Tumgik
#pensamientos de una ansiosa
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"Sentí que me miraba con amor, un amor que seguramente me inventé yo".
-Mario Benedetti
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loqueolvidedecirte · 16 days
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Que alguien le diga al tiempo que pare un poco, que estoy cansada de correr para no perderle.
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sinfonia-relativa · 1 year
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Te amo y se lo digo al viento porque a mí me da miedo decírtelo, pero se que el viento puede ir hasta ti y llevarte mi amor y enredarlo en tu cabello, rozar tu piel e impregnar mis besos, el viento puedo te puede tocar por mi, y puede sentirte cada día, a veces yo misma quisiera ser el viento para poder acariciarte...
Overthinker♓
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lu2211 · 2 years
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stuckwthem · 2 months
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te extraño | enzo vogrincic fluff
summary: tu y enzo tuvieron una discusión antes de que él se fuera a viajar, pero ni siquiera recuerdas por qué.
hola! si quieres, hazme asks para fics con enzo ;)
dedico esta para mis amores de ternurinas <3
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hace una semana, enzo estaba fuera de casa, rodando en españa. llevaba siete días sin ver a su novio. habían pasado 10.080 minutos sin él, la angustia le oprimía el pecho tan dolorosamente que sólo pensar en volver a verlo la dejaba sin aliento. no era extraño extrañar a su novio, la otra vez llevaban dos meses sin verse, pero esta vez la sensación de nostalgia era diferente, porque hacía exactamente ocho días habían tenido una discusión que acabó con enzo yéndose sin despedirse. cosa que nunca ocurrió. 
inevitablemente, volvieron a hablarse a través de mensajes. un aviso de que había llegado y alguna que otra conversación para comprobar que todo iba bien, pero nada muy natural, todo seguía pareciendo tenso. y lo más cómico era que al menos recordaba lo que habían discutido. 
ahora se encontraba en el sofá, mordiéndose las uñas, ansiosa por saber cómo sería cuando él volviera, ¿cómo se disculparía? ¿cómo se justificaría? no tenía ni idea. probablemente debería haber empezado. algún comentario insinuante, alguna sospecha estúpida, algo que nunca debería haber ocurrido, pero ahora era demasiado tarde. enzo había dicho que volvería al día siguiente, y desde entonces se había estado devanando los sesos intentando planear algo bonito, un poco romántico, una rendición. ¿quizás una cena? ¿un regalo? ¿qué haría si él parecía tan molesto?
su mente iba a demasiados sitios, a demasiadas situaciones, invocaba paranoias que empezaban a deprimirla aún un poco. ¿y si estaba cansado de la relación? ¿y si lo de iros a vivir juntos había sido una decisión precipitada? ¿y si puso fin a las cosas cuando regresó? sería horrible perderle. no volver a despertar a su lado probablemente te sumiría en un horrible estado de desesperación. sólo pensarlo te daban ganas de vomitar. aunque suene dramático, es la verdad.
uma y ada, las bellotas peludas, estaban en una disputa incansable sobre su regazo, como si se dieran cuenta de lo preocupada que estaba, y como fieles escuderas, la rodeaban y ronroneaban como si quisieran responderle cuando empezaba a murmurar para sí misma.
"oh, chicas, ¿cómo puedo ser tan idiota?", un suspiro cansado salió de sus labios mientras acariciaba el pelaje de uma, que maulló en respuesta. quizás tenía razón. 
incluso pensó en enviarle un mensaje a matías y preguntarle cómo estaba enzo, tal vez personalmente sus nervios podrían ser muy diferentes ahora. tal vez matí le daría una pista sobre qué hacer, después de todo, eran amigos íntimos. pero temía ser demasiado invasiva. sólo sabía que tenía que encontrar la manera, pero se le escapaban todas las palabras. cena en casa, algo íntimo y su postre favorito, decidió finalmente. algo íntimo, tal vez una botella de vino y podrían hablar de lo que fuera que estuviera mal. enzo siempre sabía hablar, era fácil hablar de sentimientos con él, ¿no? pero al mismo tiempo, temía que enzo lo interpretara como un intento de compensarlo. no quería parecer desesperada, pero no podía ignorar el hecho de que había que decir algo.
finalmente se levantó, decidiendo revisar la heladera y ver qué podía preparar para el día siguiente, pero faltaban muchas cosas, por lo que un viaje al mercado sería su distracción para la tarde. sin pensarlo mucho, se puso las zapatillas y se echó un jersey por encima, demasiado inerte en sus pensamientos como para preocuparse por su aspecto. y justo cuando estaba frente a la puerta, el picaporte se movió. su cuerpo se congeló, una reacción de miedo. alguien intentaba entrar en el piso, por el amor de dios. cogió rápidamente una cuchara de madera de la cocina y observó a quienquiera que fuese a través de la mirilla. y entonces sus piernas flaquearon un momento. 
"¡enzo!", exclamó eufórica, abriendo la puerta a velocidad récord. una sonrisa se dibujó en su rostro al ver de nuevo a su novio, y cuando abrió la puerta del todo, allí estaba él, con sus inseparables joggers negros y el pelo detrás de las orejas, tan precioso. tan hermoso, con una sonrisa en la cara tan grande como la suya.
enzo tenía una expresión que mezclaba sorpresa y alivio. sus ojos se encontraron con los suyos y, por un momento, lo único que pareció importar fue que volvían a estar juntos. sin pensarlo, sus piernas rodearon su cintura, y enseguida, las manos de enzo la sujetaron por los muslos. manteniéndola firme y tan cerca como pudo de su pecho.
"no pude resistirme. tenía que volver antes", confesó, con la voz tan dolida como sentía su corazón. pareció vacilar un momento antes de continuar. "te extraño tanto, gorda".
sus labios se encontraron con los de él tan vorazmente que era imposible saber quién había empezado el beso. sentir la suave y caliente boca de enzo contra la tuya después de tanto tiempo era como entrar en un oasis privado, que restauraba cada pequeña parte de ti y hacía que todo lo demás, tu entorno, el mundo, tus problemas, todo desapareciera. en un instante, todas las preocupaciones e inseguridades parecían extinguirse, sustituidas por la felicidad de tener a enzo de vuelta en casa. era adictivo e insaciable besarle, sentir su lengua bailar suavemente bajo la suya mientras sus manos recorrían su espalda. ahora sentía las piernas como gelatina, todo su cuerpo reducido a nada más que una sensación cálida y líquida. sentir el calor de su piel mientras sus manos recorren su nuca y luego bajo la tela de sus hombros, sentir la contracción de los músculos de su espalda. es casi una experiencia religiosa.
"lo... lo siento, estaba preocupadísima..." te apresuras a decir cuando se rompe el beso, porque desgraciadamente aún hacía falta oxígeno, pero enseguida te interrumpe enzo, que apoya su frente contra la tuya. de repente, te das cuenta de que sigues en medio del pasillo del edificio.
"lo sé, cariño. lo sé", murmura contra tus labios, abrazando tu cuerpo con tanta ternura, como si pudiera romperse en mil pedazos si te soltara. tal vez lo haría.
así que enzo la colocó suavemente sobre su regazo, cogió su mochila y entró en el piso, sin la menor intención de soltarla. ahora que había vuelto, sería difícil escaparse al menos tres días seguidos. empuja la puerta del piso con el pie y, sin perder tiempo, la coloca bajo el brazo del sofá, dejando caer la mochila en cualquier rincón, para poder por fin sujetarle la cara con ambas manos, estirando desde los pulgares bajo la mandíbula hasta las puntas de los dedos en las sienes. la rodilla de enzo golpea contra su muslo e, instintivamente, hace espacio entre sus piernas para que él quede entre ellas. pasa un rato acariciando tus mejillas, sus ojos apreciando cada marca de tu cara que conoce tan bien, que incluso si cerrara los ojos podría nombrar cada una. sus ojos tienen un brillo familiar e intenso que te envuelve por completo, haciendo imposible estar fuera de esa burbuja construida alrededor de los dos. de nuevo, saboreas su beso cuando se inclina para besarte, disfrutando de cada detalle, de la textura, de su olor familiar y agradable, de la cercanía, de las pequeñas interrupciones en su respiración, de los pequeños suspiros. se disfruta cada bendito segundo. enzo la besa como si estuviera hambriento. como si contara cada segundo desde que salió por la puerta.
"ni siquiera recuerdo por qué nos peleábamos", dice entre bocanadas de aire. sigue con los ojos cerrados, pero se le nota que está sonriendo. qué cabrón. "¿te acuerdas?"
"no tengo ni idea", es todo lo que puedes responder. toda la expectación de todo el día, toda la preocupación y el miedo se olvidan y quedan enterrados en ese momento. la idea de estar separados está ahora muy, muy lejos de tu mente. "creía que estabas enojado conmigo"
"creía que tu estabas enojada conmigo", admite, con énfasis. una risa al unísono es compartida, la confusión se convierte en una broma tonta.
su presencia desborda júbilo, su corazón como una fuente de amor, acompañado de inquietas mariposas en la boca del estómago. esa sensación nunca desaparecería. nunca sabría lo que sería no amarle. la sensación de estar con él era algo completamente indescriptible, incluso las luces parecían más cálidas, los colores más vibrantes. como volver a estar en órbita.
"y sólo quiero que sepas que, pasase lo que pasase antes, ahora estoy aquí, y no quiero estar ni un minuto más lejos de ti". con la más pura sinceridad, declara enzo, cogiéndole la mandíbula e inclinándola para que le mire. para asegurarse.
le dan ganas de tragárselo. es algo extraño, pero está creciendo dentro de ti. no quieres perder ni un segundo enfadándote por estupideces.
las bellotas peludas, uma y ada, que observaban la escena con curiosidad, se acercaron y empezaron a frotarse contra las piernas de enzo, como si le dieran la bienvenida. enzo volvió a reír y se inclinó para acariciarlas.
"vosotras también me extrañában, ¿no?", bromea con las gatas, con un tono de voz como si hablara con bebés.
sonríe ante la interacción, dejando que se aleje un momento, sabiendo que ellas le extrañaban tanto como tú. miras el piso por encima del hombro de enzo y te das cuenta de que, cuando él no está, es una casa más. su mera existencia convertiría cualquier lugar en un hogar. dios, cómo le extrañaba.
"pensaba hacer una cena especial mañana, pero ahora... creo que ya hemos empezado a celebrarlo, ¿no?" dices, sintiendo que tu cara se ruboriza al recordar su estado. no esperabas que llegara tan pronto, desearías haber hecho algo para darle la bienvenida. debía de estar muerto de hambre. y a ti también te gustaría estar más presentable, pero a él no parece importarle.
enzo asintió, todavía con una sonrisa radiante, volviendo a centrar su atención en ti. "por supuesto. me encantaría que me hicieras la cena, pero por ahora creo que necesito quedarme aquí, cerca". te acerca y apoya tu cabeza contra su pecho. "ya no te preocupes, ¿vale? sólo nosotros dos, las gatas y este momento".
te ríes, asintiendo, y él se inclina para besarte la nariz. 
"te quiero, chiquita".
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cosasdeteclasbajas · 1 month
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Hoy lunes 26/02/24 de las 12:57 AM
Ah Sido un día agotador, claro no solo hoy todos los días lo están siendo, a decir verdad no me siento ni viva, no esque este  súper drogada o medicada mucho menos que tenga algún problema mental déficit de atención o algo por el estilo mas BN creo que tengo un trastorno, el cual a veces me hace sentir triste ,fea ,gorda ,eh incluso insuficiente, eso sin contar las Miles de veces que me siento culpable ya sea por comer de la nd o q  solo se me quita el hambre o solo Medan ganas de comer hasta no parar aún así sin tener hambre,algunos lo llamarían gula, yo lo llamo anciedad,no esque sea una persona ansiosa
O así no lo veo solo creo que tengo paciencia limitada que si algo no me agrada listo ya está lo mando todo a la mierda, podría decir que creo ecenario en mi cabeza pero tampoco como para acabar al alguien a tiros, mas BN es como de tal vez si hiciera o pasará tal cosas sería mejor, mentira en todos esos escenarios desaparezco , así cm cuando vas a un circo y un mago empieza ah desbarajar carta    y de esas 12 de la nada solo quedan 11 ah dónde fue la otra ni idea, o bueno al menos el sabe ah dónde ah ido, pero esto no se trata de las cartas o si solo estoy desviando el cm me siento igual que siempre pero q más da no es que ah alguien le importa es como decir que tu psicólogo se preocupa por ti sabes al menos cuántas personas atiende al día como para pesar que q hacer contigo o en como ayudarte mas BN solo piensa en como  hacerte pensar que lo hace en el primer momento que pones un pien en la entrada de su despacho, hace importarles  una vez terminen tus 30 minutos diciéndote lo mismo que ah Miles de ellos y pones un pie fueras pasas ah ser un desconocido de nuevo para tu psicólogo, tal vez me equivoqué o tal vez no pero quién soy yo para juzgar ah al  igual o quienes ustedes quienes son, yo solo digo lo que creo y pienso tal vez sea una mierda pero es la mierda que yo me creo a quien le importa tampoco justifico mis palabras o pensamientos o tal vez si creo q es lo que siempre hago justificar me y hacerme la víctima o tal vez no , puede que si lo sea o me estoy montando otra historia en la cabeza, no , no es tal vez que  si el mundo es un poco duro pero quién dijo que sería fácil o tal vez si y solo me lo complicó yo sola o no jajaja creo que estoy loca , no literalmente diría que si estuviera loca estaría gritando sin ropa por las calles.
ValeriaM.M.
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va-cios · 1 month
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Hoy es lunes 26/02/24 de las 12:57 AM
Ah Sido un día agotador, claro no solo hoy todos los días lo están siendo, a decir verdad no me siento ni viva, no esque este  súper drogada o medicada mucho menos que tenga algún problema mental déficit de atención o algo por el estilo mas BN creo que tengo un trastorno, el cual a veces me hace sentir triste ,fea ,gorda ,eh incluso insuficiente, eso sin contar las Miles de veces que me siento culpable ya sea por comer de la nd o q  solo se me quita el hambre o solo Medan ganas de comer hasta no parar aún así sin tener hambre,algunos lo llamarían gula, yo lo llamo anciedad,no esque sea una persona ansiosa
O así no lo veo solo creo que tengo paciencia limitada que si algo no me agrada listo ya está lo mando todo a la mierda, podría decir que creo ecenario en mi cabeza pero tampoco como para acabar al alguien a tiros, mas BN es como de tal vez si hiciera o pasará tal cosas sería mejor, mentira en todos esos escenarios desaparezco , así cm cuando vas a un circo y un mago empieza ah desbarajar carta    y de esas 12 de la nada solo quedan 11 ah dónde fue la otra ni idea, o bueno al menos el sabe ah dónde ah ido, pero esto no se trata de las cartas o si solo estoy desviando el cm me siento igual que siempre pero q más da no es que ah alguien le importa es como decir que tu psicólogo se preocupa por ti sabes al menos cuántas personas atiende al día como para pesar que q hacer contigo o en como ayudarte mas BN solo piensa en como  hacerte pensar que lo hace en el primer momento que pones un pien en la entrada de su despacho, hace importarles  una vez terminen tus 30 minutos diciéndote lo mismo que ah Miles de ellos y pones un pie fueras pasas ah ser un desconocido de nuevo para tu psicólogo, tal vez me equivoqué o tal vez no pero quién soy yo para juzgar ah al  igual o quienes ustedes quienes son, yo solo digo lo que creo y pienso tal vez sea una mierda pero es la mierda que yo me creo a quien le importa tampoco justifico mis palabras o pensamientos o tal vez si creo q es lo que siempre hago justificar me y hacerme la víctima o tal vez no , puede que si lo sea o me estoy montando otra historia en la cabeza, no , no es tal vez que  si el mundo es un poco duro pero quién dijo que sería fácil o tal vez si y solo me lo complicó yo sola o no jajaja creo que estoy loca , no literalmente diría que si estuviera loca estaría gritando sin ropa por las calles.
ValeriaM.M.
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niebalkys-bliss4-69 · 4 months
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Tú, el silencio y el eco de tus pasos evaporándose.
Nombraste mi nombre en tus versos acerados, como lamentos que susurran a tus pensamientos quebrados.
Me desnuda y despliega, a través de la pluma, el alma temblorosa, teje la red de palabras que envuelve, atrapa y ensalza, en el telar de la memoria ardiente y ansiosa.
En el soplo de la brisa y el tintineo del rocío, mis vestigios se evaporan, se desvanecen en la niebla, el eco de tus pasos retumba en la penumbra del vacío, donde no queda más que el eco de una voz muerta.
Nombraste mi nombre con frases afiladas como cuchillas, heridas de tinta que rasgan mi piel y laceran mi ser, te abrazas a mis sombras y susurras con tus palabras sibilinas, desdibujando los contornos de lo que solía ser.
Pero soy más que el nombre que pronuncias, más que los versos que me desvanecen, en mis fragmentos rotos resurge la fuerza que nutres, la voz que clama en el silencio, resistente y tenaz.
🖋🦋I&M469☁
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pikynosabedibujar · 5 days
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❤️Fanfic de Vergil x madre de Nero. 💙
Holaa!! 😈
Como les comenté empecé a escribir un fanfic sobre Devil May Cry, especialmente sobre Vergil y la madre de Nero que, en mi caso la bauticé como “Aurelia” porque… bueno, me pareció un nombre bonito.
En el fanfic, voy a narrar sucesos que transcurre antes DMC 3, y obviamente se situará en la Isla Fortuna. También, he introducido la mayoría de los elementos, lugares y personajes de la cuarta entrega, sólo que modifique para favorecer a la historia con agregación de personajes propios y hablar sobre un tema que, en la saga no la trató tanto, la magia y los ángeles (aún lo estoy pensando ☝️🤓, ¿qué dicen ustedes?)
Cabe destacar que, si encuentran errores de ortografía, gramática o en narración, etc. Me disculpo, es la primera vez que escribo un fanfic. 😓
Ahora sí, espero que ustedes lo disfruten✨️, se entretengan y bueno, espero que no se aburran.
⚠️Importante⚠️: todos los derechos de la franquicia de Devil May Cry, le pertenecen a CAPCOM.
💖Agradecimientos💖.
@KalinaAnn por hacer videítos de Devil May Cry. Consumí una banda de videos y me sirvieron una bocha para escribir este fanfic. Espero que un día lo leas.
‼️Sinopsis.‼️
En Ciudad Fortuna llegan nuevos residentes, la familia Everhart. El padre, un empresario y miembro de Orden de Sparda. Una organización religiosa, devota a la figura mítica de Sparda, y dedicada a proteger la ciudad de los demonios manteniendo la paz...
Aurelia, hija mayor, es una joven y con grandes expectativas de su nuevo hogar, pero es desilusionada tras conocer el plan de su padre, quien la comprometió en un matrimonio sin su consentimiento. Al sentirse utilizada y busca consuelo en soledad, desgraciadamente, se ve envuelta en un encuentro de demonios. Y para su sorpresa, es recatada por un ser misterioso cuyas intensiones y origen son un enigma.
¿Qué deparara en el futuro de Aurelia? ¿Quién es este enigmático? ¿Qué oculta la Orden junto con su padre?
Capitulo 1 ⤵️
Capítulo 1: La Ciudad de Fortuna
En una isla aislada llamada La Ciudad de Fortuna, los contrastes eran evidentes. Era una ciudad próspera y vibrante, con una rica historia y cultura, pero también un lugar peligroso donde los demonios y el mal acechaban constantemente.
En este entorno, la familia Everhart se instalaba en su nueva casa. Albert, el padre, era un invitado importante de la Orden de Sparda. Esta orden religiosa estaba dedicada a proteger la ciudad de los demonios y rendía culto a Sparda, un antiguo emperador demonio que una vez gobernó esas tierras con mano de hierro.
Los caballeros de la Orden de Sparda eran fieles seguidores de esta figura legendaria, comprometidos a mantener la paz y la seguridad en la ciudad, enfrentándose valientemente a las fuerzas del mal que amenazaban su hogar.
Aurelia Everhart, en plena juventud a sus dieciocho años, se sentía emocionada y nerviosa por comenzar su nueva vida en la Ciudad de Fortuna. A diferencia de su hermana menor, Alice, quien mostraba una actitud más tranquila y despreocupada.
Desde que dejaron atrás su hogar en el otro lado de la isla, Aurelia había sentido la presión de cumplir con las expectativas de su familia. A pesar de su juventud, ya estaba preparada para enfrentar nuevas experiencias y desafíos, aunque a veces se sentía abrumada por la responsabilidad que pesaba sobre sus hombros.
Mientras se encontraban en la sala de estar de su nueva casa, Aurelia estaba absorta en la lectura de un libro, sumergida en sus pensamientos sobre el futuro que le aguardaba en esta nueva ciudad. Mientras tanto, Alice permanecía sentada junto a la ventana, observando perdidamente su nuevo jardín.
“¿Qué te sucede, Alice?” preguntó Aurelia, rompiendo el silencio que envolvía la sala. Sin embargo, la menor no respondió de inmediato, simplemente permaneció en silencio.
“Bueno… yo estoy un poco ansiosa. No sabemos qué planes tiene papá para nosotras”, continuó Aurelia, dejando a un lado su libro y dirigiendo su mirada hacia su hermana menor, quien se levantó con la ayuda de un bastón.
“Deja de preocuparte. Quién sabe lo que papá hace”, respondió Alice antes de salir de la sala.
Aurelia observó a su hermana alejarse, notando cómo se había vuelto más distante desde que enfermó. No sabía exactamente qué le sucedía a Alice, pero podía sentir su sufrimiento. Aunque intentaba mantener la calma, seguía sintiendo una leve intranquilidad debido al misterio que rodeaba a su padre. No siempre estaba segura de cuáles eran sus motivaciones.
En ese momento, el fiel sirviente de la familia, Gavin, llamó la atención de la joven.
"Buenos días, señorita Aurelia", saludó Gavin con respeto. "Debo informarle que el señor Everhart ha ordenado que se reúnan para asistir a una misa en la catedral." El hombre levantó un paquete rojo con un listón dorado.
"Bien. ¿Y esto es...?" preguntó Aurelia mientras tomaba el paquete y lo abría. Para su sorpresa, encontró un vestido rojo con una capucha blanca y el emblema de la Orden de Sparda.
"El señor Everhart dijo que deben vestirse de manera apropiada para la misa de hoy. El chofer vendrá en una hora", explicó Gavin antes de inclinarse y retirarse.
Aurelia observó el vestido con asombro. Era hermoso, pero también un poco intimidante. No estaba acostumbrada a ese tipo de ropa.
La joven se puso el vestido en su habitación; era un poco ajustado, pero le quedaba bien. También arregló su cabello oscuro en un rodete adornado con trenzas que rodeaban su cabeza como una vincha. Al mirarse en el espejo, sonrió satisfecha. Luego salió en busca de su hermana en su habitación.
"¿Qué haces con eso?" preguntó Alice.
"¿Qué haces tú tirada en la cama? ¿Acaso no escuchaste a papá?" respondió sorprendida la hermana mayor.
"Ah, en realidad no quiero ir", dijo Alice volviendo a fijar su mirada en el techo. "Y también me duele todo el cuerpo", agregó, claramente como una excusa.
A lo lejos se escuchó la bocina de un auto, señal de que era hora de partir. Aurelia suspiró profundamente.
“Bien, de todos modos, si te sientes muy mal, llama al doctor”, dijo, resignada. Ya no quería molestarla más. Viendo que Alice no estaba dispuesta a hablar, decidió alejarse por el momento.
Durante el camino, Aurelia observaba a través del cristal del coche los campos repletos de tomates con un rojo intenso. Mientras tanto, su sirviente comenzó a decirle que no debería estar nerviosa, ya que su padre estaría allí para acompañarla.
El sirviente continuó diciendo: “Además, debo recordarte que, dentro de unos días, debes asistir a unas clases para formar parte de la Orden, ya que la abandonaste desde que dejaste esta isla.”
“Parece que papá planea quedarse aquí por más tiempo. ¿Tienes alguna idea, Gavin?” cuestionó la joven.
“Me temo que no, señorita Aurelia,” respondió el sirviente.
Al final del trayecto, llegaron al centro de la Ciudad de Fortuna y luego se dirigieron hacia la catedral.
Allí, vio a su padre rodeado de caballeros de la orden. Antes de reunirse con él, echó un vistazo alrededor. La fachada de la catedral era una impresionante obra de arquitectura renacentista, con ladrillos grandes y oscuros, y picos altos que se alzaban hacia el cielo. Esta vista llenaba a la joven de cierta presión, pero a la vez, despertaba su curiosidad por la misa, aunque no fuera creyente.
Gavin se acercó a su padre para informarle de la llegada de la chica, pero este la miró de reojo, ignorándola por completo, antes de entrar al castillo acompañado de los Caballeros. Aurelia no comprendió esa reacción y se sintió desilusionada.
“Señorita Aurelia, ya puede entrar. La misa está por comenzar”, dijo el sirviente, y la chica asintió con la cabeza y siguió adelante.
Una vez dentro, la chica notó en el centro la enorme estatua esculpida en mármol que, al parecer, representaba al salvador, Sparda, dejando en claro que siempre sería una figura de admiración. No lograba verlo del todo debido a que aún estaba en proceso de construcción, cubierto con telas y maderas.
Ella tomó asiento en la parte trasera y observó a su padre sentado al frente junto con otros sacerdotes de túnicas blancas que estaban cuestionados por espadachines de uniformes claros. Minutos después, comenzó la misa.
Primero, una joven de la orden, vestida de blanco, se acercó al escenario y comenzó a cantar de manera hermosa. Luego, apareció el Vicario, el líder de la orden, quien pronunció palabras de bienvenida y agradecimiento. Vestía con la típica alba blanca y larga de un sacerdote, pero sobre ella llevaba una casulla roja con bordes dorados, así como una estola del mismo diseño, marcándolo como una figura de superioridad.
"Hace 2000 años, el caballero oscuro Sparda tomó la decisión de enfrentarse a sus hermanos demonios y blandir su espada en favor de la humanidad. "A pesar del coraje que demostró en nuestro nombre, temo que muchos olvidaran ese sacrificio", narró el Vicario. Continuó la misa relatando la grandiosa historia de su deidad, lo cual conmovía e inspiraba a muchas personas del pueblo, quienes rezaban con fervor.
Aurelia se fijó en las personas que vestían túnicas blancas cortas y capuchas adornadas con el mismo emblema.
Para concluir la misa, el líder inició un recitado que parecía un canto.
"Nuestro enemigo caerá," comenzó él.
"A medida que nosotros," continuó, y la gente siguió: "Tomamos conciencia."
"Para reclamar nuestro destino, ahora y siempre," las personas repetían en unísono. "Ahora y siempre, permaneceremos unidos. En amor y en odio," resonaban todas las voces en eco por toda la sala, hasta que un silencio final abrazó el último rezo.
Al concluir la ceremonia, Aurelia no perdió tiempo y se dirigió hacia donde estaba su padre, quien en ese momento recibía cordiales saludos de un hombre de avanzada edad ataviado con un uniforme blanco.
“Es un placer conocerlo, señor Everhart. Mi nombre es Sanctus, el General Supremo de los Caballeros. Nos honra enormemente recibirlo en nuestro catedral,” dijo, extendiendo su mano en señal de cortesía.
El padre de Aurelia, un hombre de mediana edad con cabello y vestimenta oscura correspondió el gesto con un firme apretón de manos.
"Gracias, General Sanctus, el honor es mío", respondió él con cortesía.
"Estoy al tanto de sus logros profesionales, y me han impresionado profundamente. Confío en que la colaboración entre nosotros será fructífera," añadió Sanctus, su tono adquiriendo un matiz ligeramente más intimidante. "Créame, encontraré la manera de serle de gran utilidad." Una sonrisa astuta se esbozó en sus labios.
"Será, sin duda, un placer trabajar juntos," concordó el padre de Aurelia, sellando así el inicio de una alianza que prometía ser tanto intrigante como potencialmente transformadora.
Albert Everhart, un hombre de negocios astuto y determinado heredó la empresa de explotación mineral "Everhart Industries" de su familia. Con una visión audaz y una determinación inflexible, Albert llevó la empresa a nuevas alturas, salvándola de una crisis que amenazaba con extinguirla por completo. Su enfoque frío y calculador le permitió tomar decisiones difíciles y estratégicas, ganándose así el respeto y la admiración de sus colegas y competidores por igual. Bajo su liderazgo, "Everhart Industries" se transformó en una de las compañías más potenciales en las afueras de las fronteras.
La estrecha relación de Albert con la Orden de Sparda no es solo una cuestión de negocios, sino también de creencias personales. Como miembro devoto del culto, Albert está profundamente comprometido con la misión y los objetivos de la Orden. La conexión personal fortalece los lazos entre la empresa y la Orden, proporcionando una base sólida para colaborar mutuamente beneficiosa.
El General Sanctus notó la presencia de la joven, Aurelia, y se dirigió a ella con cortesía.
"Oh, veo que es su hija. Encantado de conocerte, señorita Everhart."
"Igualmente, señor Sanctus", respondió Aurelia con respeto.
El General continuó, haciendo referencia a un regalo que Aurelia había recibido. "Veo que recibió su regalo de compromiso. Felicidades."
Aurelia se sorprendió ante el comentario. ¿Qué regalo de compromiso estaba mencionando el General? ¿Acaso se refería al vestido que había recibido? La joven se quedó pensativa mientras el General continuaba hablando.
"Es una gran oportunidad para que su hija se convierta en miembro de la Orden", añadió el General Sanctus, revelando una posibilidad que Aurelia no había considerado hasta ese momento.
"¿Novia?" volvió a mirar a su padre, y la mirada que recibió fue suficiente para que Aurelia contuviera sus preguntas.
"Exactamente", respondió Sanctus "La Orden necesita mujeres fuertes y capaces para servir a nuestro señor Sparda. Señorita Everhart, usted es joven y tiene el potencial de convertirse en una gran mujer para un caballero de la Orden."
Aurelia se sintió confundida ante la propuesta. "Yo... No sé qué decir", murmuró, mostrando una sonrisa incierta.
"No se avergüence, debería estar muy orgullosa", dijo el General Sanctus, volviendo su atención hacia el padre de Aurelia. "Si me disculpan, debo retirarme por ahora. Señor Everhart, realmente estoy interesado en su trabajo. Espero con ansias trabajar con usted."
"Por supuesto, podemos continuar con nuestro acuerdo más tarde", respondió el padre de Aurelia.
Con la partida del General Sanctus, padre e hija quedaron a solas. Aurelia sintió la necesidad de hablar, pero su padre se dirigió hacia la salida sin darle la oportunidad. La situación la preocupaba profundamente; le aterraba la idea de casarse, o incluso de ser utilizada para los asuntos de su padre con ese tal Sanctus, quien le generaba cierta desconfianza.
Aurelia lo siguió afuera, hasta los jardines que rodeaban la entrada de la catedral, donde una hermosa fuente de agua añadía serenidad al ambiente.
"Padre, tenemos que hablar", insistió ella.
"Ahora no, debo reunirme con el Vicario", respondió él mientras avanzaba a paso rápido.
"No, escúchame", insistió Aurelia, tratando de detenerlo. "¿Cómo es que todos lo sabían y yo no?"
Albert tomó aire y suspiró. "Tarde o temprano, esto pasaría. Pronto lo entenderás, Aurelia."
"¿Qué quieres decir? ¿Me utilizaste para tus amiguitos de la Orden?" Aurelia enfrentó a su padre con determinación. "¿Ni siquiera me diste la oportunidad de decidir mi propio futuro?"
El hombre la miró directamente, con una expresión seria en su rostro.
"Tuviste mucho tiempo para pensarlo", respondió en tono firme, antes de llamar al sirviente.
Aurelia, desorientada por las palabras de su padre, lo observó subirse a un automóvil después de su breve conversación con el sirviente. Sin prestarle más atención, se sintió molesta y en silencio se escabulló entre los pasillos de Ciudad Fortuna, sin ser notada por los demás.
Después de un tiempo, perdió de vista a su padre y al sirviente tras pasar al otro lado. Ahora sola, comenzó a recorrer el lugar apartado de la catedral y del centro. En sus pensamientos, añoraba los recuerdos que había compartido con su madre cuando era pequeña; paseos, comidas y charlas en esos mismos caminos durante días de ferias. A medida que pasaban los años, esos recuerdos parecían desvanecerse lentamente, como si se desvanecieran con el tiempo, lo que entristeció aún más a la joven. Paró en seco, luchando por contener sus lágrimas, y se dijo a sí misma: "No, debo encontrar una manera de convencer a papá".
En ese instante, escuchó un ruido extraño que la sacó de sus pensamientos. Se dio cuenta de que estaba totalmente sola y alejada. La joven se sintió perdida por completo e intentó encontrar a alguien, pero no había nadie a la vista.
El ruido era como el de una vibración molesta, parecía el zumbido de insectos. Aurelia se detuvo, con el corazón latiendo a toda velocidad, y su piel se volvió aun más pálida. Miró a su alrededor, pero no vio nada. El sonido volvió a sonar, esta vez más cerca. Sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
De repente, se dio la vuelta y vio a los espantapájaros. Eran grotescos, con sacos llenos de escarabajos y sus extremidades equipadas con guadañas. La joven gritó y comenzó a correr.
Los espantapájaros la perseguían. Siguió corriendo tan rápido como pudo, pero parecía imposible escapar, lo que la hizo sentir cada vez más aterrorizada.
Entonces, de repente, vio una figura vestida con un manto oscuro parada en el camino. Aurelia se detuvo, sin saber qué hacer, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho.
Aurelia, desesperada, se acercó al hombre y tomó su brazo. Aunque su rostro estaba oculto por una capucha, sus ojos claros resaltaban en la penumbra, fijos en ella, en los iris púrpura que reflejan el miedo.
La joven, en un grito de súplica, le pidió ayuda al hombre, pero este permaneció inexpresivo, sin emitir palabra alguna. En ese momento, uno de los demonios saltó sobre ellos, y Aurelia, temiendo lo peor, cerró los ojos. Sin embargo, en lugar del ataque, escuchó un sonido metálico y, al abrir los ojos, vio al hombre desenvainando su katana con destreza. La espada era hermosa, con un mango blanco decorado con rombos oscuros y adornos dorados, y una hoja de acero pulido capaz de cortar cualquier cosa.
El extraño manejó la katana con delicadeza, pero con una velocidad increíble. En un movimiento fluido, tomó a Aurelia por la cintura y la apartó de su camino, al parecer, protegiéndola del ataque del demonio.
"Están perdiendo mi tiempo", dijo el hombre con un tono sereno y sofisticado.
Lanzó varios cortes en el aire dejando un rastro de luz, luego se sintió una brisa viento que venía de esa fuerza descomunal. Todos los espantapájaros cayeron como moscas para luego esfumarse como polvos.
El hombre guardó su espalda y se volvió para irse. Sin mirar atrás e ignorándola completamente.
Desconcertada y con el corazón aun latiendo con fuerza, Aurelia observó cómo el hombre desaparecía en la distancia sin siquiera mirar atrás. Se quedó allí, temblando, tratando de asimilar lo que acababa de presenciar. Antes de procesar completamente la situación, sintió un dolor en la cabeza que la hizo tambalearse y caer al suelo.
Fin de capitulo 1
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gijipaw · 20 days
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Daily Twiyor Prompts - Modern AU
—Lo siento, señor Forger. Después de lo que pasó la última vez, preferiría que no volviera —dijo un hombre con voz temerosa—. Todavía estoy lidiando con las consecuencias de sus acciones.
La forma en que el dueño del restaurante describió la situación hizo que Loid estallara en risas.
—¿Así que estoy prohibido? No conozco a nadie que sea excluido por irse antes de que empezara el problema.
—Eso dice mucho de usted como persona, señor Forger —comentó el dueño del restaurante. Sin embargo, frunció el ceño para demostrar que hablaba en serio—. Por favor, le pido que se retire. No vuelva a entrar en este lugar.
Loid se encogió de hombros. Nunca había prestado mucha atención al restaurante, al menos no de la manera en que el dueño parecía presumir. Su único interés estaba en que era el favorito de Karen y siempre podía conseguir reservas gracias a uno de sus pacientes.
La única persona a la que le importaba ese lugar ya no era su pareja. Lógicamente, eso significaba que el restaurante ya no le importaba. Tal vez esa conclusión sonara tonta, pero en el fondo, sabía que era honesta.
—Le deseo lo mejor. Hasta nunca —murmuró mientras se alejaba, dejando atrás el episodio embarazoso y concentrándose en lo que realmente importaba en ese momento: encontrar un nuevo lugar para almorzar. Tenía un par de horas antes de que comenzara su turno de la tarde, y como no tenía muchos pacientes, decidió explorar la ciudad.
Su consultorio estaba en una avenida muy transitada, así que se topaba con toda clase de situaciones. A veces tenía que sortear andamios de construcción y otras veces a vendedores ambulantes, pero su larga experiencia en la ciudad lo había acostumbrado a ese entorno urbano.
Loid dejó que sus ojos exploraran todos los restaurantes a medida que avanzaba. No pudo evitar soltar un suspiro al ver los precios expuestos en algunos de ellos.
—Necesito estar cerca del trabajo, pero no tan cerca como para encontrarme con mis colegas. Algo que tenga cosas para Anya, pero no demasiado —comenzó a murmurar para sí mismo. Su paso se detuvo en medio del camino—. Me pregunto si...
—¡Auch! —exclamó alguien que le dio un empujón por detrás.
Loid notó que no fue prudente quedarse en medio del camino e intentó mantenerse en equilibrio para no caer. Por suerte, el empujón lo ayudó a enderezarse. Cuando recuperó el equilibrio, se volteó y vio que una mujer había sido la responsable.
—¿Eh?
La mujer delante de él tartamudeó disculpas.
—¡Lo siento mucho! Estaba tan absorta en mis pensamientos que no te vi. Perdóname por el incidente —se disculpó, inclinándose varias veces delante de él.
La respiración de Loid se detuvo por un momento, impidiéndole responder de inmediato. La sinceridad en la voz de la mujer le provocó un escalofrío reconfortante.
—No te preocupes por eso —respondió Loid con calma—. No fue tu culpa en absoluto. Estaba tan absorto en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta de que estaba parado aquí.
La mujer negó con la cabeza y levantó la mano.
—¡Permíteme compensarte!
Las palabras de la mujer dejaron a Loid confundido.
—¿Qué? —balbuceó—. Realmente no es necesario. Fue solo un accidente.
—¡Por favor, escucha! Trabajo en un café cercano, el Café Tortoni —respondió la mujer con determinación, aunque sabía que se sentía culpable—. Es muy famoso. Podrías comer allí o simplemente tomar un café.
Loid frunció el ceño, tratando de comprender lo que la mujer estaba sugiriendo. El Café Tortoni era un lugar que nunca había considerado visitar debido a su renombre y la posibilidad de que estuviera lleno de personas ansiosas por experimentarlo.
Sin embargo, después de una breve reflexión y considerando que era una oportunidad única, decidió aceptar la oferta.
—Está bien, si insistes, aceptaré tu oferta.
—¿De verdad? —preguntó la mujer con notable asombro, y Loid pudo ver un brillo especial en sus ojos—. Esto es maravilloso. Muchas gracias, gracias.
Loid asintió con otra risita.
—De nada, pero creo que me gustaría saber con quién estoy hablando —señaló, un poco más interesado.
—¡Oh, es cierto! —admitió ella, su voz cargada de ternura—. Mi nombre es Yor, Yor Briar. Trabajo como camarera en el Café Tortoni.
—Yor —dijo Loid. Un suave suspiro escapó de sus labios al pronunciar ese nombre—. Soy Loid Forger, un psiquiatra —agregó, extendiendo su mano—. Es un placer conocerte.
Los ojos de Yor se suavizaron mientras mantenían la mirada en sus manos estrechadas. Ninguno dijo nada cuando se separaron, pero el silencio alrededor de ellos era diferente.
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lamaracuchaquecuenta · 3 months
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"¿Y usted cree que habla de amor? Usted solamente habla de historias de sábanas... El amor es otra cosa..."
Toulouse-Lautrec
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loqueolvidedecirte · 3 months
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Mi cabeza se envenena con cada pensamiento. Le da vueltas, lo mastica, se lo traga y me va matando poco a poco. Mi cabeza sabe que me hace daño pero no sabe cómo parar.
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sinfonia-relativa · 1 year
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Cayendo en el profundo vacío de la soledad y la tristeza no se ve nada, está todo en completo silencio y oscuridad, y en aquel hoyo tan oscuro, solo y frío te sientes como la persona más pequeña del mundo, como si ese fuera tu nuevo hogar, donde no existe el color, ni la felicidad, ni absolutamente nada.
Cuando la vida se siente así es inutil tratar de recordar la felicidad del pasado, esa que más bien te recuerda que tan desgraciado eres en este momento presente.
La verdad sea dicha, este mundo puede llegar a ser un lugar muy injusto, muy sombrío, muy cruel, y al mismo tiempo puede ser un lugar lleno de amor, de color, de felicidad, la tristeza y la felicidad pueden sentirse completas pero nunca lo son, son parciales, no son eternas ni infinitas, son momentos efímeros que posiblemente cuando miremos en unos años hacia atrás no tengan la menor importancia, o sean simplemente un recuerdo y sea lo único que quede de ellos.
Por eso vale la pena aferrarse a la vida, para ver el día siguiente, para saber que nuevo momento nos va a traer la vida, si seguimos aquí es porque somos capaces de afrontar lo que hemos vivido hasta ahora y aunque es verdad que la vida puede ser muy dura, al mismo tiempo puede ser muy hermosa y por eso vale la pena atravesar los momentos difíciles, solo para ver el sol de nuevo.
13 de enero día de la lucha contra la depresión
Overthinker♓
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purpleiceheart · 9 days
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He pasado muchas noches en vela, preguntándome qué estoy haciendo con mi vida. Qué sucederá de aquí a mañana, de aquí a una semana, de aquí a 5 años. El futuro es tan incierto. Solía creer que la vida era como el flujo de un río, constante y líquido, que atravesaba cualquier roca o rama a su paso para desembocar al mar. Pero no es así. Mi río es distinto. El agua no fluye, se atasca. Evitando que siga su rumbo tal y como la naturaleza lo indica. Los problemas atormentan mi vida, tengo crisis ansiosas y extensos episodios de estrés. En mi río, a veces las aguas se contaminan, provocando daños en los seres que beben de él. He llegado a afectar a personas que no tenían nada que ver en mis asuntos, los problemas nublaron mis pensamientos y no fui capaz de distinguir de lo que está bien o mal. Suelen caer árboles o impactar relámpagos en el río. Los obstáculos siempre estarán, para evitar que sigamos el mismo camino y creemos otro nuevo. Sin embargo el río es inocente, no puede controlar los problemas que se presentan. Acepto que no es mi culpa todo lo que me sucede. Lo único que puede controlar el río son sus intensas ganas de fluir, aunque a veces le cueste. No me detendré, seguiré mirando hacia adelante, sin olvidar mi pasado, viviendo mi presente y construyendo mi futuro.
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diamantar · 1 year
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FAMILIA Y DEBER
→ Jacaerys Velaryon x Hightower!OC [Alessia Hightower]
✦ Sinopsis: En la infancia fueron amigos y ahora deben decidir si rebelarse o aceptar las responsabilidades.
✦ Advertencias: Angst / Fluff.
✦ Palabras: 1361
✦ Nota: Apenas encontré el gif pensé que estaba viendo a Jacaerys y la inspiración surgió de inmediato. Además, Olivia Hussey en su rol de Julieta es perfecta para interpretar un familiar Hightower o ser hija de Rhaenyra y Harwin ♡
Tumblr media
—Señorita Hightower.
La mujer dejó de observar el suelo y frenó antes de chocar con el muchacho que paraba en frente, durante unos segundos dudando de quién era hasta que los rasgos comenzaron a ser familiares.
—¿Jacaerys? —preguntó amagando a fruncir el ceño.
Que le reconociera hizo que inclinara la cabeza en aprecio, los irises femeninos brillando en emoción ante la confirmación.
—Los años transforman rápido a los jóvenes, ¿verdad?
—¡Ahora me superas en altura! —rió encantada estirando los brazos para sostenerle las manos—. ¿Qué haces en Desembarco del Rey? Nadie avisó que visitarías.
—Fue una decisión de último momento —aclaró suave, sus dígitos yendo a cerrarse en las palmas contrarias.
—¿Llegaste con Vermax? —preguntó ilusionada, y el Velaryon asintió—. Debe haber crecido tanto como tú, ¡apuesto que está irreconocible!
—Ciertamente, su desarrollo anual es exagerado.
—Recuerdo que siempre fue una característica especial de él.
—Hasta hoy lo sigue siendo.
—¿Qué te trae a la Fortaleza Roja? —indagó acariciándolo con un pulgar.
—Deseaba ponerme al día con a mi antigua compañera de juegos, demasiados años han pasado sin saber del otro.
Alessia sonrió con nostalgia y descendió la mirada, memorias surgiendo y esparciendo agradables sentimientos.
—Poco ha sucedido en mi vida, de seguro tienes más para contar.
—¿Es así? ¿Incluso cuando he oído que te han comprometido? —fingió inocente, aunque demasiado frío.
La femenina tensó las facciones y presionó los labios, enseguida asintiendo mientras le veía ansiosa.
—¿Cómo sabes?
—Nada corre más rápido que los rumores… En todo caso, la verdad llegó cuando ofrecí mi mano y fui rechazado indicando que ya estabas pactada a los Arryn.
—¿Qué? —preguntó arrugando el entrecejo, de pronto queriendo liberarse y notando como él le agarraba con más fuerza.
—¿Otto Hightower, tu padre, no informó de mi propuesta? ¿Tampoco tu hermana?
—Nadie consultó conmigo.
—Lástima.
Alessia bajó la mirada y observó las ropas del Velaryon, su atención hallándose desorientada en los pensamientos que corrían ante la impactante novedad. El corazón se encogió por la oportunidad desperdiciada de un futuro mejor, una vida al lado de un hombre que conocía y podría tratarla decente.
—De jóvenes nos llevábamos bien, te habría escogido si hubiera tenido oportunidad.
Jacaerys guardó silencio y analizó la postura de la Hightower, la cual no enseñaba más que contrariedad y tristeza.
—Aún no has dado tus votos, puedes cambiar el destino.
Ella pareció animarse un momento, pero después encogió los hombros y se soltó de él.
—¿Por qué casarte conmigo cuando estamos en bandos enfrentados? —cruzó los brazos tratando de escudarse.
—Nuestras familias pelean, pero nosotros no, te aprecio igual que antes —aclaró con secreta preocupación por el tema que trajo a conversación.
—¿Cómo podría dejar a Alicent o a mis sobrinos? Me necesitan —excusó, inevitablemente pensando en los jóvenes que vivían en un estrés constante por alcanzar las expectativas de su padre y hermana.
—¿Estás de acuerdo con que usurpen el trono de mi madre y, por consecuencia, el mío? —soltó, y ella le miró absolutamente ofendida.
—¿Cómo te atreves? —gruñó en el proceso de cerrar las manos en puños.
—Lo siento, no es lo que realmente quería decir —aclaró sacudiendo la cabeza completamente frustrado.
—¿Entonces? Porque lo único que puedo pensar es que quieres arruinar el compromiso para evitar una alianza.
—Todo lo contrario, quiero que nosotros nos asociemos —indicó agarrándola de los brazos y acercándose unos pasos.
—No obtendrás nada de los Hightower, me considerarán una traidora y tu plan habrá sido en vano —contestó sintiendo que aire faltaba, la presión en el pecho incrementando a cada segundo.
—¿Ni siquiera con la posibilidad de que seas reina? —preguntó, la desesperación evitando que pensara con claridad.
—¿Qué importancia tiene un consorte contra un rey en el Trono de Hierro?
Los labios de Jacaerys fueron incapaces de discutir la certeza, frustración consumiéndolo desde las profundidades y, sin pensar, estrechando a Alessia contra él. El movimiento fue rápido y bruto por la necesidad, así que ella se quejó y peleó, pero pronto correspondió y apreció la breve calma que el contacto otorgó.
—Nunca dejé de quererte —confesó el Velaryon acariciándole la espalda.
—Estar contigo significa dejar y enfrentar a mi familia mientras tu continúas con la tuya, si realmente me deseas como esposa… la pérdida debe ser para ambos.
Aquella condición, sensata e igualitaria, espinó el corazón de Jacaerys y entendió el sufrimiento de Alessia al pedirle que dejara todo por él. Frunció el ceño y cerró los ojos pensando lo que realmente quería en el futuro, lentamente alejándose de ella y rozándole el rostro.
La femenina lo miró y luego bajó los parpados entregándose al tacto, de aquella manera recordando cada sensación confiando en que sería la última vez que lo vería. El calor de su palma y la textura de una mano entrenada para luchar y montar dragones la hicieron temblar, de pronto apreciando como él respiraba demasiado cerca.
—Te amo.
Alessia no pudo responder o mirarle cuando ya la estaba besando, ambas manos ciegamente yendo a sostener las contrarias en un vago intento de frenarlo. El toque fue mínimo e increíblemente delicado, casi tratándola como cristal, y ella no pudo más que quedarse de pie mientras su corazón se descontrolaba.
La conexión fue profunda y casi sintió sus almas enredarse, al separarse no pudiendo más que verlo increíblemente impactada.
—Jacaerys… —murmuró, desorientada buscando alguna respuesta en los ojos chocolate.
—Si dejo todo atrás, ¿estarías conmigo?
Frío bajó por la espalda femenina y la implicación pesó, alivio y miedo mezclándose en lo que ofrecía.
—¿Dices en serio? —frunció el ceño, una mano tomándolo de la ropa para asegurarse que no desapareciera como una ilusión—. ¿Qué pasa con Rhaenyra y tus hermanos?
—Lucerys tomará mi lugar y Joffrey heredará Marcaderiva, mi madre… ella tiene a Daemon, y me aseguraré que sepa que estoy bien.
—Es… Es una locura, no sé… ¿Realmente puedes dejar tus responsabilidades?
Alessia negó temerosa y dudó cómo él podía decidir aquello con tanta rapidez, ya que la idea de incumplir con su familia la hacia sentir tremendamente mal.
—Sé lo que te carcome, de verdad —indicó en el proceso de acariciarle ambas mejillas con los pulgares—. ¿Cuándo tiempo tienes antes de la boda?
—Casi dos meses —respondió, de vuelta oyéndose como si le faltara el aire.
—Tomémonos una semana y pensemos, ¿de acuerdo? —ofreció comprensivo—. Una parte de mí está lista para volar contigo y nunca volver, pero amo a mi familia al igual tú a la tuya, así que consideremos todas las ventajas y desventajas antes de actuar.
La Hightower asintió de inmediato y las piedras en su pecho desaparecieron, la oportunidad de analizarlo y planificarlo llenándola de seguridad.
—Mantengámonos en contacto y expresemos nuestras opiniones, en conjunto podremos arreglarlo.
—Absolutamente —sonrió, el nuevo espíritu que enseñaba logrando calmarlo.
Aprovechando el agarre en el otro, ambos se inclinaron a unir sus bocas y sellaron la promesa de dar lo mejor para llegar a un buen resultado.
—Aún me sorprende que viajaras a quí ante la noticia de mi compromiso.
—¿Cómo no hacerlo? De todos modos, fue egoísta de mi parte pensar que todo iría a mi favor y pacíficamente dejarías a tu familia —suspiró con malestar—. Lo lamento.
—Ahora estamos en la misma página y eso es lo que importa —sonrió acariciándole la mejilla.
Jacarys inclinó la cabeza en señal de que no dejara de tocarlo y la mujer rió suave, nuevamente apreciando lo que había cambiado en todos los años que no se vieron.
—La noche está cerca y no deseo ser interrogado sobre mis actividades, debo volver —anunció el primogénito.
—Entiendo —suspiró, las comisuras de su boca inconscientemente bajando en una expresión triste—. Mañana mismo te escribiré, no quiero volver a perderte.
—Aguardaré con ansias —prometió melancólico, el marrón de sus ojos enseñando lo mucho que deseaba llevarla con él.
—Yo también, no tardes en responder.
El Velaryon asintió y lentamente la tomó de la cintura, ella aguardando expectante y conteniendo mariposas en el estómago cuando juntó sus frentes.
—Avisa ante cualquier inconveniente, vendré con Vermax y te sacaré del apuro. No lo olvides.
—Lo prometo —confirmó cerrando los ojos.
Hundiéndose en el momento y el abrazo del otro, en aquel pequeño rincón de la Fortaleza Roja, se sentían listos para dejar todo por el otro.
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intruzox69 · 4 months
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Marlén
Capítulo 8
El comienzo de una puta
Algunas personas me preguntan como es que me encanta el sexo, lo que les cuento en el relato titulado "Mi secreto infiel", me sucedió hace varios años, después de esa única noche, mi vida matrimonial se volvió rutinaria, aunque cómoda, pues no me faltaba nada. Pero extrañaba esa noche lejana en la que experimenté dos orgasmos deliciosos.
Cuando Oscar el esposo de mi cuñada regresó a la ciudad, empezó a buscar oportunidades para charlar conmigo, nos hicimos confidentes sin mencionar nunca aquella vez en que entró al cuarto mientras mi esposo dormía de borracho.
Nuestras conversaciones eran al principio normales y rutinarias, pero poco a poco nos tomamos más confianza y salieron a flote los problemas con nuestras respectivas parejas. Ya se hacía costumbre que me visitara por las mañanas y tomara un café, yo no le veía nada de malo, pero si me daba miedo que alguien se enterara de nuestras charlas.
La amistad fue de más porque en varias ocasiones me regalaba joyas, vestidos, y como sabía que mi marido tenía problemas económicos en su negocio, a veces me daba dinero, según él para que me ayudara, aunque yo la verdad, no estaba tan necesitada como para eso, pero me decía que lo tomara como un regalo.
En las fiestas navideñas del año 2002, él me regaló ropa interior roja, esa vez me sentí incómoda, ya que ni siquiera mi marido me había regalado algo igual, esa fue la primera vez, porque después me regaló un baby doll azul, muy sexy, que al parecer había comprado para una amiga, pero como no la vio, no pudo dárselo y no quería que su esposa, o sea mi cuñada supiera que lo tenía en su coche.
Cuando lo recibí temblaban mis manos, se fue de inmediato y por la tarde me llamó y le dije que me tranquilizaba el hecho de que no lo había comprado pensando en mí, claro que lo negó, pero era su plan, conquistarme. Se tomó la libertad de seguirme regalando ropa interior, me sorprendía que supiera mis medidas, y me sentía extraña cuando las usaba, sentía que él me observaba con esas prendas.
Llegó el fin de año, estabamos entre familia, todos nos deseábamos feliz año, y cuando nos topamos, nos dimos el abrazo, pero fue más allá porque me abrazó y el beso fue en la boca, yo sorprendida, no supe que hacer, nadie vio nada y ahí quedó todo. Y en nuestras conversaciones posteriores, no hablamos de ello.
Pero la mañana de un 14 de febrero, dia del amor y la amistad, yo deseaba tener sexo, andaba algo excitada, pensé que mi marido al menos me daría un "rapidín", como dicen, pero el desgraciado ni siquiera me felicitó, solo se arregló y se fue a su oficina. Yo me quedé llorando y enojada pensando que ese día seguro iba a tener intimidad con su secretaria.
Yo me quedé sin otra cosa que hacer más que el aseo de la casa y a seguir con la vida. De pronto Oscar me llamó para felicitarme, me dio gusto que me llamara, él notó que estaba triste, y la verdad me hice la víctima, esperando su reacción, me dijo que iría para darme mi regalo y que sería muy especial i yo quería.
Esa mañana quería que me viera guapa, y como adolescente me arreglé, me puse un vestido corto, amarillo, una bikini blanco que se metía entre mis nalgas, por supuesto que era regalo de él y mis tetas estaban libres, sin sostén. Esperé ilusionada y ansiosa de su llegada. Media hora después de la llegada llegó, le había indicado que la puerta estaría abierta, que solo empujara para yo preparar el café.
Cuando llegó, yo estaba en la cocina, se dirigió a mí para abrazarme y felicitarme, hice los mismo, pero no me soltó de las manos, me miró a los ojos y como toda una actriz, fingí estar triste por lo que me sucedía con mi esposo, tiernamente volvió a abrazarme y me recargué en su pecho, puso su mano en mi mentón levantó mi cara para verme a los ojos, no dijimos nada, solo nos mirábamos, ansiaba que diera el primer paso, y creí que adivinaba mi pensamiento porque me besó, yo cerré mis ojos y me dejé llevar, lo tomé de la nuca prendiéndome a sus besos, me sentía rara besar a otro que no fuera mi marido, y besos de ese tipo, ya los había olvidado.
Sus manos bajaron por mi espalda, levantó el vestido sin dejar de besarme la boca y el cuello. Me estremecí cuando sus manos palparon la desnudez de mis glúteos, sus dedos recorrían la separación de mis nalgas, no tardé en sentir mi parte húmeda y urgida de sentir algo duro dentro de ella.
La parte de debajo de mi vestido estaba en mi cintura, acarició mi entrepierna;
--¿ESE BIKINO TE LO REGALÉ YO VERDAD?.—y asentí con la cabeza y gimiendo, me separó para voltearme y admirar mi trasero;
--¡QUE RICA ESTAS MARLEN, DIME QUE SERAN MIAS!.—
--¡SI, SERAN TUYAS PERO HAZLO ANTES DE QUE ME ARREPIENTA!.—Me volteó hacia él y desabotonó la parte superior del vestido liberando mis tetas;
--¡AHHH, ESTO DE VE DELICIOSO!.—Su boca se posó en mis senos que delataban mi temperatura, porque mis pezones estaban erectos, los cubrió con su boca haciéndome estremecer, yo lo tomaba de su cabeza para que siguiera mamándome las tetas, nunca nadie lo había hecho así, con esa lujuria y deseo.
Sus manos no dejaban de acariciar mis nalgas, y estiraba el bikini para meterlo entre ellas, no supe como lo hizo pero cuando quise frotar mi mano en su entrepierna, su verga ya estaba de fuera, al sentirla en mi mano bajé la mirada y me sorprendió su tamaño, pensaba que era un sueño, y trataba de recordar lo sucedido con él hacía años, no sabía del tamaño de su pene, y ahí estaba en mis manos que se veían pequeñas sosteniéndola.
Notó que mordí mis labios para saborearme su palo, entonces con sus manos en mis hombros me bajó, yo sabía lo que quería y estaba dispuesta a complacerlo.
Al tener su verga en mi cara, sin perder tiempo lamí de arriba abajo, el recorrido me pareció eterno, cuando llegué a la punta, miré unas gotas que salían del glande, apreté su verga para sacarle más gotas y con mi lengua las recogí y me las tragué, por primera vez iba a mamar una buena verga sin miedo a que me critiquen, ya que mi esposo tenía la idea de que si la mujer demostraba cachondez en el sexo, es que era una puta, y cuando se la mamaba a él, siempre fue con la luz apagada, pero no le demostraba mi gusto por mamar verga.
Así que me prendí de tremendo palo y me di gusto, esa verga era mía y no estaba dispuesta a perder esa oportunidad de dar un buen sexo oral. Oscar gemía mientras mi lengua, labios y boca se entretenían con su masculinidad. Me excitaba ver su expresión de placer mientras mi lengua pasaba por sus huevos que colgaban majestuosos.
Oscar se agachaba para acariciar mi trasero, luego me levantó y me sentó en la mesa, puso mis piernas en su cintura, hizo a un lado el bikini y colocó su verga en la entrada de mi raja y sin perder tiempo metió profundamente su verga, parecía que legaba a mi garganta de lo larga que la tiene, su boca mordía con suavidad mis tetas que rebotaban y sus manos apretaban mis nalgas.
--¡MAMI, AL FIN ERES MÍA, AL FIN TE TENGO!.—
--¡SI PAPII, POR SEGUNDA VEZ SOY TUYA!.—Se quedó pensando en lo que mencioné.
--SII, BIEN QUE RECUERDO ESA NOCHE, ¿TE GUSTÓ?.—
--ME ENCANTÓ, Y DESDE ESA VEZ TE DESEO.—
--¡MMMM, CREÍ QUE LO HABÍAS OLVIDADO!.—
--¡NO OSCAR, ¿CÓMO OLVIDAR LOS ORGASMOS QUE ME PROVOCASTE?.—
--PUES YO DESDE QUE REGRESÉ, TENÍA LA IDEA DE COGERTE.---SI, IMAGINABA TUS INTENCIONES CON TUS REGALOS, SABÍA QUE LO DE TU AMIGA ERA UN TRUCO.—
--¿Y PORQUÉ LO PERMITISTE?.—
--DIGAMOS QUE TAMBIÉN DESEABA ESTO.—
Como nunca, moví mi cadera demostrando el placer que sentía de ser cogida por alguien, la verga es tan larga y venosa que con facilidad frotaba mi clítoris y provocó un orgasmo largo y rico.
--¡AHHH, AHHH. AHHHH ME VENGOOOO OSCAR. SIGUEE SIGUEEE COGIÉNDOME PAPI, HAZME TUYAAAAA!.—
--¡YA ERES MIA MARLEN, PERO QUE RICO COGES MAMITA. ME SORPRENDE LO GANOSA QUE ESTAS!.— Yo no contestaba, estaba gimiendo y gritando mi venida, Oscar no dejaba de bombear mi panocha.
--¡TU TIENES LA CULPA POR CALENTARME LA CABEZA DE IDEAS Y LOCURAS, AHORA SOY UNA INFIEL!.—
--¡NO MARLEN, ESTO LO HACES PORQUE TÚ LO QUIERES Y LO DESEAS, YO SOLO SACO LO PUTA Y CALIENTE QUE LLEVAS DENTRO!.—
--¡SIII AMOR ES CIERTO, SEMPRE MA HA GUSTADO COGER!.—
La intensidad de mi orgasmo había desaparecido, entonces sacó su verga y me bajó de la mesa, mi calzón estaba empapado, me agachó y otra vez con gusto mamé su verga que estaba muy mojada de mis jugos vaginales, no me importaba nada, y me entregué a la mamada maestra, como si fuera una experta para eso, lamí sus huevos y lo masturbaba al mismo tiempo, él tomó su verga y se la jaló en mi cara, mi lengua seguía lamiendo sus bolas mojadas, se retiró un poco, apuntó a mi cara, y quité su mano de su verga para hacer el trabajo yo, abrí mi boca para succionar su palo y lengüetear su glande, hasta que ya no pudo y dejó escapar su semen en mi garganta, no supe cuanto duró la venida pero sus chorros eran eternos y abundantes, toqué sus huevos que se contraían con la eyaculación, la saqué de mi boca y expulsó los últimos chorros menos intensos que cayeron en mi cara, nos miramos y perversamente tomé con mis dedos el semen que estaba en mi cara y lo dirigí a mi boca para tragarlo, él apretó mi boca con su mano para que lo tragara todo.
Me levantó y me besó rico. Pensé que ya era todo, pues ya nos habíamos venido, pero él siguió acariciándome, de nuevo me sentó en la mesa y abrió mis piernas, se agachó para mamar mi panocha, yo estaba en el cielo sintiendo su boca en mi raja y sus dedos tratando de entrar a mi ano, mis nalgas gustosas aceptaban al intruso, sentí como lubricaba mi ano con mis jugos, y logró meter su dedo por completo.
La sensación era tan placentera que me perdí en el placer sin poder contener otro orgasmo, pero este fue tragado por mi amante, yo deseaba ser penetrada de nuevo, y mi amante con toda su experiencia me bajó y e volteó, mis nalgas estaban a su vista, mi calzón en mis rodillas, quise quitármelo pero no me dejó, se agachó y lamió mi culo, su lengua trataba de entrar a mi hoyo trasero, yo respondí moviendo mis nalgas en su rostro.
En esos momentos me sentía otra, pues tenía a un hombre muy sexual entre mis nalgas mordiéndolas, besándolas y acariciándolas.
Luego se levantó y me inclinó un poco más, pensé que me la metería por el ano, pero se agachó un poco para cogerme por la vagina, su verga entraba y salía por completo, mientras sus manos atendían mis tetas que rebotaban sudorosas y cachondas de ser tomadas en cuenta, luego pasaba sus manos a mis nalgas tratando de abrirlas, un dedo entraba a mi ano, después se detuvo, sacó su verga y puso la cabeza de su palo en medio de mis nalgas, las abrió y sentí su glande en mi culo.
--¿QUIERES QUE LO HAGA ASÍ?.—Me dijo susurrando.
--¡SI AMOR, HAZME LO QUE QUIERAS, COMO QUIERAS!.—
Lentamente su verga entró a mi recto, sentía que me partía en pedazos, ya que lo único que había entrado ahí, era su dedo, ni siquiera con mi esposo había experimentado el sexo anal, se esforzaba por penetrarme;
--¡SIGUE ASÍ PAPI, POCO A POCO Y DESPACIO, NUNCA LO HE HECHO ASÍ MI AMOR, ERES EL PRIMERO!.—
--MAMI, ¿CÓMO ES POSIBLE QUE NO LO HAYAS HECHO, SI TIENES UN CULAZO DELICIOSO?.¡QUE PENDEJO TU MARIDO!.—
--¡SI, AUNQUE SABÍA DE ESTO, NUNCA ME LLAMÓ LA ATENCIÓN, PERO CONTIGO ES DIFERENTE, CONTIGO ESTOY PERDIDA PAPI, COMO DIJISTE, ESTAS SACANDO LA PUTA QUE LLEVO DENTRO, MUY ESCONDIDA!.—
--¡NI TAN ESCONDIDA, SALIO DE INMEDIATO!.—
--¡NO TE BURLES DE MÍ OSCAR!.--
--¡NO MAMITA, ES LA VERDAD, SOLO NECESITABAS UNA BUENA VERGA, ESO ERA TODO!.—La platica cachonda hizo que mi culo se relajara, pasé mi mano por debajo, y me asusté al sentir la mitad de su verga afuera, mi culo ya no aguantaba, parecía que reventaba. Oscar pasó su mano por mi raja y frotó mi clítoris, eso permitió que me olvidara del miedo, y empezó a sacarla y a meterla, yo no dejaba de tocar su palo, sentía que en cada metida era más su penetración, cada vez menos carne se quedaba afuera.
Pero de repente se detuvo, sus dedos seguían trabajando mi clítoris, yo detuve el movimiento de mis nalgas para disfrutar la sensación de ser cogida analmente, y de pronto dejó ir el resto de su verga, mi vista se nubló de dolor y placer, sentía que lloraba de dolor, pero mi trasero demostraba otra cosa con sus movimientos circulares. Momentos después mi ano estaba totalmente y como nunca relajado, lo sentía muy amplio y deseaba ver la abertura que dejaba su verga cuando la sacaba por completo.
Tocaba mi culo perversamente, no imaginaba lo abierto que estaba de la cogida. Mis tetas dejaban caer a la mesa gotas de mi sudor, mis gritos y gemidos aumentaron sin importarme los vecinos, quería que supieran la gran cogida que me daba el cuñado de mi esposo, quería que su mujer, la hermana de mi marido viera como me cogía, y como gozaba con mi culo, Oscar intentaba callarme poniéndome su mano en mi boca, pero lo mordía para que la quitara, deseaba que supieran lo puta que era.
Un sin fin de imágenes pasaron por mi mente, como si fuera un colash, vi en mi mente a mi esposo, a mi cuñada, comparaba la verga de mi marido con la de Oscar, etc., y al final, de nuevo estrellas en mi pensamiento, mi vagina explotó y aumenté mis movimientos girando mis nalgas, tratando de apretar su verga, pero era imposible, me había dejado el culo muy abierto, entonces sentí sus gemidos, sus metidas aumentaron de ritmo, y en eso eyaculó en mi recto, su leche caliente acompañó los últimos espasmos de mi venida.
--¡AHHH, AAHHH, QUE RICOOO PAPIII, QUE RICO ME COGES!.—
--¡AHH, AHH, AHHH, QUE CULO TIENES MARLEN, EL MEJOR, PARA SER L PRIMERA VEZ, VAYA QUE LO SABES USAR, ME ENCANTAS MAMITA, Y ME ENCANTÓ MÁS SER EL PRIMERO QUE TE COGE POR EL CULO!.— En esos momentos no pensaba en otro hombre más que en él, de hecho creí estar enamorada e ilusionada.
--¡SI OSCAR, Y SOLO ES Y SERPA TUYO PAPI!.—
--¿CUÁNDO YO QUIERA SERÁ MÍO?.—
-¡AJÁ, SOLO PÍDELO Y LO TENDRÁS, PERO NO QUIERO QUE SEAS DE NADIE MÁS, SOLO YO, SOLO A MÍ CÓGEME!, ¿OK?.—
Tiempo después entendí la expresión de ese momento, él solo buscaba sexo. Pero aún así dijo;
--¡SI AMOR, ESTA VERGA ES PARA TI, SERÁ TU TRONO CUANDO ESTES SENTADA EN MI PALO, ENTONCES TE CONVERTIRÁS EN LA REINA DE LAS PUTAS!.—Lo que dijo me causó gracia y me halago. Seguía su verga en mi culo, me enderezó y me besó en la boca, sacó su verga un poco caída, y nos metimos a bañar.
En la ducha no quise sacar su semen de mi culo, deseaba tener por más tiempo algo de él, y que mejor que su semen en mi recto.
Mientras se ponía la ropa admiraba su cuerpo atlético, su verga relajada colgaba orgullosa, no me vestí, me quedé con la toalla puesta. Cuando lo despedí, notó que no dejaba de mirarlo, y es que sentía que me estaba enamorando, preguntó que pasaba y le dije que él había provocado dos orgasmos, y él se vino dos veces;
--¿Y QUÉ SUGIERES?.—No respondí, solo me agaché y desabroché el zipper de su pantalón, saqué su verga y la endurecí con unas ricas mamadas, no tardó en pararse por completo, dejé caer la toalla y quedé desnuda ante él, puse sus manos en mi cabeza, empezaba a gustarme ser sometida, lamí sus huevos como loca, estaba dispuesta a darle el placer supremo de una mamada, respiré profundo y traté de meterla toda en mi boca, cosa imposible, apenas pasaba la mitad, la mamada fue tan intensa que hasta lágrimas me sacaba, mis nalgas empezaron a dejar escapar el semen de mi macho amado, sus piernas se tensaron y de nuevo el chorro de leche caliente inundó mi cavidad bucal, el semen chocó con mi campanilla haciéndome toser, tomé respiración de nuevo y succioné hasta la última gota de semen, que me parecía el más delicioso, dejé que viera como me tragaba el líquido, cuando terminó de venirse, metió su verga y se marchó, yo me quedé hincada saboreando el semen de un buen macho y amante, dueño de la mejor verga, Oscar, mi concuño.
Hasta ese momento no sabía que tanto iba a cambiar mi vida sexual, creía que Oscar sería mi único amante, pero solo era el primero.
Como les comenté, sentía que me enamoraba de él, pero luego me advirtió que solo era sexo, me sentí un poco mal, pero luego de no estar con él por casi un mes, lo busqué y le pedí que me cogiera, que no me importaba ser otra más, pero que no dejara de cogerme.
Cierta ocasión me dijo que no le molestaría que me viera con otro, al fin y al cabo, no era su esposa, solo una amante.
No creí que sucediera, yo era feliz teniendo sexo con Oscar, hasta que la ocasión se presentó y de pronto me vi enredada con mi vecino Iván, después de él le siguieron varios más, como Sandro, el mejor amigo de Iván, mi compadre y otros.
Cada uno de ellos me han llenado de placer y lujuria, y fui descubriendo nuevas experiencias, al grado de separarme de mi marido y casi olvidarme de mis hijos.
Así es como me convertí en lo que soy, este fue el comienzo de una puta.
©Marlén
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