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#arturo ceja
ufopartyyyy · 2 months
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continuación de esto / 18 diciembre, oregon.
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@mitskimisky⠀⠀)⠀⠀si bien tensión ha abandonado su piel, musculos, plática es llevadera & enfocada en su tiempo a futuro, juntos, persiste cierta curiosidad en todo lo anterior, sin nada en específico, & todo a la vez. & como no, la certeza de que no desea verla molesta de nuevo, o siquiera un poco, mucho menos provocarlo. como hacerlo si las posibles consecuencias sean ácidas miradas, no poder tocarla nuevamente, verla, o tener un beso mas antes que el sol se ponga & un día nuevo empiece. claro que no. aunque eso dependa tambien del camino que lleven, de seguir conociendose, no va a rehuir, o ceder, al menos no tan facil. tiene algo de fe, que bajo cualquier hostilidad, debe haber razones, & eso tambien le da algo de alivio, uno que solo él entendía. en su lugar, decide aprovechar ese día, ese primer día así para acercar la silla un poco más, digitos que repasan sin ver detalles de la mesa, comprende recién. aunque extraño, poco normal, es algo habitual en realidad. hasta hay un mohín efímero, asintiendo apenas. claro que solo es una teoría en su cabeza, patrones nimios, pero presentes. muerte a su alrededor, sin falta. tragedia. pero no iría decirselo, incluso al alzar mirada, porque sería… aún mas extraño. espalda cae en respaldar de silla, observandola luego de propia confesión. idiomas no siendoles lejanos al entender, pero es el hablar su cruz. marrones bajan a sus manos entrelazadas, pulgas acariciando dorso ajeno, jadeo sutil por advertencia.⠀❛ ¿vas a cuidarme? ❜⠀cuestiona, curioso. lejos de la ultima vez que eso fue topico, ahora no le rehuye, hasta se siente cálido, por lo que sonríe, asintiendo.⠀❛ tendremos tiempo, ❜⠀musita, el tiempo en el avión, o desde que pongan un pie fuera de esa cafetería. o el que ambos decidan compartir. un poco se siente demasiado, esa realización es la que ocasiona esa sensación momentánea que aprieta latidos, pero voz ajena devolviendole a escena,⠀❛ suena perfecto, ❜⠀como si lugar hubiera estado pululando en sí, vastedad de lugares que puedan ocurrirseles, pero aún sentía que los ajenos debían estar primeros.⠀❛ oh, ¿entonces crees en los fantasmas? ❜⠀cejas se alzan apenas, curioso, evidentemente queriendo saber mas pero sonrisa solo delata que ya lo anotó mentalmente.⠀❛ phillibert aspairt, ❜⠀repite, para seguir anotando todo aquello en alguna parte de mente, no dejar pasar nada.⠀❛ ¿mont-martre?, ¿es un mon-te?, ❜⠀entorna mirada, intentando ir por su té, creyendo que es eso, recordando asiento de arturo en edimburgo, aquel que deja ver la ciudad entera. lugar que le recordaba a su pueblo, por lo que entendía ahora, pues francia colindaba con alemania, esas tendencias en ambos. una risa lo embarga, de aquellas que llevas cabeza ligeramente hacia atrás.⠀❛ claro, claro que sí. ❜⠀anota eso también. adrenalina, volviendo para recibir su beso.⠀❛ entonces tambien debo enseñarte un par de cosas. ❜⠀entorna mirada, pues, necesitaría que alemana sepa escapar con rapidez si era necesario.⠀❛ creo que organizar. es lo mejor. aunque no lo parezca, soy organizado. no es mi culpa que, las cosas cambien de un momento a otro. ❜⠀se defiende, antebrazos ya sobre el filo de mesa.⠀❛ tú, por ejemplo. ❜⠀añade, aunque tono es solemne, & mirada es mas cálida al encontrarla. ni habia planeado encontrarla allí, días anteriores estaban atravesados por lo que pasó esa noche hace días, ahora se habia disipado, dejando un beso en nudillos ajenos al acercarlos a él.⠀❛ & me ha gustado mucho. ❜⠀no se iba a mentir, deseos, necesidades habían escalado luego del beso en el cine, habría sido dificil de olvidar. & lo sería, mientras mas se adentraba, pero no quiere detenerse, mirada sobre ajena aún, inclinación inminente,⠀❛ me estas gustando mucho, ❜⠀confiesa, humedece filo de carmines, tentando el espacio que los separa, e incluso su alrededor, sabe que es lo que quiere conseguir.⠀❛ no pienso detenerme, ❜⠀advierte, un susurro, antes de conseguir un nuevo beso.
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juarezesdeporte · 11 months
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BARRERA DE SOL
TARDES ACIAGAS
Manolo de la Laguna
 MEXICO, TENOCHTITLAN.- Antes de entrar al tema Permítasenos hcer un símil, recordar algo del Credo de Ricardo López Méndez: ...tu hueles a tragedia tierra mía y sin embargo ríes demasiado, acaso porque sabe que la risa es la envoltura de un dolor callado... Por qué lo anterior.
 Ahora sí al tema comenzando por definir qué es aciago: Que presagia desgracia y mala suerte, según el dicc.
 Dígalo si no las 2 tardes aciagas 2 que ocurrieron en el serial taurino en la monumental plaa de toros de Aguascalientes, en su Internacional Feria de San Marcos, a la cual ya no asistimos por razones que ustedes, amables lectoras (es), no están para saberlo, ni nosotros para contárselos. La edad.
 En tardes diferentes, dos toreros de la tierra hidrotérmica, fueron víctimas de serias lesiones que les propinaron los bureles que les tocaron en suerte; uno fue herido en la axila derecha y el otro quedó momentáneamente conmocionado en la arena; el primero ya fue dado de alta por los médicos y el segundo reposa en casa reponiéndose de una lesión en la parte baja de una pierna; podemos decir que "lor dó" gozan de cabal salud afortunadamente y la angustia familiar ya pasó.
 Pero quienes fueron esos arlequines de seda y otro que partieron plaza en esas tardes aciagas: Arturo Macias "El Cejas" y el torero de dinastía Joselito Adame.
 Gracias a la tecnología podemos ver, a través de los "vidios", trozos de las faenas que realizan los toreros y de cómo los toros, los prenden, los levantan, los revuelcan o los cuernan, pudiendo repetir esos trágicos momentos, cuantas veces lo quiera uno, hasta comprender que el oficio de torear reses bravas, es sólo para hombres que tienen valor sereno, para practicar el oficio de "Cúchares" y que cuando triunfan, la afición los convierte, primero en Figuras y después en Maestros del toreo, salvo opinión en contario.
 Ya es noche en el Valle el Anáhuac y el lunes nos espera un día muy agitado como los que hemos tenido en este fin de semana, por lo que, haciendo la graciosa huida, aquí le cotamos y ordenaremos a la habitación, una cena ligera, aunque sea de liebres orejeras como las de Chihuahua, después hacer la meme y que ruede er mundo.  ¡Viva Aguascalientes!. Vale.  
(Manolo de la Laguna)  
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denverworksheet · 1 year
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Man gets 5 months in prison for transporting fireworks that LAPD detonated in botched disposal
Arturo Ceja III, 27, pleaded guilty to the unlicensed transport of explosives from Nevada to California. The LAPD's bungled detonation of his cache blew up a neighborhood and injured 17 people.
from California https://ift.tt/Y80siBn
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radicalurbanista · 3 years
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LAPD detonated 5000 lbs of fireworks in the middle of a residential area, injuring at least 17 people and causing $900 million in various damages in a low-income, majority-POC neighborhood.
They then continue to pursue caging the person whose fireworks they stole while news media misreports to cover for police incompetency and destruction.
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post on the damages
post on the explosion
in depth article
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eldiariodelarry · 4 years
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Inocencia, parte 1
Camilo se miró por última vez en el espejo de su habitación y respiró hondo. Recorrió con su mirada la ropa que tenía puesta y luego sus ojos recorrieron su popio rostro en el reflejo. Sonrió.
Se aplicó perfume y salió de su habitación. Tomó sus llaves de la mesita de centro y dijo en voz alta:
—¡Voy a hacer un trabajo donde un compañero! —esperando que su madre lo oyera desde la cocina.
—¿Y tan tarde que se van a juntar? —preguntó con tono de preocupación su madre, saliendo de la cocina con un paño en las manos, secándoselas.
—Es que el Héctor recién a esta hora se desocupa de su trabajo —respondió Camilo.
La madre se acercó al joven y le acarició el rostro con cariño.
—Vaya con cuidado —le pidió, como si la sola idea de que le pasara algo a su hijo le causara dolor físico.
Camilo asintió, y con una sonrisa le expresó a su madre todo el amor que sentía por ella. Dio media vuelta y salió por la puerta de la casa a la calle.
Al cerrar la puerta tras el, tuvo un muy mal sentimiento de culpa. No le gustaba tener que mentirle a su madre, pero aún así, lo hacía. Sabía que la mujer no aceptaría jamás que su hijo fuera homosexual, así que le mentía para no decepcionarla.
También sabía que no era necesario inventar que estaría haciendo un trabajo donde un compañero. Simplemente podía haber dicho que iría a la disco con un grupo de compañeros de la universidad, después de todo, era natural que los mechones carretearan lo máximo posible. Pero no, siempre elegía las mentiras menos convenientes.
Después de unos minutos el sentimiento de culpa se fue desvaneciendo y las ansias de llegar a su destino comenzaron a ganar terreno.
Estaba muy emocionado de ir por primera vez a una discoteca alternativa. Se había puesto su mejor tenida, para causar una buena primera impresión dentro del ambiente homosexual.
“Quizás conozca a mi primer pololo”, pensaba con ilusión mientras esperaba que pasara el colectivo que lo llevaría a su noche de diversión.
—A Iquique con Allende —le indicó al chofer, engrosando la voz, mientras extendía la mano con un billete verde doblado pulcramente por la mitad.
Camilo nunca había ido a una discoteca alternativa, y la única vez que había asistido a una “normal”, había sido para su fiesta de cuarto medio el año anterior, así que no tenía forma de saber que, en realidad, iba demasiado temprano.
Al llegar intentó mostrar una actitud relajada y confiada, pero en realidad estaba muy nervioso y contento.
—¿Cédula? —le preguntó el guardia en la recepción, con una polera negra muy ajustada, provocando que Camilo quedara absorto mirando sus bíceps.
Sacó la billetera del bolsillo interior de su chaqueta de cuero y buscó su carnet de identidad. Lo extendió al guardia, quien lo analizó (o al menos simuló hacerlo), y luego se lo devolvió.
—Adelante —le indicó, con el mismo tono monótono del principio.
“Seguramente es heterosexual”, pensó.
Temblaba de pies a cabeza, emocionado de poder estar por fin en el lugar que había querido conocer desde hace años, y por fin se había atrevido.
Temió encontrarse con algún conocido que pudiese revelar su identidad a alguien más, pero estaba seguro que no conocía a nadie abiertamente gay, y si se cruzaba con algún conocido, asumía que tendrían que guardarse el secreto mutuamente. Se sentía optimista.
Se dirigió de inmediato a la barra a pedir su cover, que venía incluído con el precio de la entrada, y quedó deslumbrado cuando el barman se volteó a atenderlo. Sus ojos verdes y su corto cabello rubio le daban un aire de modelo de revistas juveniles, y de repente Camilo perdió la capacidad de hablar.
—¿Qué se te ofrece? —le preguntó con amabilidad el barman.
Camilo se dio cuenta después de un par de segundos que se había quedado absorto en la belleza del muchacho, y se avergonzó.
—Em… e… ¿qué? —preguntó, ruborizado.
Mal primer paso de la noche.
El barman se rio con empatía, como sintiendo lástima por Camilo.
—Que qué se te ofrece —repitió.
—Una cerveza —respondió de inmediato Camilo. Solo quería terminar con esa vergonzosa situación lo más rápido posible.
—¿Cuál? —volvió a preguntar, indicándole la variedad de marcas que habían en el refrigerador.
—Corona —fue la primera que vio Camilo.
El barman levantó las cejas, decepcionado.
—¿Primera vez? —le preguntó, sacando la botella de la máquina.
—Si —respondió después de unos segundos, en los que pensó seriamente en responder lo contrario. La costumbre de mentir—. ¿Cómo supiste?
—Porque se nota que estas muy nervioso —respondió el barman, apoyando los codos en la barra y hablándole más de cerca—, estás solo, y eres demasiado joven para estar aquí tan temprano —agregó, sonriéndole amablemente.
Camilo se ruborizó al darse cuenta que al parecer era muy obvia su situación.
—Guárdate el cover, yo te invito ésta —dijo guiñándole el ojo, a modo de cierre de conversación cuando llegó un grupo de hombres a la barra a pedir algo para beber.
—Gracias —le dijo Camilo, sin creer la amabilidad del barman.
“Quizás me estaba coqueteando” pensó, ilusionado por la amabilidad del apuesto muchacho. Siguió con la mirada al barman, mientras saludaba con mucha alegría a uno de los hombres que llegaron a la barra. “Simplemente fue amable porque es su trabajo”, se dijo finalmente Camilo, decepcionado.
Le dio la espalda al bar y notó que la pista estaba relativamente vacía aún, un par de grupos de hombres (a los que Camilo les echó al menos unos cuarenta años), compartían alegremente en puntos distintos de la pista de baile, conversando, riendo y bailando.
A medida que los minutos (y las horas) pasaban, comenzó a llegar más gente, la mayoría hombres homosexuales, y Camilo sintió que se enamoró al menos unas cincuenta veces.
Nunca había visto a chicos tan lindos con los que podría existir la posibilidad de tener una relación (los chicos lindos que conocía eran todos heterosexuales, a su saber), pero obviamente, estaban todos acompañados, de sus amigos o sus parejas, o ambos, y su obvia timidez no lo ayudaba a atreverse a invitar a alguien a bailar.
Así se mantuvo al borde de la pista, con su botella de cerveza ya casi vacía, moviéndose torpemente al ritmo de la música.
Se acercó a la barra con la esperanza de ver al chico de ojos verdes y poder conversar un rato con él, pero lamentablemente, él ya no se encontraba en el puesto, donde ahora una guapa chica de largo pelo negro y flequillos tomaba los pedidos.
Guardó el cover en el bolsillo interno de su chaqueta, y le pidió otra cerveza a la barwoman, quien rápidamente le entregó la botella y recibió el dinero.
Camilo se sentó en la silla que estaba más al borde de la barra, y se puso a ver a la gente bailando, un poco bajoneado porque la noche no estaba resultando como él quería.
Quizás él no servía para eso, quizás el “mundo homosexual” no era lo suyo y tendría que seguir en el closet, deprimido e infeliz, ya que no era capaz de poder relacionarse con otros gais.
Estaba a punto de levantarse para irse a su casa cuando escuchó una voz grave a su lado.
—¿Primera vez aquí? —Camilo miró a su lado y un hombre fornido de unos cincuenta años le sonreía con simpatía. No recordaba haberlo visto acercarse, o quizás estaba demasiado absorto en sus pensamientos depresivos que perdió la capacidad de notar lo que ocurría a su alrededor.
—Si, primera vez —respondió con sinceridad, mientras recorría el rostro del hombre con la mirada.
De rostro delgado, y completamente afeitado, tenía el cabello corto luciendo con orgullo las canas que asomaban con fuerza, dándole un color gris oscuro. Unos anteojos ópticos enmarcaban sus ojos oscuros, y las arrugas del costado indicaban el paso de los años.
Camilo pensó que tendría alrededor de unos cincuenta años, pero a pesar de la gran diferencia de edad, le parecía bastante atractivo. “Seguramente en su juventud debió haber sido guapísimo”, pensó.
—¿Y andas solo? —le preguntó.
—Si —se ruborizó Camilo—, ¿y usted?
El hombre se rió.
—Llámame Raúl —le dijo, extendiéndole la mano.
—Camilo —respondió, con timidez, estrechándole la mano.
—Oye Camilo, te estuve mirando un rato mientras bailabas, y me gustaría conocerte más. ¿Te tincaría ir a mi casa a conversar un rato en privado? —preguntó Raúl, sin rodeos.
Camilo se sorprendió con la audacia de su pregunta, pero también su autoestima se vio agradecida por sus palabras. “¿De verdad me quiere conocer?”, “¿en serio le puedo parecer interesante o guapo como para invitarme a su casa?”. Su seguridad aumentó en un cien porciento, y le subió el ánimo.
—Si quieres te pago —propuso el hombre, acecándose al oído de Camilo, al no recibir una respuesta inmediata de su parte.
Camilo lo miró, intentando descifrar si hablaba en serio o no.
Raúl sacó su billetera, y la abrió. Recorrió con los dedos los billetes que estaban adentro, y Camilo pudo ver una gran cantidad de Arturos.
Sintió la adrenalina recorrer su cuerpo, y probablemente por acción del alcohol de la cerveza, se sintió más audaz, más atrevido y capaz de hacer cosas que quizás más temprano nunca habría hecho.
—Bueno —respondió finalmente.
Raúl le sonrió, y ambos se pusieron de pie y se dirigieron a la salida de la discoteca.
Durante el viaje en la camioneta roja de Raúl, Camilo comenzó a sentirse nervioso. Dudó de su decisión de haber aceptado la propuesta del hombre que iba a su lado, pero no dijo nada. No quería hacerlo sentir mal, por ridículo que sonara.
Raúl se detuvo de frente al portón de una casa blanca en el sector Coviefi.
—Llegamos —le dijo, con entusiasmo—. Voy a entrar la camioneta, y tu te bajas adentro, ¿ya? —explicó.
Camilo simplemente asintió, con una sonrisa tímida.
No sabía qué estaba haciendo ahí, si claramente no tenía ningún atributo llamativo como para atraerle al dueño de casa, y mucho menos tenía experiencia como para saber manejarse en una situación así.
Una vez adentro de la casa, Raúl le ofreció una copa de champán, y le indicó que tomara asiento en el sillón de un cuerpo del living, mientras él se sentaba en el de tres cuerpos ubicado frente al primero.
—¿A qué te dedicas, Camilo? —le preguntó, intentando crear conversación.
—Estudio —respondió secamente—. Ingeniería Comercial —agregó, para no sonar tan cortante.
Mintió. En realidad estudiaba pedagogía.
—¿Y usted? —le preguntó a Raúl—, ¿y tu? —se corrigió de inmediato.
—Trabajo en una agencia —respondió con confianza Raúl—, de publicidad —agregó, interpretando correctamente la expresión de duda de Camilo.
—¿Haces muy seguido esto? —quiso saber Camilo, aunque sentía que no debía preguntar.
—La verdad no —se rió, para mostrar despreocupación—, pero cuando te vi sentí que no podía dejarte ir, aunque tuviera que ofrecerte mi casa entera.
La mirada de Raul recorrió el cuerpo de Camilo con deseo, y finalmente se detuvo en sus ojos. Le hizo una seña con los dedos, indicándole que se acercara, y Camilo obedeció.
Se levantó del sillón y se paró frente a Raúl, quien con sus manos acarició sus muslos y glúteos por sobre la tela del pantalón.
Camilo flectó las piernas a los costados de Raúl, siguiendo las sutiles indicaciones de su anfitrión, y se sentó en su regazo, quedando ambos frente a frente.
—También puedo notar que es tu primera vez haciendo algo así —le dijo Raúl.
—No —mintió Camilo, y de inmediato se arrepintió. No sabía por qué le había mentido, si no tenía necesidad de hacerlo. No estaba obligado a complacerlo ni tampoco era algo vergonzoso admitir que nunca había tenido sexo por dinero.
Raúl le sonrió, mirándolo a los ojos, y se acercó a besarlo.
Camilo no hizo nada, solo esperó a que sus labios tocaran los suyos, y supuso que desde ahí improvisaría.
Siempre supuso que su primer beso sería algo mágico, por estúpido que sonara. Se lo daría al chico que trabajaba en la cafetería de la universidad, después de encontrarse en algún carrete, donde ambos se conocían y conectaban de una manera única, hasta que se daban cuenta que estaban atraídos el uno al otro. Con suerte también sería el primer beso del chico de la cafetería, pero si no, no le importaba. Y así pasaba del chico de la cafetería, a su amigo de la infancia, al compañero de la u que al menos reconocía su presencia, y últimamente, el barman de la discoteca. En resumen, cualquiera que hiciera su vida un poco menos miserable.
Sintió la lengua de Raúl intentando abrirse paso a través de sus labios, y él se lo permitió. Trató de hacer lo mismo, imitándolo, pero se sentía incómodo. Sabía que lo estaba haciendo mal, dejando en evidencia su inexperiencia.
Las manos de Raúl recorrían la tela del pantalón de Camilo, e intentaron meterse por debajo de esta, por la parte de atrás, pero el cinturón no se lo permitía.
Raúl se puso de pie, con Camilo aún en su regazo, se dirigió a su habitación, y lo dejó en la cama de dos plazas. Se comenzó a desvestir, frente a Camilo, y él lo imitó. Apreció el cuerpo trabajado del hombre que tenía frente a él, y se sintió como en una película porno, aunque sabía que no tenía las habilidades para igualar a una.
Quedaron ambos en ropa interior, y Raul se avalanzó sobre Camilo y recorrió su cuerpo con sus labios. Le besó las tetillas y luego le hizo sexo oral.
Camilo sintió un tipo de placer nuevo, una sensación que nunca había logrado con la masturbación. Con las manos acariciaba el cabello de Raul, para demostrarle que le gustaba lo que hacía.
Cuando llegó su turno de hacerlo, se puso nervioso y no supo como reaccionar. Tomó el miembro de Raul con sus manos, y se lo metió a la boca por completo, lo que le provocó un reflejo de emesis.
—Suave —le indicó Raul, con amabilidad, y cuando Camilo comenzó a hacerle sexo oral, demostró su placer con gemidos (un poco exagerados a opinión de Camilo, porque pensaba que era imposible que fuera capaz de provocarle tal placer).
Camilo se aseguró de que llegado el momento, él fuera el activo en la relación sexual, y Raúl no opuso resistencia. Le pasó un condón que tenía guardado en el velador, y se lo puso con la boca.
El encuentro sexual terminó después de varios minutos en los que Camilo golpeó su pubis contra los glúteos de Raúl, de forma casi automática, oyéndolo gemir y gritar, y obedeciendo sus sugerencias respecto al ritmo, y acercándose a besarlo cada vez que el hombre le indicaba que lo hiciera.
—¿Qué te parece si ahora te lo meto yo? —le preguntó Raúl, después de haber concluido la relación sexual, perdiendo toda la sutileza que usaba antes del acto.
Camilo, que estaba recostado a su lado, aun desnudo, se puso nervioso ante su propuesta.
—Peferiría que no —se ruborizó. Sentía que ya tenía al menos la confianza para compartir cierto nivel de sinceridad—. Nunca he sido pasivo —explicó.
—¿En serio? —preguntó sorprendido Raúl, con la mirada iluminada.
—Si —respondió Camilo, ganando un poco de seguridad.
—Bueno, en ese caso tendría que ofrecerte más dinero.
Raúl se levantó de la cama y buscó entre su ropa la billetera. Sacó unos billetes, los contó y se los entregó a Camilo, mientras se volvía a sentar en la cama.
Camilo los recibió perplejo.
—Eso es por lo de hoy.
Eran cien mil pesos. Camilo no sabía cómo sentirse. Si bien nadie puede decir que esa cantidad de dinero le llega en mal momento, siempre su madre le inculcó que para tener dinero tenía que ganárselo con trabajo duro.
—Piénsalo bien si quieres que te inicie en el rol de pasivo —le dijo, con una sonrisa convincente—. Una virginidad puede atraer mucho dinero.
Camilo no dijo nada, simplemente sonrió y bajó la mirada. El hombre que tenía frente a él le estaba ofreciendo comprar su virginidad, por quizá cuánto dinero.
Según su punto de vista era una estupidez pensar que la virginidad de una persona tuviera un valor cuantificable, o que una persona virgen valiera más moralmente hablando que una que es sexualmente activa; pero de todas formas, nunca había pensado que tendría la oportunidad de vender la suya, a pesar de que ya lo había hecho hace unos minutos, sin que lo supiera Raúl.
Raúl se acomodó en la cama, quedando muy cerca de Camilo.
—Me gustó, lo que hicimos —le dijo.
Camilo se rió con timidez, sin saber qué decir. La verdad estaba comenzando a sentir cierto rechazo al hombre que estaba frente a él, y sinceramente, sentía asco de sí mismo también.
Se sentía sucio, a tal nivel que consideró devolver el dinero, pero no lo hizo.
—Ahora quedas libre —le dijo Raul—. Si quieres te puedo llevar a tu casa —ofreció.
—No, gracias —intentó fingir cordialidad—. Puedo tomar un taxi —dijo riéndose sin ganas, mostrándole el dinero a Raúl. En realidad no quería que supiera dónde vivía.
Tomó una ducha rápida en el baño de Raúl antes de vestirse, y al salir Raúl seguía completamente desnudo.
—¿Cómo te contacto? —le preguntó el hombre.
Camilo no quería darle su número de teléfono, pero lo hizo igualmente, fingiendo amabilidad.
Se dio media vuelta para dirigirse a la puerta de salida, pero Raúl lo tomó de la mano.
—Mira como me pones —le dijo poniendo su mano en su miembro, y luego lo besó con fuerza. Camilo no opuso resistencia, pero lo besó sin ganas. Un beso vacío.
Raúl le dio una última nalgada, y lo soltó.
—Camilo… —dijo Raúl, cuando Camilo ya estaba frente a la puerta de entrada.
Camilo se volteó, para saber qué quería Raúl.
—¿Si?
—¿Te molestaría si hablo con algunos amigos sobre ti? —preguntó, y Camilo no entendió muy bien a qué se refería—. Amigos que podrían pagar muy bien por lo que tienes para ofrecer —agregó.
—No, para nada —dijo con una sonrisa amable que ocultaba perfectamente su vacío emocional.
Se dio media vuelta, y salió por la puerta.
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bokettofg · 4 years
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Diapasón
El chirrido de la persiana de Julio fue el despertador más certero que tuve en mi vida. Cada mañana del año y medio que viví frente a la estación de Flores, 7:30 con puntualidad de ferretero < aunque solo haya conocido a éste, cuenta para crear una regla>, sonaba el forcejeo metálico de aquel pequeño rincón perdido en el tiempo.
Primero me avisaba el candado golpeteando en el cerrojo que me quedaban cinco minutos más. Luego crujía la persiana subiendo en tres tiempos, exactos, como la metralleta de una película.
Saltaba de la cama con el sueño en lo ojos y en un caminar errático llegaba al baño, prendía la vieja Tonomac que me dejó mi abuela, y me duchaba lo que durará el anuncio de las y media: Complicaciones del tráfico acceso a capital, cortés  a cualquier altura de panamericana y las primeras manifestaciones del día. ¿Cómo habrá llegado el locutor, con tantos cortes?.
Siempre me gusto jugar a adivinar a qué hora se levantan los locutores de radio y como es su vida. El programa empieza a las seis de la mañana, como mínimo tiene que haber llegado a las cinco, leer los diarios, tomarse un café más y terminar de definir el armado con sus compañeros. En su casa seguro algo debe desayunar y bañarse antes de salir para la radio, ponele que tenga una hora de transporte, viaja tranquilo, seguro sentado a esa hora. Sale a las cuatro de su casa,! se despertó a las tres!. A las tres de la mañana yo todavía revolvía un fondo de cerveza sentado en la mesada de la cocina en la parte que tiene la ventanita que da al pulmón.
Ni bien terminaba la cortina de radio mitre sabía que a partir de ahí tenía nueve minutos para llegar al segundo mate. Vestido a velocidad, mochila,  tanteo de la clásica y secreta triada de este tiempo; billetera, llaves,celular. Bajaba a medio trote los dos pisos de la esquina Artigas y Yerbal, ganaba el pasillo, atravesaba la puerta , y en la esquina, Julio. El cajón de fruta para el, el banquito para mi , sentado en su típico gesto de anfitrión, peinaba un bigote descolorido como si hubiera esperado toda la mañana. Camisa pampero azul, mate de loza y termo bajo el brazo.
Creo nunca llegué a conocerlo verdaderamente. No supe si tenía hijos, mujer, si era viudo,  < que a esa edad fuese viudo era una posibilidad alta > . Nunca hablamos del negocio, del país, de la clara caída de sus clientes con la apertura del Easy, de lo difícil del día a día. El, a su vez, jamás se atrevió a escarbar en  mi vida, la culpa era compartida. Había una especie de acuerdo tácito, un contrato oculto en el que nunca hablaríamos de nuestras vidas, o simplemente eran lo menos interesante para contar.
Pero la charla nunca faltaba. Sentados en los bancos, mirábamos el espectáculo de la vida sucediendo frente a nuestros ojos, con sus desdichas, sus tramas, giros. Una obra de teatro se entrenaba cada día y nosotros en primera fila.
La obra comenzaba siempre con la misma imagen, la señora del gorro azul y su carrito de compras que la seguía bailando entre las baldosas flojas, cruzaban por la vereda de enfrente de izquierda a derecha saliendo de escena por la esquina. Sabíamos que ese era el comienzo de nuestro programa favorito, después todo podía pasar.
Se agolpaban los autos en largas filas por la barrera baja, y ahí, en vivo, a primera vista, la intimidad abierta de par en par. Las ventanas desfilaban con el abrir y cerrar de la barrera, y como quien mira el negativo de un rollo de fotos viejo, nos deteníamos en cada cuadradito a observar. El experto conductor que cree entender toda maniobra, y entre dientes e insultos  va relatando le a cada uno cuando avanzar y detenerse. El resignado, casi desmayado en su asiento, con los ojos cerrados arquea la nuca hacia atrás, esperando que el sonido de los motores lo despierte para avanzar. “El del moco” < no hay mucho que explicar de este >. El pacifico, sus dos manos en el volante, postura perfecta, media sonrisa, mirada en el horizonte, templanza de buda. Eramos dos cazadores, en silencio, inmóviles, apuntando con los ojos ,esperando sus caras de sorpresa al descubrirse espiados, en su intimidad rota como cuando uno entra sin golpear a un baño.
Otra era la charla si pasaba un auto de antes de los ochentas por enfrente de la ferretería. Julio, “El experto”, se deshacía en palabras intentando de explicarme la puesta a punto del Fiat 600, los carburadores Solex de una boca  y como llego a odiar los platinos de un Renaul 12 que se pegaban día por medio. Chicler, venturi, reten, caliper. Yo lo miraba con ojos grandes asintiendo con la cabeza, sin entender una palabra de lo que contaba, solo me entretenía con la sonoridad de los repuestos y en mi cabeza los gritaba como llamando a un perro. Así comprobé que todos los repuestos, en el fondo, son el diccionario de “Los grandes nombres de perro”.
Dos o tres veces por años sucedía el milagro. Un Ami-8 se asomaba en  la esquina y Julio explotaba en aplausos, gritos, chiflidos y gestos al conductor. - !El mejor auto que tuve! -. Después del show, corría agitado al interior del local y anotaba , sobre un cartón clavado junto al almanaque, la fecha y patente del auto. -Algún día cuando vuelva a juntar la plata los voy a rastrear y me voy a comprar uno de estos, va a ser verde agua-. 
Se abría la escena y en la esquina de nuestra misma cuadra, román y sus tres empleados, cargando un cajón, acomodando las manzanas en torres brillantes, enojándose con algún cliente por que, “No se toca la fruta, se le pregunta al verdulero que para eso está”. Cada uno sabía su papel que desempeñaba hace años como una especialización.
El primero Arturo, el más joven de los tres, vocación de psicólogo, hombre de paciencia infinita o el que mejor la conservaba de los tres. De ojos mansos atendía a las solitarias señoras de palabras pausadas y tiernas que entre frase y frase suspiraban nostalgia domesticada. Podían pasar horas dictando el pedido entre comentarios del tiempo, anécdotas o historias de sus nietos que hace rato no llaman por teléfono. El, comprensivo, intentaba sostenerlas con su mirada de nieto, de hermano, de hijo, de hombre, de quien alguna vez las haya amado.
Miguel casi no hablaba, desde sus cejas controlaba todo y desde sus manos ponía la cantidad que se le ocurría. Doble-ceja-arqueada-arriba “¿Como le va?”, ceño fruncido “ ¿seguro que le va a alcanzar?”, ceja-izquierda-arqueada, cabeza hacia adelante  “¿algo mas?”, guiño, “toma la bolsa, pasa por caja”.
El artista, Omar. Lo que mejor hacía era reír a los clientes. Los endulzaba, los mareaba en sus pasos de baile de una punta a la otra, recortaba con un chiste. Hacía flotar 3 naranjas en el aire que caìan juntas en las bolsa que hacía girar entre sus manos , medio nudo y al canasto. Todo en un solo movimiento. Por momentos frenaba en seco, en un silencio dramático, cerrando los ojos olía un melón entre sus manos y lo acercaba a las clientas para que percibieran su aroma, mientras relataba los días de sol, aire misionero, y tierra roja que lo habían visto nacer para llegar hasta su mesa. No compraban melones, se llevaban el recuerdo de una obra maravillosa, como quien compra una postal a la salida del teatro.
La música de esas mañanas, se componía de los primeros gorriones que despertaban con los pasos de tacón en la vereda, el sonido de una maza, caladora o alguna herramienta de la obra de al lado , el sorbido de los mates cortos y el ritmo acompasado de las campanas de la barrera del paso a nivel. Se podía escuchar el canto del barrio, la música de fondo de esa obra siempre presente.
Julio tenía una increíble habilidad de la que nunca hablamos, pero cada vez que la hacía  me la enrostraba con una mirada juguetona y desafiante. Entre observaciones, chistes y mate lavado, sin  importar si el estuviese hablando o escuchando, de pronto enrollaba su dedo anular sobre la palma y en un latigazo seco daba un golpe sobre el termo que sonaba en simultáneo con la última campanada de la barrera que se levantaba. Siempre a tiempo. No entiendo si era algún poder, truco adivinatorio o simplemente tenía contadas las campanadas. 
El día que descubrí esta extraña habilidad, pensé. -No me está escuchando-, es por eso que siempre que  que intuía que podía acercarse el momento justo de la campanada final intentaba incomodarlo, preguntarle algo que lo haga pensar o comentaba algo que lo desconcertara. Nunca logré desviar la justeza de ese latigazo a tiempo.
Empecé a practicar, quería sorprenderlo. ¿Que tan difícil podía ser?, seguramente contaba la cantidad de campanadas internamente,  con el tiempo las empezó a contar de a pares y luego en cuartos, al punto que ya no hizo falta contarlas, simplemente sabía
Practique varias noches mirando desde la ventana la torre de los ojos rojos, brillantes, intermitentes en cada campanada. Cada mañana,como un niño con truco nuevo,  lleve mi frágil destreza mejorada, para en el silencio mostrarle, y con mi fracaso esperar el pícaro destello en sus ojos brillantes y su risa mal disimulada con la tos.
Sigo pensando si realmente llegue a conocerlo, es una pregunta que me rebota adentro cada vez que me acuerdo de ese tiempo que viví en flores. ¿No habernos conocido acaso importa? ¿Cambiaba algo? ¿Por qué  entonces lo sigo recordando cada vez que escucho el tren? ¿Por qué me sigo riendo solo, cuando detectó la torpezas ocultas de los transeúntes? y pienso ¿Qué habría dicho?
Hay una profundidad de la simpleza que atraviesa lo que somos, sin historias, ni dolores compartidos. Sin confesión ni lágrima, sin consuelo, que no comparte los miedos. Sin pasado, ni futuro, ni sueños. Sin tiempo, pero real. Es una mirada de guiños cómplices que se sorprenden cuando se descubren cayendo juntas al mismo tiempo, en el mismo pensamiento, en la misma campanada.
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penguinonmars · 4 years
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Aquellos ojos verdes
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I keep this picture on the wall of my room, it was gift from Gloria, my beloved friend from Viareggio. We are big fans of Mucha’s style and his mystical poster girls. The ethereal glamour of art nouveau captured. But aside from the beauty of the picture this red headed beast-taming babe speaks to me about my history with women who wield stares like they’re guns.
I often speak to Gloria about my grandmother Lupita. The one who told me that you should always test a car before you buy it (have sex before getting married), or to always keep candles lit, because you never know (have options). In part I shared these tales with Gloria because her grandma is also like that. Asking Gloria once about the penis size of a wealthy boyfriend she used to have. Rich and big dick? Keep him. We both come from a legacy of fiery women.
But I also tell her these stories because somehow Gloria reminds me of my mother. They’re both sea witches. Sharing the story of the strong vieja chingona who struggled to feel understood in her small coast town. She would kill for those dunes, but couldn’t stay there for long. Going against what her mother wanted, expected, smothered. She carries wounds of the rage that carried her out of it all. Or at least that’s the narrative I imagine.
And so, in a way, projecting my family’s history on my friend has made me inhabit a particular closeness to her. Seeing how some gestures or stories pull   invisible threads to Norma, my mother, and Lupe and Guaymas. And so, naturally, with this strings at play, I knew it was an act of magic when the girl from Viareggio gave me a beautiful post card of a woman with penetrating green eyes, round face and an inviting yet intense gesture. That’ my grandmother. Those fierce eyes would look at me when I was a child and sing to me songs about woodcutters being fed bones because they wanted cheese.
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Lupita hated to be called abuela, she preferred something sweeter, abuelita. She was sharp, practical and a big romantic. Not your poster of a cookie baking sweet abuelita.
For several years we shared a room. I liked being servile and quiet around her, I remember enjoying so much when she said I was considerate and nice and handsome. I loved paying the small price of chores for the devotion. Of course I was greedy about it, and I secretly enjoyed when she compared me to my less tamed sister. But being put on a pedestal has always made me mean. To this day I remember with some shame that I once yelled at her. I was probably eight and my parents were giving me trouble for something and I told a lie, and my grandma, bullshit detector as she was, caught me on the lie and I was furious. I raged and cried and screamed that she didn’t know anything. I remember I was so mad and throwing a tantrum. I made her cry. Petty spoiled brat. I don’t remember the consequences of this story, but the scene comes back at me sometimes.
Desde que me acuerdo, la gente habla de lo bonitos que eran sus ojos. Verdes verdes. Nos contaba que para ir a los bailes, se echaba unas gotas de limón para que le brillaran toda la noche. Llevaba una libretita para anotar la larga lista de hombres en fila que le pedían una pieza para bailar. Le encantaba hablar de sus ligues. Algún marino muy guapo en Veracruz. Algún abogado catrín que le llevaba flores. Una vez nos contó de uno con el que la cosa iba seria, llevaban meses y en un evento público (el muy pendejo) le gritoneó. Mi abuela ya se había visto con él para largo pero eso no se lo toleró. Nunca más lo volvió a ver. Te tiras en la cama a llorar dos días y al tercero te poner guapa y a salir como si nada, nos dijo una vez. A lo que sigue.
Los ojazos de Lupita no solo eran verdes y bellos, también eran amenazantes. Aún en el tiempo que le costaba mucho trabajo pararse y necesitaba ayuda para comer, su mirada era altiva, orgullosa. Muchas veces no tenía necesidad de hablar, una inflexión de la ceja era suficiente para saber que alguna regla de etiqueta se había roto, que el piso necesitaba una tercera trapeada o solo para desarmar. Un sentado de pierna cruzada regio desde el que un dedo apuntaba a toda la familia qué hacer aquí, allá, qué tan fina la cebolla, qué tanto hervor al caldo.
Ella y las navidades me hicieron encontrar el sitio más íntimo del hogar al sentarse a picar ingredientes. Donde se vuelven a contar los mismos mitos fundacionales de la familia una y otra vez. El bis abuelo boticario que fue rico pero no supo actualizar el negocio a tiempo. Mamá Bertha que ponía a todas las muchachas a limpiar cuadro por cuadro del piso con una jerga. La vez que de niña, mi mamá iba tarde a la escuela y mi abuela la puso a lavarse los dientes con algo que no hacía espuma y que después de muchas quejas resultó ser pomada para las rozaduras. La manzana se tenía que picar finita para el puré pero no tanto que se hiciera nada.
Durante los años en los que compartíamos cuarto, Lupita me llevaba a la cerámica con ella por las tardes. Básicamente era un club de señoras que se conocían del colegio de sus hijos y se juntaban a pintar sobre figurines kitsch de cerámica mientras chismeaban. La especialidad de mi abuela fueron primero las bailarinas, luego migró a las fachadas de casas tipo california del siglo XIX y las mujeres morenas con cántaros en la cabeza. Alguna vez pinté yo también, hice una ranita y un osito. Me acuerdo que era un proceso largo de muchas capas. No entendía porque la rana no podía ser solo verde y ya. Quien daba las clases y en verdad sabía hacer las cosas era Arturo. Se referían a Arturo con pronombres masculinos. Arturo llevaba el pelo largo y pintado, blusas floreadas, pechos, uñas pintadas y casi siempre mucho maquillaje. Mi abuela se llevaba bien con Arturo y nunca me dijo nada malo. Recuerdo tener mucha curiosidad y hacer preguntas de por qué Arturo se veía así. Sus respuestas solían estar del lado de encogerse de hombros sin sobresalto y no darle importancia.
Solíamos ver la tele juntos. Ventaneando y alguna que otra telenovela. En una de las telenovelas había un personaje gay y recuerdo que una vez que dijo que a “esos” había que tenerles respeto porque se podían poner muy bravos si los molestaban. No sé si me notaba la manita caída pero recuerdo sentir una especie de tranquilidad a su no-rechazo.
Por mucho tiempo mucho tiempo mi abuelita nos dijo a mi hermana y a mí que ella quería vivir para ver a ella casarse y a mí graduándome con barba. No sé si decía eso por cánones de género o si porque ya se veía venir cómo me iba a ir en el amor. Pero igual el 13 de septiembre del 2019 me gradué de una maestría en ciencias e ingeniería con una barba a medio crecer. Aquí sigues, Pi. En las historias que soy y que cuento. En la postal en mi pared. En mis amigas incondicionales. En la mirada penetrante.
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nuevoparadigmavihmx · 5 years
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Nuevo Paradigma para el VIH en México
Carta Pública | Ciudad de México, 7 de mayo de 2019.
A la opinión pública,
A las autoridades,
A personas que viven con VIH-sida, familiares y amigos:
El gobierno de México ha tomado la decisión de implementar nuevos mecanismos administrativos en la compra de antirretrovirales de calidad, apoyándose de una propuesta presentada el pasado 26 de abril de 2019 por un grupo de expertos médicos en materia de VIH-sida de la Secretaría de Salud, acompañados de Organizaciones de la Sociedad Civil y activistas.
Por ello, quienes suscribimos esta carta también consideramos indispensable renovar las estrategias del Programa Nacional para la Prevención y el Control del VIH-sida, con el propósito de garantizar no sólo el acceso universal al tratamiento de la infección por Virus de Inmunodeficiencia Humana sino, también, la optimización de costos y la simplificación de los esquemas de tratamiento.
El fin del sida como epidemia, es un objetivo factible, pero será imposible si México pierde la oportunidad de tomar medidas necesarias, e incluso radicales, para hacer de los antirretrovirales una herramienta efectiva, terapéutica y preventiva, que permita frenar la epidemia. Pero hay que hacerlo con medidas concretas a través de la compra de los mejores antirretrovirales actualmente disponibles en México, además de simplificar los tratamientos de acuerdo a las guías nacionales e internacionales y a las evidencias científicas disponibles. México siempre ha comprado los medicamentos antirretrovirales al precio más elevado entre los países de América Latina.  Tan sólo el año pasado  se erogaron más de 3 mil millones de pesos y cada año se presentan nuevos casos de transmisiones de VIH en el país. Con el cambio instrumentado se podrá atender a más pacientes, a nuevos casos y con el mismo presupuesto. Por eso es momento de apoyar el cambio de rumbo propuesto y seguir exigiendo el fortalecimiento de los mejores esquemas de prevención.  
El sistema de salud en México está obligado a responder a las necesidades de la población con VIH, de sus familiares y parejas, atendiendo el interés público. Definitivamente es necesario un ajuste para simplificar medidas y criterios clínicos, con el propósito de ofrecer los mejores tratamientos antirretrovirales disponibles a los casi 100 mil pacientes atendidos por la Secretaría de Salud en todo el país. Es momento de apoyar este cambio de paradigma en la atención de VIH-sida en México.
Lo anterior significa:
Reducir esquemas de tratamientos, manteniendo la eficacia y disminuyendo los efectos adversos e interacciones farmacológicas,
Depurar claves de medicamentos obsoletos,
Supervisión individual de casos específicos y,
Garantizar un mejor monitoreo y seguimiento clínico de las y los usuarios en los servicios especializados.
Para que ofrezcan resultados, las medidas necesitan aplicarse en el inicio del tratamiento antirretroviral, en la mejora de los tratamientos existentes; pero también en la revisión a detalle de los pacientes que reciben esquemas muy específicos a consecuencia del tiempo de tratamiento, de las resistencias presentadas y otros factores de riesgo para su salud.
Para concretar la propuesta de simplificación es necesario atender la opinión de los expertos clínicos de la Secretaría de Salud, fortalecer la capacidad de atención integral y con ello cumplir las metas de poner alto al sida en 2030, como propone el Programa Conjunto de las Naciones Unidas (ONUSIDA).
La salud de las personas por encima de todo. Por eso #NuevoParadigmaVIHMx
Atentamente
Dr. Gustavo  Reyes Terán, Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas (CIENI). Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).
Dr. Juan G. Sierra Madero, Departamento de Infectología, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMN).
Dra. Andrea González Rodríguez, Clínica Especializada Condesa.
Dr. Florentino Badial Hernández, Clínica Especializada Condesa Iztapalapa.
Dra. Alicia Piñeirúa Menéndez, Clínica Especializada Condesa Iztapalapa.
Dra. Patricia Volkow Fernández, Departamento de Infectología. Instituto Nacional de Cancerología.
Mtro. Alejandro Brito, activista y fundador de Letra S.
H. Rodrigo Moheno, Secretario General de Fundación México Vivo.
Lic. Ángel Candia, activista y Secretario General Adjunto de Fundación México Vivo.
Mtro. Genaro Lozano, académico y activista.
Suscriben
Dr. Jorge Saavedra, Ex Director General del Centro Nacional para la Prevención y Control del SIDA.
Nicole Finkelstein, Directora General, AIDS Healthcare Foundation México.
Dr. Ricardo Baruch, IPPF-WHR.
Olivia Maldonado, Directora General, Casa de la Sal.
Elvira Madrid Romero, Presidenta, Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer, “Elisa Martínez”.
Hilda Peñaloza Andaluz, Directora Ejecutiva, Inspira Cambio.
Polo Gómez, Presidente, Condomóvil, AC.
Alaín Pinzón, Internacionalista y defensor de derechos humanos.
Aliadxs
Charlie Cordero, Fundador, Fundación México Vivo.
Patricia Mercado, Senadora 
Denise Dresser
Regina Tames, Directora de GIRÉ.
Alexandra Haas
Dra. Patricia Campos López, AHF América Latina y Caribe
Aram Barra, Defensor de derechos humanos.
Jorge Díaz, Activista y asesor legislativo.
Justine Dupuy, Coordinadora de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción, FUNDAR.
Enrique Torralba, Usuarios Seropositivos del Servicio de Salud del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, USSINER.
Enrique Galdeano, Escándala.
Alan Fonseca Perezamador, Instituto Nacional de Cancerología
Enrique Torre Molina, Colmena 41
Francisco Robledo, ADIL diversidad e inclusión laboral.
David Razú Aznar, Independiente.
Mario Bustamante Tejeda, Impulse Group México.
Brenda Crabtree Ramirez, Médica e Investigadora de la Clínica de VIH, INCMNSZ
Andrés Magaña, Freelance.
Raymundo Moreno, Fundación Orgullo Zacatecas y México Vivo 
Raúl Martínez Rojas, Colectivo Michoacán es Diversidad
Sergio Beltrán García
Diego Vazquez Solis, Diversidad es Participar para crecer
Juan Bosco Valle Delgado, CONVIHVE, A.C.
Miguel Chable Rodríguez, Macuco por la Vida A.C
Ignacio Vizuet Zapien
Gonzalo Paris Mellado Correa, Mexico Vivo A.C
Guadalupe Vargas Barrera
José Roberto Santos González 
Ximena Hernandez Gomez, Novostrategia
Marisela Núñez Cintrón
Anya Gorga Lejarza Navarrete, Red ProDh
Bruno Nicolás Arancibia Alberro
Adrián Ramírez Siller
Vicente Flores Meléndez 
Germán Martínez Blanco, AHF México AC 
Victor Mauricio Villafaña Gómez
Ricardo de la Cruz Flores 
Nancy Carmina García Fregoso
José Ángel Ramírez Alvarado, Colectivo Universo Positivo
Manuel Lucero
Gustavo Ferrer
Mario Chanona Rojas Vértiz
Alfonso Mercado Reynoso
Juan Antonio Rodriguez Higuera, Médico Sexólogo y Terapeuta Sexual
Gustavo Ruiz
Ivan Martinez La vida 
Gustavo Ruiz
Barto Ballinas
Francisco Javier García Bellego, Secretaría de Relaciones Exteriores
Erwin Eugenio Jiménez Montiel, Ciudadano
Jessica Leal
Fernanda Saldivar, Fundación Unidos por un Mexico Vivo
Maria Antonieta Lozano Acosta, Mexico Vivo
Luis Antonio López Garrido
Daniel Lemus 
José de Jesús Lira Ricárdez
Mario Quintanilla Orvañanos, Secretaría de Relaciones Exteriores
Sergio MartínezEscritor, Defensor de las libertades individuales y DDHH
Alan Valencia Ceja
Pablo Marín, Pluralio
Daniel Martinez, Comité Juvenil - Mexfam A.C.
Salvador Meza Ortiz, RED Diversidad en Respuesta al Vih de Puebla
Carlos de Anda, Nativo
Iñaki Ugartechea Begué
Daniela Higuera Alcalde
Mónica Paredes
Carlos Rodrigo Dorantes Martínez
Guillermo Alfonso de la Torre, Christophe Lucquin Éditeur
César Galicia, Sexplaining
Patricia Cos Purón
Joaquín Lladó, Yo quiero Yo puedo.
Genaro Alberto Pérez Couoh
Gabriela Reyes, Fundación Unidos por un México Vivo 
Andrés Romo Chávez Castellanos
Leon Faure
Marcos García
Ubaldo Martínez, ICMP
María Inés Vargas Rojas, CIENI
Víctor Dante Galicia Juárez, CHECCOS A.C.
Daniela Estrada Tamés
David Lobato
Daniel Castillo Reynoso, 41 / Colectivo Incluyente
Yosahandi Navarrete Quan
José Daniel Marín Mercado, Responde diversidad a.c.
Rolando Cruz Rivero
Christian César Muñoz Gutiérrez, Fuera del Clóset A.C. 
Marcos Alberto Bautista Pérez 
Orly Cortés
Luis Raymundo Lozano Juárez
Carlos Terrazas
Pablo González Vásquez, Buena vida y poca vergüenza (DiversosBUAP)
Eduardo Barrera, Persona VIH-positiva
Gerardo Martinez, Fundador FRENPAVIH
Ofelia María Rosales Del Real, Infectóloga
Jorge Neri Lugo
Portugal, Flat Heels Crew
Claudio Castellanos de Oteyza, Fundación México Vivo
Saúl Lomelí, NETA COMUNICACIÓN
Raquel Bañón Sodini
Juan Villaseñor
Jesús Avendaño Aquino
Luis Manuel Arellano Delgado, Periodista
Jose Arturo Ruiz Pérez
Gustavo Jonathan Zarate Chavez
José Durán
Damian Suárez, Artista plástico 
Mauricio Ivan Sarabia Sanchez
Eduardo Servin
Ana Lorena Guerrero Torres, Secretaría de Salud - médico tratante de VIH
Juan Manuel Roldan Borbolla, Comunicólogo
Raul Espinoza, Irapuato Vive A.C.
Nora Robledo Frías, Elementa
Abel Anaya Araujo
Paulino Ordóñez
Guillermo Antonio Pérez García, Club Leather de México
Dr. Carlos Arturo Armas, Armas MD / Armas MD Studio
Posse (Arturo González), Horror Travesti / Suicidrag
Humberto Payno, Psicoterapeuta independiente 
Iñigo Bilbao Sagastiberri
Citlali Mayek Santos Toriz
Humberto Payno, Psicoterapeuta independiente 
Aldahir Jiménez Ramírez, Independiente
Maresa Guillén García
Isidro Garcia Bañuelos, Colega.O A.C. Colectivo Gay De Occidente
Leomar, Artista Visual+
Valentín Castillo, Ciudadano
Alberto Herbel
Jorge Mauricio Bernal Ramírez
Ignacio Rubio
Marco Antonio Lozoya Flores, LGBTI México // Festival Por La Diversidad "6to Besotón LGBTI"
Luis Ignacio Merino Huidobro, Ciudadano 
Eduardo Ortiz
Nicolas Roth Macedo, La Casona
José Antonio Cerón Cabrera
Gerardo Jesús González Torres, Consultor independiente 
Verónica Olicón Sánchez, Yaaxil tu ser, desarrollo e integridad ac
Diego del Valle Ríos, Terremoto
Irving Macay Vizcarra, H. Ayuntamiento Poza Rica - Diversidad Sexual
Liang Li Hernández Mateos 
Jesus Gomez
Dra. Marcela E. Gándara Zepeda
Mauricio Jesús Herrera
Ricardo González Foyo, Chef
Antonio Medina Trejo, Asociación Mexicana de Comunicación para la Igualdad (AMCI) 
Mtra. Hilda Téllez Lino, Defensora de Derechos Humanos
Luis Guzmán, Voto Incluyente 
Ricardo González Béjar, Empresario
Codise AC 
David Alvarado Jiménez, Presidente de Fundación Mexicana para la lucha contra el sida A.C.
Marlene Castro Cruz
Alarik Reyes
Fernando Pacheco García
Martín Vivanco Lira, Independiente
Omar Alberto Perez Benitez
Sonia Yuruen Lerma 
Santiago Garcia de Vinuesa
Elena Langarica Naves, Clínica Especializada Condesa 
Sergio Omar Soriano Trejo 
Roy Caple, Empresario
Víctor Hugo Flores Ramírez, Abogado y educador sexual
Rodrigo Aguilar Cornejo
Israel Dirzo Bahena, Vihve Morelos
Miguel Amaro, El Colegio de México
Ines Macedo Riba, Independiente 
Marco De LeoN
Adria Ordaz 
Marco Antonio Palet Sánchez, CEDA EL PASO S.C.
Ivan Alvarez
Luis Daniel Sánchez, Ciudadano
Beatriz Ramírez Amador, Casa  TOLUCA A. C. 
Daniela Edith Dueñas Tenorio
Arturo Cuevas Bautista, Senado de la República
Francisco Rosas, Vivir. Participación, Incidencia y Transparencia, A.C. 
Diego De la Vega Nava 
Lesvia Rivera Abarca, Coesida CAPASITS Oaxaca 
Gabriela del Refugio Velasquez Rosas, Coesida /capasits Oaxaca
Sergio Orihuela García, Psicoterapeuta independiente y defensor de Derechos Humanos
Dr. Carlos Antonio Cabrera May, Fundación BAI A.C.
Ana María Pimentel
Josué Quino, Teatro & SIDA, A. C.
Miguel Alonso Hernández Victoria, Grupo Guerrilla Gay
Daniel Santos Carpinteyro
Javier Sánchez Ochoa
Gema Olvera
Roberto Cruz Valderrábano
María Nancy Baeza Ramírez, Miembro fundador FRENPAVIH
David Gamboa, Persona viviendo con VIH
Luis Antonio Cortés Salinas,IncluMich/Michoacán Incluyente
Víctor Hugo Delgado Rodríguez 
Elias JC
Erik Menses (Eriko Stark), Periodista independiente
Román J. Navarro Vega, AHF México
Omar Alberto Perez Benitez
Mauricio Aguilar
Oswaldo P. Martínez Rodríguez
Daniel Ordaz Garcia
Fernanda González Lara, Infectóloga, Instituto Nacional de Nutrición 
Juan José Rodríguez García 
Erik Bakker
Luigi Forestieri 
Ana Martha Romero de Eugenio, Yax Macri AC
Carolina Garayzar
Santiago Aguilera Mijares, AVE de México
Alonso Navarro Mendoza
Paco Arjona, Solidaridad Ed Thomas, A.C, ( SETAC)
Alejandro Salas Gallardo
Miguel Ángel Romano, Ciudadano
José Liévano
Gabriel Bermudes Hernández
Rubén Cervantes Hernández
Luis Medina
Cherch Hernández
Claudia Arenas,México Vivo
Alejandro Diaz
Enrique Espinosa, INER
Mauricio Aguilar GarciaResponsabilidad sexual
David Urbina Romero, Activista independiente ex-miembro de FRENPAVIH
Tere, Medico
Maria Ivonne Casarin Schneider
David Flores
Magie Casarin 
Pilar Valls Torrens
Karime Fuentes Pineda
Galia Anne Frenkel Salomon, Fundación Musset 
Minerva Martínez Crisanto, Médico tratante de Vih
Nisa Rindani Alvarado Cortes
Antonio Sosa Cruz, Médico Tratante
Leticia Hernandez N, HJM 
José Antonio Torres Soriano 
Imelda Moreno López
Maria Perea Meraz, IQ, Investigaciones Queer, AC
Tania Martínez Hernández
Blanca Ramos Cristiani Garrido, Coesida/Capasits Oaxaca
Fernando Agundis Sánchez 
Lucia Brown Villalba, FundHepa
Juan Ernesto Trejo González
José Trinidad Sánchez Beiza, SSA
Fernando Natividad de Jesús Flores Torres
Ricardo Cervantes G
Manuel Ronzon Carrillo
Estefania Veloz, Yo 
María José Reyes Fentanes, Infectóloga
Ana Roth
Raúl Macias, COMART A C
Antonio Hernández Cervantes, FUNDASIDA
Rafael Moralez, Usuario de targa
María Cristina Casarin Schneider 
Francisco Guadarrama
Raúl Vázquez Guerrero, AHF México
Carlos G. Rueda 
Santos Sánchez Médico, Sexólogo tratante de VIH e ITS
Gabriela María Villanueva Arzápalo, Directora CAPASITS MÉRIDA
Sergio Raymundo Hernández López 
Lorena Ortiz Galván
Rubén Antonio Valdez Nuñez, Presidente de Usuarios Seropositivos del Servicio de Salud del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias,   USSINER
José Carlos González Nigo
Rodrigo Esteban Del Toro Sanchez
Guillermo Rodrigo Espinosa Riojas
Manuel Ricardo González Gutiérrez
Luisa Iglesias Arvide, Instituto Mexicano de la Radio, IMER
Emilio Zavala Bucio, AHF México 
Raúl Suárez
Marco Antonio Nieves Cardoso
Adanelly Tovar Cortéz, Fundación México Vivo
Jorge Andrés Lozada Carrasco, AHF México
Gloria Valdez de Vazquez, Comunidad Trans viviendo con VIH cd Juarez
José Antonio Zavala Meza, Convihve A.C. 
Ariel Canizal
Rafael Moralez
Adrián Alfredo Flores Ezeta
Fabian Contreras Trejo, Movimiento Libertario 
Carolina Pérez Jiménez, Infectóloga, INCan 
Ernesto Diantes, SEDESA CDMX
Alejandro Uribe Casarreal, Fundación México Vivo
Francisco Mendiola Sánchez
Miguel Ortega, Uarhiíti Júkskani Jorhengua A.C.
Eduardo Duarte, AHF México A.C
Lizbeth Zamora Cervantes, Asideny Desarrollo Humanístico Integral AC.
Kevin Villaseñor
Oscar Ulises Salvador Casas
Saúl Ramírez
Pedro Peña Carmona
Javier León Cuevas
Mario Alberto Mejia Lopez
Pamela González Ortega
Rosalía Fuentes López, Paciente
Jesus Daniel Rincon Suarez
Edna Calderón
José Luis Sánchez  Bello, CAPASITS CHILPANCINGO SSA
Francisco Martín Cárdenas Medina, Vihda Manzanillo IAP
Fulgencio
Ulises Pérez Mancilla
Israel Romero Flores,Ford 
Cesar Saul Mayoral Cruz
Rodrigo Camacho Fernandez
Jorge González
Diego Alejandro Cabra Herrera, Kabra Publicidad
Jesús Armando Encinas Torres, Médico 
Elizabeth García Armenta
Ricardo Espinosa 
Sonia López Alvarez, Ppal 
Omar Ubiarco Arias, AHF México 
Roberto Ali Arias Hernandez
Jesús Ibarra Felix
Marco Antonio Rubio Villanueva, CAPASITS San Luis Potosí
Alonso González del Alcazar, Conexión vida-comunicación multimedia
Rodrigo Sebastián Miguel
Daniel López Hernández
Laura Hernández  García, Consultorio Virtual Arturo Diaz Betancourt de Letra S
Julio César Telles Argumaniz
Helmer García Mesa, Centro de  atención en VIH del  CERSS-14 
Fernando Montaño Castro, cineasta, TV UNAM
Carlos Octaviano Granados Valdés, Grupo de convivencias en CDMX Vhiviendo en Plenitud
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luisfelizalde · 5 years
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E.R.
Una señora está en urgencias. Debe tener al menos 70 años. Trae el pelo muy corto, un corte que se le hubiera visto mejor a un hombre. Tiene los cachetes caídos y muestra un incipiente mostacho que podría ser de puberto. Reparo en su cara y me doy cuenta de sus ángulos rectos, sus cejas pobladas y una enorme cantidad de verrugas que están esparcidas de manera caprichosa. De no ser por su falda floreada y su chalina azul, fácilmente la hubieramos confundido con un anciano. Cuando bajo la mirada me percato del grosor de sus piernas. Es exactamente el mismo desde las rodillas hasta los tobillos. Usa zapatos azules tipo monja o enfermera y trae medias para ayudar a la circulación. Aun con la presión de las medias, se le asoman unos rollos de carne de los tobillos. Ella habla con una chica de treinta pero más que un diálogo, parece un monólogo, ella sostiene que la magia negra existe, pero que no cree que por eso ella esté aquí. Dice que le pide a Dios que le mande mucha luz.
- Pero le voy a decir algo “espero que Raúl esté bien” pero ella lo está embaucando porque ya se embarazó. Una vez me preguntó ¿viste a arturo? Y le dije noooooo.
- Ellas saben, Karina le quiere ver la cara.
- Además, ninguna receta que me da se puede hacer correctamente.
- Sí, pero lo que más coraje les da es que uno no pregunte.
- Pero Karen va a pagar todo lo malo que ha hecho.
- Yo creo que no tienen corazón.
- Pero es un martirio, la mandan a la hermana para que me cuide.
- El martes llegó y me dijo “abuelita te traje una picsa” y le dije mi amor, no andes gastando tu dinero.
- Ojalá el Mayo le de dinero
- Me dijo “ya me voy porque quedé de ver a mi padrino”.
Cómo le voy a exigir a mi hijo que sea responsable si su papá es un bueno para nada. Ni para cuidar a los niños.
- Un ratito nomás
- Sí no los soporta. Al chiquito lo llevaron con un pediatra.
- A usted debe remorderle la conciencia
- Hace 3 años le pedí que me diera para comprar pero no me dió nada.
- Llueva o truene su hijo es primero. Y le voy a cobrar 200 pesos porque no le compró zapatos. Ahora en la quincena me debe los 200 pesos, porque no se tentó el corazón para no darle a su hija, pos menos yo no le voy a perdonar los 200.
Es en este momento en el que sale una señora de unos 50 años tambaleándose. Por sus facciones es muy claro que es su hija. Ella sale de la puerta acompañada de otro personaje muy particular. Es una especie de clon femenil de la señora, pero de unos 20 años.
- Si me vuelvo a poner mala, me van a tener que internar, tengo que hacer ejercicio.
- Pero ¿traes temperatura?
- El doctor me dice que me tiene que hacer estudios porque me siente muy débil.
La más vieja se levanta, toma su bastón y dice: “le voy a llamar a Márgara para que te prepare una limpia” y se va de la sala de urgencias.
Buen jueves tengan todos.
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unpensadoranonimo · 5 years
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Colonización y perdón. Entre ridículos anda el juego
Hace unas semanas el presidente mexicano López Obrador, como todo el mundo sabe, exigió disculpas al rey Felipe VI por los abusos de la conquista. Acompañaba su exigencia con la propuesta de elaborar un relato común de lo que ocurrió hace cinco siglos. La respuesta por gran parte de nuestra intelligentsia ha sido descorazonadora. La de nuestro ministro de Exteriores fue ridiculizar lo primero e ignorar lo segundo. Los partidos de derecha, por su parte, han caído en un patrioterismo de libro. Sí, yo también he levantado la ceja con la exigencia de AMLO, pero por encima de ello sostendré que estamos dejando pasar una ocasión de oro para cerrar unas heridas que siguen abiertas con los países hispanoamericanos desde hace siglos. Comparto como digo, aunque sólo en parte, las críticas que se han hecho de la propuesta. Por un lado, rescata hechos centenarios llevados a cabo por protagonistas con los que tenemos poco que ver cualquiera de las partes a ambos lados del océano, ni siquiera aquí reina la misma dinastía. Puestos a exigir perdones deberían hacerlo hacia Estados Unidos por arrebatarles la mitad del territorio en la guerra de Texas de 1846, o si se quieren ir más lejos, a los aztecas por comerse los corazones de los tlaxcaltecas, se permite criticar José Álvarez Junco. Es también en gran parte anacrónico el mensaje al mencionar los derechos humanos aprobados en 1948, más de cuatro siglos después de lo sucedido. También refleja esa esquizofrenia identitaria del mestizo, que se reconoce en lo indígena y no en lo hispánico, contradicción que ya sacó a la luz elegantemente Ramón J. Sender hace mucho y recientemente Arturo Pérez Reverte, algo más rudamente (¿no deberían excusarse ellos, nietos de los perpetradores, y no nosotros, cuyos abuelos se quedaron en España?). Por último, forma parte como epifenómeno de esa leyenda negra antiespañola que tiene mucho más de falso que de verdadero, al fijarse exclusivamente en los abusos sin detenerse en los medios para combatirlos que sin duda alguna puso en funcionamiento la Monarquía Hispánica durante toda la época colonial. La visión sesgada de la realidad que, a mi juicio, tiene la mayoría de la población de los países que pertenecieron a aquel lejano imperio, encuentra su origen en la misma legitimación de la independencia, pero también en la construcción de las identidades de unos Estados nacientes que necesitaban el rasgo distintivo para separarse de otras jóvenes naciones. Se cimentaron, por tanto, en lo indígena, despreciando y vilipendiando lo hispánico. Incongruencia aún más hiriente en tanto en cuanto la legislación indigenista de la colonia dejó en gran parte de tener efecto y, más grave, muchas de las peores matanzas de estos pueblos se produjeron durante el periodo de las naciones independientes. La respuesta a estas incongruencias, sin embargo, es desafortunada. El ministro Borrell se burló de ella, comparándola con una hipotética exigencia española ante Francia por los abusos de Napoleón. Ignoraba que este tipo de disculpas han proliferado últimamente por parte de potencias coloniales como Francia, por parte de países que han infringido un enorme daño a otros como Alemania, Japón o Estados Unidos, o por parte de la misma Iglesia. Olvidaba también que hace cuatro años el rey Felipe VI pidió perdón a los sefardíes por la expulsión de los judíos de ¡1492!, o que la Iglesia lo hizo por hechos sucedidos en el siglo XIII. Pero sobre todo ignora que en España no existe ningún trauma colectivo por la invasión napoleónica. En América por la española, sí. El resto de críticas se pueden y se deben matizar: Felipe VI pidió perdón a los sefardíes por hechos llevados a cabo por la dinastía de los Trastámara, y es que las nuevas dinastías se consideran herederas de las anteriores, en lo cual legitiman su poder. Los argumentos de Álvarez Junco me parecen la estrategia del ventilador. Sí: hay siempre otros mucho peores que nosotros. ¿El anacronismo de los "derechos humanos"? Bueno, relativamente: a mediados del siglo XVI y aún antes se venía discutiendo en Salamanca y Valladolid sobre los "derechos naturales" de los indios, claro precedente de los que luego se llamaron derechos humanos. Es decir, los intelectuales de la época llegaron a la conclusión, no sin oposición, de que los indios tenían unos derechos que les amparaban frente a los abusos. Estimados Ramón J. Sender y Arturo P. Reverte: la Monarquía Hispánica siempre reservó los puestos más importantes de la maquinaria del Estado para los peninsulares, impidiendo el acceso de los criollos a muchos de los cargos de la administración imperial. O sea: los criollos responsables, sí, pero los españoles peninsulares también. Sonroja hablar de la reacción de otros políticos, pero debemos hacerlo. La de Albert Rivera tildando la exigencia de "ofensa intolerable", es ya parte de la deriva de este partido por competir en la derecha por ver quién responde más españolamente a aquellos que cuestionan un poquito la españolidad de España. La respuesta de Adolfo Suárez Illana entra ya de lleno en lo que podemos llamar legitimación imperial. España "se puede sentir tremendamente orgullosa de lo que hizo en América». "Se cometieron algunos errores que vistos con los ojos de hoy serían distintos". Finalmente critica que "una nación entera tenga que pedir perdón por algo que pasó hace 500 años». Obsérvese que la respuesta de Illana, cuyos pensamientos de base me atrevería a afirmar que se corresponden a una parte extensa de la opinión pública, caen en una contradicción. Por un lado, vincula a España con lo supuestamente bueno de la conquista, pero se la desvincula de lo presuntamente malo. Por no hablar del argumento del anacronismo, que suena culto, pero que en realidad no lo es, y es que, si surgió una opinión negativa del proceso colonizador, fue porque muchos españoles coetáneos a los hechos, sobre todo monjes, se escandalizaron por los abusos que estaban presenciando. Podemos desacreditar y ridiculizar estas exigencias con parte de razón, pero caeremos en un grave error, porque estaremos ignorando los sentimientos de millones de hispanoamericanos que piensan de la misma manera. ¿Por qué se piden disculpas por parte de los Estados por hechos cometidos hace muchos años? ¿No es siempre un poco ridículo si todos los protagonistas están muertos? ¿Qué responsabilidad tiene un joven alemán por lo que cometió su abuelo? ¿Y los católicos actuales por el saqueo de Constantinopla de 1204? Si se hace es porque existe todavía una parte ofendida, y para cerrar heridas, ni más ni menos. Puede parecernos ridículo, sobre todo a los que debemos darlas, pero no lo es para aquellos que sienten que deben recibirlas. Y eso es exactamente lo que sucede con muchos hispanoamericanos, nos guste o no. Pero sobre todo cometemos otro error aún mayor si, por la ley del péndulo, contraatacamos la leyenda negra que sólo ve sombras con una vuelta del calcetín que convierta lo sucedido en una leyenda rosa, que sólo ve luces. Si bien es cierto que pocas monarquías imperiales europeas se preocuparon tanto por el bienestar de los indígenas, también lo es que la mano del rey titubeó ante la resistencia de los encomenderos, llegó muy tarde en el tiempo a ejercer un control real sobre los abusos y alcanzó poco en el espacio ante unas extensísimas y perdidas zonas rurales donde a menudo campaba el libre arbitrio de los poderes locales. Los resultados de estos tres procesos fueron terribles. La visión hispanoamericana es sesgada, sí, ¿y con la que les respondemos? En este contexto de visiones esencialistas, incompletas, nacionalistas, hechas con las vísceras, de uno y otro lado, suena a música celestial la propuesta de creación de un relato común, ponderado, equilibrado y justo. Sería lo mejor que podríamos lleva a cabo sobre este tema. Pero ¡qué lástima que a este lado del océano sigamos enrocándonos en el orgullo del hidalgo ofendido injustamente! También ridículo, sinceramente.
Fuente: Ramiro Feijoo
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alog4 · 5 years
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((250) Pinterest - ピンの作成者: Arturo Ceja ボード: Adult humorから)
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rutasinaloa · 2 years
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El mandatario mexicano retiró la propuesta en el Senado para que Arturo Herrera, ex titular de Hacienda, ocupara el cargo
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AMLO propondrá a Victoria Rodríguez Ceja para Banxico | El Universal
El Presidente reveló esa información hoy, luego de que Arturo Herrera ya no quedará al frente del banco central. Origen: AMLO propondrá a Victoria Rodríguez Ceja para Banxico
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letsjanukhan · 3 years
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The Los Angeles man whose illegal fireworks injured over a dozen people and damaged over 30 homes when the LAPD botched a planned detonation pleaded guilty to federal charges on Monday. Arturo Ceja III, 26, had over 5,000 pounds of illegal fireworks seized from his home in South Los Angeles by Authorities on June 30, including 500 boxes of commercial grade fireworks and 140 homemade…
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alaturkanews · 3 years
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The 26-year-old man arrested by Bureau of Alcohol, Tobacco and Firearms agents in connection to the 32,000 pounds of illegal fireworks allegedly found in his home that led to the botched South Los Angeles detonation is set to appear in federal court Tuesday.
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