A diferencia del resto de la ciudad Anya no está asustada ni preocupada por su bienestar, muy por el contrario es el bienestar de los animales lo que la preocupa. Nunca ha estado a favor de los zoológicos o ningún otro sitio que lucren con la exhibición de los animales, especialmente porque conoce las condiciones bajo las que existen estos lugares, pero tampoco está a favor de que sean liberados así sin más, pudiendo sufrir daños mucho peores que el estar tras las rejas. Es por eso que en un acto temerario e irresponsable sale a las calles para localizar a los animales y ayudar a control animal con sus ubicaciones. Lastímeramente, cuando da la vuelta en la calle y se encuentra de cara con el oso, no puede hacer demasiado. ❛ Tranq— ❜ Frase a medias, pues tanto el oso como ella se ven distraídos por algo más (la voz del varón y un automóvil que frenó de improviso). Aprovecha esos segundos de distracción y corre hacia la entrada del local, poco importándole las palabras que este había gritado. ❛ ¿Me dejas pasar? ❜ Pregunta por mera cortesía, pero ya tiene un pié dentro para impedir que la puerta le sea cerrada inhumanamente.

“Me lleva la mierda.. ¿De nuevo?” Masculló entre dientes incrédulo al ver al oso negro que merodeaba por el contenedor de basura que se encontraba frente al café dónde Hunter trabajaba. Ese día le tocaba abrir, aunque había llegado tarde por los imprevistos con la situación de animales sueltos, ningún otro miembro del staff había llegado así que estaba completamente solo, teniendo en cuenta lo que podía observar detrás de la seguridad de los vidriales de la tienda dudaba que alguien fuese a trabajar ese día. Sus ojos brillarían con diversión al ver a la gente correr, abriría apenas un poco la puerta para gritar. “¡APUESTO QUE AHORA NO ES TAN DIVERTIDO VERLOS! ¿CIERTO, IMBÉCILES?”

La escena podía ser sacada de alguna película cómica, el hecho de que un monito le hubiese quitado sus gafas y que ahora estuviera intentando conseguirlas —sin demasiado éxito— era toda una joya. ❛ ¡Cuidado! ❜ Alerta a la chica que iba caminando por ahí, especialmente por el hecho que puede apreciar a dos infantes a los que seguramente llamará la atención el animal. ❛ ¡No le vayan a hacer daño! ❜ Llama, justo en el momento que el monito suelta las gafas y procede a quitarle alguna de las pertenencias a los menores.

En estos últimos días no se había sentido muy bien, pero tenía una responsabilidad muy grande: cuidar a los hijos de Susan todos los días, así que no podía faltar a ello ya que la señora tenía un trabajo muy absorbente que le impedía ver a sus niños por las tardes. ––Sí chiquitos, hoy iremos por nuggets y papitas, se los había prometido––. Enunciaba a Sophie y Ricky, mientras caminaba tomada de las manos de ambos por las calles de Calabasas CA rumbo a casa de los pequeños. ––Primero debemos hacer tareas y luego los llevaré a jugar ¿de acuerdo?––. 

Su teléfono no dejaba de sonar gracias a twitter, alertas sobre el desastre del Zoológico que llegaban y que la tenían demasiado ocupada, tanto como para prestar atención a su alrededor. Es por eso que tarda en escuchar a la contraria y cuando le tiende sus llaves, no puede evitar dar un sobresalto. ❛ Maldición. ❜ Murmura por lo bajo, tomándolas y guardándolas en su bolsillo. ❛ Gracias, lo siento. Iba distraida. ❜

Mientras caminaba pudo ver de reojo como un objeto caía de la mochila de la persona que pasaba junto a ella, ante esto, se agach�� y recogió el objeto, para luego dirigirse al contrario “Disculpa, se te cayó esto” Dijo mientras le acercaba el objeto.

❛ ¿Son demasiadas? ❜ Cuestiona, mirando primeramente a la chica para después voltear a ver a su alrededor; prefería pecar de desconfiada a que le volvieran a intentar robar su teléfono. Pero al verla, y notar su actitud tímida, decide darle el voto de confianza y espera no arrepentirse. ❛ Tengo un par de minutos, vamos. ❜

Electra se encontraba en la puerta de su futura clínica. La apertura sería la semana que viene y tenía que tenerlo todo preparado. Estaba metiendo cajas en la tienda, con mucho esfuerzo y sola, al no conocer a nadie en la ciudad por su reciente mudanza. Al ver a una persona apoyada en la misma acera que en la que estaba situada ella se dijo a sí misma que era su oportunidad. Estaba exhausta, aunque solo quedaban un par de cajas, por lo que decidió preguntar por ayuda y quizá hacer su primera amistad en la ciudad. Se acercó hacia el individuo con una sonrisa, algo tímida y saludó. — Hola…Eh, esto… Te he visto ahí sin tener mucho que hacer y he pensado… ¿Me ayudarías con unas cajas? Si no es mucha molestia claro. — Se mordió el labio esperando que la respuesta fuese afirmativa.

Educación animal es lo que deberían enseñarle a los niños de América en lugar de historia o cómo adorar al tío Sam y es que Anya no podía dar crédito a lo que ocurría frente a sus ojos. La acción del niño fue estúpida, independientemente del hecho que sus familiares no parecían estar cerca ¿de verdad dejan a los niños así?, y la reacción de la de cabello oscuro no hacía más que empeorar la situación. Para suerte de ambos —y del león, por supuesto— control animal llega gusto atiempo para lanzar un par de tranquilizantes al felino y detenerlo antes de que una catástrofe pudiera suceder. Anya se acerca, ya que todo se hubo calmado, y recoge el bolso para devolvérselo a la chica. ❛ Fue la reacción más estúpida, que suerte que estás bien. ❜

 “Es un niño tonto, muy, muy tonto,” se lamentó la castaña mientras observaba a la distancia a un pequeño queriendo molestar a un… ¿león? Sí, uno de los animales que había escapado del zoo. Le había advertido que no se acercase y aún así lo hizo. De pronto escuchó un fuerte rugido y al niño gritar, ante lo que no creyó tener más opción que acercarse e intentar distraer al animal, ¿cómo?, lanzándole el bolso con el que cargaba. “Mierda,” se detuvo en seco al percatarse que ahora la atención y aparente rabia del animal se dirigía a ella. “No te acerques, no te acerques…” murmuró mirando al león, dando unos pasos hacia atrás mientras divisaba al pequeño niño desaparecer de la escena. Al menos había hecho algo bueno. 

No era ni de cerca la manera en que hubiera deseado pasar su día libre. Lo que había imaginado como una tarde fresca, relajándose en la piscina de su apartamento acompañada de buena música y un par de copas habían terminado de la peor manera. ❛ N— no puedo. ❜ Pronuncia casi en tartamudeos, moviendo su cabeza de manera errática sin poder dejar de observar a la serpiente. Una de sus principales fobias es esa, y el miedo era tanto que estaba completamente inmovilizada.

—Bomberos de Los Ángeles, mantengan la calma —enunció abriéndose paso hasta la piscina, viendo como había una enorme serpiente en el agua, la cual había dejado acorralada a una persona en una esquina—. Esto es peor que lo que creía… —murmuró antes de acercarse al agua y empezar a llamar la atención del animal con una barra metálica, consiguiendo que se despistase lo suficiente como para que dejase de atender a la otra persona—. Sal de ahí. YA.

Anya: no te muevas, no la asustes. Anya: puedo mandar a control animal para ti, mándame tu ubicación.

Dael: q se supone que haga si estoy atrapado en un callejón con una pantera

Dael: esta bonita y todo pero... q mierda hago ahora?

blue: acabo de llegar al rider shack...

blue: y encontré tres monitos comiendo los snacks

blue: por casualidad no tienes el número de control animal??

anya: ¿¿¿los monitos están bien???

anya: llama al 911, seguro te canalizan.

anya: pero cuida que no les hagan nada mientras tanto!!

Diana Silvers + instagram video. 

                     hi again. june de este lado, por si no me recuerdan !! esta vez les presento a esta preciosura. nada, sus datos bajo read more y si quieren algo me chiflan por im ;)

Nacida y criada en Saint Petersburg, Russia.

Veintiún años de edad, capricornio af.

Críada en una familia de buena posición económica, educada como princesa.

Hija única, no sabe lo que es compartir.

No hablará a menos que tenga algo bueno que decir.

F E M I N I S T A.

Estudia los últimos meses de Arte Culinaria en L.A. porque era lo mejor para su currículo (y porque en Italia no la aceptaron, oops).

No le gusta Estados Unidos, espera irse pronto.

Su sueño es convertirse en una chef reconocida dentro de la cocina orgánica y vegana.

Tiene varios miles de seguidores en Instagram, algunas marcas de maquillaje y ropa la patrocinan y ella cumple con promocionarlos.

Le gustan los cigarros mentolados y el vino tinto.

Si le regalan un gatito ella será feliz. Es todo lo que necesita en la vida.

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