A veces solo buscamos en alguien un espejo para poder amarnos.
En soledad sentí la más pura expresión de libertad, por ello me cuesta desprenderme, renunciar a ese silencioso estado y a su mundana faz llamada soltería. Mi relación distante y cercana con la soledad data de hace cien punzadas al corazón. En el fondo ¿Qué buscaba mi alma? No era el placer del amor, no era la algarabía por la verdad, no era la fe por utopías. Quería verme contento, vivo, eterno, con un sentido donde empujar el carrusel de mi cuerpo. Hay algo en mí que murió, para que todo lo demás fuera posible. Era necesario dejar para continuar.
Volviendo a casa del trabajo sabiendo que ninguno de mis amigos o familiares sabe lo agotada y cansada que estoy mentalmente porque me guardo todo para mí.