Puppies/Kittens
Enid estaba profundamente dormida, sin embargo, sintió que una lengua húmeda lamía su mejilla izquierda, intentó darse la vuelta para evitarlo, no lo consiguió, porque unos dientes mordían la mano que ocultaba su cara, por último un ladrido hizo que finalmente se despertara.
—Ya, ya… estoy despierta — Acarició la cabeza del Golden Retriever de casi dos años. El regalo del quinto aniversario de matrimonio por parte de Wednesday. Enid se sorprendió cuando regresaron de su viaje y Wednesday le dijo que tenía que ir un momento a la casa de sus padres, lo que era una total mentira. Había adoptado hace días al cachorro y solo fue a buscarlo al refugio. Wednesday le dijo que ya era de tener una mascota, ambas tenían cuando eran niñas. Enid le contó de su fascinación por los perros y le contó algunas anécdotas de ellos, por su parte Wednesday le contó de su Kitty Kat, un león, del pulpo de su hermano, Aristotle, Homer una araña y finalmente de su escorpión Nero y cómo fue que lo entrenó, porque su triste final ya lo sabía.
Su mascota le ladró para llamar su atención.
— Contento Polux, ya me levanté — El perro volvió a ladrar y mover la cola.
Enid agarró su teléfono para ver la hora, eran las 7:04 a.m. — Es muy temprano para despertarme en mi día libre. — Le habló a Polux. El perro estaba sentado mirándola.
—Solo me pongo mi bata y salimos al patio — El perro nunca se acostumbró a dormir en el patio, tenía una casa, pero Enid al sentir que rasguñaba la puerta cuando era un cachorro, le pidió a Wednesday si lo dejaba dormir dentro solo por esa noche. Wednesday le advirtió que si lo hacía, no dormiría nunca en el patio. La única condición fue que se quedara fuera del dormitorio. A partir de esa noche, Polux dormiría en el sofá.
Enid reconoce que fue bastante fácil enseñarle algunos trucos y generalmente era obediente, pero sufrió algunos daños en sus calcetines cuando todavía era un cachorro. Ahora le lanzaba la pelota de tenis y Polux la traía siempre y la dejaba en el suelo, primero se cansaba ella que su mascota.
—Mucho ejercicio a esta hora— Enid le hizo una seña para que entraran y le dio una galleta, ella solo se preparó un café, pretendía volver a acostarse, su esposa llegaría hasta la media noche, tenía turno doble.
Enid volvió a acostarse y Polux la acompañó.
—Recuerda que es un secreto entre nosotros — Enid le hizo una señal para que subiera a la cama. Minutos después ambos se durmieron.
Enid se despertó por segunda vez, por el sonido de su teléfono, una llamada spam.
—Vamos Polux ahora sí es hora de levantarse — El perro también se despertó por el sonido, se sacudió y se bajó de la cama. Enid le abrió la puerta para que estuviera en el patio, ella se iría a bañar y todavía no se decidía si pasar su día libre viendo las series que tenía pendientes o pasear en el centro comercial. Lo único que estaba segura era de que su mañana estaba destinada para Polux, paseando en el parque.
Enid después de desayunar, agarró su teléfono y las llaves de su casa. El parque estaba cerca, se irían caminando. Cuando llegaron hasta la entrada, Enid le quitó la correa a Polux para que corriera, estaba acostumbrado y si Enid silbaba él venía de inmediato, hasta el momento no han tenido ningún incidente.
Enid se sentó en una de las bancas, cerca de un árbol. Viendo que jugaba con otros perros, sacó el teléfono del bolsillo de su chaqueta, le enviaría un mensaje a su esposa, con suerte le contestaría 3 horas después.
Enid perdió tiempo actualizando sus redes sociales, de vez en cuando miraba donde estaba Polux, el perro pareciera estar feliz corriendo, así que se quedaría un rato más, no le gustaba estar tanto tiempo sola en casa.
Enid tuvo que moverse hacia la derecha para dejarle espacio a la mujer que se sentó junto a ella y que llevaba un coche con un bebé. Fingió que estaba ocupada con su teléfono cuando la madre sacó a su bebé del coche para tomarlo entre sus brazos, el bebé estaba llorando y la madre lo calmaba meciéndolo y hablándole dulcemente. Sin embargo, el bebé solo tenía hambre. Enid miró hacia adelante, no quería entrometerse en un momento tan íntimo entre una madre y un hijo.
Enid si tenía que ser sincera consigo misma, hace años se hubiera convertido en madre, sin embargo, siempre tuvo sus dudas al respecto, si sería una buena madre, no tenía el mejor ejemplo a seguir, además que era un tema que hace años no lo conversaba con su esposa.
Recuerda que en esa ocasión Wednesday solo le pidió algo de tiempo para pensarlo. Mientras Enid le había dado ese tiempo, ella investigó todo acerca de los procedimientos actuales para que dos mujeres pudieran concebir. Wednesday nunca le respondió. Enid tomó eso como una respuesta desfavorable, así que ese deseo quedó enterrado en algún lugar de su alma.
Enid se levantó de la banca y fue a buscar a Polux, su estado de ánimo cambió solo quería ir hasta su casa y olvidar este sentimiento viendo algunas de sus series favoritas. Polux cuando se acercó a ella le movió la cola y le ladró. Enid le dio una media sonrisa.
Enid se preparó solo ensaladas para su almuerzo, Polux tuvo su ración de alimentos y acompañó a su dueña. Enid estaba terminando de almorzar cuando su teléfono sonó, era un mensaje de texto, de inmediato lo leyó.
Enid se alegró de recibir ese mensaje de su esposa, al menos en esta ocasión no le mandó ninguna fotografía de su lugar de trabajo, no después que vio aquel mensaje cuando estaba trabajando y el grito que dio sorprendió a sus compañeros y molestó a su jefe.
Enid escribió un breve texto siempre acompañados por emoticones. También aprovechó para revisar sus otros chats. Hace tiempo que no le escribía a su amiga Yoko, era hora de ponerse al día.
Enid finalmente se quedó en la casa, vio una película que le recomendó Yoko cuando le preguntó que haría en su día libre. Una vez más le haría caso, solo esperaba que no tuviera demasiadas escenas sangrientas.
Polux se subió al sofá para acompañar a Enid, pero esencialmente para dormir. Enid lo fotografió y la subió de inmediato a su aplicación favorita, de inmediato recibió “corazones” de sus amigos. Bloqueó la pantalla de su teléfono y le dio play al control de su televisor, la película comenzó de inmediato.
Enid casi al final de la película se quedó dormida y tuvo algunos sueños extraños, porque cuando despertó aun tenía un recuerdo de una escena en particular. Estiró sus brazos hacia arriba y vio que su televisor mostraba la página principal de su servicio de streaming, agarró el control y la apagó. Miró hacia su derecha y Polux seguía durmiendo, se levantó con cuidado y fue hasta la cocina, le dio hambre así que esta vez cocinaría algo que incluyera alguna proteína.
Terminó su cena acompañada por una de sus listas de reproducción de su teléfono, Polux solo se despertó para pedir comida. Enid volvió al sofá para revisar las fotografías del viaje a Jericó de su aniversario en su tablet.
— Nunca pensé que podríamos entrar a nuestra habitación — Enid le habló a Polux, él se había vuelto a subir al sofá.
Su ventana circular seguía manteniendo la mitad con colores del arcoíris, la otra mitad solo tenía algunos autoadhesivos. Enid le pidió a su esposa si podían tomarse una foto delante de esa ventana, Wednesday aceptó y una de las estudiantes que ahora residía en esa habitación fue la encargada de fotografiarlas.
Enid revisó casi por completó casi las 100 fotos que se tomaron en ese viaje, realmente fue inolvidable.
—Sería divertido que pudiéramos ir en 10 años más — Enid volvió a expresar sus pensamientos en voz alta. Ese hábito se acentúo con la llegada de Polux, al menos tenía una excusa para hablar sola.
Enid acarició la cabeza de Polux después que terminó de ver las fotos, vio la hora en su reloj de pulsera.
—Solo queda una hora más para que regrese Willa — Le habló directamente a Polux, el perro le contestó con un ladrido.
El sonido de una llave girando la cerradura, hizo que Enid mirara en dirección a la puerta principal, de inmediato corrió hacia ese lugar, acompañada por Polux.
—WILLA — Enid besó a su esposa.
—Mon amor — Wednesday la saludó después de ese beso de bienvenida.
—No te esperaba tan temprano— Ambas fueron caminando hasta la sala de estar. Wednesday saludó a Polux acariciando su cabeza, antes de sentarse en el sofá, fue al baño y se lavó las manos.
—Los estudiantes que están en sus prácticas, son más eficientes de lo que pensaba. — Le respondió cuando se sentó junto a su esposa.
—No sabía que alguien elegiría estar en una morgue un sábado.
—Solo los que siguen esta especialidad — Enid subió su brazo derecho para abrazar a su esposa, Wednesday apoyó su cabeza en el pecho de Enid.
—Estoy feliz que tengas buenos estudiantes. — Enid casi siempre escuchaba los reclamos de Enid hacia sus estudiantes cuando llegaba a su casa.
—Yo también — Wednesday apenas terminaba sus turnos volvía a casa, sabía que su esposa odiaba estar sola. Aunque tenga como compañía a Polux.
Se quedaron un rato más así disfrutando de esa posición en el sofá, Wednesday fue la que rompió el silencio.
—Mañana ¿tienes algún plan?
—No, nada ¿por qué?
—Debo ir a casa de mis padres.
—¿Pasó algo? — Enid preguntó preocupada.
—No, solo debo recoger un encargo. — Contestó sin revelar la razón principal.
—Espero que no sea ningún animal disecado o peor aún, un animal muerto que quieras diseccionar.
—Nada de eso, prometí que en nuestra casa no habría animales muertos y he cumplido mi palabra.
—Bueno… sí…. — Enid agradecía que Wednesday siempre cumpliera sus promesas. — Supongo que no me dirás.
—No, deseo que sea sorpresa— Wednesday besó a su esposa y sujetó su mano, si seguía en ese cómodo abrazo se quedaría dormida y ella tenía otros planes para esta noche.
Ese domingo se levantaron temprano, el trayecto era de varias horas y Wednesday quería llegar a la mansión lo antes posible. Al mediodía, ya estaba estacionando su auto en la entrada de la casa, como siempre Polux fue el primero en bajarse del auto y corrió hacia el bosque, estaba acostumbrado al lugar, ya no se perdía.
Lurch fue quien las recibió en la entrada de la casa y les informó que sus padres estaban en el invernadero.
—Mis niñas — Gómez las saludo con alegría.
—Papá— Dijeron al unísono. Enid desde el día de su boda que llamaba así a Gómez.
Morticia las saludó con un abrazo — ¿Cómo estuvo su viaje? — Preguntó después de darle a cada una un beso en la frente.
—Bien, no tuvimos ningún inconveniente — Wednesday se sentó en una de las sillas que acompañaba a la mesa rectangular, Enid se sentó a su lado y Morticia terminó de alimentar a Cleopatra.
—¿La abuela? — Wednesday preguntó al no verla.
—Ya viene, estaba terminando unos últimos detalles.
—¿Está la abuela? — Preguntó Enid, rara vez tenía la ocasión de verla en la mansión.
—Sí llegó hace dos días — Morticia le respondió.
En ese momento vieron que entraba en el invernadero Eudora Addams.
Wednesday y Enid fueron a saludarla afectuosamente.
—Niñas— Eudora tenía en sus manos un frasco de vidrio con una etiqueta blanca.
— ¿Qué es eso? — Preguntó Enid cuando todos tomaron asiento. Eudora dejó el frasco en medio de la mesa.
—Un regalo especial de mi parte.
Enid miró a Wednesday — ¿Este es el encargo que venías a recoger?
—Sí, es para las dos — Wednesday estaba a punto de revelar lo que contenía el misterioso frasco.
—¿Para nosotras? — Preguntó con extrañeza.
—Veo que no seguiste mi consejo, querida Wednesday — Morticia le habló a su hija.
—No, no era el momento, no quería arruinar su ilusión.
—Esperen, creo que están hablando en código y no entiendo — Enid interrumpió esa enigmática conversación.
— Podrías decir que sí mon amour — Wednesday sujetó las manos de su esposa.
— Mi pequeña trampa mortal, no sigas torturando a tu esposa, creo que es tiempo que sepa, lo que has ocultado por años.
—¿AÑOS? — Enid gritó.
— Sí, serán casi 7 años que estaba preparando esta sorpresa. — Wednesday comenzó a revelar su secreto.
— ¡TANTO TIEMPO! — Enid seguía asombrada por ser incapaz de averiguar el secreto que le mantuvo oculta su esposa.
—Sí, hay una explicación, espero que no te molestes, por mantenerte al margen — Wednesday hizo una breve pausa — Dime Enid, ¿cuál es tu mayor deseo? — Wednesday la llamó por su nombre, así que Enid supo de inmediato que era un asunto serio.
—Casarme contigo — Respondió de inmediato.
—Eso lo sabemos todos los que estamos aquí presente, sin embargo, tienes otro anhelo aún más profundo.
Enid lo pensó por algunos instantes — Ser madre — Respondió casi en un susurro.
—Es por eso que con mi madre y la abuela estuvimos averiguando alguna forma de que nos convirtamos en madre sin recurrir a la medicina moderna, porque nuestro hijo no sería 100% de nosotras, tendríamos que recurrir a algún donador. Ya sabes que la abuela es una bruja y sabe encantamientos y preparaciones de pócimas, solo había una que desconocía por completo.
—No me digas… — Enid sintió que se le formaban lágrimas.
—Sí Enid, la abuela descubrió un libro muy antiguo, tan antiguo como el Book of shadows de Goody Addams, donde describe una pócima que permite que tú y yo seamos madres.
—No puede ser… eso es imposible… — Enid sentía opresión en su pecho.
—Créeme Enid, esta vez estamos segura que será exitosa.
—Puedes decirme ¿por qué estás tan segura?
—Esta será la séptima pócima de prueba, y ya sabes lo que dicen del número 7, que es de buena suerte.
—Pero tú no crees en la suerte — Enid le reprochó.
—Lo sé, sin embargo, presiento que esta vez si funcionará. Porque estos años hemos podido perfeccionar la fórmula. Cuando mi madre encontró el libro, faltaba algunos ingredientes e instrucciones, así que probamos distintas fórmulas. Los ingredientes son escasos, por esa razón solo podíamos prepararla una vez al año.
—¿Cómo sabes que fueron fracasos? —Enid no comprendía muy bien como funcionaba aquella pócima.
—La poción la bebía yo…
—¿Tú? ¿Cuándo?
—Durante mis horas de trabajo, por si presentaba algún síntoma.
—Entiendo, pero ¿cuál era mi participación en esto?
—El efecto de la pócima dura 12 horas, dentro de ese tiempo deberíamos tener sexo y yo sería la encargada de llevar a nuestro hijo en mi vientre — Wednesday con esta explicación hizo sonrojar a Enid.
—¡Oh!, vaya… — Enid no sabía que decir.
—Realmente siento haber ocultado esto, pero no deseaba ver tu cara de desilusión al saber que habíamos fallado en nuestros intentos.
—Yo, solo puedo decir que me siento la mujer más afortunada y que te amo profundamente — Enid abrazo fuertemente a Wednesday.
—También te amo, haría todo lo que este a mi alcance para hacerte feliz. — Wednesday limpió las lágrimas de las mejillas de Enid.
—Admiro tu valentía al vivir sola estos momentos donde supiste que la poción no tuvo éxito.
—Eso no es nada, siempre habría una próxima vez.
—Supongo que los test de embarazo no lo hacías en casa.
—No, los hice en el trabajo— Wednesday esos días, se encerraba en su oficina e intentaba que su rostro no reflejara su decepción, para que su esposa no sospechara.
Enid no le importaba que estuvieran los padres y la abuela de Wednesday, ella besaría a su esposa.
—Supongo que esperaremos a llegar a casa — Enid seguía sonrojada.
—Sí — Respondió simplemente Wednesday.
Ese día las conversaciones giraron en torno al tema del posible embarazo y de las 7 preparaciones de las pócimas. Cuando anocheció, Wednesday y Enid se despidieron, mañana tendrían que levantarse temprano y bueno en la noche tendrían que iniciar el proceso de un posible embarazo.
Los siguientes días no hablaron del tema entre ellas, pero ese pensamiento de saber si se convertirían en madres estaba presente en la mayor parte del día. Esos días se convirtieron en semanas y esas semanas en el mes que tendrían que esperar para que Wednesday se hiciera el test, ese día al fin había llegado.
—Ahora debemos esperar unos minutos — Wednesday que ya era su séptima ocasión de esperar a que aparecieran las barras azules, le explicó calmadamente a su esposa.
Enid solo asintió con la cabeza, esta demasiado nerviosa para hablar.
Wednesday vio la hora en su teléfono, se había cumplido el tiempo de espera, sin evidenciar en su rostro el resultado, le entregó el test a Enid para que lo averiguara.
—¿Es cierto? — Enid preguntó nerviosamente.
—Sí — Wednesday sonrió tan genuina y felizmente que aparecieron los hoyuelos en sus mejillas. Enid abrazó y besó a su esposa.
Cuando se volvieron a mirar en los ojos Enid estaba llorando y Wednesday también, pero sabían que eran lágrimas de felicidad.
Los siguientes meses Wednesday presentó las típicas nauseas matutinas hasta el término del primer trimestre del embarazo. Ahora en su sexto mes, ya era notoria su figura de embarazada.
Un día cuando regresaban a su casa después de visitar a Yoko y Divina y planificar el baby shower, Wednesday le preguntó a su esposa que no tenía sentido, que estaba segura que sería una niña. Enid le preguntó si había tenido una visión, Wednesday le respondió que no, solo era un hecho científico que solo cromosomas X estaban involucrados en su embarazo. Enid le respondió que era una buena oportunidad de reunir a sus amigos.
Enid era la conductora oficial. Detuvo el auto y rápidamente le abrió la puerta y ayudó a bajar a su esposa. Cuando se acercaban a su puerta vieron una sombra acompañados de pequeños ruidos.
—Oh, por dios — Enid agarró al gatito en sus manos.
—No puedo creer que se deshagan de este pequeño. De seguro pensaron que les daría mala suerte. — Enid dijo aquello con molestia, porque piensa que todavía hay gente que asocia a los gatos negros con la mala suerte.
—No podemos dejarlo afuera…
—Claro que no, el pobre no sobreviviría. — Wednesday abrió la puerta de su casa y Polux las saludo meneando la cola alegremente.
—Buen chico— Wednesday acarició su cabeza.
Enid fue a buscar algunas mantas y buscando algo que sirviera como biberón, era tarde y no deseaba dejar sola a su esposa.
—Mon amour, solo te pido que no lo llames, con el típico nombre para gatos negros.
—¿Salem?, me parece tan apropiado. — Enid lo estaba alimentando mientras lo tenía en su regazo.
—Sí, sé que puedes ser más original — Wednesday ya tenía al menos 5 nombres para el gatito.
—A ver, déjame pensar… — Wednesday le dio todo el tiempo mientras el gatito bebía la leche. —Creo que lo tengo.
—¿Cómo se llamará? — Wednesday acariciaba a Polux que estaba interesado en el nuevo integrante de la familia.
—13, ¿qué te parece?
—No estoy del todo convencida — Wednesday encontraba original el nombre.
—Bueno cuando lo llevemos al veterinario, habré encontrado un mejor nombre — Enid buscaría esa noche por internet nombres de gatitos.
—Espero que para nuestra hija tengas mejores nombres— Wednesday bromeó
—Tengo toda una hoja con posibles nombres — Enid desde que supo que había sido un éxito la pócima, de inmediato escribió algunos nombres para niña y niño.
—Bien, porque no deseo escuchar que le digas “cachorro” a nuestra hija — Wednesday sonrió, haciéndole entender a Enid que estaba bromeando.
—¡Vamos Willa! Es un apodo divertido. — Enid también sonrió.
Wednesday Addams ni en sus mejores pesadillas o en sus terribles visiones pudo prever que su vida se convertiría en pura felicidad, no cuando su madre le advirtió que el camino del cuervo es solitario. Le faltó agregar que sería así, si es que no encontraba a un lobo llamado Enid que la alejara de la soledad.
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