"Lo único curioso, como siempre, es el divorcio diabólico de las formas y los contenidos. En todo lo que contaste el mecanismo es casi exactamente el mismo que entre dos enamorados, aparte de la menor resistencia y probablemente la menor agresividad".
Ahora que la melancolía se marchó, te encuentras con un nuevo pensar, lenta la transición, pero necesaria la renovación, nuevas formas de mostrar, nuevas formas de pensar, metamorfosis esencial, esperando que aparezcan las palabras, llenas de pensamientos, y oraciones, que continúan evolucionando sin cesar.
Quisiera ser mañana entre tus calles
una sombra cualquiera, un objeto, una estrella,
navegarte la dura superficie dejando el mar,
dejarlo con su espejo de formas moribundas,
donde nada recuerda tu existencia,
y perderme hacia ti, ciudad amada,
quedándome en tus manos recogido,
eterno pez, ojos eternos,
sintiéndote pasar por mi mirada
y perderme algún día dándome en nube y llanto,
contemplando, ciudad, desde tu cielo único y humilde
tu sombra gigantesca laborando,
en sueño y en vigilia,
en otoño, en invierno,
en medio de la verde primavera,
en la extensión radiante del verano,
en la patria sonora de los frutos,
en las luces del sol, en las sombras viajeras por los muros,
laborando febril contra la muerte,
venciéndola, ciudad, renaciendo, ciudad, en cada instante,
en tus peces de oro, tus hijos, tus estrellas.
"¡¿Porque escondernos?! Solo porque alguien lo dijo. Quiero correr por las calles. Saber que es natural lo que percibimos... Que hay un camino que nos puede mantener unidos".