He aprendido que cuando alguien se preocupa por ti, es tan evidente en sus palabras, en sus gestos, en sus acciones, es notorio, no te conformes con nadie que te deje con la duda.
En lugares especiales de nuestra vida, hay momentos que son como piezas de un rompecabezas, donde cada una suma algo valioso, donde cada persona importa mucho, y donde los gestos simples demuestran lo mucho que nos queremos.
Es como cuando jugamos con bloques de construcción: uno más se suma a otro y poco a poco se forma algo grande y hermoso. Así son nuestras experiencias juntas, cada una es como un bloquecito que suma al conjunto de nuestra historia.
No se trata de hacer cosas enormes, sino de estar ahí el uno para el otro, de decir "te quiero" con acciones más que con palabras grandes. Son las pequeñas cosas las que importan, como un abrazo cuando lo necesitas o una sonrisa que te alegra el día.
En estos momentos especiales, aprendemos lo bonito que es amar y ser amados. No importa la edad que tengamos, todos podemos entender lo maravilloso que es estar juntos, apoyándonos y demostrándonos lo mucho que nos importamos. Es así como descubrimos que el amor es el ingrediente más importante de nuestras vidas, y que juntos podemos construir algo realmente hermoso.
Qué se sentirá hacer cualquier cosa y no sentirse culpable, qué se sentirá no cuestionarse acciones que ocurrieron hace cinco años y con gente que ya ni hace parte de nuestra vida. Por qué uno se queda recalculando si habló bien, si hizo bien, que terrible convivir con esta ansiedad social.
Creo que lo que más duele de desligarte emocionalmente de alguien es ver cómo después de que te cansaste, la otra persona empieza a tener las acciones que alguna vez quisiste y a ti ya no te provoca nada.