Estoy llorando sin lágrimas en los ojos, estoy gritando con la boca cerrada, estoy cometiendo el peor de los homicidios. Estoy cayéndome al precipicio con anhelo de poder ser salvado, estoy ayudando a los demás aunque yo esté destrozado. Hace mucho que me estoy apagando y nadie se da cuenta.
Siempre me mantengo caminando, algunas veces llego a correr pero siento que no avanzo, grito pero nadie me escucha, duermo pero no sueño con nada más allá de esta vida, es como si estuviera estancada.
Esta noche tengo una necesidad abrumadora de gritar, de explotar de adentro hacia afuera. Quiero gritar hasta no poder más. Quiero llorar y después tomar un gran respiro para volver a gritar con todas mis fuerzas. Porque esta noche no aguanto más, y todo lo que mi alma necesita es gritar.
Sea coherente con sus actos, no podes haberme mandado a la mierda y luego preguntar cómo estoy…
No podes decir que me extrañas si te fuiste de la mano con alguien.
No podes decirme que no estás bien, si sonríes con alguien y se lo gritaste al mundo entero. Sin importar mi persona.
Escribo con rabia y tristeza, sé que me extrañas pero también sé que estarás bien, ya me lo demostraste anteriormente, cuando te necesité me di cuenta que tú no me necesitabas, créeme que dolió y seguirá doliendo… pero sabes que siempre seré mi mejor versión, el daño queda pero no permitiré que cambie mi ser.
Tengo tantos escritos para ti, por acá, en papeles, servilletas, un diario, pizarras, fotos y siempre llego a lo mismo, deseándote lo mejor con todas mis fuerzas, recogiéndome del suelo sabiendo que siempre di lo mejor de mi, aún te amo con mi corazón y espero que te amen como yo lo hice, porque todos merecemos ser felices y amados.
Callar para no herir.
¿Acaso no es así?
Así es que funciona esto. Tú me dañas y yo no me quejo, tú te atreves y yo me contengo.
No puedo hablar porque te hiero, pero tú puedes actuar y dejarme en el suelo.
Entonces es así, ¿no amor? Así es esto, sin más miramientos.
Tú me hablas y yo me callo, tú lo gritas y yo me hago a un lado.
No hay igualdad ni tampoco lealtad, solo ganas de gritar y de echarme para atrás.
Así funciona este juego, el juego de máscaras. Tú eres el amor y yo la comprensión, representando lo que nos falta y mostrando lo que no tenemos para nada.