Tener ansiedad puede llegar a ser muy confuso, incluso para quienes la padecen desde hace mucho tiempo.
Hay lapsos en donde uno sufre mucho insomnio, nada logra que consiliemos el sueño, miles de escenarios pasan por nuestra cabeza cada que no tenemos la mente ocupada en algo, e incluso cuando lo estamos, los pensamientos intrusivos llegan de la nada; el hambre desaparece por completo de nosotros, a veces se come solo porque se tiene que comer, no nos apetece nada y con un bocado nos llenamos de inmediato. Pero entonces, de pronto sientes que algo cambió, quizá estás mejorando, te dices a ti mismo. Hoy tuve mucho sueño mientras iba camino a casa, llegué a comer un gran plato de sopa y tengo antojo de helado, de hecho dormí más de 8 horas seguidas, desperté con mucha hambre. Pero entonces, pausas un poco y todo toma sentido. No, no estás mejor, no se fue la ansiedad. Ahora simplemente se presenta de forma diferente. Sólo quieres dormir todo el día, te sientes cansado todo el tiempo, se te cierran los ojos; un plato de comida no te llena, tienes antojos a toda hora, necesitas comer mucho y solo piensas en que más podrías estar comiendo... Es un constante cambio que confunde tanto.
Con solo 2 años, Olivia Farnsworth sufrió una herida donde casi pierde el labio. ¿Lo curioso? Siguió jugando como si nada, hasta que su maestra la encontró. Cuando la llevaron al médico, también revisaron para ver por qué no sintió nada y descubrieron una misteriosa condición genética. 😯
Probe muchas dietas anorexicas, entre ellas la de solo líquidos, café, manzanas, solo chicles y agua. Pero ninguna es tan efectiva como solo dejar de comer.