In Grecia, ancora oggi, la chiamano "Maria", ma per tutti è "la Callas".
100 anni fa, 2 dicembre 1923, nasceva a NY l’artista che avrebbe rivoluzionato il teatro d’opera.
Maria Callas, translitterazione di Anna Maria Cecilia Sophia Kalos, contrazione dell'originario Kalogeropoulos, in greco Άννα Μαρία Καικιλία Σοφία Καλογεροπούλου
Maria Callas è passata alla storia come una delle più grandi cantanti liriche del secolo scorso, ma la sua vita è stata tormentata dalla tragedia. Sua madre le tolse l'infanzia per farla diventare una star e, sebbene tutti la idolatrassero per il suo grande talento, la cantante di origine greca non si sentì mai amata finché non incontrò Aristotele Onassis. La dea del bel canto voleva mettere su famiglia con il magnate, ma la loro storia d'amore fu tutt'altro che a lieto fine.
Quella voce ci affascinò come un sortilegio, un prodigio che non si poteva definire in alcun modo, la si poteva soltanto ascoltare come prigionieri di un incantesimo, di un turbamento mai esplorato prima. Ma non si può rendere appieno la tempesta di emozioni che suscitava in chi l'ascoltava per la prima volta. Perché Maria è un regalo di Dio che non si può definire nel tempo: Maria c'è sempre stata e ci sarà per sempre.
El dolor que carga mi ser, crea un baile entre las letras, el deleite de la palabra y el placer de leer las oraciones, aun cuando se traten de hechos nostálgicos que desahoguen el alma hacen de la mente un lugar mas ligero en el cual estar. Esto es una salvación, escribir para ver el aprecio otorgado por quien se identifica, no es mucho quiza, pero mas de lo que podria otorgar.
Scuote l'anima mia Eros
come vento sul monte
che irrompe entro le querce;
e scioglie le membra e le agita,
dolce amara indomabile belva.
Ma a me non ape, non miele,
e soffro e desidero.
(Saffo, Liriche e frammenti).
Quando a última luz se apagava, a derradeira pessoa adormecia e o silêncio era seu único companheiro naquele breu, acontecia a mágica: a última hora chegava ao seu fim, o relógio marcava doze e o caos interno de Beomgyu finalmente se libertava.
"Mamãe, o que acontece depois da meia-noite?"
Permíteme que me de este regalo, aunque no sea mi cumpleaños. Y perdona la prontitud de esta noticia la cual espero jamás llegue a lugar, es pues, que todas esas noches de desvelo mágico, de confesiones clandestinas y de risas inagotables, al menos en mi mente no fueron en balde, las llevo incrustadas en mis cienes y me aterra el no poder librarme de ellas con la impávida rapidez que tu lo hiciste. Por eso dejo que te vayas a donde tu mas quieras, ya sabré yo que hacer con todas estas escaras, promesas y caricias que se quedaron en la punta de mis dígitos. No nos confundamos, si te dejo ir es en parte un intento desesperado por seguir viviendo, para ofrecerme entre tanta espesa neblina un ápice de luz esperanzadora, algo que me ayude a escapar de este rincón nocturno tan nuestro, que ahora solo alberga una amarga pena. Te dejo ir para ofrecerme una oportunidad a mi mismo, tal y como tu lo hiciste, dejo que te marches, pero bien sé que era lo ultimo que quería hacer.
Paso el tiempo
que lejos en la maraña
encontrarnos en las aguas saladas
disfrutando las olas.
Para amarte
en las aguas dulces del río
voltear con locura
y descubrir el afluente
cambio de color cristalino
a fango negro, marrón verduzco
arrastrados por el venidero huaico
serrpenteando las piedras
aferrados a la vida
amor baldio en la corriente.
En la bañeera con agua clorada
perfume repugnante de químico
ardor en los ojos, picazón genital
zambullidos en espasmos de deseo carnal
queriendo olvidar la cuenta mensual
desperdicio de agua bendita agonía.
Infierno que desapareció sin tener amor
como amarte si sufro por aquella agua
que te llevaste al desierto de ultratumba.
Me consuelo con el agua de lluvia
torrente implacable en selva y sierra
más miserable garúa en la costa
necesito Artico y Antártico
en mareas de agua que congele el deseo.
Sueños dejados a trás
mar muerto, rojo, negro, Caspio
Mediterráneo sin beber
Para amarte más y más
brindando que ya no recuerdo
apagada en la soledad de musa
que ya no invita a succionar las gotas
de los manantiales
lagos y cataratas
vivir vibrando con escasez de agua
junto a la nada.
Tan simple como despertar y preparar un mate, con su osmosis de hierbas y agua, una infusión de este rincón del planeta. Tan cotidiano como ver veredas sin alguna que otra baldosa, no sabes si fue el tiempo y su erosión; o lo peor, malas prioridades que dieron el sabor de estas calles. En el rumbo muchas visiones y actividades elocuentes, todo un frenesí por quién llega a casa más temprano. Él de arriba, aquel que miramos por los grandes medios de comunicación, algunos lo eligieron otros no, viva la democracia en este país. No admite error, ni nunca complacerá, no tiene la culpa, siempre va ser así. En la noche aparecen gigantes y demonios, por las calles de algún que otro barrio, va cambiando y algunos seres tienen hasta su encuentros más íntimos, algunos aman y vibran la vida. Se hace más largo el día cada vez, las luces, las calles y los edificios condenan mi modernidad, solo soy un fugitivo de lo implacable, nunca lo seré. Rumbo desemboco en otro camino...
Hay que tener coraje para vivir, pero también para matarse.
Vivir en este mundo es una lucha constante; Un día a día lleno de subidas y bajadas. Cuando estás arriba eres tolerante ante la vida, sin embargo, cuando estás abajo hay veces en que no quieres respetarla… Como hoy, divagando en mis pensamientos, en una batalla contra mí mismo sobre si hacer lo indebido, o no. Y hasta ahora, creo que voy ganando.