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#Detrás De La Máscara Que Pones Al Mirar
eddieusagid · 4 years
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La caballería viste una máscara
Summary: Julien adquiere un pasatiempo furtivo como un heroico hacedor de bien después de que el sol se ha puesto, para demostrar que tiene un gran corazón debajo de su alegre capa exterior.  Con un eventual SkiJu. Esto es más bien una versión alternativa del episodio "Danger Wears a Cape".
Chapter warning: Él autor de esta historia es Dramatic Insanity (https://m.fanfiction.net/u/1971406/) cuyo nombre es, Chivalry wears a mask (https://m.fanfiction.net/s/13227492/1/Chivalry-Wears-a-Mask).
El arte de la portada es de Fansanikuname. Puedes seguirla para más Arte interesante https://my.w.tt/GpRQWeLTs9
https://fansanikuname.tumblr.com/post/628125407612436480/portada-para-la-traducci%C3%B3n-al-espa%C3%B1ol-de-chivalry
Capítulo 1: Los increíbles cómics.
Julien desliza la máscara de pingüino recientemente adquirida sobre su cara.
Mort pregunta alarmado: —¿Adónde se fue? ¡¿El rey Julien?!—.
Él mira a su alrededor frenéticamente. Julien se muerde el labio para no reírse.
—Aquí no está Julien. He eliminado a mi enemigo de una vez por todas. Yo, el más poderoso de los pingüinos—. Él pone sus manos en sus caderas y se asoma con amenaza sobre el diminuto Mort.
—Oh no, Skipper—, gime Mort. —¿Por qué harías una cosa tan horrible?—.
Mort empieza a lamentarse. Julien lo encuentra molesto. Se quita la máscara y se coloca en una pose dramática. Los ojos de Mort se abren, y él jadea.
—¡Ja, ja, te tengo! Solo soy yo, el rey Julien— dice, —Y esta ingeniosa máscara de pingüino de la tienda de regalos—.
Mort resopla. Él todavía parece molesto. Julien se inclina para darle un ligero y rápido abrazo. Él no puede ser demasiado compasivo, o los demás  hablaran de él.
Maurice se queja en el bar con los licuados: —¿Qué le estás haciendo?—.
Julien se frota la nuca. —Sólo jugando un juego—.
Maurice pone los ojos en blanco, pero no ofrece más comentarios. Julien sabe que su amigo más bajo no siempre aprueba sus travesuras. Sin embargo, él sigue siendo leal. Julien se pregunta a veces por qué no se cansa y se va. Ha intentado mantenerse alejado de Julien antes, como cuando ayudó a los pingüinos con sus pulgares.
Algo que Julien podría haber hecho, pero los pingüinos no confían mucho en sus habilidades. Desearía tener alguna forma de mostrarles las verdaderas intenciones de su corazón.
Entonces, descubre los cómics en el basurero.
—¡Mira esto!—.
Maurice y Mort se arrastran, su curiosidad atrapada. Julien sostiene el cómic y señala las fotos con entusiasmo.
—¡Este tipo se comporta como un multimillonario pomposo en el día, pero en la noche es un héroe genial y al que todos quieren! Una persona de personas reales que sirven por el bien común—, explica Julien.
Maurice levanta las cejas. —No pensé que te interesaría ese tipo de historia—.
—Aquí está su enemigo—, Julien señala a otro cuadro. —Es una víctima de las circunstancias. A la luz del día, el héroe está causando muchos problemas a este otro tipo, primero al sabotear sus operaciones secretas. Entonces, este villano de la noche trata de vengarse, y pero el héroe lo lo detiene—.
Julien se ríe y abraza el cómic. —¡El villano no sabe que en realidad está luchando contra el multimillonario, que él piensa que no es más que mimado y estúpido!—.
—Supongo que eso es intrigante—, dice Maurice. —¿Puedo ver?—.
Julien le tira el cómic. —¡Claro! Me estoy moviendo hacia el próximo tema de todos modos—.
Mastica un mango mientras abre el siguiente cómic. ¡Las cosas se están volviendo reales! La luz del sol desaparece a medida que lee a través de los cómics.
—¡Busca el palo de luz real!—.
Maurice le entrega la linterna. Lo brilla sobre las páginas.
Él agarra su corazón y grita en shock. No puede creer que el villano haya salvado al héroe de cierta perdición. Ahora, aprenden que tienen mucho en común y se están uniendo para luchar contra un mal mayor que nunca.
Maurice pregunta, —¿Qué? ¿Qué pasó?—.
Julien chasquea la lengua. —¡No! No puedo decírtelo, sería un gran spoiler—.
Maurice se desinfla, sus orejas caídas. —Oh—.
—No te preocupes, llegarás a este capítulo con el tiempo. No te lo vas a creer, te lo digo—.
Él lee toda la noche. Maurice se queda dormido. Los ojos de Julien se vuelven pesados ​​y crujientes, pero él los frota y desafía a la noche para seguir una aventura tras otra. El amanecer ilumina el zoológico. La linterna de Julien se desliza de su mano mientras bosteza. Parpadea, es probable que las pilas estén agotadas. Para sí mismo, reflexiona: —¿He estado despierto toda la noche?—.
Maurice se revuelve. Despierta a Mort, luego comienza a hacer batidos de desayuno. Le trae a Julien su batido, quien lo toma y lo toma sin mirar a Maurice. Él no comenta, en cambio mira a Julien con diversión en sus rasgos.
De repente, los pingüinos aparecen en la pared del hábitat. Maurice y Mort miran confundidos. Sin embargo, Julien todavía tiene su nariz en el cómic, y está tarareando para sí mismo.
—¿Cola anillada?—.
Maurice se acerca a ellos. —¿Que pasa?—.
Los pingüinos saltan hacia abajo.
El soldado dice: —Estábamos preocupados, bueno, en su mayoría Skipper—.
—¡Soy meramente observador!—.
—Julien ha estado callado por tanto tiempo, capitán, quiero decir que pensamos que algo podría haber sucedido—, explica Kowalski. —No reaccionó cuando el reloj cayó justo ahora—.
Maurice se encoge de hombros. Él mira a Julien, quien todavía está profundamente inmerso en el mundo ficticio de sus ídolos de héroe de acción. Una escena lo hace reír a carcajadas. El siguiente, él pone su mano sobre su boca y sus ojos se agrandan. Él suspira suavemente y dice: —Si tan solo pudiera ser yo—.
—Más exactamente, un demonio lo rompió—, dice Skipper.
Julien cierra el cómic que acaba de terminar. —Retrocede un poco, ¿el reloj? ¿Quién cometería un crimen tan atroz?—.
—No lo sé. Últimamente ha habido una actividad extraña—.
Julien no se pierde la manera en que Rico, Kowalski y Private se frotan tímidamente la nuca. Él levanta una ceja sospechosa directamente a los tres. Lo notan y, alarmados, todos apuntan con las aletas detrás de la espalda de Skipper. Él es ajeno a su comportamiento culpable.
Skipper sigue mirando a Maurice. Añade: —Al menos sé que cierto lémur impulsivo y propenso a los problemas tiene una coartada—.
Julien interviene: —No necesitas hablar de Mort de esa manera. ¡No te ha hecho nada malo en su vida!—.
Maurice y Skipper lo miran pero no le hacen ningún comentario. Julien sabe que Skipper estaba hablando de él , pero está insultado porque el pingüino sintió la necesidad de culparlo. Es mejor jugar al estúpido que hacerles saber sus verdaderos sentimientos.
—Sí. Ha estado leyendo esos cómics todo el día y la noche—, dice Maurice. Recoge la caja de cómics que Julien ya había completado y la arroja a los pies de los pingüinos.
—Ni siquiera ha mencionado la fiesta. Realmente ha captado su atención—.
—¡Así que! Ahí es donde iban nuestros cómics—, comenta Kowalski. —Quería buscar una referencia para mi disfraz de superhéroe, oh—.
El capitán se gira para fulminarlo con la mirada. Julien lo saborea, satisfecho por su corrección. Abre el siguiente número y bloquea las cosas sin sentido del pingüino.
—¡Oops! Quiero decir, uh—.
Los gemidos suaves, mientras Rico golpea a Kowalski en la parte posterior de la cabeza. Skipper vuelve su atención a los lémures. Él puede tratar con ellos más tarde.
—Estoy sorprendido, tiene la capacidad de atención de una ardilla con un cerebro del tamaño de una pulga—, comenta Skipper. —Generalmente—.
—Sí, no lo sé. Es interesante pero...— Maurice baja la voz, pero parece no darse cuenta de que Julien está escuchando en secreto. —Me aburrí un poco, no se lo dije, en caso de que lo volviera loco. Parece que se relaciona con los héroes, de alguna manera—.
Maurice indica el primer conjunto que leyó Julien, que se prolongó durante la mayor parte de ayer.
—¿Seguro que no te refieres al cuento con el Golden Lynx y el Chrome Wolf?—.
—Ha leído algunos otros, pero ese fue el que lo enganchó—.
El capitán se ríe. —En sus sueños más salvajes. Tiene a la falsa persona pública de Lynx, pero ¿su otro lado? Creo que no—.
Julien gime y deja caer su cabeza sobre el cómic que tiene en sus manos. —¿Podrían todos estar callados un poco? Puedo escuchar cada palabra que dicen, ¡y estoy tratando de concentrarme!—.
El patrón lo mira y cruza sus aletas. —Exactamente, ese es mi punto. Solo piensas en ti mismo, y eres grosero con todos los que te rodean—.
Los hombros de Julien se desploman ante eso. Sus ojos se desvían hacia un lado. Skipper parece sorprendido por su reacción. Breve-mente, alcanza una aleta como para consolar a Julien. Pero la tira de nuevo a su lado y se fija en una de las coloridas portadas de cómics.
Julien murmura: —No lo soy—.
Privado, Kowalski y Rico los observan, sin tener palabras para ofrecer a la conversación. Skipper sacude la cabeza y les señala. En un abrir y cerrar de ojos, se han ido.
Julien frunce el ceño. Toca el hombro de Maurice.
—Realmente no crees que soy todo como un maldito, ¿verdad?—.
Maurice parpadea, y vacila.
—Eso es todo lo que necesitaba saber—. Las lágrimas gotean de sus ojos. Recoge sus cosas y se va a su lugar secreto para alejarse de todos.
—Recuerde, ¡vuelva antes de que se abra el zoológico!—
—Yo ya sé cuando es la hora—, responde Julien. Salta por encima de la pared y sale a toda velocidad del zoológico. Él escatima una mirada para el hábitat del pingüino, su corazón se hunde.
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¿Qué comunica mi foto de perfil?
En las fotos de perfil de facebook, linkedin, google plus etc encontramos todo tipo de posibilidades, variantes, sentido del humor o rigor profesional, hay quien pone una foto de su perro con orejas de reno o de Cristiano Ronaldo levantando la décima. En este Post vamos a olvidarnos de todas las fotos abstractas, de animales, de equipos de fútbol, ya que si estás leyendo esto te interesa saber como comunicar tu identidad a través de tu foto de perfil. Las pistas que hoy os dejo aquí son interpretables, adecuables, consejos generalizando los casos, pero recuerda que tú eres tú y esa es tu marca.
#1 Mostrar la cara en tu perfil de Facebook
A | Muestras tu cara y miras a cámara
Las fotos de perfil que muestran al protagonista mirando a cámara, muestran los ojos, su mirada.
La protagonista  se atreve a saludar a quien le está mirando y si la foto no tiene retoques raros, muestra un aspecto importante de su personalidad, su seguridad, su falta de complejos y su necesidad de comunicar su verdadero yo, puede pecar de protagonista diriais algunos, pero  ella se siente cómoda con esa actitud y además soy yo 😁
En la foto de perfil del ejemplo vemos que te miro serena, relajada y amable, con los ojos en contacto directo con los vuestros, podría estar a punto de generar un dialogo con vosotros .
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B | Muestras tu cara pero no miras a cámara
Esta foto es la más habitual, mostrar la cara en la fotografía pero no mirar a cámara, mirar al suelo, al cielo, a otra persona, a un hipotético amanecer, a un punto secreto que solo ves tú y que tiene toda la información secreta del mundo. Suele darse en personas que quieren mostrar personalidad reflexiva, creativa, introspectiva o que quieren hacerse un pelín el interesante . Además estas fotos suelen contar una historia, un lugar, un momento o un sentimiento que para el fotografiado es importante en ese instante. Todos hemos pasado por esa foto de perfil, jugando tal vez a “me has pillado desprevenido” que es una de nuestras fotos favoritas.
En esta foto de perfil de ejemplo, no hay punto en el horizonte, sino una actitud de juego propia de la personalidad del modelo, que además es un amigo mío jeje …
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C | Muestras tu cara parcialmente
“Soy todo un misterio, ¿te atreves a desvelarme?” o “Sí, soy "fulanito”, pero tengo cosas más importantes en que pensar y que mostrar”, estás fotos en las que la gente enseña solo un ojo, media cara detrás de la mata de pelo o similares, tiene una vertiente artística, creativa pero también puede que rebelde, tímida o poco comunicativa, además en otros casos puede no sentirse cómoda mostrando su cara en internet, prefiere que la red social sea para amigos y que la gente no esté buceando en su vida ni en sus fotos. Estas fotos pueden ser adecuadas si quieres mostrarte parcialmente con misterio, o si no quieres que la gente sepa mucho más de ti por esta vía online y no tienes interés por relacionarte con ellos por las redes sociales.
En la foto de perfil del ejemplo, mi amiga Maria quiere que sepas que es ella, su tatuaje es reconocible por todos, pero no quiere decirte mucho más. Coincide con que además tiene la privacidad total en facebook y solo los amigos podemos ver sus imágenes.
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D | Ocultas tu cara o pasa desapercibida en la foto
Aquí un abanico enorme de posibilidades, pero en la mayoría de los casos este tipo de fotos responde a dos opciones, o tu foto de perfil cuenta una historia que te parece que te representa o quieres ocultarte.
Cuando tu foto cuenta una historia: Desde luego tienes poco de protagonista, sí que eres comunicativo/a pero lo que nos quieres comunicar es un momento o sensación que te sedujo e inspiró. Esta personas quieren que sepamos que realmente su mente todavía está allí, que quieren asociar su imagen a ese lugar o situación o que les gusta recordar ese momento cuando dejan la mente en blanco: Una foto en un viaje donde apenas se ve al protagonista, una foto de una noche inolvidable, un momento fresco que vive cada vez que inicia sesión y ve su foto.
En la foto de perfil del ejemplo la chica quiere contarnos la estupenda relación que tiene con su perro, cómo le gustó que la dejaran entrar con el a tomarse ese batido de colores una tarde de verano.
Cuando quieres ocultarte porque no te sientes cómodo
Existe otro género diferente y un poco menos romántico, las personas que se ocultan efectivamente de la foto, se ponen una máscara, una sábana traslucida, o cualquier cosa que les oculte. El hecho de que alguien quiera esconderse ya dice mucho de cuál es su estado de ánimo. (no confundir con el foto tipo C “mostrar parcialmente la cara para hacerse el interesante”), quizá también sientan que tienen poca personalidad o están demasiado atados a las críticas y opinión de los demás.
A no ser que sea por un juego o que en la foto parece que la torre eiffel es tu cabeza estas fotos no molan. Transmiten la sensación de ocultación, de complejo y desde luego la gente las percibe negativamente.
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E | Las selfies como foto de perfil
¡¡¡Con las selfies hemos tocado hueso!!! Tengo que reconocer que algunas, no todas, son muy divertidas, que mola estar con alguien y captar el momento de diversión o de sorpresa, a mi también me han caido selfies con amigos. Creo que para eso están las selfies, para transmitir con espontaneidad ese momento curioso o especial ya que son instantaneas y contagiosas de estados de ánimo.
Pero si estás en casa mirándote en el espejo o haciendo los deberes de matemáticas las selfies pueden ser tu mayor enemigo. Una selfie solo en casa suele transmitir aburrimiento o narcisismo, aunque te veas guapo o guapa, elige bien si lo que quieres transmitir es miro al móvil y me hago fotos cuando me aburro.
Insisto porque no quiero ser una snob, que me parecen muy bien las selfies que captan momentos, con tus amigos, en un sitio muy molón o cosas así, pero restringe su uso a cuando lo veas necesario, que ahora estemos todos siguiendo la moda es como cuando nuestros padres se ven con las fotos con hombreras y nos dicen “se que no estoy guapa, pero era la moda”, sé exigente con tu foto de perfil.
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#2 Retocar las fotos en tu foto de perfil
A | Retocar luz, color, contraste, etc…
Si el retoque de las fotografías de perfil o cabecera responde a criterios de estética fotográfica, subir la luz general, hacer algunos contrastes, equilibrar los colores, etc, estos retoques ayudan positivamente a la imagen que se proyecta en estas redes sociales, se sigue viendo natural al protagonista, tal como es, sin esconder ni modificar nada, queda claro que se acepta como es y no tiene complejos en mostrarse.
Soy un firme defensora de que le demos un punto de esta alegría o calidad a nuestras fotografías con las herramientas que tenemos ahora, conseguimos que nuestro mensaje y nuestra marca personal siga siendo sincera y solo queremos vernos un poco más o mejor en la foto. Let´s go!
Si usas un blanco y negro por ejemplo puede que se asocie tu foto con una personalidad más artística y creativa, si usas color puedes transmitir alegría y positividad.
B | Modificar nuestros rasgos faciales y cuerpo
Esto ya es otra cosa, modificar nuestra cara, quitarnos esa papada que está molestando o esas patas de gallo que anuncian que cumplimos años puede hacerse, pero ya sabes que la gente te conoce o puede conocerte y queda muy extraño que vean a un supermodelo de 19 años cuando tenemos 35.
Además proyectaremos en nuestra marca personal que queremos dar una imagen al exterior diferente a nosotros mismos, quizá porque no nos aceptamos como somos o dependemos en exceso de la opinión de los demás ¿Queremos comunicar eso con nuestra foto de perfil?
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C | Utilizar filtros y efectos de Apps de moda
Esto es una moda, como otra cualquiera, salen Apps y hay que usarlas una vez. Por ejemplo las caricaturas en la foto de perfil son un ejemplo de que lo que busca es desviar la atención sobre nuestro rostro y se prefiere buscar el humor o la tontería. Insisto, está genial y yo me río, pero en este artículo hablamos de ¿Qué comunica mi foto de perfil? Pues en este caso, creo que comunica juego, jovialidad y ocultación, sobre todo transmite que quien las usa se oculta y no quiere mostrar su cara, a lo que el que mira la foto se pregunta ¿Por qué?
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La actitud adecuada para tu foto de perfil de Facebook
La actitud que muestras en tu foto de perfil dice tanto o más que los puntos anteriores, ya que quieres mostrar un estado de ánimo y que te asocien a él. Retador, divertido, serio, profesional, haciendo el payaso, introspectivo. Vamos a ver por encima algunas de los rasgos que se proyectan con cada actitud en una foto de perfil, aunque prometo hacer una artículo entero solo sobre esto.
A | Fotos sonriendo
Sonreír en una fotografía contagia naturalidad, buen rollo, actitud abierta hacia los demás, estar receptivo al mundo, quita barreras, motiva al contacto…ya puede hacer tiempo que no hablas con esa persona, pero ante una actitud despreocupada y sonriente no te parece tan complicado escribirle o comentarle para retomar un poco el contacto. Aunque sea desde la lejanía una foto sonriendo acerca a las personas.
B| Fotos serio
Puede que estés serio porque has elegido tu foto más profesional para las redes sociales, bueno pues en ese caso lo que estás transmitiendo es respeto, un ligero hermetismo hacia la broma, sensación de que quizá no quieres que te hagan perder el tiempo con tonterías y saludos a no ser que sea para algo serio, como tú, laboral, que te haga ganar dinero. Esta actitud está bien si persigues proyectar estos factores. En cambio si solo lo haces porque te ves más guap@, ten cuidado, es importante que te sientas identificado con tu actitud, no solo con cómo se te marcan los pómulos. Recuerda que estás proyectando tu imagen 24 horas al día.
C | Fotos con carga emocional
Con carga emocional me refiero a actitudes exageradas de piedad, agresividad, bondad, extradulzura, estas fotos parecen las más fáciles de comentar, quieres proyectar una actitud fácil de asociar en la mente de la gente con otros iconos reconocibles. Si eliges una foto con las manos juntas y mirando al cielo estilo Santa Teresa de Jesús la gente recordará que eres muy exagerada con hacer el bien en el mundo o si miras a cámara y gritas como si fueras a matar al cámara, la gente pensará que eres el más rockero del mundo. Sin embargo cuidado cuando la elección de la fotografía la basamos tanto en iconos tan reconocibles podemos proyectar falta de personalidad potente, dependencia de la opinión de los demás o similares. A todos nos gusta el rock, pero no es necesario que todos nos parezcamos , sería un aburrimiento, ¿no?
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D | Fotos con actitudes graciosas
Estas fotografías responden a personas que quieren dar sensación de naturalidad y que están poco pendientes de la opinión de los demás, “Ya sé que no salgo guapo, pero me gusta mi lengua extralarga, o me gusta que me mancharan de barro toda la cara”.
Estas personas suelen ser personas muy sociables y sus fotos captan un momento divertido con amigos que quieren que veas. También proyectan estar abiertos a la broma, al contacto.
E | Fotos realizando actividades
Las personas que se muestran en su foto en mitad de una actividad deportiva, una conferencia, un picnic, subiendo una montaña, corriendo una maratón, montando una fiesta…es gente que se siente muy a gusto con esa vertiente de su vida y quieren comunicarla a toda costa. Además puede ser una invitación a los demás a que la practiquemos con ellos.“Corro por el río, ¿te apuntas algún día?” “Hago fotos como aficionado, salimos una tarde a hacer retratos”. La imagen que proyectan es abierta, positiva, contagiosa, te invita pero también proyectan que a día de hoy ese es uno de los pilares de su vida.
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CONCLUSIÓN
Por mis comentarios parece que esté más a favor de un perfil que de otro, de un tipo de foto de perfil que de otro, pero sinceramente lo único que intentaba en este Post es arrojar un poco de luz sobre que proyecta tu foto de perfil, y si te sientes identificado con lo que proyectas has elegido correctamente la foto.
Me gustaría hacer este post interactivo y que me dejes tu opinión para que lo completemos entre todos. Gracias por leer hasta aquí abajo, le has dedicado un buen rato.
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jose-a-perez · 5 years
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Jane the Killer
Su verdadero nombre es Jane Arkensaw, ella era una chica muy hermosa; piel clara de ojos verdes, era vecina de Jeffrey Woods y prima de una niña llamada Vanessa Kennedy, pero esa es otra historia. Bueno, Jane vigilaba a Jeff de vez en cuando por la ventana, un día llegaba tarde a la escuela y vio a Randy y su pandilla amenazando a Jeff y a su hermano Liu, ella sabía perfectamente que Randy era un matón que hacía pagar a todo el mundo una pequeña comisión de dinero en efectivo o el bocadillo del desayuno, a cambio de que no se ganaran una paliza...
Luego miró unos segundos más tarde y vio como Randy le robaba la cartera a Liu, y empujaba a Jeff contra el suelo, entonces él se levantó, y Jane se dijo para sí misma: “¡Quédate sentada, no seas estúpida!”. Entonces vio cómo Jeff se abalanzó contra Randy, luego cogió a Troy, que se tiró al suelo gritando de dolor, era preocupante ver la pelea de Jeff, parecía que se estaba divirtiendo demasiado, y al ver la cara de Liu, Jane intuyó que Jeff no hacía este tipo de cosas normalmente. Lo siguiente que se oyó fue el sonido de las sirenas de un coche de policía, y el padre de Jane, que era policía, salió de su casa y se montó en el coche.
Cuando los padres de Jane la llevaron a la escuela le dijeron muy claramente que no querían que hablara con Jeff, así que no lo volvió a ver hasta que terminó el día. Cuando lo vio salir de allí, notó como si Jeff estuviera fingiendo estar feliz, para que la gente no sospechara del delito que había cometido, pero en realidad estaba mostrando una sonrisa un poco sádica, “era como la sonrisa de un loco” pensó Jane. Al día siguiente Jane se asomó por la ventana y vio un coche de policía frente a la casa de Jeff, pensó que se llevarían a Jeff por lo que había hecho, pero se equivocó, en lugar de él, arrestaron a Liu, luego vio llorando a Jeff por lo ocurrido, y a partir de ahí la gente empezó a soltar muchos rumores sucios sobre Liu.
Días después, el hijo de la vecina de al lado de la casa de Jeff montó una fiesta de cumpleaños, y Jane vio cómo Jeff jugaba con los niños a las pistolitas, hasta que aparecieron Randy y sus amigos saltando la valla, a continuación Randy se abalanzó hacia Jeff y lo derribó, luego Troy y Jake sacaron unas pistolas y entonces Jane supo que iban a matarlo, entonces Jane decidió llamar a la policía. Luego escuchó unos disparos, y cuando volvió a mirar, vio las llamas de un fuego y escuchó gritos, entonces cogió un extintor y se dirigió hacia la casa, pero cuando llegó vio a Jeff sentado en las escaleras ardiendo en llamas, con grandes partes de piel rosa y chamuscada, entonces Jane se desmayó.
Cuando Jane despertó, se encontraba en el hospital, entonces le dijo la enfermera que ya se podía ir a su casa, pero Jane quiso preguntar cómo se encontraba Jeff, y la enfermera le dijo que no podía dejarla verlo ni aunque se tratara de su novia. A lo que ella respondió con voz temblorosa: “¡Él no es mi novio!” Así que salió del cuarto, vio a los padres de Jeff, que le dieron las gracias por haber intentado salvar a su hijo, le dijeron que Jeff estaba con vendas, que se las quitarían en unos días, y que cuando llegara el momento la avisarían. Luego ella contó todo lo que vio cuando Jeff se peleó con la pandilla de Randy, y los padres de Jeff dijeron que si eso era cierto dentro de unos días soltarían a Liu.
Días después los compañeros de clase de Jane empezaron a meterse con ella porque se pensaban que estaba enamorada de Jeff, y entonces apareció Liu y le avisó de que al día siguiente le quitarían las vendas a Jeff. A la mañana siguiente, Jane vio el coche de los padres de Jeff aparcado en su casa y se puso muy contenta, pero cuando vio salir a Jeff del coche se le cambió la cara del susto; el pelo castaño claro de Jeff ahora de color negro y largo hasta los hombros, su piel era blanca y con la misma sonrisa sádica, que vio el mismo día que se peleó con Randy. Luego vio cómo Jeff la miraba fijamente con esos ojos tan abiertos y aterradores, entonces Jane entró en su casa y los padres le preguntaron qué le pasaba, a lo que Jane respondió con un chillido, y se desmayó.
Cuando Jane despertó ya había oscurecido y sus padres no estaban en casa, se levantó de la cama con un vestido negro, bajó las escaleras y vio que la luz de la cocina estaba encendida, había una nota sobre la mesa que decía: “¿No vienes a cenar? Tus amigos están aquí". Después de leer esto, Jane empezó a temblar y vio por la ventana que las luces de la casa de Jeff estaban encendidas, entonces vio a Jeff apoyado en la ventana de su casa, mirando a Jane con un cuchillo en la mano golpeando la ventana y sonriendo. Jane asustada cogió un cuchillo y salió corriendo de la casa, fue a la puerta de la casa de Jeff, intentó girar el pomo de la puerta, pero no podía porque empezó a temblar y se le aceleró el pulso, entonces cerró los ojos y la abrió, pero tenía miedo de abrir los ojos, hasta que escuchó a alguien decir: ¡Lo has conseguido, me alegro amiga mía! Luego Jane echó un grito, y vio que sus ojos eran grandes y no parpadeaban, y su sonrisa era de color rojo, él había tallado una sonrisa en su cara, su ropa estaba llena de sangre y al ver eso Jane se desmayó.
Cuando despertó, estaba en una mesa de comedor, su cuchillo había desaparecido y cuando miró hacia arriba vio a gente sentada alrededor de la mesa, se trataba de sus padres, los padres de Jeff, y sus amigos, todos estaban muertos con una sonrisa tallada en sus caras y enormes cavidades rojas en el pecho, trató de gritar, pero estaba amordazada y atada a una silla. Lágrimas de sangre salían de sus ojos, “Mira quien ha despertado finalmente”, Jane miró a su lado y vio que Jeff estaba allí. Ella trató de chillar, pero Jeff estaba detrás suyo, acercándole un cuchillo a la garganta y le dijo: “Cállate, cállate, que a los amigos no se les debe chillar, seguro que estás enfadada porque no te ves tan bella como ellos, pero no te preocupes que pronto haré que luzcas bella también. ¿Qué me dices?” Entonces le cortó la mordaza con el cuchillo, Jane se la escupió y le miró fijamente a los ojos y le susurró: “Vete a la mierda…”  
Entonces Jeff le dijo: “Me pareces más divertida de lo que pensaba, los amigos se hacen favores entre ellos, ¿no?, bueno pues te voy a hacer un favor.” Jeff salió, y mientras tanto Jane se puso a llorar por sus padres y amigos que hace apenas unas horas estaban vivos, luego Jeff regresó, “No llores”, dijo. Jane vio que sostenía una jarra de lejía y un bidón de gasolina, entonces le vertió la lejía y la gasolina, “Tranquila ya he llamado a los bomberos”, le dijo Jeff, y luego le echó fuego. Tan pronto el fuego entró en contacto con Jane, ardió en inmensas llamas y Jeff se largó diciendo: “¡Nos vemos mi querida amiga! Espero que quedes tan hermosa como yo".
Cuando Jane despertó estaba de nuevo en el hospital y la cabeza le daba tumbos, luego vino una enfermera y le dijo que lo sentía, pero su familia había muerto en el incendio, entonces Jane empezó a llorar, y la enfermera le dijo que no llorara o sino su cuerpo no iba a poder respirar, minutos después se quedó dormida. Al volver a despertar, vio que ya no tenía vendas y que había varios ramos de flores, entonces la enfermera la dijo que la durmieron durante dos semanas para que su cuerpo pudiera recuperarse, “Dame un espejo”, dijo Jane. Al verse, tiró el espejo al suelo del horror, al ver su horrible y quemado rostro, luego llegó un paquete del mismo destinatario que el de las flores, la enfermera salió un momento de la habitación.
Jane se dispuso a ver el interior del paquete, había una máscara blanca con negro alrededor del hueco de los ojos y una sonrisa femenina pintada de negro, con un encaje negro que podía cubrirle los ojos, y una peluca de color negro con hermosos rizos, junto con todas estas cosas había un ramo de rosas negras y un cuchillo de cocina afilado, junto a la máscara también había una nota: "Jane siento que no hallas quedado tan hermosa, pero ésto te servirá para taparte el rostro mientras te recuperas, y te dejaste el cuchillo en mi casa, así que pensé en devolvértelo". Luego de leer ésto, salió del hospital, se puso la peluca y se fue al cementerio, vio las tumbas de sus padres y se puso a llorar por última vez, luego se puso la máscara y agarró el cuchillo con todas sus fuerzas.
Desde ese día Jane juró venganza, y cada vez que el sol se pone, va en busca de Jeff para encontrarlo y matarlo… La imagen que ronda de Jane dice lo contrario a la de Jeff, "No te vayas a dormir", para así evitar que Jeff consiga hacerles lo mismo a más víctimas inocentes.
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Veintiuno
Inglés autor: @imagining-supernatural Traducido por: @kclaire1
Pedido por supernaturalymarvel: Acabo de encontrar tu blog y ¡Dios mío! Me preguntaba si podrías escribirme un LectoraxDean Winchester (estoy totalmente enamorada de él) en el que la lectora haya crecido con Sam y Dean y cuando cumple 21 se los lleva a tomar unas copas y se le escapa su pequeño secreto (que es un hombre lobo o algo por el estilo que tú decidas) y él se queda flipado lo mismo que Sam y se enfadan y gritan pero se dan cuenta de que, ¡eh! Aún así la amamos y Dean se pone muy blandito y le dice que la quiere y esas cosas…
Recuento de palabras: 4.271
Advertencias: Ninguna.
English Version: Twenty-One
“¡Date prisa, T/N!” oíste gritar a Dean a través de la puerta del baño. “Si no estás lista en cinco minutos nos iremos dejándoos a ti y a tu culo aquí.”
“No lo haríais,” respondiste con confianza, aplicándote la máscara de pestañas con cuidado. “Es mi cumpleaños y ni siquiera tú eres tan malvado como para dejar a alguien atrás el día de su cumple.”
Escuchaste un golpe sordo en la puerta y te imaginaste a Dean inclinado en la puerta con los brazos cruzados. Habías vivido con Sam y Dean desde que dejaste los pañales. Tus padres habían sido cazadores y cuando los asesinaron, acabaste al cuidado de John. Eras prácticamente la hermana Winchester, pero estabas intentando cambiarlo, por lo menos con Dean. Incluso en los años de instituto, cuando a penas veías a los chicos ya que te habían enviado a un internado, le conocías mejor que nadie. Prácticamente podías predecir cada uno de sus movimientos. Y desde luego sabías la pinta que tenía Dean cuando se inclinaba sobre la puerta y esa, esa era una buena vista. “Cariño, acabamos de terminar una caza y todo el mundo dice que este sitio tiene las mejores hamburguesas de la ciudad. Cumpleaños o no, me muero de hambre.”
“La paciencia es una virtud, cielo.” Le replicaste. “Además, te prometo que la espera merecerá la pena.”
Dean gruñó algo y se alejó. Estuviste tentada de mirar con el otro lado de tu mente, sólo para ver que estaba pensando. Después de todo ése era prácticamente tu propósito en la vida, saber exactamente lo que la gente esperaba de ti, para así poder ser esa persona. Pero tu madre se las había apañado para permanecer alejada de sus instintos primarios y sabías que tú también podrías.
Así que terminaste de aplicarte el maquillaje y te echaste otro vistazo en el espejo, guiñándole a tu reflejo. A pesar de las dificultades que venían parejas a tus genes, tenías que admitir que las ventajas te venían muy bien. Estabas buena. Y ya era hora de que Dean se diera cuenta.
Echándote otra mirada seductora abriste la puerta y avanzaste por la habitación del hotel. Sam y Dean dejaron de hablar para mirarte y observaste su reacción con placer. Sam sonrió con la boca medio abierta. “Vaya, Y/N.”
Sonreíste tímidamente y te giraste, enseñando tu nuevo vestido desde todos los ángulos. Ya que una chica sólo cumple años una vez, te parecía debías ponerte algo que te diferenciara del resto de las mujeres del bar. Así  que pasaste de tus vestidos ajustados con diseños funky y te pusiste una sencilla falda lápiz negra que te llegaba hasta medio muslo y una camisa que se ataba a la espalda y realzaba tu sujetador favorito negro. Estaba en la línea justa entre putilla y madura, profesional pero divertida y a juzgar por la cara de Dean, era perfecta.
“Así que,” dijiste separando los brazos. “¿Qué os parece? Perfecta para mi primera noche en la que ya es legal emborracharme, ¿verdad?”
“Ya te digo” dijo Sam. Echó un vistazo a su hermano y se rió. “Ya has dejado a un chico sin habla.”
Eso hizo que Dean saliera de su estado de trance y se aclaró la garganta incómodo mirando hacia otro lado. Decidiste que podías darle unos pocos de celos y caminaste hacia el pequeño de los Winchester apoyando la mano en su pecho, mirándole a través de tus pestañas. “¿Sólo uno?”
La chispa en los ojos de Sam te dijo que sabía exactamente qué estabas haciendo y que se apuntaba al juego. Arrugó la nariz mientras te sonreía. “Tendrás que intentarlo con más fuerza para conquistarme a mi.”
“Mnnn. Me encantan los retos.”
Dean emitió un sonido de disgusto y le miraste justo a tiempo para ver como giraba los ojos, o más bien girar toda la cabeza. “Os espero en el coche.”
Agarró la chaqueta y comenzó a caminar hacia la puerta. “¡Eh, Dean!” le llamaste justo antes de que alcanzara la puerta. Dudó antes de girarse hacia ti. Te reíste y alcanzaste las llaves que estaban encima de la mesa. “Creo que te olvidas de algo.”
Le tiraste las llaves, el sonido de metal contra metal era el único ruido en la habitación mientras las llaves volaban. Las cogió en una mano sin esfuerzo. Soltó un gracias mientras estudiadamente evitaba mirarte a la cara. Sam y tú mirasteis mientras salía de la habitación del hotel y después os mirasteis el uno al otro con idénticas sonrisas mientras sonaba un portazo.
“Tengo la impresión de que esta noche va a ser interesante.” Dijo alegremente.
“Eso espero.”
*****
“¡Una ronda de chupitos aquí para la chica del cumpleaños!” Dean le gritó al camarero.
El guapo camarero se acercó hacia vosotros y bajo la luz del bar, pudiste ver que sus ojos brillaban con interés. Él no era Dean, pero desde luego su atención te estaba haciendo sentir muy bien. “Cumpleañera, ¿eh?”
“Esa soy yo,” replicaste inclinándote sobre la barra.
Sus ojos te recorrieron empezando por la  cara y bajando al resto de tu cuerpo, sin ningún miedo de los dos chicos que te acompañaban, uno a cada lado tuyo. “¿Cuántos años lleva tu preciosa cara en este planeta y por qué demonios no nos hemos conocido antes?”
Dean se acercó y se inclinó sobre ti, tú sonreíste, pero te giraste para mirar al camarero. “Una chica nunca dice su edad. Lo mantiene como un misterio.”
“Podría pedirte tu Carnet de Identidad,” señaló el camarero, finalmente volviendo a mirarte a la cara. “Así sabría tu nombre también.”
“Pero en ese caso ¿dónde está la gracia?”
No tenías que hurgar en su mente para ser que sus pensamientos se acababan de ir por la alcantarilla. Tampoco tenías que bucear por sus deseos para saber lo que quería. Sería fácil amoldarte a lo que era su modelo de mujer perfecta y conseguir que fuera a por ti. Pero era fácil resistirse. Te habías pasado tanto  tiempo alejándote de los instintos que habías heredado de la familia de tu madre te salía solo. A penas tenías que pensarlo.
“¿Nos vas a poner esas copas, tío?, ¿o voy a tener que saltar sobre la barra y ponérmela yo mismo?” Dean le preguntó con dureza, apoyando posesivamente una mano en el respaldo de tu taburete.
El camarero le dedicó a Dean una mirada de disgusto pero accedió. Te fijaste en la mirada divertida de Sam y sonreíste. Antes de girarte a Dean, pusiste tu mejor mirada de desaprobación. No querías revelar demasiado aún. “Eso ha sido maleducado.”
“No estaba haciendo su trabajo,” gruñó Dean.
“Estaba siendo amable.”
“Estaba tratando de meterse en tus pantalones.”
“Llevo falda.” Señalaste aclarando lo obvio sólo para hacerte la listilla. Dean giró los ojos pero notaste como su mirada descendía hasta tu regazo y se tomó su tiempo subiendo lentamente hasta tu cara.
“Tú ya me entiendes.”
“Y tú deberías saber que ya soy mayorcita, Winchester. Puedo dejar a quien quiera hacer lo que yo quiera.”
Hizo un gesto de burla y miró al camarero que estaba tardando más tiempo del que debería. “¿Y quieres dejarle a él que lo haga?”
“Él es el único que ha intentado algo hasta ahora.” Bajaste la voz y dejaste que tus ojos recorrieran los gloriosos labios de Dean unos segundos. “Tienes que hacer el esfuerzo si quieres conseguir el premio, cielo.” Sin darle a Dean la oportunidad de pensarlo o siquiera de responder, te volviste hacia el camarero. “Eh, guapo, ¿dónde está mi bebida? No puedo espera a tomarme la  primera bebida alcohólica de mi vida.”
Te sonrió, ignorando deliberadamente  la mirada que Dean le estaba echando. “Algo me dice que tú ya sabes cómo manejarte con el alcohol.”
“Bueno, nunca podremos probar esa teoría si no le traes a esta chica su bebida.” Te inclinaste hacia él y le hiciste un guiño, disfrutando de cómo provocó que Dean hiciera girar los ojos.
 Con un giro de muñeca, el camarero deslizó el vasito hacia ti. Dos más le siguieron, yendo a parar delante de los hermanos que estaban parados uno a  cada lado tuyo. Sam levantó su vasito, su mano grandota empequeñeciéndolo y lo levantó para hacer un brindis. “Por T/N y por la primera vez que puede usar su propio Carnet de Identidad para beber!”
“Por Y/N,” Dean dijo a coro. Hubo un sonido de cristal contra cristal cuando los tres brindasteis. Después, a la vez, os lo bebisteis de un trago. El líquido quemaba según bajaba por tu garganta, pero tenías ya bastante práctica como para no atragantarte o toser.
Los chicos y tú pedisteis otra ronda de chupitos antes de volver a la normalidad y pediros lo que solíais beber. Ya estabas empezando a sentir el mareo cuando el primer hombre de la noche se acercó hacia ti y te preguntó si querías bailar. Ya que estabas disfrutando a conciencia la forma en la que el músculo de la mejilla de Dean se contraía, apoyaste la mano en la de aquel extraño y le permitiste que te condujera hasta la pista de baile. Durante casi una hora bailaste con un hombre detrás de otro. Cuánto más bebías, más se derrumbaban los muros que habías construido y los genes del lado de tu madre iban saliendo. Pero no lo suficiente como para alarmarte, especialmente en tu estado de embriaguez, así que seguiste bailando y bebiendo. El único hombre con el que de verdad querías bailar estaba sentado con gesto huraño en la barra, fingiendo que no te estaba observando. Acabarías por llegar a él, pero por ahora tenías que contentarte con el aparentemente interminable rebaño de hombres.
Y no era una mala situación. Todos eran moderadamente atractivos y ninguno de ellos te hacía sentir como si tuvieras gusanos reptando por tu piel así que eso era un añadido. Unos cuantos incluso sabían algunos pasos.
Hasta que Dean se acercó y os interrumpió, comenzando a arrastrarte fuera de la pista.
“Venga Deeeean,” arrastraste las palabras al hablar. “Sólo un baile, sabes que quieres.”
“Oh, cielo, yo no bailo.” Te llevó hasta un taburete y le hizo una señal al camarero. “Tráenos agua.”
“Estoy bien, Dean.” Lograste apoyar tu mano en  su pecho y te inclinaste más cerca, atrapada por sus preciosos ojos esmeralda. “Tú…tú tienes una bonita cara.”
Se encogió de hombros. ”Vale, gracias.”
“No, de verdad, una bonita cara. Como, casi como una escultura Griega. Tus mejillas… y tu mandíbulas… y esas pestañas yo… Hala. ¿Sabes a qué me refiero?”
Tenía una sonrisa incomoda y agarró el vaso de agua que el camarero le había deslizado. “Estas realmente borracha. Bebe esto.”
Apartando su mano, pasaste los dedos por sus mejillas, el rastro de sus barbita de dos días arañándote las yemas de los dedos. “Lo digo en serio. Tu cara es… no creo que ni siquiera mi madre hubiera podido convertirse en alguien remotamente así de sexy. Ella tenía que esforzarse para convertirse en lo que la gente quería, pero tú… tú ya lo eres, cariño.”
“Estás más borracha de lo que pensaba” Dean soltó una risita entrecortada. “Lo que dices no tiene sentido.”
Te costó un minuto encontrar las palabras que estabas buscando. “Lo que digo… tiene… perfecto sentido, Dean-o. Tienes una cara que hace que la gente haga locuras por ti y eres cien por cien humano. La gente hace lo que yo quiero a causa de mis. Tú lo haces sin ayuda, tú sólo tienes que mirar a la gente y ellos te preguntan cómo de alto quieres que salten. Yo tengo que averiguar lo que quieren y cantar mi canción, o lo que sea que esos marineros griegos pensaran que hacíamos allá por entonces. “
“¿De qué estás hablando?”
De haber estado sobria, te hubieras fijado en tono serio y desconfiado que tenía  la voz de Dean. Pero dado que llevabas unas cuantas cervezas de más, seguiste cavando tu hoyo aún más profundo. “Además, yo sólo soy medio humana, así que tengo que trabajar más duramente de cualquier forma. ¿Seguro que tú no eres una sirena también? Porque cariño, definitivamente eres todo lo que uno desearía.”
“¿Una sirena?” te preguntó Dean dando un paso atrás. Con ese movimiento habías vuelto a la realidad, y te acababas de dar cuenta de lo que habías dicho.
Tus padres te habían advertido en una note de que no se lo dijeras a nadie, especialmente a los cazadores. Decían que tu mitad humana no sería suficiente para que intentaran conocerte y evitar matarte. Y tú habías guardado ese secreto toda tu vida.
“¿Quién es una sirena?” preguntó Sam apareciendo detrás de Dean.  Sus ojos se movieron alrededor de la habitación antes de seguir la mirada que Dean tenía clavada en ti.
“Y/N, aparentemente.” Dean contestó.
“Yo-“ pensaste rápidamente, tratando de encontrar la forma de salir de este agujero en el que te habías metido. “Estoy borracha. No sé ni lo que digo.”
“No sabes mentir cuando estás borracha,” Sam dijo despacio, mirándote. “¿Lo recuerdas? Ya lo hemos comprobado.”
“Entonces supongo que veintiuno es realmente el cumpleaños mágico,” te encogiste de hombros, sabiendo lo débil que era tu argumento.
Dean te agarró del brazo y prácticamente te arrastro fuera del bar, aunque tampoco opusiste mucha resistencia. Una vez que los tres estuvisteis fuera a solas, Dean se giró hacia ti con la expresión cuidadosamente estudiada que usaba en los interrogatorios. “Mejor será que empieces a hablar.”
“Generalmente lo que quieres es que me calle,” intentaste bromear. Endurecieron las mandíbulas y se cruzaron de brazos, negándose  a morder el anzuelo. “Mira, no lo supe hasta que tuve diez años y el abogado de mis padres me dio una carta que ellos me habían escrito. Mi madre era una sirena pero se enamoró de mi padre—mi padre humano—y dejó de seducir gente hasta matarla. No puedo cambiar de forma y no tengo ninguna intención de hacer que la gente me demuestre su amor matando a la persona que más aman, ¿vale?”
“¿Y lo de la mente? ¿Cómo sabéis exactamente lo que todo el mundo quiere?” preguntó Dean.
“Eso puedo hacerlo” murmuraste, desviando la mirada. Pusieron cara de disgusto y por un momento te maravillaste de lo rápido que te estaban dando la espalda. Tus padres llevaban razón. Ningún cazador confiaría en ti. Pensaste que los Winchester serían diferentes. “Pero os juro que nunca os lo he hecho a vosotros. Sólo lo he usado en un para de cazas para tranquilizar a al gente o averiguar lo que realmente había sucedido. Lo juro. Nunca he usado ese lado mío con vosotros.”
Miraste a Dean directamente a los ojos. ”Tienes que creerme.”
“No tengo que hacer nada, T/N”, replicó Dean fríamente. Sacudió la cabeza y se alejó de ti. “Vamos Sammy.”
“Dean, por favor,” suplicaste.
Todo su cuerpo se tensó y sólo tuviste un  segundo para prepararte antes de que su furia cayera sobre ti. Dio un grito con la voz más fuerte que le habías escuchado nunca, asustándote. “¡Nos has mentido! ¡Me has mentido a mi! Durante once años, ¿lo supiste y pensaste que no importaría?”
“Sabía que importaría, yo sólo—“ interrumpió tu hilo de voz.
“¿Cómo demonios vamos a saber si tú eres realmente tú, eh? A lo mejor has estado jugando con nosotros todo este tiempo. Has estado ejerciendo tu control a fuego lento. Pervertido, pero no me va ese juego.” La mirada que te dirigió logró traspasarte y sentiste lágrimas intentando escapar, pero te las apañaste para retenerlas. Esta vez, cuando Dean agarró a Sam, no intentaste detenerle.
*****
Eran las tres de la mañana cuando por fin volviste al hotel. Después de que los Winchester se marcharan, habías vuelto al bar y pedido una hamburguesa, lo que fuera menos alcohol. Querías asegurarte de que los Winchester estuvieran dormidos cuando volvieras para no encontrártelos accidentalmente en el parking o en algún otro sitio, y la comida parecía una buena forma de pasar y el tiempo y quitarte de encima la borrachera. Finalmente te cansaste de estar abatida en un bar lleno de extraños y decidiste que un cambio de escenario estaría bien. Deprimirte a solas en la habitación del hotel te parecía una opción mucho más atractiva.
Así  que caminaste por la calle, con ganas de cambiarte esa ropa que te había parecido estupenda hace unas horas y ahora te parecía triste y desesperada.
Mientras te imaginabas a ti misma entre las sábanas y con la sudadera extra grande que tenías en tu bolsa de viaje, decidiste intentar hablar con los Winchester por la mañana, a no ser que se hubieran ido ya. No les forzarías a quedarse contigo, pero querías saber si aún estaban enfadados. Entendías su enfado. Después de todo, tú eras uno de los monstruos que ellos cazaban. Y les habías mentido. Pero erais casi familia y eso tenía que contar algo, ¿no?
Abriste la puerta entrando en la habitación a oscuras y cerraste detrás de ti. En esa noche no querías ninguna sorpresa más. Suspiraste, apoyando la cabeza contra el frío metal de la puerta antes de encender la luz.
Casi gritaste. Había una figura sentada en la silla y se estaba despertando al notar la luz.
“Hijo de puta,” Dean gruñó, poniéndose el brazo sobre los ojos hasta que se acostumbraran a la luz.
“Dios, ¡Dean, menudo susto me has dado!”  Te llevaste una mano al corazón, y respiraste hondo para pasar el subidón de adrenalina. “¿En qué estabas pensando? ¿Colándote en la habitación de una mujer con las luces apagadas? Podía haberte matado.”
Ondeó  la mano como si no fuera para tanto. “Sabía que no llevabas ninguna pistola.”
“Y una pistola es la única forma que conozco de matar a alguien.” Dijiste con sarcasmo. Acordándote de la razón por la que Dean se había marchado, miraste alrededor buscando el arma que pudiera llevar él. No sabías si se te podría matar como a un humano o si había que matarte como a una sirena, pero lo que sí sabías es que sangrabas como un humano y que dolería mucho. No querías correr ningún riesgo e incluso a pesar de que no veías ningún arma a primera vista, no te arriesgaste a alejarte de la puerta. “¿Qué estás haciendo aquí?”
“Esperando a que volvieras,” contestó levantándose. “No esperaba que te quedaras hasta tan tarde.”
“Yo esperaba que estuvieras en tu habitación. Con Sam.”
“¿Estabas intentando evitarnos?” te preguntó dando un paso hacia delante.
Te echaste hacia atrás, apoyándote en la puerta que había detrás de ti. Encontraste el picaporte y lo sujetaste, preparada para escapar si era necesario. “Por esta noche, sí.”
“¿Por qué?” detuvo su avance con un gesto ligeramente herido.
“Porque estabais tan enfadados. Y nunca he entendido por que la gente se asuste cuando te enfadas pero ahora lo entiendo. Es distinto cuando tu enfado esta dirigido a mi.”  Tus dedos se tensaron agarrando el picaporte. “Dais miedo cuando estáis enfadados, y lo estáis conmigo y entiendo totalmente por que lo estáis.”
“No tienes que tener miedo de mi,” susurró Dean dando otro paso hacia ti.
Sus palabras no eran exactamente tranquilizadoras, y te aplastaste contra la puerta, tratando de mantenerte tan lejos de él cómo fuera posible. “¿No tengo que tenerlo?”
“¿Qué se supone que significa eso?”
“¡Significa que soy un monstruo, Dean! Significa que soy exactamente lo que tu padre nos entrenó a matar – te entrenó a ti a matar. Significa que él probablemente haya matado al menos a un miembro de mi familia y yo no te hubiera echado la más mínima culpa si tú me lo hicieras a mi. Pero no quiero morir, así que, sí. Estoy asustada.” Ni una vez apartaste la mirada de Dean, vigilando su lenguaje corporal buscando algún signo de que estuviera a punto de atacar; algún signo de que debieras echar a correr.
Levantó los brazos y temblaste, sólo te relajaste ligeramente cuando se pasó los dedos por el pelo. Él se dio cuenta de tu reacción y frunció el ceño. “No te voy a matar, T/N.”
Tragaste saliva. “Vale.”
“¿Vale?”
“¿Qué se supone que tengo que decir? ¿Gracias por no matarme?” Comenzó a acercarse un poco más pero se detuvo cuando volviste a temblar.
“No me crees,” te miró con incredulidad. “No confías en mi.”
“Confío en ti. Pero tú ya no confías en mi así que eso significa que no puedo confiar en ti ahora mismo,” dijiste a toda prisa.
“Eso…. Eso no tiene ningún sentido…” Dean frunció el ceño.
Intentaste tranquilizarte y hacer balance de la situación, pero tu mente estaba aún ligeramente embriagada y estabas sensible y agotada. “Eh. Así  que  si no vas a matarme esta noche entonces—“
“No voy a matarte nunca,” te interrumpió Dean.
Hiciste una pausa, tratando de decidir si le creías antes de empezar de nuevo. “Si no vas a matarme esta noche, entonces no veo por qué esta conversación no puede esperar hasta mañana.”
“¡Porque no me puedo ir a dormir sabiendo que piensas que podría matarte! No puedo dormir si tú no confías en mi, T/N,” parecía como si Dean quisiera cruzar los pocos pasos que os separaban pero era lo bastante inteligente para haberse fijado en tu reacción de los últimos minutos y sabía que no era bienvenido.
“Bueno, no creo que no vaya a dormir mucho tampoco, sabiendo que tienes un arsenal en el maletero justo al otro lado de la puerta.”
“Cómo—“ Dean caminó hacia atrás hasta que sus pantorrillas tocaron la cama y se sentó pesadamente. “¿Cómo has llegado tan rápidamente a la conclusion de que Sam o yo podríamos matarte? Después de todo lo que hemos pasado juntos…”
“Porque es lo que va a pasar.” Susurraste. “Es por lo que no te lo he dicho durante todos estos años. Sabía que ibas a reaccionar como lo hiciste y mis padres me advirtieron en esa carta de que no se lo dijera a ningún cazador. Me dijeron que tan pronto como alguno lo supiera, habría una bala con mi nombre en ella. No importa que no haya usado ningún truco de sirena. La vida de un cazador es blanco o negro. Eso lo sé.”
“No es siempre blanco o negro,” argumentó.
Sacudiste la cabeza incluso antes de que él terminara de hablar. “No. Sí que lo es. Tiene que serlo. Por que si no lo es, se vuelve complicada. Y cuando se vuelve complicada, las líneas se difuminan y cosas como yo suceden.” Podías ver como disentía, lo viste en sus labios, pero te apresuraste a acabar la conversación antes de que pudiera desarrollarlo. Hablarlo con él había acarado tu mente y te diste cuenta de que quedarte con los Winchesters ya no era una opción. “Creo que deberías irte. Deberías volver con Sam y yo me habré ido antes de que os levantéis por la mañana. No tendrás que preocuparte por ninguna obligación moral hacía mi o hacia la vida de cazador.”
“¿Qué? ¡No!” tus palabras le electrificaron y se levantó, caminando hacia ti a pesar de lo al borde de todo que su proximidad te hacia sentir. “¡No voy a dejarte marchar!”
“Bueno, ¡si no vas a matarme, entonces no veo otra opción, Dean!” Tus ojos recorrieron la habitación en busca de cualquier otra cosa que pudiera ser usada cono un arma, en caso de que hubiera cambiado de opinión. Cuando estaba sólo a un par de pasos de ti, empezaste a abrir la puerta. Uno de los dos se iba a ir de allí de una manera o de otra.
Dean se estiró y cerró la puerta de un golpe, parándose cuando estaba a centímetros de ti. Sus ojos se clavaron en los tuyos. “¿Quieres otra opción?”
Antes de que pudieras contestar, sus labios se posaron en los tuyos suavemente a pesar de la tensión que había en la habitación. Todo el aire pareció converger en el espacio entre vosotros dos mientas sus labios se movían contra los tuyos. El beso fue demasiado corto, pero lo suficientemente largo para cortocircuitar tu cerebro, así  que cuando te apartaste no estabas segura de cómo te sentías. Permaneció con los ojos cerrados unos segundos, tratando de disfrutar el momento.
“No estaba enfadado por que fueras una sirena, y ni siquiera estaba realmente enfadado porque no nos lo dijeras,” susurró en con voz entrecortada. “Estaba enfadado porque pensé que estabas jugando conmigo porque estaba sintiendo cosas que no había sentido nunca antes. Y de pronto todo tuvo sentido y entonces me enfade porque de hecho había sucumbido a tus encantos.”
“Pero yo no-“
“Eso lo sé ahora. Ahora que me he confesado mis propios sentimientos” Dean se inclinó hacia ti, besándote de nuevo. Te inclinaste a besarle, apoyando una mano en su pecho para buscar equilibrio. Toda la angustia y el enfado que había anidado en tu cabeza momentos antes saltó por la ventana lo único en lo que podías pensar era en Dean. Sus dedos colándose en tu pelo y sus manos en tu cintura tirando de tu cuerpo con el suyo. El peso de sus labios, la presión contra los tuyos en una delirante ola de deseo. El latido del corazón de Dean acelerándose, corriendo con el tuyo.
“Te quiero” murmuró contra tus labios, justo antes de separarse para mirarte a los ojos. “Una preciosa mujer una vez me dijo que si quería el premio, tenía que hacer el esfuerzo. Y estoy aquí para largo rato, cariño.”
No había una onza de incertidumbre o decepción en sus increíbles ojos color jade y por primera vez en horas, todo estaba bien. Sujetaste su cara con tus manos. “Yo también te quiero, Dean Winchester.”
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amorporlosmotores · 4 years
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Cascos faciales y modulares
Algunos ciclistas solo usarán cascos abiertos, algunos lo harán solamente usan cara completa, otros usan diferentes cascos en diferentes condiciones y algunos solo usan cascos plegables o modulares. Entonces, ¿cuál es el mejor y cuáles son las ventajas y desventajas de los distintos tipos de casco? No queremos predicarle sobre qué tipo de casco debe usar. Sin embargo, le hemos proporcionado una lista de ventajas y desventajas de cada uno para que pueda decidir qué ponerse. Solo asegúrese de usar un casco y que esté en buenas condiciones y debidamente aprobado para su ubicación. Cascos abiertos: ventajas Las ventajas de un casco abierto son sorprendentemente muchas. Para empezar, es mucho más fresco tanto en actitud como en temperatura. Una vez me dijeron que si no usas un casco abierto no eres un verdadero motorista. Ciertamente, puede verse mucho más fresco en un casco abierto, así como sentirse mucho más fresco. También permite al conductor fumar, sonreír o morder la lengua a otros automovilistas y rascarse la cara. Puedes hablar más fácilmente con otros pilotos y acompañantes en el casco abierto nan y escuchar lo que dicen con mayor claridad. También le permite escuchar lo que sucede a su alrededor, como el chirrido de los neumáticos que podría ser una advertencia. También puede escuchar bocinas y sirenas de vehículos de emergencia. Los cascos de cara abierta son mucho más ligeros y, por lo tanto, menos fatigantes que los cascos de cara completa pesados. Debido a que su cara es visible, a menudo puede llenarse en las estaciones de servicio, a veces incluso aquellas que generalmente requieren que se quite el casco. Pero la mayor ventaja es que puede ver mejor y con un rango de visión más amplio. Entonces no hay puntos ciegos. Esta es una ventaja principal de seguridad de los cascos abiertos que es de gran utilidad en el tráfico pesado. Cascos abiertos: desventajas ¡Melón feo en el show! Sin embargo, la protección de seguridad secundaria de un casco abierto en un choque es baja. Icon Airframe Statistic casco de moto ¡El área de la barra de la barbilla toca el suelo en el 19.4% de los accidentes! Entonces, los cascos abiertos no protegerán tu rostro. Otra desventaja es que debe usar anteojos para proteger sus ojos. Por lo general, debe usar una máscara facial para proteger su rostro de las quemaduras solares, las quemaduras por el viento, la lluvia, el frío, los insectos, las piedras y otros detritus de carretera. Estas máscaras faciales pueden ser incómodas y molestas, y si te pones una cara llena de lluvia, incluso pueden impedir tu respiración. Si bien pueden ser más livianos y, por lo tanto, menos fatigantes, el ruido y el viento pueden tener sus propios efectos fatigantes en un viaje largo. Y, si tienes una taza fea, ¡está en exhibición para que todos la vean! Cascos integrales: ventajas La principal ventaja obvia de un casco integral es la protección adicional que proporciona la barbilla y la cara. Los cascos integrales también ofrecen más protección contra el ruido, el sol, el viento, la lluvia, el frío, los insectos y las piedras. Pero también hay muchas otras ventajas. Las estrellas del deporte y el entretenimiento a menudo citan el anonimato de un casco integral, más una visera polarizada, como una ventaja significativa. A algunos de nosotros, los pilotos mayores, también nos gusta el hecho de que disfraza nuestra edad. ¡Esa es probablemente la razón por la que tantas automovilistas atractivas me saludan! Por lo que saben, podría ser Keanu Reeves. Tampoco es necesario usar gafas para protegerse si tiene un casco integral con visera y ni siquiera gafas de sol si tiene una visera tintada. Debido a su aislamiento del medio ambiente, son menos fatigantes en viajes largos. También existe una agradable sensación de usar un casco integral. Cascos integrales: Desventajas ¡Te sientes sofocado y menos libre ! En climas cálidos, también pueden calentarse mucho y limitar el flujo de aire a la cara. Eso puede hacerlos muy cansados ​​en viajes largos en días calurosos. Lo más probable es que se le pida que se quite el casco en las estaciones de servicio, especialmente si tiene una visera polarizada. Un casco integral reduce su capacidad de hablar con su acompañante o con sus colegas. No pueden escucharte y tú no puedes escucharlos. También restringe su capacidad de escuchar sonidos importantes del tráfico, como chirriar neumáticos, bocinas y sirenas. Los cascos integrales generalmente proporcionan un campo de visión limitado con puntos ciegos en las tres cuartas partes traseras. El Bell Bullitt es una excepción. Cascos modulares: ventajas Los defensores de los cascos plegables o modulares dicen que combinan las ventajas de los cascos abiertos y de casco completo. Sienten que son más seguros, pero permiten más libertad, especialmente si se trata de un casco con el que se puede montar legalmente con la barra de la barbilla en posición abierta. Para saber si su casco modular se puede usar al conducir, revise la etiqueta ECE22.05 en el interior. Si tiene J y P en el número de serie, se puede usar legalmente con la barbilla levantada o bajada. Shark Evo puede montarse en posición abierta Pero por lo general, la barra de mentón abatible solo es conveniente cuando te detienen. Le permite mantener una conversación con las personas, tomar una foto y, a veces, llenar de combustible. Cascos modulares: desventajas La principal desventaja de los cascos modulares es el peso adicional de la bisagra y el mecanismo de bloqueo. Esto compromete la integridad de la carcasa, por lo que generalmente tienen una menor protección contra accidentes que muchos cascos integrales. La carcasa de dos piezas también significa que hay una grieta donde el viento y el ruido pueden entrar para que puedan ser más fuertes que un casco integral. Su mecanismo de bloqueo a veces puede cerrarse o no bloquearse. ¿Mencioné que algunos de ellos son muy grandes y se ven ridículos? ¿Usa casco abierto, integral o modular y por qué? Deja tus comentarios a continuación. Hace 48 años compré un Shoei de cara completa cuando recién comenzaban a llegar al mercado. Unas semanas más tarde, planté el techo de un automóvil pequeño cuando el conductor ebrio llegó directamente a una señal de alto. Mis heridas faciales fueron un labio cortado donde un diente enganchado me mordió el labio superior contra el interior de la barra de la barbilla. Un compañero de club tuvo un accidente muy similar solo un par de semanas antes del mío. Llevaba puesto un casco jet abierto de cara que era el uso estándar en ese momento. Terminó con la nariz rota, el pómulo y la mandíbula y como resultado perdió varios dientes. Varios dientes realmente atravesaron el área de la barbilla inferior, causando cicatrices faciales extensas que requirieron mucha cirugía plástica. ¡Sé lo que prefiero! Mi esposa y yo asistimos a un motociclista frente a nuestra casa la noche anterior. El joven tío perdió pequeños trozos de corteza aquí y allá, nada de qué preocuparse. Pero su cara es un pómulo roto y una cuenca del ojo. Llevaba un casco integral pero no estaba listo. No he encontrado una serie de sus observaciones verdaderas en mi experiencia. He estado viajando a diario desde 1970 (con licencia desde 1974), como mensajero de motocicletas. Monto en un rango de temperatura de -4 a 45 (24 – 115) Los cascos integrales son tan frescos en verano y más cálidos en invierno que no inhiben de manera práctica la visión o la audición. Desde un punto de vista personal, un casco integral ciertamente se ve mejor que alguien con la cara abierta con los pantalones debajo de la cara, que es la moda en este momento. He estado montando durante más de 40 años, comenzando con ciclomotores en Europa, yendo a Yamaha de 350 cc, Yamaha de 750 cc, Kawasaki de 900 cc, Kawasaki de 1000 cc, varias Harley Davidson y ahora un Triumph Speedmaster. Como también conduje muchos años en Alemania, sin límites de velocidad o con algunos, antes de mudarme a los EE. UU., Lamentablemente perdí algunos buenos compañeros de conducción, debido a accidentes de motocicleta. Muchos de ellos con cascos abiertos y muriendo de trauma en la cabeza. Siempre usé un casco integral y he pisado bicicletas a varias velocidades, mientras golpeaba escombros, arena, hojas en el camino o simplemente por ser joven y estúpido. Usar ropa de cuero y un casco integral siempre me ayudó a evitar lesiones graves. Todo lo que se necesitaba era comprar un casco nuevo, aprender la lección y seguir adelante. Una vez que fui golpeado en la autopista, por un cuervo, golpeé el centro de mi casco y mi careta, mientras avanzaba más de 100 millas por hora. Fue un desastre sangriento en todo mi casco y equipo. Con un casco abierto, se habrían apagado las luces. Mirar a algunos de esos ciclistas de HD, usar sus cascos de cámara, me pone nervioso. Siempre se reduce a la preferencia personal, pero también se debe pensar en su familia y en su propio bienestar personal, al andar en bicicleta y al elegir el equipo que lo acompaña. Sin lugar a duda. Podrías estar ocupándote de tu propio negocio haciendo 50 MPH y una mamá de fútbol te golpea por detrás y estás en un mundo de problemas. Riesgo de incidente de un solo vehículo que puedo tomar, pero desafortunadamente no puedes planificar tu viaje. En cuanto al cuervo: ¿estaba de frente? ¿Tuviste un carenado para agacharte? Hola Acaba de salir de mi scooter 125, con el casco abierto. Mientras me deslizaba por la carretera, podía sentir cómo la carretera me rozaba la cara. Necesitaba puntos de sutura y mi cara parecía un desastre … Ahora mirando comprar cara completa o Modular. Si fuera más rápido, probablemente habría sido hasta los huesos. Piénselo dos veces antes de abrir la cara si fuera usted. Hola Mark, gracias por este gran artículo. donde lo primero que preguntó el experto en seguridad de emergencias ante traumas fue que tenías que usar un casco completo o abierto. Hay Mark He estado montando en carretera desde 1970 (legalmente desde 1974), he montado en temperaturas de -7 a 47 grados. He montado para ganarme la vida como mensajero. Lo que dices sobre genial, escuchar, etc., es simplemente incorrecto. Los cascos de cara abierta son menos cansados ​​en los largos y calientes paseos, qué gran cantidad de excrementos de vaca. ¿Alguna vez has montado 8 horas a más de 40 grados? Solo mira a los payasos de alta definición en cascos abiertos, nunca están sonriendo y en los días calurosos tienen que viajar con sus calzoncillos sobre sus caras. ¿Alguna vez has golpeado a un galah, un enjambre de abejas o un búho con tu cara a más de 100 km / h, golpeado la cubierta después de marcar un canguro? Creo que debería ser mucho más responsable al escribir sobre seguridad, la gente lee lo que escribe y lo cree. 100% de garantía de que eso nunca sucedió. Los cascos integrales que te rompen el cuello es un mito y los médicos lo saben desde los años 80. Por alguna razón, los corredores siguen repitiéndolo. Pero en serio, ningún médico dijo esto. Ja, decisiones decisiones. ¿No es bueno que tengamos una opción y no tengamos que conformarnos con la opinión de otra persona sobre lo que debemos usar? Me preocupa cuando comenzamos a discutir entre nosotros acerca de cuál es el mejor esto o lo mejor, o si este es más seguro que ese. El hecho de que nos veamos obligados a usar cascos ya es bastante malo, no demos a las autoridades más municiones para que puedan justificar la imposición de más controles sobre nosotros. Disfruta de la poca libertad que tenemos y no llamemos más la atención sobre nosotros mismos. Shussssshhhhh. Excelente artículo. Sin embargo, lo que muchos no reconocen es que, en el debate de cara abierta, algunos de nosotros sufrimos claustrofobia y sus efectos sobre el ciclista para respirar normalmente, relajarse y conducir de manera consciente / segura. He manejado este tipo de fobia durante muchos años, usando tapas de cara abierta, pero recientemente, especialmente para vacaciones de largo recorrido, compré un Shark evoline 3. que se usa más del 99.9% del tiempo en la posición abierta, solo en los eventos climáticos más salvajes se han cerrado, pero incluso entonces, el visor permaneció solo medio cerrado para controlar el efecto de la claustrofobia. ¿Reemplazaré el Shark evoline 3 por otro? Con mi incapacidad para conducir con la barra de la barbilla cerrada y la visera completamente cerrada, especialmente en climas salvajes, lo que parece ser una cara abierta con una buena visera de profundidad, es la única opción sensata para mí. Solo mis 2 centavos Nunca he tenido un casco modular todavía. Tal vez algun dia. Hola Mark, excelente artículo. De hecho, tengo al menos uno de cada tipo de casco, pero más de una cara abierta. Otra ventaja de los cascos modulares que probablemente no es legal en mi caso es que puedo voltearme y tomar un trago de agua mientras conduzco. Genial en el calor y mejor que un camelbak. Uso mi casco en función del tipo de viaje que estoy haciendo y en qué bicicleta. Modular para un viaje más largo en mi tourer, cara completa en mi MT01 cuando hago algunos caminos agradables y sinuosos, y mis caras abiertas cuando solo navego en mi vintage motocicletas o MT01 o TRX. Sí, tengo la suerte de tener algunos. Solo otro comentario estaría relacionado con el clima y la temperatura. Es menos probable que use una cara abierta bajo la lluvia y, en menor medida, frío extremo. Dicho esto, es agradable usar una cara abierta en el frío extremo con un calcetín en el cuello. Vivo por encima de 800M, por lo que puede ir en frío al trabajo. Comentario Nombre Correo electrónico Sitio web Boletín semanal gratuito ¡Hola! ¿Sabía que tenemos una tienda en línea llena de cosas geniales!
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theboyscrytoo · 6 years
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cclxx.
⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ONE SHOT | I LOVED YOU FIRST
he is the one, but I'm the one that you love.
«Ya pasará, la ansiedad es una ilusión, es un miedo que yace fuera de ti; es un monstruo externo que requisa tus entrañas y se alimenta de tu estabilidad. Respira, concéntrate, esto es lo que has querido toda tu vida ¿no? ¿Y acaso era eso lo que deseaba? Pues claro, claro que sí». Me repetía estas palabras para estar tranquila conmigo misma, para comportarme y guardar la compostura, para esfumar de mi cabeza cada rastro de inseguridad. Quería embolsar el hecho de que las glándulas de mis sistemas regularizaran, mediante dosis de sustancias a mi cerebro, los mensajes que captaba en el ambiente por culpa del nerviosismo. Nadie que pisaba el altar estaba listo para este gran paso, di un salto al vacío esperando que todo marchara como tenía que marchar, confiando en mi prometido y en su leal corazón.
Unos minutos antes de que la ceremonia diera lugar, lo divisé por el espejo de la habitación, parado en pasillo. Estoy segura que llevaba ahí aguardando a que dejara de acomodar mi vestido frente al cristal, y así, besarlo. Por consiguiente, no dudé ni un instante en hacerlo, pese a que interrumpiera el que sus ojos esmeralda admiraran cada centímetro de mí con detenimiento y cariño.
El gran día, mi amor. —Esbocé sonriendo y percibiendo en las puntas de mis dedos cómo es que la inquietud era capaz de apoderarse de mí, pero sus manos sujetando las mías con firmeza me arrullaban. Las apegó contra su pecho y embriagó mi boca con sus labios al ritmo de lentitud quebradiza, despejando cada duda del camino, dictándome que todo iba a estar bien.
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03:15 PM ; july sixteenth, twenty eleven. would you heal my soul? El crujir de los grillos y la alfombra gastada que compramos en ese bazar de la avenida principal fueron los únicos testigos de nuestros cuerpos encajando uno con el otro bajo la luz platinada de la luna. Era como observar el multiverso a través de sus orbes avellana y contemplar proyecciones astrológicas en las pecas de sus mejillas rosadas, marcadas por su contorno que tanto sobresalía de sí. Nunca había pensado tantas veces en unas manos que no fuesen las suyas, aquellas que se tomaban la libertad de merodear en mi cuerpo paseando sobre mi nuca, descendiendo por mi pecho y después arribando a mi cadera, en donde se mantuvieron por un largo rato sin más que formar círculos con la yema de uno de sus pulgares. Solamente él, yo y el silencio de la ciudad adormilada conviviendo en un ecosistema impecable y paralelo en el que seguramente nos encontrábamos haciendo el amor en la habitación del hotel más lujoso, en el último camarote del largo y estrecho pasillo. Nadie sabía lo que pasaba por nuestras cabezas, ni siquiera lo que decíamos, tomando como referencia el tiempo: la madrugada de un dieciséis de julio. Lo amaba, así de simple, aunque detrás del polvoso telón estaba un ser con púas en el corazón. Ahí se suplían mil y un cofres en donde redacté decenas y decenas de cartas, utilizando las más finas prosas poéticas para describir los sentimientos involucrados entre ambos, para pormenorizar en tinta negra la afición que existía de por medio entre dos desolados y rotos corazones. Amaba la forma en la que me miraba cuando creía que no sospechaba ni un poco de cuánto me quería, adoraba el modo en que lo había reparado y él a mí. Al final, tuvo el coraje de tomar mi alma y mi vida entre sus cálidas manos, aunque no tenía que hacerlo. Estábamos ahí, siendo nuestros, profesando nuestro añoro y corroborándolo a besos y a miradas en el húmedo césped, sintiéndonos los seres más magníficos que hayan pisado la faz de la Tierra con tan sólo ver el amanecer. Éramos únicos, y el uno para el otro. Qué dicha era aquella de tener lo que uno tanto anhela, al menos por un momento.
03:15 PM ; january sixth, twenty thirteen. Te conocía hasta la sombra; me aprendí tus debilidades, tus cualidades, tus defectos, y a pesar de ello, estuve ahí. Te amé siendo una hoja retoña cayendo de aquél roble anticuado y acuoso, te amé cuando te pusiste la máscara de la indiferencia que ni siquiera te quedaba, te amé al verte parado en el marco de mi puerta sin haberte despedido de nuestro amor. Eres un huracán garabateando, un tsunami de emociones, un libro lleno de letras incomprensibles. Yo, en cambio, era esa que indagaba por una respuesta, la que veía tus heridas y las sanaba a besos. Nunca estuve lejos, nunca saliste de mí, nunca te fuiste. Aquí estaré esperando a que vuelvas después de tantas veces de haberte ido. He extraviado la cuenta de las tandas en las que juraste no dejarme. Ya no sé cuánto tiempo tuve que extender mi ala para dejarte entrar a mi vida de nuevo, junto con todo el equipaje que acarreabas. Te vi retornar a mí como un individuo dependiente a mi figura, a mis sentimientos y mis mañanas. ¿Por qué no aceptar que me amas? No lo comprendo, sé que lo haces por una razón, pero no quiero estar lejos de ti, pues eso me lastima el doble. Escapémonos y abraza tus manos en las mías sin mirar atrás. Recuerda que jamás importaron los errores que cometimos, sólo veíamos el amor que nos teníamos. Porque de mi cabeza jamás saliste y jamás saldrás, porque siempre te he pertenecido. El problema no son los sueños, me gusta soñarte. El problema son los amaneceres, despertar y no tenerte, abrazar la nada. Ese es el problema, soñar contigo y despertar sin ti.
F L A S H B A C K
11:42 PM ; february nineth, twenty thirteen. Ya no deberías seguir viniendo. —Reclamé, recogiendo del suelo cada pétalo caído del arreglo floral que él había aproximado hacia mi casa. No sabía si estar enfadada, pero un apartado sí lo tenía que dejar bien remarcado en mi mente: no iba a ser inmadura, ni a lastimarlo; se puede dialogar sin quedar en un mal puesto, a pesar de los perjuicios.
No importa cuántas veces me rechaces, Eleanor, pues no le huyo al rechazo. Así como tampoco le temo a tenerte en mi vida, lo sabes. —Recitó, relamiendo sus labios y bajando su mirada hasta los míos, como si estuviera ansioso por saborearlos una vez más. Examinaba mi rostro centímetro por centímetro, mis contornos y figuras, mi semblante vulnerable pero rígido.
El contrario estrechó mis manos entre las cuencas de las suyas, tan candentes, grandes y suaves. Su cabello color ocre se apreciaba frente a mis ojos, se escondía entre el espacio de mis clavículas y mi barbilla, se trataba del depósito de un fugaz beso en mi cuello. Erizaba cada poro de mi piel, me enloquecía. ¿Qué hacía conmigo? Estaba perdiendo el control. Apreté mis párpados soltando un quejido involuntario. Supongo que el hipocampo del cerebro recuerda y mis entrañas hace palpitar, crujiendo mis fortalezas de marfil. Cada célula dentro mío me gritaba con fuerza: “Presta atención, no puedes dejarlo ir, no cuando ha hecho todo esto sólo por ti”.
No deseaba desmoronarme en sus brazos, me mostraba fuerte para que no observara cuánto le extraño y cuán enamorada sigo de él. No me apetecía darle ese poder o privilegio, no desde que me abandonó. Actualmente, me encontraba sola y me sentía sola, y jamás me había tomado el tiempo de sentirme de esa forma. No era tan malo, no hasta que sus fantasmas invadían como impostores mi mente. Lo dejaba entrar siempre.
El castaño trató de hablar por segunda vez, sin embargo, le interrumpí. Solté sus manos de un tirón y me rodeé los antebrazos con las mismas, no caería en sus tentaciones.— Es que esto no es correcto, Andrew. Yo... —Bosquejé en un susurro, percatándome de cómo mis mejillas se teñían carmín de pronto y mi respiración se ajetreaba, esos eran los efectos de tenerlo conmigo. Sea como sea, él siempre lograba ponerme tan no sé cómo.— Yo te sigo amando y esto no es benéfico para ninguno... —No me escuché hablar más, pronto sus labios me atacarían por encima de los míos sin previo aviso. Era su víctima de nuevo, y no sabía si me agradaba o no.
El morocho comenzaba a brindar caricias tan sutiles que apenas y palpaba el roce, me delineaba con una sensualidad abismal y tomaba su tiempo para incorporarse a mi perfil, acortando la distancia que nos separaba y dejándome estupefacta ante tal acto. Era enigmático el hecho de cómo el contrario tenía el aforo de helar mi cuerpo cuando él quisiera.
No podía recaer, no cuando me ha costado demasiado entender que no estábamos destinados a ser, pero él se dedicaba a demostrarme lo contrario.
12:50 AM ; november nineth, twenty thirteen. Todos tenemos un amor que nos marca para bien o para mal. A este fenómeno le llamo el “pseudoamor”, pues éste esculpe en nosotros más que un carácter o una faceta, nuestra personalidad. Nos retuerce y nos otorga vicios, nos hace recaer o pintar otra modalidad de ver al mundo. A veces, nos obsequia la desgracia de temer a todo y a todos, inclusive a los sentimientos. El amor es un juego al azar que nos pone junto a alguien que nos ayuda o nos empeora. Y de vez en cuando, quedamos enganchados con una de las personas de la ráfaga que la vida nos presenta. Este querer nos daña tan profundamente, nos lacera de tal manera que es imposible recuperarnos, y sólo los más aptos sobreviven.
02:09 AM ; december twelveth, twenty thirteen. Hay sentimientos y pensamientos tan profundos que no te pueden dejar dormir, martillan en tu cráneo y saltan en tu cama sin cesar: el “si hubiera hecho tal cosa, no hubiera pasado esto”. Típica premisa de si A entonces B, la detesto. Por otra parte, es normal preguntárselo, ya que todo forma parte de la cadena de dudas o situaciones hipotéticas que uno se plantea en cuanto a un vínculo muerto, en cuanto a una conexión inexistente, pero el «hubiera» es el único que no debería de existir. Es necesario cerrar capítulos pendientes y poder aceptar que, en algunos casos, los corazones rotos no se pudieron haber reparado ni con las ganas de todas las personas en el planeta ni con el mejor pegamento que alguna vez hayan creado.
9:34 PM ; september eleventh, twenty fourteen. No sabía que un día iba a despertar pensando en que no podía confiar en nadie, y que eso carcomería mi mente, incluso en el momento en que menos me esperaba. Porque mi ser dependiente se dejaba derrocar con la más mínima sonrisa o gesto amable, incluso con un comentario vociferado por quien he amado. Maldita sea, se trataba de anclarme a la tierra para que mi cabeza no navegase entre las nubes, pero no lo entendí; desconocí lo realista que tenía que ser. Comienza con este sentir de apoyarte en un individuo, simplemente recobrar la ilusión, claro, sin dejar que las voces que retumban tu cabeza te influencien. Para de hacer predicciones, Eleanor, no todas se hacen verídicas. Siempre creí que nadie sería capaz de amarme debido a lo compleja que suelo ser. Estaba harta de estar sola y de ser tan antipática o escéptica acerca de la bondad que las personas poseen, pero en un abrir y cerrar de ojos, me encontraba iniciando el mismo ciclo una y otra vez.
7:34 PM ; may second, twenty sixteen. ya te superé. Siempre creí que el amor es una tonta ilusión para mantenernos felices, llenos de esperanza y tal vez nos ayudaría a encontrarle coherencia a la vida. Nadie me enseñó, lo averigüé por mi cuenta y corroboré cada detalle como todos lo hacemos: a partir de enseñanzas. Y es que no puedes esperar mucho de una persona de la que nunca se han enamorado o de la que nunca han probado cómo se siente recibir a alguien en cuerpo y alma. Todo era tan confuso y ambiguo, ambos nos hicimos daño de alguna manera. Los dos esbozamos mentiras para traumar, y después, las ganas de estar juntos se intensificaban. Creí que sería sencillo alimentarme de tu amor y verte todos los días al despertar sin caer en el pozo que tanto temía, justo como lo hacía con cada persona que se cruzaba en mi camino. Tuve fe por un momento en que podría oler tu perfume, hablarte y leer tus gestos, sin que te convirtieras en todo para mí. Pero adivina qué: no eras lo que merecía, pero sí de quien me enamoré. No me enseñaste los horizontes o me acogiste en la noche cuando lo necesitaba, querías que fácilmente me entregara sin un suspiro de esfuerzo, pero siendo realistas, nunca salí impune de las deficiencias en el amor. Todo el tiempo temí dejarme llevar por el momento y recibir la herida más fuerte y profunda de mi existencia. En vez de tu presencia soportando mis temores, escuché mis defectos salir de tus labios, y con eso, vi el sentido que tomaste para guardar tus sentimientos cuando me abandonaste. Valiente lucha fue la que hiciste para arreglarnos, las promesas se fueron al olvido y tu cariño se hizo efímero, tuve razón todo el tiempo: eras igual a todos mientras pensaba que eras la mancha de color en mi vida. Permanecer a tu lado me hacía feliz pero me asustaba, y no porque no quisiese amar sin consecuencias malignas, sino porque no sabía cómo hacerlo. No te bastó con las veces que te repetí cuántas ganas tenía de irme, ya que en respuesta, me dabas el control como si yo fuese la más fuerte de ambos. Me dejabas hacer cada cosa como yo lo ordenaba, y entonces supe que ninguno sabía cómo amar. Decisión, coraje y actitud, requería eso para enderezarme, no obstante, aflojaste el agarre y me fui en espíritu. Tuviste lo que siempre anhelaste. Recuerdo que decías que te hacía daño, que mis delgadas manos te rasguñaban, pero bueno, fue tu error no saber qué hacer conmigo. Te extraño y siempre lo haré, mas eso no significa que te quiera aquí. Te amo y desearía haberlo hecho con la suficiente fuerza como para que no me dejaras.
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Después del banquete principal tendría que pasearme por el largo pasillo que me conduciría mi próximo esposo, mismo estrecho en donde todas las prácticas de pasarela por las que pasé tendrían fruto. Mi cabello castaño respingaría, mi sonrisa brillaría y los ojos de mi prometido también. Mi cabello se enredaba en mi cabeza como un escultural peinado, algo más primaveral que formal, y la música de la Iglesia resonaba en la acústica del salón. Como movimiento involuntario quise regresar, retroceder el tiempo para no errar, pero era inevitable.
Estaba caminando hacia las puertas que me abrirían paso a la ceremonia cuando algo captó mi atención. Giré abruptamente y mi pecho se paralizó, mi cuerpo permanecía inmóvil. Pronto divisé unos rizos avellana que jamás olvidé, y mi corazón sintió un pellizco. A pesar de que traté de ocultarme, no lo logré, y no hablaba de algo literal —o tal vez sí—. Ahora no podía lidiar con esto. No cuando estaba a punto de casarme, a punto de pasar página.
El chico me miró con alegría, cada vez se aproximaba más a mí, sin embargo, yo no podía atender este asunto. Mis zapatillas resonaron por los camerinos del trasfondo de la Iglesia hasta que llegué a un cuarto con puerta para poner el cerrojo, pero sus pasos iban a la par de los míos. ¿Él seguía ahí? ¿Era mi imaginación? Mierda. Pensé que todo había quedado en el pasado.— Eleanor, deja de huir de mí. Vamos, quiero conversar. —Y luego su voz me llamaba, pretendía hablarme para hacerme razonar, pero no quería escucharlo. Era complicado de explicar.
Otra vez su tono, su rostro, sus orbes pardos... no me sentía lista para él, para nada. Me sentía inepta e inservible, quería estallar en llanto. Lamentaba decepcionar a todos, a quien me ayudó más que a nadie: mi novio. Pero no estaba dispuesta, este hecho lo confirmaba, y pensar en ello no mejoraba nada. Mi pecho comenzó a contraerse al compás de mi corazón, optaba por desertar. El sentir se expandía, retumbaba en mi tórax y estrangulaba despiadadamente mis pulmones. Mis manos dolían y mis arterias se entablaban a arrecirse. Sus nudillos tocaron con delicadeza el vidrio poroso de la entrada, procurando verme para ratificar si yo estaba bien, pero no lo estaba. ¿Qué hacía él aquí?
Mis extremidades se apretaban contra sí mismas, buscaba un punto en donde fijar mi mirada para relajarme y no seguir excavando en mi mente, en mi vértigo. En cualquier sitio menos en mi anillo de compromiso, porque sentía una punzada al recordar en qué me he involucrado. Y es que las cosas transcurrieron una tras otra, todas aglomeradas. Me coloqué la soga en el cuello; me presioné demasiado, me apresuré a tomar una decisión para cambiar mi vida. Estaba cargada de ansiedad, mis pensamientos no me dejaban escuchar a la voz de la razón. La respiración me fallaba y cada vez sentía el vestido más apretado.
Todo el lugar se hacía mas pequeño, y yo tan grande que apenas cabía. El contrario fue paciente y jamás me gritó ni se desesperó, pero de pronto, dejé de escucharlo y pensé que ya se había retirado, así que abrí la puerta para poder marcharme. Sin embargo, él yacía sentado en el exterior aún, jugando con sus dedos y tratando de ensayar un discurso que interrumpí con un suspiro. Al darse cuenta, en seguida se puso de pie, y evidentemente, no me dejó escapar como pensaba que iba a hacerlo. Me miró tratando de decir «no pasa nada, todo estará bien», pero no me la creí. Yo estaba mal y esto no podía estarme pasando.
Y entonces, sin pedir permiso, se incorporó a la habitación conmigo para iniciar el discurso que emanaba en su mente. Me contempló un santiamén a la par que el chasquido de sus zapatos ensordecía dentro del minúsculo aposento, pues rondaba como alma en pena. Por mi parte, aspiré a romper el silencio para repetirle que se fuera, pero me interceptó. Oí su voz provenir desde mis espaldas, y no fui capaz de incorporarme para atenderlo, aún así, presenciaba cómo se yuxtaponía a mí cada vez más. Algo dentro mío se quemaba, no sabía si era miedo a él, enojo, tristeza o melancolía, pero algo me habitaba.
Yo conozco tus ataques de pánico. —Susurró cerca de mi cuello mientras rodeaba mi cuerpo con un solo brazo desde donde se encontraba.— Te conozco; sé lo que quieres y lo que no, lo que haces por obligación... —Hizo hincapié en lo último depositando un beso en mi nuca, dedicándose a deslizar los dedos por los listones que se incrustaban en la parte trasera de mi vestido. Sólo puedo confesar que una faceta dentro de mi mente le daba permiso de desamarrarlo, quería liberarme.
Andrew... no, tienes que irte. —A pesar de que mis cuerdas bucales dejaron ir un ronroneo por su acto, le pedí con mi tono que tenga piedad conmigo y de lo vulnerable que estaba en ese momento. La moral y el amor seguían luchando para averiguar quién sería la campeona. Una columna dentro de mí se derrocó y me rompí, estaba cansada de sentirme así. Y con «así» hago tributo a sola, a incomprendida y a poco amada cuando no estaba con él.
Ya se avecinaban pasos afuera del cubículo, personas que esbozaban mi nombre para encontrarme.— Vámonos de aquí. —Me solicitó el chico, relamiendo sus labios y girando mi cuerpo para que lo mirara. Y seriamente, lo dudé un poco.
¿Qué? ¿Estás loco? —Le dije con admiración, él ya no era el único y yo no podía ir por ahí haciendo lo que él me pedía, cuando él quería. Tenía que resguardar mi dignidad y seguir con el plan. —Es que yo... yo no puedo. —Le contesté con indecisión, acto seguido, él observó el suelo para después regresar a mi mirada. Mi respiración seguía enloquecida, y a pesar de que intentaba regularizarla, me era imposible.
Entonces, tendré que hacerlo aquí. —Admitió, pero no lo comprendí, no hasta que en un segundo, sus labios chocaron contra los míos en una escena descontrolada por encontrarse. No me dio tiempo de analizarlo o pensarlo, sólo pasó. Y no estaba segura si una venda tapó mis ojos o si ésta se desprendía. Le seguí el beso, y el contrario, con avidez, desamarró la parte superior de mi vestido. Al fin mis ansias estaban siendo saciadas, se sentía tan bien.
Sus labios descendían por mi cuello y no podía evitar gimotear, susurrando su nombre un par de veces. No estaba teniendo autocontrol, no quería hacerme responsable de mis acciones. Tomé sus mejillas entre las cuencas de mis manos, como solía hacerlo. Traté de mirar más allá de esos orbes café, habían tantas preguntas por responder aún. Mis labios volvieron a fundirse en los suyos, cuando cayó al suelo mi corsé, quedó a la vista la parte de arriba de mi babydoll color oscuro. El mayor no pudo evadir otorgarme una mirada rápida y morderse el labio, yo deslicé mis manos por mis clavículas y él cargó mi esbelto talle para después llevarme hasta un escritorio que se situaba en la misma habitación.
Percibía en mi piel cómo la sangre me hervía de lo excitada que él me hacía sentir, deseaba observarlo también. Mis dedos delgados y delicados desabrochaban su camisa, casi arrancando los botones de par en par por la desesperación. Joder, cuánto lo necesitaba. Abrí mis piernas para darle acceso a desabrochar la parte trasera de la falda larga y esponjosa, y para cuando me despojé de ella, lo acerqué más a mí. Delineaba su espalda con mis uñas y mis labios se dedicaban a depositar cortos besos en sus hombros, en su cuello, en su quijada. Él siempre había olido tan bien, y mis labios encajaban a la perfección en su cuerpo.
Bajé de la mesa, posteriormente, el chico atrajo mi complexión a él, rozándonos. Y mis piernas apenas tocaban su pantalón, y mis manos descendían gradualmente hacia su cinturón negro, mismo que desaparecí al desabrocharlo para dejarlo botado en el piso. Él me miraba con tanto deseo y avaricia, que me fue muy fácil ponerme de rodillas ante él para comenzar a tirar de las evillas de su pantalón. No paraba de mirar sus orbes que irradiaban brillo de tanta lujuria, de añoro de verme desnuda una vez más, de saber qué podía hacer con su cuerpo. A posteriori, mis dedos se focalizaron en acariciar sus muslos por arriba de la tela, acortando la distancia hacia su miembro. Ulteriormente, me puse de pie, tomándolo de los hombros para dirigirlo al inmueble sin dejar que se sentara, él se desposeyó de una de las penúltimas prendas que le quedaban por desplomar de su cuerpo.
Apoyó sus codos contra la madera y yo me incliné para depositar cortos y fugaces ósculos en su abdomen fornido, disfrutaba de contemplarle sufriendo un poco debido a que quería que hiciera lo que tenía en mente. Aunque le daba vueltas al asunto para crear un poco de desesperación en su interior, no era de durar demasiado en ese rodeo, pues tarde o temprano, mi deseo cedía más que el juego previo: ansiaba escucharle gemir.
Mis índices se detuvieron en la última tela por prescindir, la quité con morosidad, él estaba tan excitado como desesperado. Mis labios se abrieron paso sobre su glande cuando terminé de lidiar con ella, y mi lengua se encargó de protagonizarse en un estallido de dedos. Mis labios se apeaban a la corona y fluían a través de ella para arribar al cuerpo mismo, hacía movimientos lineales de arriba hacia abajo con mi cavidad, cortos masajes lo hacían soltar esos quejidos y las maldiciones que electrizaban mi espalda baja. No despegaba mi mirada de la suya, presenciaba el desenlace de mis hechos y la manera en la que me encantaba observarle desde ese ángulo.
Él no toleró seguirme viendo vestida a medias, ya que él se encontraba desnudo. Entonces, se propuso desprenderlas para devorarme con la mirada por completo. En seguida, se dedicó a besar mis clavículas, y yo enredé mis dedos entre su cabello. Nadie deseaba esto más que yo: — Fóllame. —Le insté, para después, principiar a acariciar sus labios con los míos.
Acogió mis senos en sus manos por un instante, y con habilidad, abandonó mis labios para meter uno de ellos en su boca. Rastrillando con sus dientes, dando recorridos circulares con su mañosa lengua. Solté un gemido, irguiendo mi espalda, y él me giró para que le diese la espalda sentada en su regazo. Pronto tomó su miembro con una mano para comenzar a adentrarse en mi feminidad con cautela, y yo me aferré a sus muslos para comenzarme a mover con meticulosidad.
Lo sentí entrar en mí, y mi abdomen se contrajo en secuela. No paraba de repetir su nombre y de percatarme de cómo mi pecho subía y bajaba con velocidad, mi corazón latía a mil por hora y seguramente ya comenzaba a sudar. Llevó una de sus manos hasta mi clítoris para brindar desplazamientos a trescientos sesenta grados, oscilaciones y vibraciones, haciendo lo mismo con uno de mis senos que se encontraba rebotando por la actividad.
Ambos nos encontrábamos invadidos por la emoción del placer, en una guerra por llegar al orgasmo.
No sabía en qué me estaba convirtiendo, pero lo necesitaba y lo había extrañado; él era, inalienablemente, parte de mí. Desearía que no tuviera este poder sobre mi persona, pero no podía tener control sobre ello, era como quemarme con el fuego de mi propio corazón. Se había convertido en un asesino en serie de mi mente, de mi corazón, de mi vida. Y no quería detenerlo, a pesar de todo el daño que me causaba.
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