—Más de un hombre ha perdido la cabeza por una mujer, hasta el más cobarde o él más valiente, siendo honesto o un gran hijo de p.. ninguno se salva aunque regrese del mismísimo infierno terminará sin cabeza por la criatura más bella del universo.
Un día simplemente la tristeza invadió mi alma y la desesperación se apoderó de mi mente, eran batallas constantes entre mi ser y mi esencia batallas interminables sin tregua ni trincheras mi cuerpo no resistió más mi mente colapso y dio paso a mis demonios para que tomarán el control de nuevo, ellos no tendrán piedad de nada ni nadie y al fin yo podre descansar en paz.
Estoy recogiendo cenizas de los incendios que nunca fueron míos, escombros de un pasado que nunca se marchara, días de alcohol y poesía, entre el frío calor de una cerveza y las ganas de escapar...
Lucero de mis noches ven hacer compañía a estás lujurias, que sea tu piel el mapa a mis caricias, deja que el pecado sea el fruto servido a mi delirio, quiero ser yo quien coma tu carne, abre las puertas del Eden a este demonio portador del fuego que repite y repite que te quiere en su deseo lascivo.
Muerdo tu boca, no digas nada, tocó tus más íntimos secretos, brilla lucero, que las estrellas se apagan, dame lo que por tanto tiempo guardaste, dame tu carne, dame un grito, dame un suspiro.
Ven a mi como agua tibia y sálvame de la maldición que me convierte en piedra, tu boca lleva el milagro y tu cintura bendita me da el regalo, lucero de fuego, brindarme la humedad que solo tu carne me puede dar...
Busco la piedra más extraña de una figura que no exista, de un brillo que nunca se haya visto en el mundo, busco algo único para darte algo que nunca antes nadie te hubiera dado.
El solo hecho de que nos hayamos conocido, me hace muy feliz, al menos a mí. Y estaré feliz el tiempo que tenga el placer de tu compañía, así sean diez minutos, dos años o treinta años.
Bendito el que tus labios nombran, bendito al digno que elijas, benditos sus días junto a ti, benditos los silencios cercanos, benditos los planetas que orbitan cuando eres feliz.
Bendita la tierra testigo de tu corazón latente, benditas las noches de suspiros profundos, bendita tu y la lluvia matutina.
Bendito tu nombre, tus pasos y tus elecciones, benditas las tormentas, los vientos fuertes y las penas que causas.
Benditos los corazones que mueren por tí, benditas las lágrimas que secan el alma, bendito el momento en que te conocí...
Quiero ser sincero aun la quiero, en las noches incluso pido a la oscuridad que no se vaya y me abrace al llegar el día y así, así se quede por siempre.
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