le dije “no, seguro con fuegos artificiales, por la primavera o algo así”. Muy serio, pálido, me dijo “no, son balas, hay tiroteo cerca del Tec, en Luis Elizondo y Garza Sada, tengo amigos que viven ahí, dicen que se escucha fortísimo”. Intentamos mantenernos tranquilos y decidimos que no había mucho que hacer mas que tratar de conciliar el sueño. Al poco tiempo, aún entre el sonido de los disparos, empezaron a llegar los mensajes por celular alertando no acercarse a la zona, de gente que estaba encerrada en biblioteca sin saber qué pasaba pidiendo información.
A la mañana siguiente, desde temprano, estábamos pegados al televisor. Las noticias informaban, de forma categórica “enfrentamiento entre militares y miembros del crimen organizado deja a dos sicarios muertos a las puertas del Tecnológico de Monterrey, los sicarios portaban armas largas, no han sido identificados”. Aún recuerdo el color rojizo, deslavado con agua a presión, casi rosa; los orificios de balas en las rejas, en las paredes, bajo el paso a desnivel, en el banco de enfrente, en el restaurante ahora ya no existe, los mirones, los rumores de pasillo, ¿tú dónde estabas? ¿cómo la escuchaste?...a pesar de los meses de violencia que azotaban Monterrey este había sido nuestro primer encuentro cercano como Comunidad Tec, y entre risas nerviosas y preocupaciones, pasó el viernes. No recuerdo lo que hice el resto del fin de semana, pero sí lo que pasó el domingo el la noche. Llegaba de casa, de no sé dónde, y mis roomies estaban alrededor del televisor, la noticia era devastadora “muertos en las puertas del Tecnológico eran estudiantes, no sicarios”, enmudecimos. Pasamos la noche, prácticamente en silencio, buscando información en Internet, en redes sociales, en noticieros y finalmente encontré un video del Rector Rangel Sostmann como nunca lo había visto, visiblemente cansado, con el nudo de la corbata foljo y el botón del cuello desabrochado, confirmando la noticia.
Jamás olvidaré ese lunes 21 de marzo de 2010, hoy hace exactamente 3 años. No podré borrarme la cara de los guardias de la entrada al campus, repartiendo moños negros a todo el que entraba, jamás olvidaré la tensión que se respiraba en todos los pasillos, en las cafeterías, en las oficinas, en los salones. En 6 años de estar prácticamente todos los días en el Campus jamás había sentido tanta tensión, tanta tristeza, tanto dolor. Era un sentimiento generalizado, nos mirábamos todos, a los ojos, sin hablar, directivos, jardineros, profesores, personal de limpieza, estudiantes…todos tratábamos de encontrar consuelo en los ojos del otro, alguna respuesta a una infinidad de preguntas, algún indicio de que nada de esto era real, que estábamos viviendo un mal sueño…pero sólo encontrábamos otros ojos, igual de cansados, igual de dolidos, igual de deshechos.
Ese día se rompió algo, no sólo terminó la inocencia de lo que muchos llaman “nuestra burbuja”, se rompió mucho más. Ese día se metieron con algo sagrado, se metieron a nuestra casa, la misma que construimos juntos; esa casa donde desembocan alegrías y tristezas, horas y horas de estudio, de clases, de desvelo, de libre pensamiento, de juntas, de satisfacciones y frustraciones por igual, de todo eso y más…pero nuestra. Ese día entraron a nuestra casa, y no hablo sólo por la comunidad Tec sino por todos los que formamos parte de una comunidad estudiantil, y nos quitaron la paz…y no hay nada más preocupante que un país en donde sus estudiantes no encuentran paz.
La verdad es que nunca los conocí, pero desde ese día, hace 3 años, no he podido dejar de pensar en Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, no porque de haber tomado otra decisión la madrugada de ese viernes pude haber sido yo, ni porque pudieron haber sido mis amigos o algún conocido…no, sino porque fueron ellos. Dos estudiantes, comunes y corrientes, pero inocentes, que se convirtieron en víctimas de una guerra sin cuartel en la que, como en todas las guerras, sólo hay perdedores. Que les tocó vivir en un país en el que no somos capaces de garantizar la seguridad de sus ciudadanos. No puedo dejar de pensar en sus familias, en sus padres, quienes seguramente nunca podrán encontrar el consuelo pleno porque simple y sencillamente no tiene sentido. Por ellos, por sus familias, por su familia indirecta que somos todos nosotros, 19 de marzo no se olvida.
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brankoperez-blog · 11 years
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Miércoles ciudadano: buenas intenciones mal canalizadas.
Hace un par de semanas asistí a lo que en mi Delegación se conoce como "Miércoles Ciudadano" -un esfuerzo por acercar diferentes servicios a los ciudadanos y atender sus inquietudes y demandas- buscando la asesoría de un notario para dar de alta ante Hacienda un negocio que pensamos emprender unos amigos y yo. La iniciativa, cabe aclarar, me parece muy interesante y asistí con la mejor de las actitudes.
Al llegar a la explanada delegacional me encontré con una serie de carpas, en cada una de las cuales se se especificaba la atención que se brindaba. Me acerqué a la carpa con la leyenda "Asuntos Notariales" y le pregunté a la mujer con cara de aburrimiento que parecía estar atendiendo si ella podía resolver mis dudas notariales. De no haberla visto platicando a grito pelado y carcajada una hora después, hubiera jurado que la mujer era muda. Por medio de señas me explicó que ella no atendía ese asunto y que primero me tenía que ir a formar a la carpa grande (o al menos eso es lo que entendí) cuestión que le tomó 3 minutos y si hubiera decidido hablar le hubiera tomado 10 segundos.
Me formé para ser atendido y cuando llegó mi turno expliqué mi caso, aclarando que me parecía que el notario no había asistido ese día y probablemente sería mejor que regresara el siguiente miércoles. La señorita, muy atenta, me dijo que estaba segura que alguien me podría ayudar, llenó una hoja de registro y me mandó con un Licenciado que estaba a un lado de la carpa del notario ausente. Frente a mí se encontraba una viejesita que explicaba un asunto sobre un departamento y cómo los inquilinos no se querían salir, o algo así.
Cuando finalmente tocó mi turno, me senté con el Licenciado y le expliqué mi caso, escuchó con mucha atención e incluso hizo un par de anotaciones. Cuando terminé me dijo: - Mire mi amigo, yo soy del Ministerio Público, pero no te preocupes, te voy a canalizar con alguien que te pueda ayudar. Ahora, si me permites recomendarte algo, no te des de alta como Sociedad Mercantil, te van a atorar con los impuestos. Tú date de alta como Asociación Civil, sin fines de lucro ¡aunque lucres, no importa! ya cuando te caiga el SAT les dices: "es que yo no sabía", te cambias de régimen fiscal, ¡y listo!...pero ya te hiciste de una lanita. No estás haciendo nada ilegal ¿eh? pero hay que aprovecharse del sistema.
El respetable Licenciado anti-sistémico miembro honorable del MP me hizo llenar una hoja con mis datos para llevar un registro de la atención brindada y "me canalizó" con otra Licenciada, representante del departamento de "desarrollo delegacional". Una vez más aclaré que me parecía que no podía ayudarme porque yo buscaba un notario a lo que la Licenciada, muy confiada, contestó: -No, claro que le podemos ayudar, usted no necesita un notario, es aquí conmigo. Volví a explicar mi caso y tras una serie de muecas de inconformidad se puso de pie y me pidió que la acompañara adentro de la delegación, donde me podrían asistir. Para este punto ya sentía que estaba adentrándome en una espiral interminable de Licenciados, Licenciadas, carpas y oficinas. Al entrar a la delegación, la Licenciada me aseguró que el Licenciado con el que me canalizaba "me resolvería todas las dudad sobre uso de suelo y esas cosas que necesitaba saber". Como era de esperarse, esto no me serviría de mucho. Llegamos al interior de la delegación, donde me acompañó hasta el escritorio de una secretaria. Le conté mi caso a la secretaria -ya con muy pocas esperanzas- quien muy apenada me comentó que el Licenciado no se encontraba en este momento pero que me podría dar sus datos para que contactarlo. En un papelito escribió solamente "Lic. Mario" y un teléfono, sugiriéndome que llamara en una o dos horas. Salí de la Delegación, con exactamente la misma información con la que había llegado 2 horas antes. Gracias a una amiga que trabaja en la delegación pude hablar con otro funcionario, quien me pasó el teléfono de un amigo suyo que es notario. Finalmente desistimos, por el momento, de emprender dicho negocio.
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brankoperez-blog · 11 years
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Políticas públicas: preparen, disparen, apunten.
Desde que llegué a vivir a la Ciudad de México -hace poco más de un año- me he movido a través de ella en transporte público, no cuento con automóvil y la verdad es que lo extraño poco. La experiencia del transporte público en esta ciudad es un deleite no sólo de movilidad pero también como ejercicio sociológico y antropológico, el cuál abordaré en otra ocasión.
Recientemente, pero aún durante el periodo del Jefe de Gobierno anterior, el gobierno de la Ciudad decidió unificar el método de cobranza de una buena parte de sus medios de transporte públicos. La idea, en primera instancia, parece formidable; tenía poco sentido contar con dos tarjetas de prepago (Metro y Metrobus), comprar una ristra de boletos para el Tren Ligero y cargar con un bonche de monedas para el trolebús. Si la mayoría de los habitantes de esta ciudad -como yo- utilizan todos los días al menos dos medios de transporte, pueden imaginar el grado de malabarismo que esto implicaba.
Esta nueva política para la cobranza del transporte público consiste en una pequeña tarjeta de lindo diseño creativamente bautizada como la Tarjeta DF. Se carga la cantidad deseada por el usuario a la tarjetita y se va descontando el costo del viaje dependiendo del transporte utilizado: 5 pesos para Metrobus, 3 pesos para Metro y Tren Ligero. Hasta aquí todo bien.
Ahora, este cambio, como cualquier otro en este país, implica dos grandes retos: el del ciudadano que se beneficiará de él y el de la autoridad que sepa implementarlo de forma correcta. Por lo general, ninguno de los dos es lo que el otro esperaba. Permítanme ilustrarlo con un par ejemplos.
La mentada tarjetita comenzó a promocionarse con meses de anticipación. En primera instancia sólo funcionaba para Metro y Metrobus con la promesa de implementarse en los Servicios de Transporte Eléctrico (Tren Ligero y Trolebús) a la brevedad posible. Esto último implicaba una inversión mayor pues era necesario comprar torniquetes nuevos, lectores de la tarjeta, expendios de venta para las mismas, etcétera. Esto tomó alrededor de tres meses.
Cuando finalmente se contó con la infraestructura necesaria para el Tren Ligero y Trolebús se empezó a anunciar todos los días y con dos semanas de anticipación, a través de un pregonero, que a partir de cierto lunes el servicio únicamente se brindaría a través de la Tarjeta DF y ya no se venderían boletos. Yo, que la había adquirido prácticamente desde que salió a la venta, no me preocupé. Sin embargo, veía que los demás usuarios que seguían utilizando los boletitos tampoco hacían mucho al respecto. 
Finalmente llegó el lunes prometido en que no se aceptarían más los boletitos, como es de imaginarse prácticamente ningún usuario contaba con su tarjeta y la estación estaba convertida en un caos. Filas kilométricas para adquirir las tarjetas, señoras gritándole a policías que "cómo era posible, si no habían avisado...¡¿y ahora qué hago con mis boletos si no traigo dinero?!", empleados del gobierno de la ciudad gritando "las tarjetas se adquieren de este lado, no podrá ingresar si no cuenta con su tarjeta", etcétera. Los mexicanos, a pesar de vivir bajo el lema perpetuo del cambio, somos sumamente reticentes a él. Debo confesar que es el día en que más cómodo he viajado en el Tren Ligero.
La autoridad, sin embargo, no se queda muy atrás. En primera instancia pareciera que los gobernantes están convencidos de que los ciudadanos somos imbéciles, cuando todo parece que indicar que es al revés. Han establecido, tras la implementación de esta tarjeta, una persona por cada torniquete (que en la estación Taxqueña deben ser al menos 10) para darle instrucciones precisas a cada usuario sobre cómo utilizar la tarjeta "coloque la tarjeta sobre el lector, espere que se encienda la luz verde, retire su tarjeta, de un paso al frente, empuje el torniquete con el muslo hasta que comience a dar vuelta, continúe avanzando...". En el resto de las estaciones, sin embargo, han colocado los torniquetes de tal forma que cualquiera puede pasar sin pagar su pasaje con un simple movimiento en zigzag, por lo que ha sido necesario emplear a un tipo cuya única función es estar parado en medio ambos torniquetes e impedir el paso.
Las últimas tres veces que me he intentado utilizar el Metrobus, después de que se estableciera el uso de la tarjetita en el Tren Ligero me ha sido imposible, marcándome "tarjeta inválida". La primera vez, que era de noche, no había personal de seguridad en la estación y me tuve que brincar el torniquete para poder ingresar, avisando a través de twitter la falla, prometieron que irían a revisar. Este indicente resultó en un recordatorio que ya no cuento can la agilidad ni la destreza de otros tiempos.
La segunda vez, que sí había personal de seguridad me informó que "pues 'ora sí que esa no es mi chamba joven, apóyese con otro usuario a ver si lo quiere pasar con su tarjeta y usted le da los cinco pesos, vaya a Tacubaya al módulo de atención", así lo hice y tras 30 minutos en el módulo de atención, un cuestionario en el que solicitaban mi nombre, domicilio, teléfono y un itinerario detallado de las últimas veces que hice uso de mi tarjeta, esta fue reactivada. Este incidente resultó en una parada imprevista en una tienda y la compra de un tapete para el baño que estaba en oferta.
La última vez, ya con mi tarjeta "reactivada", necesitaba ir a comprar café y tampoco funcionó. Resulta que cada vez que se utiliza la Tarjeta DF en el Tren Ligero se desactiva para el Metrobus. La recomendación del personal de seguridad, a pesar de ser distinto, fue exactamente la misma. Como ya rondaban las 9:30am y aún no tomaba mi primer taza de café no se me antojó perder una hora más en esperar a un usuario que "me apoyara", ir a Tacubaya, y reactivar mi tarjeta tras un cuestionario largo y sin sentido. Este último incidente ocasionó la compra de un café que resultó ser bastante malo y el cual me tendré que beber durante las próximas tres semanas.
Afortunadamente, como soy reticente al cambio, conservé mi tarjeta del Metrobus y ahora, por si las dudas, cargo siempre con mi Tarjeta DF, Metrobus, Metro y un bonche de monedas.
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brankoperez-blog · 11 years
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Oh, ya he visto, está dentro de las letras chiquitas. ¡Ahora casi olvido lo que quería comentar!... bueno, en sí es que hablar del "mexicano" me parece una generalización con la que no simpatizo, además de que el lenguaje no es sensible al género... pero bueno, este comentario sólo confirma 2 y refuta 1 de tus puntos: 1) soy bien intencionada, 2) siempre estoy inconforme y 3) fui perseverante en mi intención de comentarte :P  Besos!
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brankoperez-blog · 11 years
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Nuevo año, el (des)propósito constante.
Hace unos días, con motivo del inicio de año, leía un artículo que aseguraba que los mexicanos somos -como país- los que más propósitos de año nuevo realizamos en el mundo. De acuerdo con el artículo 87% de los nacidos en en este país nos fijamos alguna meta o propósito para iniciar este año. A decir verdad, la nota no me sorprendió, es común ver en las primeras semanas de cada año gimnasios abarrotados, vecinos corriendo en el parque de la colonia, gente buscando cursos de repujado o floristería, anuncios de talleres de lectura, nutriólogos con agendas llenas, etcétera. Los propósitos de nuevo año parecen ser ya una tradición bien arraigada en todo aquel que se digne ser llamado mexicano.  Según mi análisis poco serio y nada científico, este fenómeno responde a tres características esenciales del mexicano, las cuales enlistaré a continuación y trataré ilustrar con un ejemplo.
La primera es que, en su mayoría, el mexicano bien intencionado. Tómese por ejemplo el caso de una persona que está perdida y pide indicaciones a un desconocido para llegar a cierto sitio. El 95% de las veces (si no es que más) el desconocido -independientemente de si sabe cómo llegar o no- le dirá, con mucha seguridad, cómo llegar "sigue como dos o tres cuadras, en la esquina a la derecha y todo derecho hasta topar...ahí a la izquierda y luego-luego". Cualquiera que haya pasado por esta situación sabe muy bien que durante ese trayecto tendrá que preguntar al menos dos veces más para corroborar tan precisas indicaciones. Ahora bien, esto no es un acto de mala fe, por el contrario, está cargado de esas buenas intenciones natas.
La segunda característica es que el mexicano está, por lo general, inconforme. En otra nota publicada por las mismas fechas se menciona que uno de los propósitos principales es conseguir un mejor trabajo. En una época en la que conseguir empleo parece una encomienda imposible -más aún, uno que sea bien remunerado- los mexicanos que sí cuentan con un empleo preferirían estar haciendo otra cosa. Supongamos que se consigue el cambio de empleo, sin temor a equivocarme aseguro que el propósito para el siguiente año no variaría.  Por último, el mexicano es poco perseverante, falta únicamente que se haga la prueba. Si uno regresa a esos gimnasios a mediados de marzo se encontrarán desolados, los parques de la colonia vacíos, los cursos de repujado y los talleres de lectura suspendidos hasta nuevo aviso (es decir, enero del próximo año) y los nutriólogos buscando un mejor empleo para lo que resta del año. Ahora bien, no se deje usted engañar, este repositorio de ideas bien podría ser un propósito del que escribe. Habrá que verificar si para mediados de marzo aún se mantiene.
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